JOLLY ROGER SCHOOL
Capitulo 01: Una escuela peligrosa.
Un nuevo año en la secundaria me esperaba impaciente pero no había nada más molesto que levantarme a esas horas de la mañana, observé con flojera el folleto de la escuela que entregaban cada año, con sólo tres páginas explicaba el procedimiento de ingreso, aceptación y capacitación de sus alumnos, sonreí por el simple hecho de que, básicamente, los que ingresaban tenían una mala actitud o eran renegados de otros institutos.
La institución tiene como presidente a Gold D. Roger, muchas personas no conocen que cuando era joven fue un mafioso muy conocido y que la escuela se construyó con esos fondos, a nadie le importa ahora porque aunque el hombre sea peligroso ha sido una gran revelación para el futuro de las personas. De entre todas las clases y salones sobresalían la Clase 4-A, 4-B y 5to Especial.
En la 4-A, según el folleto del alumno para conocer a sus compañeros, tendría ocho compañeros de los cuales tres serian nuevos; Trafalgar Law, Eustass Kid y Basil Hawkins. En los folletos nunca aparecen fotos de los nuevos pero con mi curiosidad no podía esperar a conocerlos, me levanté de mi confortable cama y me puse el uniforme correspondiente; una camisa dorada bajo una chaqueta negra con el logo de la escuela (Un Jolly roger cruzado con una regla y lápiz), una falda del mismo color de la camisa, medias blancas con bordado dorado y zapatos marrones, sabia que no duraría más de una semana usando el uniforme correctamente pero tendría que esforzarme luego en las materias para pertenecer a la clase especial así que el esfuerzo del uniforme al menos me ayudaría un poco.
La clase especial es a donde van todos los "cerebritos" y aunque no quiero ser una sabelotodo debo hacerlo por algo más importante.
Bajé las escaleras y me encontré de pronto en los brazos amorosos de mi tío, Ivankov.
―Dan, es tu primer día de escuela ―dijo aun sin soltarme― espero consigas muchos amores y amigos, por supuesto...
―Si...bueno, Iva, eso planeo ―musité sonrojada― al menos lo de los amigos claro...
―Por cierto, hoy no podré ir a buscarte ―apenado se dirigió a la cocina y se sentó, el dia anterior le pedí que fuera a buscarme para luego salir a comer algo, como tiempo de familia― pero Inazuma lo hará ―Inazuma también era como mi familia, pero no tanto como Iva.
―No hay problema, creo que puedo regresar sola... ―Nos miramos analizando los pensamientos del otro― ahora yo tengo algo que decirte...
―Si quieres permiso para ir al cine o algo, sabes que los tienes ―sonrió pícaramente.
―No es nada de eso, de hecho es algo mayormente económico ―comente seria.
―¿Necesitas dinero? ―preguntó mientras buscaba en su cartera su tarjeta de crédito.
―No tengo Iva y tú tampoco, ese es el problema ―Sonrojado guardó nuevamente la tarjeta en su billetera.
―Estoy trabajando duro y si quieres trabajar mi respuesta es un rotundo no ―Comentó un poco molesto.
―Sabia que dirías eso Iva, por eso he pensado que podemos rentar el cuarto de mi piso ―dije sacando un papel donde le describí lo que podríamos ganar y las pocas desventajas que tendría.
―¿tú te encargaras de todo? ―preguntó y yo asentí― sólo tengo una condición, que sea estudiante.
Luego de hablar durante un rato sobre lo que me esperaba en el instituto, me fui. Llegando a la escuela pude divisar a diversas personas pero no pude encontrar a la molestia andante llamada Tashigi, cada día de todas las semanas cuando iniciaban las clases se dirigía a mi con ansias de combate pues aunque este año no participaré en el club de espadachines hubiese sido interesante verla de nuevo.
―¡Danharu-chan! ―Me llamó una voz conocida para mi, Perona.
―¡Perona! ―respondí con una sonrisa.
―Escuché que este año habrán muchos nuevos, que molestia ―con una sonrisa dijo:― pero al menos estaremos juntas.
Sonreímos y entramos llegando directamente al salón para sorprendernos con una de las nuevas reglas, los asientos habían sido cuidadosamente marcados y separados,Perona, que antes se sentaba junto a mi ahora por ordenes del mismísimo director Gold debía sentarse de primera en la segunda fila.
―Perfecto ―sentí el sarcasmo en su voz― ahora estaré al lado de la melodramática Hancock y junto a uno de los nuevos...
―Pues yo estaré rodeada de nuevos y con la emperatriz frente a mi ―dije intentando apaciguar su molestia, pero no funcionó.
