Diciembre

Sinopsis:Sus primeras navidades juntos luego de la separación de casas. ¿Es posible alguna vez, que el Sombrero se equivoque? Lorcan y Lysander puede que más de una vez hayan sido muy cercanos, pero bien dice que las mejores cosas rápidamente se acaban, ¿o bien ellos podrían ser la excepción?

Disclaimer: Nada de lo que leerán a lo largo de este fic, es mío. Todo es de J. K. Rowling, yo sólo tomo prestado sus personajes para divertirme un buen rato.

Este fic participa en el reto especial navideño "Doce Palabras para Celebrar" del foro La Sala de los Menesteres.

ADVERTENCIAS:Para entender demasiado bien estos drabbles, la personalidad y modo de pensar de los protagonistas, no es obligatorio pero si necesario leer -o haber leído ya-, el Oneshot "Su primera vez sin su hermano", que pueden encontrar en mi perfil. Es de ese tipo de historias que escribes y le tienes cierto cariño, bueno así xD Espero que les guste y a todas las personas del reto que están leyendo, mucho ánimo :)

Words: 300. —Como siempre, al límite. El reto consiste en escribir 12 caps con una longitud máxima de 300 palabras c/u e incluyendo doce palabras a lo random, haciéndole los respectivos honores a este mes tan especial.

Palabra escogida por hoy: Familia.

Notas Finales: Que lindo es volver a escribir. Sólo diré eso. Oh, y disfruten la corta lectura :) Creánme que aún me estoy acostumbrando xD


Diciembre.

El peor mes que podía haber en el año, a su parecer. Honestamente, no quería pasar las navidades con su familia, no. No ahora cuando comenzaba a ganarse su prestigio en Hogwarts, su reputación en la casa de las serpientes.

Aún podía recordar -sin dejar de reírse malvadamente en el intento-, la estupefacción de su padre, de los Weasleys, de los Potter, al verse sorteado en esa casa. Más aún, le maravilló la reacción del que se supone, su hermano mayor, Lorcan. Lorcan, el "consentido" de la familia, Lorcan, con su cara de no romper ningún plato; Lorcan, el orgullo de su familia sólo porhaber entrado a Ravenclaw…

La melancolía lo envuelve y al mismo tiempo, odia por dejarse llevar por el sentimiento. Después de todo, tiene once años. No es nada fácil pretender a jugar al chico rudo a tan corta edad, lo sabe. Lo sabe pero no hace nada por cambiar, por evitarlo. Lo sabe porque incluso su mejor amigo, Scorpius, actúa igual que él.

— Mamá. —La llama con desgano, sabe que su madre se esfuerza mucho, y más en este mes en específico, donde se supone, la familia se reúne y pretenden hacer a un lado sus diferencias, jugar a la familia perfecta.

Luna deja de hacer su ensalada momentáneamente para prestarle atención. — ¿Sí, querido?

Lysander se esfuerza, obligando a su lengua encontrar las palabras adecuadas, alguna disculpa, algo relacionado que lo haga sentir ligeramente mejor, porque siente que se lo debe, ella al menos merece saberlo. Pero al último momento, se retracta.

Así que niega con la cabeza y sale silencioso de la cocina, sin alguna explicación. Sube las escaleras hasta su cuarto, y cuando cierra la puerta, se encuentra con los ojos azules de su hermano.

Y maldice por no tener habitaciones separadas.