TRADUCCIÓN: Me encantó este fic y decidí traducirlo. Los derechos son todos para su respectiva autora con su permiso. Se trata de un Rochu, aunque aparecen muchos más personajes. No suelo leer muchos fics de estos dos, pero este en particular a sido tan entretenido y gracioso que no pude evitar en compartirlo con todos ustedes. Espero les guste y comenten su opinión.
OoOoOoOo
¡Encantador Maid Yao!
Capitulo 1
Alfred caminaba por la calle, una hamburguesa en una mano y un batido en la otra.
Hoy era un día bastante normal. Era una bonita tarde de Jueves y como de costumbre, después de la escuela, compró una hamburguesa y un batido que le ayudara a relajarse de aquel horrible día sin fin en su institución. Aquello era para él, la mejor manera de prepararse para la tortuosa mañana del día siguiente, ya que para Alfred, todos los días eran una tortura cuando se hablaba de la escuela.
Sin embargo, hoy había sido un poco diferente de lo usual...
Cuando Alfred caminaba delante de un café determinado, se dio cuenta de alguien un tanto familiar.
Dejó de caminar y miró a la persona durante cierto tiempo. Tardó varios segundos en darse cuenta de que se trataba, efectivamente, de alguien a quien conocía...
"¡OMG!" gritó al darse cuenta, escupiendo un poco de su batido.
¿Podría esta persona ser uno de sus compañeros de clase? Bueno, si no lo era, se parecía mucho a él. Sin embargo, llevaba un vestido de criada o servicio francés puesto. Esto era algo que de alguna manera no tenía sentido para Alfred.
"¿Yao?" Él gritó a la persona en cuestión. No pasó mucho tiempo para que el individuo se girara para mirarlo.
Ahora, Alfred tenía la confirmación completa, aquel era su compañero Wang Yao, y él llevaba, sin duda, un vestido de criada francés.
Hubo varios minutos de (incómodo) silencio; los dos estuvieron callados durante un largo periodo de tiempo. Alfred estaba tratando de entender lo que estaba sucediendo y, mientras tanto, Yao no se movía, se estaba muriendo de vergüenza y estaba tratando de encontrar una manera de evitar aquella situación.
"Ja, Ja, ¡Amigo! ¿Qué demonios estás haciendo de esa manera?" El norteamericano dijo riéndose del otro, lo que no ayudó a la vergüenza de Yao.
"¡No sé quien eres, desconocido!" Yao respondió rápidamente con la esperanza de que con esa mentira consiguiera escapar de esta situación incómoda y embarazosa.
"¡Amigo, yo no soy tonto, sé que eres tú! ¡Si no fueras tú, no te habrías dado la vuelta cuando te llamé por tu nombre!"
¡Maldita sea! ¿Por qué Alfred tenía que usar su poca lógica cuando no era el momento?
"¡Aiyaa!" Yao se quejó, ocultando su rostro de color rojo entre sus manos.
El chino tenía la sensación de que iba a ser el final de su vida. Ahora Alfred se lo diría a toda la escuela, a sus amigos, ¿y quién sabe? Tal vez toda la ciudad sabría pronto que el trabajaba en una cafetería y que debía usar un traje de chica.
"¿En serio trabajas aquí? ¿Desde cuándo? Espero que te paguen el doble por usar un vestido. ¡Ja, Ja, Ja!" Al parecer, su compañero americano pensaba que aquel era un tema muy divertido, ya que no paraba de reírse como un idiota.
"¡Escucha! ¡Tienes que mantener este secreto a todos, aru!" Le ordenó Yao, con el tono más severo. El chino sostuvo su corbata de uniforme escolar, con la esperanza de que Alfred se diera cuenta de que hablaba realmente en serio... y quizá con un poco de suerte, sería capaz de estrangular al americano. Alfred no podía hablar si estaba muerto, ¿no?
"¿Q-Qué?" Preguntó el rubio, asombrado tras la mención de la palabra "secreto". ¡Nunca fue bueno para guardar secretos! ¡Nunca!
"¿P-Por qué iba a mantenerlo en secreto? ¡Ja, Ja, Ja! ¡No hay nada que ocultar! No es malo trabajar en el travestismo como empleada doméstica en un café. ¡Ja, Ja, Ja!" Señaló nervioso, totalmente ansioso por contarlo.
"¡Aiyaa! Si abres tu maldita boca, te juro, será la última vez que seas capaz de hablar, aru!" El chino le advirtió. Obviamente, esto solo hizo que Alfred estuviera aun más ansioso, en lugar de convencerle. Al ver que Alfred seguía igual de tranquilo tras sus amenazadas, Yao tuvo que admitir que eligió el camino equivocado para convencer a su compañero de clase alta.
"¡M-Mira, si mantienes el secreto a los demás te ofreceré este pastel de queso, aru!" Dijo Yao, finalmente, con calma. Él tomó una porción de pastel de queso, que en realidad era un pedido de otro cliente, y se lo ofreció al estadounidense.
