Prólogo

1. Él era un buen muchacho (A simple kind of life)

"I´m so ashamed. I´ve been so mean"

Ya había pasado tiempo suficiente desde que le pusieron ese artefacto en la boca. Ya no había nada en su lugar. Y ya no estaba enojado. Estaba igual, con el negro cabello desordenado, mirando a la nada. Como hacía tanto tiempo. Pero esta vez, ya no podría salir. No sabía hasta cuándo. Paredes de cristal, así como antes su desconocimiento del mundo, lo detenían. Pero sí, era el mismo. El mismo que tenía esa raída camisa verde, esas botas. Ese pelo. No sabía cómo había llegado hasta ahí. O sí sabía: Había retado todo su mundo para terminar… así.

¿Por qué tenía que ser así? ¿Por qué tenía que ser el malo en un mundo lleno de mentes mediocres, de tipos cuya máxima genialidad era decir "Mola, viejo" ? Y de nuevo, ser condenado porque nadie en el puto mundo tenía idea de lo que estabas hablando.

Eso mismo pensó, esa tarde, cuando escapó por primera vez de la vista de Heimdall, para ir al atestado recital de los bardos de No God y luego los de Valhalla, a cargo de un vocalista que se parecía a su fastidioso hermano, pero que era tan flaco como él y era conocido por sus sobredosis con ambrosía. Para oír el absurdo lamento quejoso que salía de la lirista pelirosada, que solo decía "No sé cómo he llegado a este punto, sólo quería ser una mamá. Quería un simple estilo de vida". Él quería simplemente… salir de la sombra de la falsa grandilocuencia, del hastío de la moralidad de su familia.

Era joven y no sabía nada. No sabía que era adoptado, hijo del enemigo de su padre, y que su hermano tendría el crédito por el resto de su vida. Solamente, había escapado. Y había visto a otra persona vestida igual a él, pero con una camisa negra. El mismo cabello. Parecían gemelos, entre tantas criaturas, ninfas y dioses. Era morena, más pequeña. Tan asustada como él, y habían terminado empujados por el jolgorio, por tentáculos, halos de luz.

-Qué onda- le dijo la de negro. A leguas se notaba que no era un niño.

-Qué hay- dijo él, cohibido, y tratando de fingir indiferencia.

-Son buenos, los No God.

-Sí, me gusta su vocalista. Es linda. Mi tipo de chica.- dijo, y se cohibió ante el extrañito por haberle dicho mucho.

-Qué profundo…- dijo levantando una ceja.

-Pfff- bufó, y se quedaron mirándose, y luego seguro escuchando su canción. Tan melancólica, tan absurdamente amante de la nada. De la estupidez en la que él vivía, rodeado. De la grandilocuencia que odiaba. Que quería para sí solo como único modo de dejar de ser una sombra en su casa. De la que ya llevaba ausente unas tres horas.

"I don´t know how I get to this point".

Luego del concierto, con la niña/niño. En medio de los mundos, mirando las galaxias. En una luna árida. Sin hablar de nada. De la vida simple que quizás, tanto como él, ella no tenía. O que tenía en exceso. Las dos cosas lo hartaban.

-Traje cigarrillos de néctar fujuriano. Por si quieres.

Esa vez quiso decirle "no fumo", a la niña/niño. Pero todo lo prohibido le encantaba. Terminaron tosiendo, juntos. Sin hablar de nada. Como unos tontos, novatos, que no se lo podían admitir. Mirando las galaxias que sabía que algún día vería. Los caminos de los mundos que le estaban vedados.

-Entonces, nos vemos por ahí. ¿Cómo te llamas? Se nota que eres asgardiano, o algo.- le dijo, la morenita. Él se fastidió porque hubiese adivinado.

-No te diré mi nombre.

-Ok…- dijo ella, y se perdió en un haz de luz. Él se quedó, inmóvil, en esa luna árida, mirando la tonta quietud de las estrellas . Todo lo que podría aprender, obtener. Obtener.

Ah, sí. Tenía que ir a donde sus padres, porque irían al caluroso y húmedo (odiaba lo húmedo) mundo Deva. Lleno de pavos, colores, animales extraños, y selvas. No lo entendía, y siempre le asquearon los rituales, por lo menos si no tenían nada que ver con él. No es que fuera egocéntrico e inmaduro, solamente… era egocéntrico e inmaduro, y lo sabía. Trató de componerse, y lo hizo. Llegó a donde Heimdall, el guardián de su deslumbrante mundo.

-Heimdall- le dijo, y este levantó una ceja suspicaz.

-¿Aprovechó el estudio, príncipe?

