Bueno pues, este es mi primer fic de Cowboy Bebop. Siempre quise escribir algo sobre mi anime favorito pero la inspiración nunca llegaba, mejor dicho, la inspiración para algo que me pareciera decente. En fin, espero que les guste lo que me trajo mi inspiración hace un par de meses.

Encuentros Esperados

"-¿Ya te vas? y ¿A dónde vas? No me engañas, se que estás pensando en irte, pero te dispararé antes de que… ¡Por qué nunca te inmutas ante nada!"

Spike Spiegel se despertó de un sobresalto, un sudor frío recorría todo su cuerpo. Había pasado ya un año desde que él había decidido averiguar si realmente estaba "vivo" y desde entonces, no había pasado un solo día sin que tuviera sueños relacionados con el Bebop. Sus sueños sobre Julia y los Dragones Rojos había sido remplazados poco a poco por sueños que contenían recuerdos fragmentados de su vida en el Bebop; recuerdos que por más que había intentado, no había logrado borrar de su mente.

En esos sueños, algunas veces soñaba con Jet y otras con Ed y Ein; pero sobre todo, soñaba con Faye; su cabello oscuro y grandes ojos esmeralda lo atormentaban casi cada noche apenas lograba conciliar el sueño y curiosamente, esas eran las imágenes que se presentaban más nítidamente en su cabeza. Su sueño más recurrente con ella era el que había tenido esa mañana.

A menudo se preguntaba qué había sucedido con ellos, aunque trataba de no pensar mucho en eso; había decidido iniciar una nueva vida y tenía que cumplirlo. Lo había decidido así un año atrás, unos días después de haber despertado de un coma inducido que le había salvado la vida. Después de mucho pensarlo, comprendió que era lo mejor para Jet y Faye.

Spike suspiró con pesadez y se pasó una mano por su cabello empapado de sudor. Se levantó de la cama lentamente, un poco tembloroso a causa de la intensidad del sueño. Había parecido tan real que por un momento, al despertar, lo había hecho dudar de su realidad, para después recordar que seguía en su cuartucho en Júpiter, en una de las tantas colonias de mala muerte que existían ahí, de esas en las que nadie te hace preguntas si tú no las haces. Así eran las cosas por ahí.

Se dio una ducha rápida y se preparó para salir a la intemperie; era día de caza. Todavía utilizaba su usual conjunto de traje azul marino y camisa amarilla, sólo que ahora, debido al clima frío del lugar en donde se encontraba, lo había complementado con un grueso abrigo tipo gabardina. Spike abrió la puerta principal y sintió el viento frío golpear su rostro tan pronto como sus pies hicieron contacto con la superficie helada, cubierta de nieve tan blanca que enceguecía. Echó un vistazo alrededor; no había nadie, así que caminó con toda tranquilidad rumbo a un bar cercano que se encontraba a un par de calles de ahí. Spike no era un gran fan de salir a la calle y sólo lo hacía cuando era estrictamente necesario, como en ese momento, pues se estaba quedando sin dinero y era a ese bar al que acudía cuando necesitaba enterarse sobre alguna nueva recompensa. Como estaba sólo, se dedicaba a ir tras las presas pequeñas para no llamar la atención. Tenía que ser precavido, ya que al no haber encontrado su cuerpo y conociendo a Jet y Faye, seguramente tratarían de encontrarlo. Era por eso que había elegido ese planeta; porque supuso que a nadie se le ocurriría buscarlo en ese lugar y aunque lo hicieran, no lo encontrarían. Le había funcionado bien hasta ese momento y esperaba que siguiera así.

Era todavía temprano por la mañana, pero aún así, el bar estaba abierto, aunque un poco solitario. En ese planeta, la gente parecía haber perdido la noción del tiempo, por lo que no era extraño encontrar personas bebiendo desde tempranas horas. Ese bar era un punto de reunión conocido para los cazarrecompensas que pasaban por ahí, por lo que ni siquiera tenía que pedirle al cantinero que sintonizara Big Shot.

