Título: May I (¿Puedo...?)

Autor: Rooss

Pareja: AoKi

Advertencias: Sin beta || Rated M (supongo)

Notas: Brevemente, este es mi primera aportación para el fandom Kurobasu, del mismo modo que para la ship Aoki. Cabe recalcar que a los personajes de este grandioso anime los shippeo hasta con las hormigas (?) hahaha, son demasiados, pero últimamente tengo mas afición por estos dos y por los eternamente canon Kagami y Kuroko, pero no estoy exenta a escribir lo que se me plazca.

No es el primer yaoi que escribo pero si es la primera vez que escribo para este fandom, así que espero que la recepción de la gente sea buena (?), oseasemeleseme, sean geniales y con buena onda como el resto de los fandoms en los que me manejo (?)

Aclaraciones: Se supone que esto es un one-shot, o se suponía que eso sería, pero como a mi me gusta complicarme la vida a pesar de que no tengo tiempo ni para mi, se me ocurrió hacerlo un poco más largo (?); no sé que será, si un two-shot o three-shot, o un mini fic, no se, solo se que no acaba en este simple capítulo. Si, soy muy ambiciosa CUANDO NO DEBO SERLO!, en fin, happy hunger games (?)

Dedicatoria: Mi primer Aoki siempre dije que sería para una persona en especial, a la que quieeeeero con el alma a pesar de la distancia (?). A mi corazona Sugey. No soy tan buena como tu escribiendo Aoki, lo sé xD, pero por algo se empieza. Esto es para ti *guiño guiño*

Disclaimer: Kuroko no Basket no me pertenece ni a mí, ni a ti, ni a ninguna fujoshi empedernida. Si me perteneciera haría canon a lo crack (?). || Los personajes de Kuroko no Basket son propiedad de Fujimaki Tadatoshi; esta historia es lo único que me pertenece.

Esta historia participa en el evento: ¡Frase de la Semana! Del grupo AoKiLovers.


.

Semana 4

May I

.

"Siempre me vas a querer. Yo represento para ti todos los pecados que nunca has tenido el coraje de cometer"

Oscar Wilde

.

| 1 |

Él es el pecado

.

I.

Es la frase que siempre escucho cada noche en la que sus labios devoran los míos. En la que su cuerpo sobrepasa todos mis límites mientras yo deliro. En la que mi interior se llena de todo lo que él representa. Lo odio porque es un eco estridente que invade hasta en mis tímpanos y retumba en ellos. No me deja en paz, y sin embargo no quiero que lo haga nunca. Ni siquiera en éste momento.

A-Aominec-ch… —a palabras ahogadas, besos que matan.

—No seas tan descarado, Kise —cierro los ojos y suelto un gemido.

Es lo único a lo que aspiro estando con él en esta situación cada noche. No puedo tocarlo. No puedo besarlo. Solo puedo sentir como lava ardiente penetra dentro de mí mientras se abre paso en una cavidad tan estrecha, similar a un elástico en su punto máximo de tensión, que arde y estremece al mismo tiempo. Sentir como mis muslos se tensan, como la tela de mi yukata (*) se enrolla por encima de mis piernas, presionando sobre mi ingle, provocando un escozor agobiante pero también placentero.

Cuando mis lágrimas caen y mi boca es incapaz de mantener encerrados los gemidos de mi garganta, él siempre hace lo mismo. Lo escucho chistar, murmurar algo incomprensible ante mis sentidos nublados con poca recepción. Luego de eso cambiamos de posición. Ahora no está sobre mí, es viceversa; me sostiene entre sus piernas sin apartar su miembro ardiente de mi interior. Y de nuevo se repite todo.

Gemidos.

Dolor.

Placer.

Luna llena.

Rechinidos de la cama.

Pero nada de besos, nada que mi traviesa y ansiosa mano pueda alcanzar a tocar, a excepción de su cuello el cual se supone que me sirva de pivote para sostenerme mientras me hace balancear frenéticamente.

Si tan solo pudiera besar la piel morena de su hombro, esa que estoy viendo mientras subo y bajo sin parar, esa que está perlada y me dan ganas de besar.

.

II.

.

