Naruto no me pertenece
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Su sonrisa
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Ahí estás otra vez. Soportando escuchar sus caprichos y sus quejas al no querer cumplirle los primeros mencionados, y entonces te preguntas: ¿Cómo demonios fue que te enamoraste de ella? ¿Cómo fue, si quiera, que esa niña -porque sí, era una niña- hubiera logrado llamar tu atención?
Era molesta, caprichosa -como ya dije-, berrinchuda, llorona, empalagosa -incluso el color de su cabello lo era-, torpe y muchas cosas más. Así que, ¿por qué rayos te gustaba?
Harto de seguir escuchando sus gritos y lloriqueos, decides irte de ahí. Comienzas a andar y te das cuenta que ya no la escuchas, ni siquiera caminando detrás de ti. Te giras y la ves parada en el mismo lugar, con la cabeza gacha y algo cayendo desde la sombra que hace su fleco en la parte superior de su rostro. Observas mejor y descubres que son lágrimas, amargas lágrimas que te hacen sentir un dolor en el pecho, un dolor casi imperceptible pero que está ahí. Y te molesta. Ves que continúa llorando y el dolor en tu pecho sigue. Quieres que se vaya, que desaparezca... pero no sabes qué hacer para lograrlo. O quizá sí. Te acercas de nuevo a ella y sin que se de cuenta de tu presencia le arrebatas el objeto en sus manos, -por el que todo empezó- y lo colocas sobre tu cabeza. No es tan malo como creías, en realidad se siente bien. Observas el que está en su cabeza, es idéntico sólo que el tuyo es negro y el de ella blanco. Luego desvías la mirada hacia su rostro y te topas con su sonrisa. Una sonrisa enorme, hermosa y que incluso sus ojos parecen también estar sonriendo. Te das cuenta que la has observado por más tiempo del necesario e inmediatamente giras el rostro hacia otro lado, con las mejillas algo sonrojadas, el ceño fruncido y sintiéndote estúpido. Tsk, haces ese sonido de cuando algo te molesta y ella te toma del brazo, sonriendo aún más -si es posible-. Vuelves a mirarla, su bella sonrisa, y entonces lo recuerdas, recuerdas porque es que has caído completamente por ella: Por esa sonrisa. Porque -aunque no lo admitas en voz alta- su sonrisa te hace sentir bien. Te gusta su sonrisa. E inevitablemente... sonríes también.
Finalmente abandonan el local en el que estaban y justo cuando caminan lejos de ahí... comienza a nevar. La nieve se ve hermosa pero no es nada comparada a ella.
Aún con la nieve cayendo, no sientes frío. Y empiezas a pensar... que no fue tan mala idea el haber comprado esos gorros de pareja.
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Fin
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n.n