Spike se sentó en un banco y ordenó un whisky. Observaba a las presas del día con atención mientras le daba un sorbo a su trago de cuando en cuando. Ese día había varias presas potenciales; eran los hombres y mujeres más buscados por todo el sistema solar; Marte, Ganímedes, Tijuana. Al poco tiempo encontró a la presa perfecta. Su nombre era Tiago Fiatz y era buscado por asesinar a un oficial de policía de la ISSP. Era perfecto porque se encontraba allí mismo, en Júpiter, lo que no implicaría mayor esfuerzo de su parte. Eso estaba destinado a ser un golpe sencillo para el que ni siquiera tendría que utilizar su nave, la Swordfish II.

Unos minutos más tarde, Spike se encontró a si mismo indagando por aquí y por allá, haciendo las preguntas adecuadas a las personas correctas y pronto descubrió cual era el escondite de la presa y también que se iría de Júpiter ese mismo día. Tenía que apresurarse. Era su día de suerte, lo encontró a poca distancia de ahí. Era un hombre corpulento, de esos que con tan sólo verlos sabes que anda en algo turbio. Fue siguiéndolo sigilosamente por un rato hasta llegar a un estacionamiento baldío. Estaba a punto de hacerle notar su presencia cuando repentinamente, de la nada, una figura salió a su paso obligándolo a ocultarse detrás de una pared contigua. Era una mujer.

Spike bufó, cómo era posible que de todas las presas que habían aparecido ese día, otro cazarrecompensas se hubiera interesado en el mismo sujeto que él. Se asomó por un costado y miró a la mujer. Por algún motivo le resultaba extrañamente familiar y se encontró con que le era imposible despegar los ojos de ella. Repentinamente, la mujer se detuvo y él estuvo seguro de que lo hizo porque sintió que alguien la observaba. Se volvió y Spike comprendió qué era lo que le parecía familiar de ella. Su cabello estaba un poco más largo y había dejado que el fleco cayera libremente sobre sus ojos verdes; pero definitivamente era ella, la mujer en sus sueños, la inconfundible Faye Valentine.

Sabía que no debía, que era un error, pero aún así la siguió dentro del estacionamiento; su curiosidad le había ganado la partida. La observó por un rato mientras ella merodeaba por el estacionamiento buscando al hombre. Era tan típico de Faye cometer errores de ese tipo, andar por ahí sin cuidarse las espaldas. Era evidente que eso no iba a terminar bien y no pasaron muchos segundos antes de que todo sucediera tal y como Spike lo había supuesto; el hombre salió desde detrás de un pilar, se abalanzó sobre Faye y puso sus manos sobre su cuello para intentar asfixiarla, tomándola completamente desprevenida. En el acto, la Glock de Faye salió volando varios metros, así que ahora se encontraba en el piso, a merced del hombre.

La mente de Spike comenzó a trabajar a toda velocidad; no estaba seguro de qué debía hacer. Era obvio que no la iba a dejar morir, pero tampoco podía aparecerse así, de repente; todavía no era el momento. Así que hizo lo único que le pareció más lógico en ese momento; sacó su pistola y disparó, matando al hombre al instante. El cuerpo sin vida del hombre se desplomó sobre Faye produciendo un ruido seco. Spike esperó unos instantes. Se sentía nervioso, inquieto, pues el hombre no se movía pero tampoco Faye. Tenía que hacer algo si no quería que muriera. Se acercó cautelosamente a ella para revisarle el pulso, su corazón latiendo a mil por hora. Puso dos de sus dedos sobre el cuello de Faye y se sintió aliviado al comprobar que todavía estaba con vida, pero inconsciente. Se quedo un rato de pie a su lado mientras decidía qué hacer. Fue en ese pequeño instante de duda que Faye abrió los ojos brevemente y lo miró, para después volver a perder la conciencia.

Spike se dio cuenta en ese momento, que era sólo cuestión de tiempo para que se volvieran a encontrar cara a cara.

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