"¡Oh, pastel!" Alfred sonó como un niño. "¡Te prometo que mantendré el secreto!" Dijo felizmente tras tomar la tarta de queso.
Yao solo esperaba que el estadounidense hablara en serio.
OoOoOoOo
"¡Hola, chicos! ¡No sabéis lo que ha pasado! ¡Ja, Ja, Ja!" El estadounidense les gritó feliz, mostrando la tarta que recientemente obtuvo.
En la sala de estudio, los otros tres estudiantes, ni siquiera movieron sus ojos de la pantalla de su ordenador, una increíble forma de demostrar que no les importaba un bledo de lo que a Alfred le hubiera pasado.
"Estaba caminando por la calle, cuando de repente me encontré un café. ¡Y obtuve un pastel de queso gratis!" El otro continuó con orgullo, olvidando el hecho de que a nadie parecía importarle.
"Y como no soy egoísta...¡Estoy dispuesto a compartir mi pastel con ustedes! Cada uno puede tomar un pequeño, pequeñito pedazo...¡A excepción del comunista!" Exclamó señalando con su dedo al ruso alto y rubio.
"¡No tendrás nada, porque siempre me insultas!" Añadió Alfred.
"¿Crees que me importa tu estúpida tarta?" Respondió Iván con un tono normal, ni siquiera molestándose en mirar al otro. No es como si fuera a dejar de insultar a Alfred solo por un pedazo de tarta, el estadounidense también lo insultaba más de una vez.
"Alfred, ¿quién en el mundo te iba a dar una tarta gratis? ¡¿No crees que sospechoso, idiota?" Comentó el británico. Arthur no podía creer lo descuidado que podía ser el norteamericano algunas veces. ¡¿Quién sabe lo que podría tener el pastel?
"¡No, no te preocupes, la persona que me ha dado la tarta no es para nada sospechosa! Ja, Ja, Ja..." Respondió Alfred tratando de encontrar un cuchillo en la habitación para cortar el pastel. Por alguna razón, él no podía darse cuenta de que se encontraban en una sala de estudio y no en una cocina.
"¿Quién te la ha dado?" Preguntó el francés con curiosidad, no recordaba haber visto un café por allí. Se preguntaba si habría chicas guapas trabajando allí.
"Yao." Contestó el americano claramente inconsciente, aun tratando de encontrar el cuchillo.
"¿Yao?" Exclamaron los tres rubios con sorpresa. Incluso Iván, que no se encontraba escuchando, detuvo por completo lo que estaba haciendo para observar al otro. No esperaba aquella respuesta.
"¿Te refieres a Yao? ¿El mismo Wang Yao?" Preguntó Francis.
"Sí, él está trabajando en el café. ¿Y a que no imagináis qué? ¡Él está trabajando allí como camarera, pero con vestido de sirvienta y todo! ¡Ja, Ja, Ja! ¡Es tan divertido!" Reconoció el estadounidense, olvidando por completo de que debía mantenerlo en secreto.
Por primera vez en su vida, Iván estaba completamente interesado en lo que Alfred estaba diciendo. Así que Yao, su gran amor platónico, no solo estaba trabajando en un café, sino que también llevaba un traje de sirviente...¡Aquello era algo que necesitaba ver! Solo imaginar a su enamorado usando aquella ropa hacía que su cerebro se fundiera por completo.
"De todos modos, me dio este pastel, para que en cambio yo le prometiera mantener el secreto..."
¡Y ahí fue cuando el estadounidense se dio cuenta de que aquello ya no era secreto!
¡Oh, mierda!
"P-Pero, nadie hablará de esto, ¿verdad? Es como si fuera nuestro secreto, ¿no?" Alfred preguntó con timidez, con la esperanza de que ni Francis ni Arthur hablaran sobre el tema.
"Querido, por supuesto. Pero dime Al, ¿dónde se encuentra este café del que hablas?" Preguntó el francés. Parecía interesante y Francis tenía realmente curiosidad por ver lo que Alfred acababa de mencionar.
"Oh, está a la derecha de la calle, cerca del McDonalds."
"Ya veo~. Me pasaré por allí pronto." El rubio francés se prometió a sí mismo, con una sonrisa pervertida.
Sin embargo, sus pensamientos fueron interrumpidos por completo cuando oyó la puerta de la habitación abrirse y cerrarse con fuerza, haciendo un ruido tremendo. La única cosa que vieron, sin embargo, fue a un ruso salir a toda prisa del cuarto.
OoOoOoOo
Muy pocas veces un fic Rochu comienza con Estados Unidos XDD
Me gustaría saber sus opiniones primero antes de continuar traduciendo. El primer fic que traducí lo hice subiendo los capítulos al vuelo y me sorprendí al ver que nadie lo estaba leyendo, ni dejando opiniones. Los nueve comentarios que tengo en él son de una única persona y que es mi mejor amiga, lo que decepciona un poquito. ¿Qué les pareció? ¿Debo seguir? Aviso que el fic, a partir de este capítulo es realmente divertido XDDD Gracias ^^