-Ehm… sí. Era … sonido. Música. Lo necesito para un experimento- le dijo, sin mirarlo. Lo odiaba, siempre era inquisidor, y siempre lo había delatado ante sus travesuras. Se atavió, y con su padre, madre y hermano, el amado Thor, fueron al mundo Deva, donde mil gopis o sacerdotisas, celebraron su llegada (de la manera más ridícula, pensó él) y también miles de sacerdotes, con turbantes. Los devas siempre habían sido ostentosos, mil veces más que los asgardianos. Amaban las joyas como muestra de su poder. El ente, Visnú, se irguió, con su cabello negro y corto, entre toda la fauna enjoyada, e hizo una reverencia a Odín, su padre. Laskmí, su esposa, hizo lo mismo con su madre.

-¡Ay, pero ya están grandes! ¡Qué lindoooos!- dijo a Thor y a él, y sintió pegarse junto a su hermano, y su cachete ser retorcido. - ¡Los conocí siendo unos pequeños pedazos de ladoo!

Pronto Laskmí los dejó en paz. Entraron al convite, y luego de la cena, él decidió salir a caminar por los alrededores. Y vio a la niña/niño del recital de bardos. De pronto, se quitaba las ropas (criaturita lánguida), y se ataviaba de manera tan esplendorosa como la reina Laskmí.

Eso le provocaba sonrisas. Aún.

Quince años después.

"For a long time I was in love. Not only in love, I was obsessed. With a friendship that no one else could touch"

"No la volví a ver. No luego de nuestra noche de graduación. Nunca más supe de su nombre, así como nadie más sabrá el mío. Seguro la infamia para los artificiales devas fue tan grande por lo que hicimos, así como la infamia que ahora carcome mi casa por lo que yo hice en Midgard. Por eso su nombre, así como el mío dentro de poco, dejó de existir", pensó, mirándose al espejo.

Era tal y como conoció a la niña/niño. Tal y como cuando escapó por primera vez de Asgard para hacer algo placentero. Esa vez había roto los límites. Y ahora, pensó, lo había hecho demasiado. Destruyó toda una ciudad midgardiana. Sí, mató. Sí, ¿y qué? Bueno, eso creo que no lo entendía nadie más sino él. ¿Qué tan malo había sido convocar un ejército, robar un juguetico y tratar de dominar? Ah, sí… lo de Stuttgart fue genialísimo, fue un bonito espectáculo. ¿Qué tenía de malo? Es decir, ¿por qué no? Sí, hechizó a uno aquí, otro allá, ¿no hacían lo mismo los líderes midgardianos con su gente? No entendía, de veras. Hizo lo que le enseñaron, y por eso estaba como cuando lo descubrieron alguna vez: Castigado. Esta vez para siempre. Esta vez deshonrado. Humillado. Como en la maldita escuela que siempre odió. Realmente genial. El mundo apestaba.

"Like a sick domestic abuser looking for a fight. And all I wanted was the simple things- A simple kind of life"

"Ah, tiempos aquellos en que podíamos tener ilusiones tontas, y nuestro negro corazoncito se salía con la suya", pensó. Negro corazoncito. Ella fue la que acuñó esa ingeniosa frase. La niña/niño que ahora recordaba con aprecio.

Quince años antes

-¡Niña/niño!- recordó haberle gritado a la criatura que ahora iba con un velo, túnica de piedras preciosas y un punto en la frente. -¡Niña/niño!

La que ahora era claramente una niña, volteó a mirar, asustada.

-No me conoces, no te conozco, no nos vimos nunca. Y si dices que fumamos, te echaré la culpa- dijo, apresurada, con su vela en la mano. Él, en medio de su sorpresa, se burló de ver que el enorme vestido verde dominaba a la criaturita, que se veía un poco ridícula bailando en él.

-Lo que tienes puesto, parece pelear contigo. Y por cierto, tu disfraz era asqueroso.

-Quién eres, ¿Laksmí?- tenme- le ordenó, y le puso la vela en la mano.

-Ponla en el suelo- le ordenó, con su típico acento deva*, rapidón, imperativo, menos cadencioso y elegante que el asgardiano. Se sorprendió de hacerlo, mientras ella arreglaba su negro cabello, y luego trataba de dominar su vestido.

-¿Cómo se llama esa cosa?

-Sari. Ten- le ordenó, y le tuvo un extremo de la túnica. La hubiera querido dejar ahí, pero se interesó al verle la cintura, y luego las piernas, lánguidas y morenitas. Pero niña/niño learrebató la vela.

-Chao, pelmazo.- le dijo, y él levantó la ceja. Era ofensiva a pesar de que le había hecho un favor.

-De nada, maldita bruja- le gritó, y ella le hizo una señal obscena. Él le hizo otra. Apenas entró al salón, la vio detrás de la niñita perfecta que ya había encantado a sus padres y hermano, y que se llamaba Parvati.