Aomine Daiki representa para el país feudal el cargo que le sucedió a su padre antes de morir. Es el Rey, la suprema autoridad, con una personalidad temible, sobre todo el estado.

Aominecchi, sin embargo, representa para mí algo muy distinto a pesar de ser la misma persona que describí al principio. Es mi amigo de la infancia. Es el recuerdo de un niño sonriente, inocente y algunas veces indefenso. Es la silueta de salvación que mis ojos apreciaron luego de regresar a la vida en aquél incidente que casi me la arrebata. Y yo, yo soy el hijo del granjero, ese que cayó al arroyo hace trece años, el que perdió un zapato, el que fue arrastrado por la corriente, mismo que fue rescatado por un niño moreno de ojos cobalto. Un niño que es la sombra del hombre que es ahora.

.

[Flash Back]

III.

.

—Mi señor, encontramos a este ladrón cerca de las carretas de comida.

Si la muerte repentina de mis padres no me hubiese obligado a lidiar con la necesidad fisiológica del hambre, y por consiguiente a sobrevivir, quizá ahora estaría muerto. Pero no fue por ellos solamente que comencé a buscar alimento por cualquier medio. Fue por el repentino recuerdo de ese niño en mis memorias.

Él salvó mi vida, sería muy desagradecido si solamente decidiera morir de una manera tan ridícula como lo era de hambre. Él me dio vida cuando yo la pedí desesperadamente mientras me hundía. Quizás algún día volveré a ver su rostro, pensaba con ironía.

—¿Kise?

Pero quizá fue demasiado pronto.

.

IV.

.

Azotes, heridas en la piel, llanto, amarga soledad, olor a óxido por el resto de una permanencia indefinida es lo que mis pensamientos tenían sobre mí el día en que pensé en la posibilidad de ser capturado por las brigadas del Rey. Irónicamente así fue, a excepción de que no fui encerrado en ningún lugar húmedo ni lleno de pestilencia. Ese pensamiento pesimista quizá me hizo fallar, pero me llevó a él, y entonces nada de lo que pensé se hizo realidad pero a cambio tendría un precio que pagar.

—Quítate la ropa.

—¿Eh?

En esa ridícula habitación que fácilmente podría dar techo a todo un batallón, tan espaciosa que decir el número de personas que cabrían ahí sería un chiste, en medio de todo eso estaba yo, de pie, con una sensación de miedo tormentosa delante de la persona que aparentemente debía darme confianza desde épocas de antaño. Sin embargo la persona frente a mí no es el niño que conocí.

Es la sucesión del poder de su familia, lo que gobierna, lo que me dijo una vez que sería.

"¡Seré un mejor Rey que mi padre!"

Aparentemente lo era, con ese físico envidiable, con las incontables victorias que la hoja de su espada ha reflejado junto a una sonrisa de satisfacción.

El reino lo respeta por lo que vale su habilidad innata al blandir una espada en medio de una batalla y creo que ese ha sido el error para que la persona que conocí ahora no sea más que una fábula en mi mente. Le temen; Aomine Daiki dejó de defender a su pueblo como una necesidad por salvaguardarlos de las tragedias, ahora solo lo hace porque, de no hacerlo, nadie podrá atenderlo o cumplir sus caprichos.

Si muere alguien, simplemente lo sustituye. Si el enfermo está a punto de morir, que muera entonces, que la vejez lo consuma y lo vuelva una pasa; él no hará nada ni se lamentará. El arma en la que se volvió lo convirtió también en un monstruo temeroso a quien nadie se quiere enfrentar, y su vida es aburrida, aristócrata, vacía e insípida. Hasta que yo volví a interponerse entre sus ojos.

—¿Qué eres sordo? Anda, quítate todo —autoritario, seco, despectivo, la personificación de la manera en que pintan a los reyes en cada país, un soberano para nada amigable.

—No entiendo —levanto los grilletes que inmovilizan mis manos. A esta hora mi cabeza debería estar en la horca por el simple hecho de haber intentado robarle al rey, no en su habitación llena de reliquias y ostentosidad en piso y paredes—. Creí que me encerrarías —Aominecchi emboza una risa ronca, y hasta cierto punto encantadora. Como una perversión que engatusa. Trago grueso.

