Prólogo

Los oscuros pasillos del castillo parecían más tétricos de lo habitual y eso la ponía nerviosa. Siempre le había gustado la tranquilidad que daba esa oscuridad pero desde el comienzo de ese año a la pelirroja le parecía todo demasiado tétrico.

Un golpe sordo tras ella la sobresaltó y sacó la varita apuntando hacia la oscuridad.

Parece mentira que llevemos tanto tiempo compartiendo clases y nunca hayas hablado con ella, ¿no crees? - se acercó a la puerta de ese aula abandonada y se asomó un poco para observar a los dos Slytherin que llevaban tanto tiempo molestándola.

No es raro – dijo el rubio platino sentando en una de las mesas - ¿Para qué querías que hablásemos aquí, Lucas?

Porque lo que te voy a contar arruinará mi reputación en nuestra casa.

¿Qué has hecho Zabini?

Voy a salir con Weasley. - el castaño sonrió – Rose Weasley será mía.

Rose contuvo la carcajada que amenazaba con escapar de su garganta. ¿Lucas Zabini intentando ligar con ella? Que chiste más gracioso. Siguió tras la puerta y se sorprendió cuando Scorpius Malfoy se levantó de golpe de la mesa.

¿Weasley? - preguntó con desprecio, lo que molestó mucho a la pelirroja - ¿Enserio vas a manchar tu apellido, traicionar a nuestra casa, saliendo con esa?

Cuidado Scorp, estás hablando de la futura señora Zabini – dijo inflando el pecho como si lo dijera con orgullo.

No es por nada amigo pero Weasley no parece tan estúpida como para salir contigo.

Por supuesto que no es tonta – miró hacia la puerta y ella se congeló en ese instante, la había pillado espiándoles – Es una de las chicas más inteligentes de Howgarts y es preciosa...

Hay chicas mil veces más guapas en nuestra casa – ella puso mala cara y Zabini sonrió como sabiendo el mayor secreto de la historia de la magia.

Puede ser pero desde que la vi en el tren este año no hay otra mujer para mi.

¿Cómo puedes decir tantas estupideces en la misma frase?

Soy consciente de muchas cosas colega – Malfoy comenzó a caminar por el aula pero Zabini le hizo un gesto para que se marchase y la guiñó un ojo – Este año promete.

Ella se apartó de la puerta y se dirigió hacia su sala común con el único pensamiento de hacerle tragar las palabras al apestoso de Scorpius Malfoy, y para ello tenía que hablar con Zabini, por mucho que la molestase, para saber de qué iba todo eso que había dicho en aquel aula.