La princesita
Sentada en los escalones de piedra de la mansión de la plantación Ardley se encontraba la joven y hermosa señorita Candice Wite atendiendo a unos admiradores. Su cabello dorado estaba elegantemente peinado hacia arriba y sus rizos centellaban y danzaban bajo el sol. Apenas más allá de la punta de un escarpín de satén color azul que asomaba debajo de su falda de seda color azul cielo un esclavo sonriente movía una hoja de palmera sujeta a un palo de escoba, con el fin de mantener frescos a la joven y a los ardientes cortejantes.
La joven no tenia mas que quince años pero era alta para su edad y casadera según las leyes de aquella época Candy sonrió con indulgencia al muchachito que los abanicaba y sus ojos y pestañas oscuras centellaron mientras relataba vividamente a los dos jóvenes como esta mañana había cabalgado en su nueva yegua Floss. Su voz cantarina burbujeaba de risa cuando les contó como Belize uno de los sirvientes en ese momento ocupado tratando de blanquear las gruesas lajas de piedra de coral del techo para que quedaran todavía mas blancas le había gritado desde el tejado y gritado:"¡Señorita candy va a matarse con ese caballo!"
-Casi se cayo del techo- rio Candy- ¡Y papa Ardley me habría castigado si por mi culpa el pobre Belize hubiese caído en ese gran macizo de adelfas rosadas que tanto aprecia!
-Ese macizo de adelfas habría amortiguado la caída- declaro Anthony un alto muchacho de diecisiete años.
-¡Ah pero las adelfas no habrían sobrevivido! Y papa Ardley estima a esas adelfas más que a cualquier cosa en bermuda
-Te aprecia a ti Candy más que a cualquier cosa en bermuda-declaro Archie un alto joven vestido de satén marrón, mientras veía con descaro y fascinación el escote de la bella Candy.
La señorita Wite sentía recelos del pelirrojo Archie , aunque no podía menos que admirar era un excelente jinete siempre andaba sobre el lomo de su semental roano.
-Hace calor- comento Candy mientras miraba al esclavo que los abanicaba- dile a Maria que nos traiga una jarra de limonada y algunas tortas con miel.
-Claro señorita ahora mismo- dijo el muchacho y salio corriendo hacia la cocina.
Cuando las tortas fueron servidas la conversación ceso y se oyeron exclamaciones
-Que rico esta esto!
-No te quemes los dedos Archie, jajajaja
-Y tu Anthony no derrames miel sobre tus pantalones jajajaja
-¿Qué estabas diciendo Anthony?
-Te pregunte cuanto tiempo mas el señor William Ardley iba a estar fuera?- pregunto este a Candy mientras se servia un vaso con limonada.
-No lo se es la primera vez que se tarda tanto en un viaje- contesto ella con evidente preocupación-Tengo miedo que algo le aya pasado.
-No te preocupes su barco es de los mejores al igual que el capitán ya veras que muy pronto estará de regreso- dijo Archie tratando de tranquilizarla, aunque en el fondo deseaba que nunca volviera y que pronto se diera la noticia de su muerte ya que así las tierras, la mansión y toda la fortuna Ardley pasaría a manos de Candy y de su futuro esposo el cual esperaba ser el.
-Saben mi padre viajara a las islas Turku- menciono Anthony cambiando de tema- y yo lo acompañare.
-Enserio- exclamo Archie- oí que ahí ay excelentes caballos
-Si lo se pero no iremos por caballos sino por sal
-Te envidio Anthony – dijo Archie- talvez convenza a mi padre para que me deje ir contigo y conseguir algunos caballos.
Candy arrugo el entrecejo le parecía que desde que los Bermudianos habían tomado las islas Turku los jóvenes casaderos siempre estaban ausentes. Se volvió al notar un movimiento en el camino privado de entrada a la casa. Aunque no pudo ver la cara del jinete no tubo dudas de quien era.
Tenia que ser Stear con otro soneto. Cuando Stear estuvo mas cerca Candy vio que sus labios se movían. Ya enfrente de la casa se bajo de su caballo y lo dejo sin amarrar se acerco a la escalinata y le izo una reverencia a Candy.
- ¡Candy!- los ojos miopes ocultos detrás de unos anteojos de Stear la miraron ansiosamente- ¡que suerte que te encuentro!
Saludo con expresión tolerante alos dos muchachos, los cuales cesaron de hablar para mirar al recién llegado
-Habitualmente estoy aquí- suspiro Candy- siéntate y come algunas tortas. ¿Cómo estas Stear?
-Muy bien Candy- Stear permaneció ceremoniosamente de pie- espera a ver lo que te traje
-Yo le traje rosas- murmuro Anthony
-Y yo una botella de vino fino de las canarias- dijo Archie con aspereza
-Cosas materiales yo le eh traído versos
-Léelos Stear- dijo Candy con mucha compostura
-No léelos tu en privado- contesto este mirando a los dos ahí presentes
-¡Vaya valiente! Ven Anthony pongamos a Stear sobre su caballo y veamos si el animal puede encontrar el camino a casa por que no creo que este tonto pueda
-Olvidan que Stear es mi huésped- exclamó Candy con el rostro rojo intentando contener la risa- no toquen a Stear o yo… yo no hablare con ninguno de ustedes hasta después del baile de los Legan y tampoco bailare con ustedes
Archie se aparto de Stear y dijo: -pero Candy pero si yo te llevaría al baile de los Legan
-¡No yo la llevare!-grito Anthony
-¡Siéntense los dos! Tu me lo pediste Archie pero nunca te dije que si Anthony también al igual que Stear y- lanzo un suspiro de felicidad- media docena de otros y aun no eh decidido con cual iré
-Los desafió a una carrera- grito Archie- el ganador llevara a Candy al baile
Stear que tenía el mejor caballo pero que no era buen jinete protesto
-Mi caballo estuvo a punto de perder una herradura y no quiero que la pierda
-Entonces estas eliminado- declaro Archie- ¿y tu Anthony? Ida y vuelta hasta la curva
Los ojos verdes de Candy desprendieron chispas le gustaba que se la disputaran
-¡Caballeros monten sus caballos!- grito ella- y que gane el mejor
Ambos montaron y esperaron la señal de Candy y partieron a todo galope
-Candy- dijo Stear a su lado
-Dime
-No era cierto lo de la herradura lo dije para estar a solas con tigo. Mírame Candy- dijo en tono implorante- tu sabes bien de mi amor por ti y…
-No- grito Candy- ¡calla!- mientras tomaba las riendas del caballo de Stear Candy lo monto y fue en persecución de los dos jóvenes que ahora desaparecían detrás de la curva
Stear boquiabierto y desconcertado vio lo que Candy ya había visto. Un carruaje que aparecía y desaparecía entre los árboles. La mirada horrorizada de Stear lo enfoco. Anthony y Archie iban a toda velocidad hacia la curva y el carruaje en curso de colisión ¡un carruaje en el que venían mujeres!
El también comenzó a correr tras Candy que parecía volar montada sobre el caballo.