—¿Eso deseas? —la cadencia de su voz carraspeada y el peso de su aliento sobre mi oreja –ahora que me ha rodeado mientras camina-, me abruma. Soy como la presa y él ,claramente, es mi cazador—. ¿Eso quieres?

A-Aominecc-

La sorpresa de sentir su mano por encima de mis muslos se esfuma como las hojas de otoño.

Rápido y sin señal.

Pronto mi cuerpo comienza a resentir la provocación de una segunda mano traviesa intercalándose de mis hombros hacia abajo. El recorrido lascivo junto al sombreo perverso que tienen sus ojos me ahogan; siento como el pecho me sube y me baja de la misma manera que él recorre, ahora con ambas manos, mi espalda baja. La resistencia de mis manos implica a que tan siquiera debería ser capaz de realizar movimientos bruscos para apartarlo. Así debería haber sido.

—Lindas piernas —no me halaga para nada pero sin embargo mi cuerpo ha aceptado el suyo mientras dejo que mi espalda repose sobre su pecho mientras mi boca libera gemidos que no puedo reprimir. Estira mis cabellos, aquellas hebras rubias que no he lavado desde hace semanas, producto de mi sentido nómada por buscar sobrevivir. No esperaba caer en sus manos, no esperaba que fuera una de sus carretas con las que me toparía, no esperaba que estuviese con vida—. Eres demasiado erótico, Kise.

—A-Ah, b-basta…, por favor…—pero es contraproducente todo lo que digo. Una vez que dejo caer mi cabeza hacia atrás, y mi cuello queda expuesto, pierdo.

"Esa fue la primera vez que perdí"

En medio de sábanas ensatinadas, de la desordenada cama y del erotismo expuesto a través de la transparencia de la ventana a media noche. Su cuerpo embistiendo el mío, mis gemidos sin querer ceder, el hilillo de saliva que de mi boca no se quiso desprender.

Esa fue la primera vez que dormí con él.

No en ese granero en el que me refugió bajo la lluvia hace ya muchos años, sino en medio del silencio de su habitación, sobre su cama, con nuestras piernas entrelazadas y mis lágrimas silenciadas.

Desde ese entonces solo sirvo para obedecerlo.

Le obedezco para vivir.

Vivo para él.

Porque él es el pecado…

"…que no me atrevo a cometer"

.

.

Continuará...

.

.


.

A favor de la Campaña "Con voz y voto", porque agregar a favoritos y no dejar un comentario, es como manosearme la teta y salir corriendo.

.


Información breve que no importa (?) :v

- Yukata: es un kimono hecho de algodón. Se usa principalmente para el verano o estaciones cálidas. Es mucho más ligero porque no tiene la capa que cubre normalmente el kimono.

Notas:

Antes que nada, disculpen cualquier "horror ortografico o dedazo" que se me haya podido ir. Bueno, ahora si, como ya mencioné arriba, esto inicialmente iba a ser un one-shot como mi participación y mi "debut" *oiie cy* para el fandom de Kurobasu. Todo inició cuando mientras buscaba una imagen para subir a una página que administro, me topé justamente con la que usé en esta misma historia. Desde que la vi supe que debía tomarme algo de mi tiempo para escribir (?), así que finalmente, luego de prolongar tanto, la semana de AoKi Lovers se dio y vi mi oportunidad hahaha.

Fin. Ok no. Pero básicamente así nació esto. No es algo tan complejo como otras cosas que he escrito pero me entusiasma ya que es algo que tiene que ver con cosas "de época" y yo tengo como que un crush con esas cosas. Además de que quería algo sensual (?) hahaha, estoy harta de mi drama en mis otros fics, quiero cosas harders hahaha, en fin, no se que tal me haya salido, la verdad es que no tengo casi nada de experiencia en este fandom, soy nueva aún :v

Ustedes juzguen.

So..., espero, ruéguenle a los dioses, que tenga tiempo para actualizar éste. Ya tengo dos fics más que tengo en pausa hahaha y me estreso yo sola por no tener tiempo para ellos. En fin. Chao!

l

l

l

v

No me manoseen ;-;