―Tú la soportas, pero yo no... ―gritó, le dije que bajara la voz pero sólo se cayó y bajamos al auditorio para recibir las palabras del director como era parte de cada año. Bajando las escaleras observamos a los integrantes de la clase especial.
Sugar encabezaba la fila mientras que Ideo, Sabo, Marco y Ace le seguían, pude observar como el último me vio pero al instante me ignoró.
―Típico de Portgas-san ―dijo Perona― ¿Crees que este año volverá a hablarte?
―No lo creo ―respondí.
El himno invadió el lugar y mientras lo cantábamos algo sucedió, las luces se apagaron para que un foco se enfocara en el podio del lugar dejando ver a un chico cabello negro, moreno, con una marca bajo su ojo y lo más resaltante, un sombrero de paja. Tras él aparecieron otras personas, tres de ellos no se pudieron observar con claridad pero los que se observaron destacaban un hombre de nariz larga, una mujer con excesivos senos y cabello rosa, un hombre rubio con una extraña espiral como ceja, un reno amorfo pequeño y un hombre de cabello verde con tres espadas en un costado.
―Luffy idiota ―escuché decir desde la fila de la clase especial, supuse que era Ace pues esa voz nunca la olvidaría.
―¡Yo me convertiré ―dijo en voz baja en el micrófono para luego gritar:― en el próximo rey de los piratas! ―Considerando que el tema de la escuela era la piratería esa afirmación suya significaba mucho, primero que sería el mejor de los alumnos o el mejor de los gamberros, cualquiera que fuera su significado se metía en un lío, con todos los del colegio. Inmediatamente los profesores subieron y los aprendieron.
―Escuché que su castigo será toda una semana de labores comunitarias ―escuché hablar a Monet, una de nuestras compañeras de clase a Sugar.
―Si yo fuera Gold los haría pagar de la peor forma ―contestó Sugar con su voz molesta.
―Sabes Perona...hay gente con valentía para hacer esto y cobardes que los critican ―dije mientras los nuevos pasaban frente a mi y callaba la boca a las chicas, al parecer uno de los nuevos, el pelo verde, me escuchó pues al pasar me sonrío en símbolo de aprobación a lo que había dicho.
Entramos en el salón para recibir la primera clase del día pero sólo para sorprendernos con que Monet nos había preparado una broma, de la puerta cayeron dos cubetas con pintura, cada una con nuestros colores de cabello, a Perona la machó el morado y a mi el rosado, nos molestamos en seguida pero no jugaríamos su juego. Cambiamos de ropa en los baños y volvimos a clase, afortunadamente Buggy no había llegado al salón pero los otros alumnos sí, un moreno de cabello negro sentado tras de mi, me dijo:― Te ha quedado un pedazo rosa detrás ―luego lo siguió un aire misterioso y silencioso.
―Gracias, supongo que el agua no lo quitara todo ―dije sonriendo por lo acontecido, él se extraño pero no respondió.
El puesto de enfrente lo ocupó un chico moreno y rubio que al instante supe su nombre.
―Vaya, vaya...así que te dejaste molestar ―Bellamy río como una hiena― al parecer te extraño mucho, Pink Girl ―él solía llamar así a Perona pero en vista de que ahora yo tenía pintura rosa en el cabello supuso que sería buen chiste decirme su apodo.
―No más de lo que yo te extrañé a ti, Hiena ―dije con un claro doble sentido casi diciendo "si te metes más conmigo tú serás el nuevo Pink Boy". Sonrío y se giró para seguir coqueteando con Hancock, a mi lado se encontraba un chico rubio y cabello largo, sin cejas y con raros tatuajes en el rostro:― ¿Quieres saber tu destino? ―dijo al viento, supuse que era conmigo pero preferí ignorarlo.
Al lado de Perona se sentó un chico de cabello rojo y labios del mismo color, me observó curioso y sonrío. Koala estaba durmiendo en su asiento tras él y tras ella estaba Monet con su sonrisa respectiva, me molestó que en algún momento ella fue mi amiga.
Buggy entró al salón y se presentó a los nuevos quejándose que en la clase 4-B se formó una pelea entre los nuevos y viejos y que apenas llego a tiempo para amenizar la situación. Comenzó entonces a explicar que lengua era una materia seria y en varias ocasiones pensó que los nuevos lo molestaban por su nariz roja, cambió turno con Mihawk quién sólo se sentó dejando en el pizarrón algunas ecuaciones a resolver, terminé en seguida y le entregue en sus manos el papel.
―Mihawk-sensei ―él cerró su periódico y me prestó atención al instante aunque con cierta monotonía― quisiera que me ayudara a mejorar mi promedio este año.
―No lo haré ―dijo yendo al grano― pues lo estas haciendo por cierto alumno de la clase especial y...
