Bonjour~ bueno este es mi tercer fic -que subo- es algo raro y extraño ,es un trabajo escolar sobre la narrativa pero bueno me dieron ganas de subirlo,se aceptan comentarios y bueno mérci pour liré~

Hetalia es de Himaruya y bueno no me pertenece ~

En el mundo existen distintos tipos de acercarse a la divinidad;la buena comida y el amor son parte de ellos, un simple mortal puede despertar en su interior la llama de divinidad que yace en su interior para volverse aunque sea por un instante un dios. No cualquier comida o amor son adecuados para regresar a esa inusual condición, sólo unos pocos son elegidos son menos quienes han sido designados con la importante tarea de conducir a los mortales a esa divinidad.

Sabiendo eso y tomándolo como regla de vida era como Francis se conducía, convencido de que su misión en la vida era ayudar a los mortales a despertar su yo divino. Amaba la buena comida y el amor sin importar el sexo, la edad o la posición económica; el amor es algo divino y si se combina con la buena comida crea el manjar más suculento digno de dioses y prohibido para mortales.

Era un hombre afortunado pues gozaba del amor a ese nivel divino que él quería y en su trabajo era reconocido como un genio de la cocina; amaba lo que hacía y el estilo de vida que tenia, la idea de hacer algo para que los pobres humanos despertaran su conciencia divina era suficiente para que su corazón acelerara su ritmo, su piel se estremeciera y las ganas de cocinar aumentaran; estaba claro, el mundo necesitaba recuperar esa esencia divina y el, él hijo favorito de Dios era el indicado para ello.

Elegante, distinguido y entregado al arte de la cocina y del amor adoraba cuando su blanca piel estaba en contacto con la de aquel al que amaba, sus ojos celestes acariciaban con ternura y piedad a todo ser en la tierra y a cada platillo que preparaba. Sabía que era afortunado pero si bien el era un hombre afortunado el chico que era objeto de su amor lo era más, era a quien había elegido para convertirlo en un Dios.

No cualquiera podía tener ese privilegio solo él, Matthew era su nombre;pequeño y delgado a comparación de Francis a quien no le importaba la diferencia de edad ni la ocupación y menos que Matthew y el fueran del mismo sexo, sólo importaba que le amaba y que iba a hacer de él un dios deleitando su alma y su paladar; cada platillo,bebida,caricia,beso o palabra de amor debía ser perfecto y estimular sus sentidos al grado de que su divinidad latiera cada vez mas fuerte hasta explotar y presentarse en todo su esplendor.

Matthew, Matthew, "mon petit Matthew"… era simplemente perfecto, el más indicado para ser un dios un chico sin malicia que entregaba su alma en todo lo que hacia,distinto de su subnormal hermano y de entre todos los corruptos mortales el más puro e inocente el elegido. Cuando acepto la relación con el francés sin saberlo su vida estaba dando un giro de 360 grados ,dejo de ser el tímido chico al que todos ignoraban o confundían con su hermano para verse envuelto en el ardiente amor de un experimentado chef frances bastante popular con las mujeres y los hombres correspondiendo al amor que Francis le demostraba a pesar de que a veces le asustara esa obsesión suya de querer convertir a la gente en dioses, comenzaba a creer que lo que decía era cierto y que tal vez era cierto que él podía convertirse en un dios.

Y sin duda algo mas delicioso y excelso que un mortal es un dios y Matthew hacía tiempo que había dejado de ser un simple humano para convertirse en un dios mas gracias a Francis y el sabía perfectamente que su trabajo estaba siendo bien ejecutado; hay un mito que sugiere que la carne humana es la más deliciosa para comer,con ese rumor y un momento de delirio fue como se instalo en su mente una peligrosa pero tentadora idea; el amor de un dios es perfecto, el sabor de un dios debe ser lo mejor en todo el universo y el, un genio en el arte de la cocina y el amor seria quien crearía algo con Matthew, le amaría como nunca haciendo que su divinidad alcanzara el último peldaño y superara a los dioses habidos y por haber, su deseo un tanto egoísta de crear un dios hizo que su cuerpo se sacudiera por completo como si una pequeña corriente eléctrica le hubiera golpeado de repente,dejó escapar una sonrisa y se dirigió a la cocina,tenia que prepararle un banquete a su amado dios.