-Oh, ¡Loki!- dijo amablemente Visnú, rey de los Devas. Un tipo de cabello revuelto, autoritario, pero extrañamente amable. – Te presentaré a alguien con quien seguro te llevarás bien. Tu madre me habló de tu temperamento (Loki maldijo). Dice que eres erudito, pero un poquillo bribón. Aquí tenemos a nuestra inteligente de la familia, un pequeño desastre, eso sí… pero adorable. Kalika Durga Mata. ¡Preséntate!- gritó al grupo de niñas, y niña/niño se tropezó, y cayó a sus pies.

-¡Pero qué belleza! ¡Lo bendijo!- dijo Laksmí. –Al tocar sus pies, los bendecimos- le explicó a Frigga, madre de Loki y reina de Asgard, que miraba la escena conmovida.

-Ayúdala a levantarse, querido- le dijo, y él ayudó a niña/niño (ni loco la llamaría por su nombre tan complicado) a incorporarse, con fastidio.

-¿No se ven bien? Thor ya habla con nuestro Shiva y nuestro Krishna, y el rey Rama- dijo Laksmí, y Frigga se extrañó al ver a su fuerte hijo rubio atrapado entre tres apuestos muchachos, pero riendo con ellos por igual. –Dejémoslos juntos… seguro hablarán de sus cosas extrañas…- dijo ella, y Frigga sonrió a su hijo, que no era un dechado de sociabilidad. Pero vio a niña/niño, y entendió que no sería difícil lograr algo… ahí.

15 años después

Extraños. ¿Por qué ahora recordaba a niña/niño? Por el concierto. Porque le habían dicho que los Devas habían pedido especialmente que ella fuera a ver al extraño. Extraño , en un mundo que no terminó de comprender, y que los tipos de No God o Valhalla describían tan bien, en su patetismo. Extraño que los Devas no tuviesen un motivo para ver al criminal asgardiano más grande de todos los tiempos.

"Que se fastidien, no soy un criminal", pensó, y se acordó cuando dijo esa frase más joven : "Que se fastidien, no soy un anormal". Todo volvía a su ciclo. Pero ahí ya era 'criminal'. ¿Qué era ser criminal? Todos los dioses mataban. Él lo hacía, su padre lo hacía, ¿no eran así las tontas leyendas de la Tierra? Él debía ser un CEO, maldita sea, y eso hacían los CEOS. Si no jodes, te jodes. Entonces, ¿por qué lo que había hecho en realidad había sido taaan malo? Todos esos malditos perdedores lo habían condenado a ser perdedor desde el momento en que ganó.

"Y de eso hablamos aquella tonta… y larga noche".

Años atrás

Mirándose como idiotas en el salón atestado de gente.

-Bueno, dí algo. Así no me sentiré tan estúpida y no justificaré tu cara de idiota frente al mundo. Si tienes que demostrarle algo a tu mamá, hazlo ahora, finjamos que todo ha sido maravilloso y continuemos con nuestras no/vidas.- dijo niña/niño.

-No tengo que decirte nada a ti.

-¿Y por qué? ¿Porque no te dije 'gracias' luego de decirme que mi disfraz era asqueroso? Qué lógico y consecuente.- se burló.

-Tu disfraz atentaba contra la lógica. Incluso un idiota te reconocería.

- ¿Un idiota como tú?

-Wow. Realmente te luces con tus ingeniosos apuntes. Desafías mi mente- respondió él.

-Hago lo que puedo para que fluya la conversación. Sobre todo con gente que cree que 'sociabilidad' es una mala palabra - dijo ella, sin amedrentarse.

-Jiji- Jaja.- dijo él, imitando una risa ridícula, pero sin sonreír, y mostrando sus dientes. Ella le iba a responder, pero no pudo hacer más. Los dos fueron tumbados por una bola metálica, y solo oyeron las risas, y los reproches ajenos por parte de los padres de los dos.

-¡Hermano! ¡Lo siento! ¡Sólo jugábamos!- dijo Thor, desde lejos, sonriendo, mientras los otros jóvenes dioses se reían. Los dos se miraron, irritados, y no pudieron levantarse. Tanto así los había impactado el rayo en el piso. La puta historia de sus vidas. Y años después, recordó esa canción.

"Now all those simple things are simply too complicated for my life. How'd I get so faithful to my freedom?. A selfish kind of life"

Notas:

Aquí olvídense de toda pretensión a la solemnidad. El universo de los dioses es tono 'Orange County', y muy en onda 'vacío adolescente'. Me tomé la libertad de adaptar grupos terrícolas al universo de Yggdrasil, como No Doubt (No God) y Nirvana (Valhalla). La canción 'Simple Kind of Life' es del primer grupo, y es la que refleja este primer capítulo, por lo menos en el tono.

*El acento de los Devas, dioses hindúes, es el del típico hindú hablando inglés.