―¿Y? ―pregunté algo decepcionada y ansiosa.
―Y te haz marchado del club de espadachines... ―me miró con sus ojos de halcón reconociendo mis miedos― a menos que te unas nuevamente y comiences a pensar el verdadero porqué de tu rápido asenso a la clase especial, no te ayudaré.
―Entonces... ―recapacité― me uniré nuevamente, sensei... ―sonrío. Salí del aula al instante y corrí a inscribirme, las inscripciones se realizaban en un viejo salón de Judo dónde pegado en la pared se encontraba una hoja esperando mi nombre.
―Quizá no debería ―dije indecisa― ¡Pero tengo que!
― ¿Tardaras mucho? ―dijo una voz tras de mi, me giré sonrojada y observé al chico pelo verde, uno de los nuevos.
―Eh, no ―murmure y escribí mi nombre rápidamente, Danharu Jigoku― listo.
Calmado y calculador escribió su nombre en el papel, me miró y preguntó:― ¿Qué quieres?
―Nada... ―no quería que supiera la inmensa curiosidad que tenia por él y sus amigos― de hecho, ¿cual es tu nombre, novato?
―Roronoa Zoro ―sonrió altaneramente― Danharu ¿verdad?
Me sorprendí por un instante antes de recordar que mi nombre estaba escrito sobre el suyo. Asentí.
―Tashigi me ha hablado de ti ―ahora si estaba sorprendida, no muchos conocían a Tashigi y lo contaban tan tranquilamente, al menos tendría una cortada― dijo que antes de que yo apareciera, tú eras su diversión...
―Oh, entonces me cambió por ti, nuevo ―sonreí aunque un poco desilusionada por la confesión― supongo que prefirió a un novato que a un experto ―él dej'de sonreír.
―No creo que yo sea un novato en la espada―con seguridad sacó una espada de su vaina y me apuntó― ¿tú lo eres?
―Peleemos para comprobarlo ―saqué una de las espadas del deposito, pues la mía la dejé en casa y comencé a luchar contra el altanero. Comenzamos dando estocadas al azar pero con gran agilidad, chocábamos espadas una y otra vez, el retrocedía una vez con mis ataques y yo retrocedía igual con los suyos. Sin fijarnos personas comenzaron a llenar el sitio, a la lejanía pude observar a un sombrero de paja sonriente― tienes apoyo ―sonreí. Él observó a su amigo sin desconcentrarse lo suficiente de la pelea.
―¿y tú, tienes los tuyos? ―preguntó, yo eché una segunda mirada y sólo pude observar a Perona gritando ¡Esfuérzate!
―Sí, los tengo ―dije separándome de él, él pretendía atacar y yo me defendería pero Sabo el presidente del consejo de estudiantes nos detuvo.
―Es suficiente, pueden arreglar sus diferencias fuera pero ahora están en el instituto―dicho esto nos dio una reprimenda a ambos y nos pidió que hiciéramos las pases, nos tomamos de la mano pero solo como muestra de tregua, sólo entonces Sabo se marchó.
―Si eres buena entreteniendo ―dijo él guardando su espada.
―Tu igual... ―suspiré― sabes...no creo volver a llamarte nuevo.
Ambos sonreímos a carcajadas mientras Perona y los amigos del pelo verde nos observaban extrañados, esa cualidad de Roronoa de sonreír fue algo que con el tiempo comprendí que no lo hacia con muchas personas, ni siquiera con sus amigos mientras que yo hacia mucho que no conocía a alguien que me plantara cara, Dracule tenia razón debía encontrar el motivo para llegar a la clase especial en mis clases de espada.
Durante el receso me dio tiempo de exparsir por todo el edificio carteles de "se busca inquilino" con mi número en él, varios me escribieron pero ningunome convencía al cien por ciento, a casa llegue caminando deteniéndome en varios sitios, como el parque y la heladería, hasta que cuando me di cuenta ya estaba en cama descansando.
―¡Dan, querida! ―escuché que Ivankov gritaba desde abajo, seguramente quería que le ayudara a quitarse el corsé, bajé corriendo para encontrarme con una sorpresa― ¡Dan, te presento a nuestro inquilino!
N/A: Me alegro de estrenar este One Piece fanfic, hacia tiempo que quería escribir algo como esto y no lo había hecho así que les dejo este primer capitulo.
Informo que cada capitulo tendrá un punto de vista distinto, es decir, éste capitulo lo escribió Danharu desde su punto de vista, el siguiente lo puede escribir Zoro, Sanji, incluso Sugar o Monet, eso lo sabrán pues al inicio colocaré el nombre del personaje.
Sin más que decir, me voy a pintar el cover~ y el uniforme del instituto~.
