Bueno, la gente cree que casi no hay Deeman. Pues tienen razón, así que, para aquí estoy yo.(?) Esto se me ocurrió mientras estudiaba. (XD)
Disculpas adelantadas por los errores pero no tengo mejor accesibilidad a algún tipo de corrector. Haré lo que pueda.
O+o+o+
Un pelinegro, con un colgante de la Cruz de Jesús puesto del revés, llegaba tarde a clase.
- MIERDA, JODER!.- maldecía una y otra vez.- Situaciones desesperadas...- paró en seco e hizo un círculo de fuego con su dedo.
Sin comerlo, ni beberlo, ya estaba en la puerta de clases. Empujó la puerta y paso dentro.
-... -será dentro de tres meses y... Valla, el pálido regresó. Típico de los hombres, quedas con ellos y siempre llegan tarde. Ve a tu sitio.- Dijo la profesora Garrison, que ya de ni se sabía lo que era, ¿Mujer?, ¿Hombre?, ¿Tal vez animal? Ni idea.
El ojirojo obedeció, sin rechistar.
-.. como iba diciendo, en tres meses habrá una inauguración en la sala de anfiteatro. Será el décimo noveno aniversario de la escuela, y los profesores hemos preparado para todos los alumnos, una gala de concurso de talentos, para que cada uno muestre su mejor talento, si claro lo tienen. Porque aquí hay cada mamarracho...- como era típico, les empezó a insultar. Pero no se alteraron mucho, el/ella siempre lo hacía.
Luego de muuuchas aburridas horas en clase, por fin la alarma de clases sonó, y con ella, una avalancha de alumnos. Pocos se quedaron recogiendo sus cosas.
Cuando el pelinegro de oscura expresión se apresuró a abrir la puerta, alguien lo paró. Le tomó del brazo y con una mirada, aunque segura, algo aterrada, le dijo '¿Podemos hablar?'
Aquella mirada ya la conocía. Todos le tenían pavor por ser quien era, el hijo del mismísimo anticristo, no se sorprendía por eso, incluso ya se havía acostumbrado.
Asintió, con su mirada fría y su expresión indescifrable.
- ¿Qué quieres gordo?.- Dijo cuando estaban suficientemente lejos como para que no los viesen juntos.
- Un favor..- Él seguramente tramaba algo, no era propio de él pedir algo a los demás.
De casualidad, un rubio pasaba por ahí. Como era el más ignorado de todos, no se dieron cuenta.
((NO ES UN DIP, OKEY. Lo recuerdo, nada más))
- Necesito que...- susurró algo en el oído del pelinegro. Solo terminar de oírlo hizo estallar de carcajadas, incluso golpear una de las taquillas. No podía parar de reír, incluso cayó al suelo. El otro solo se sonrojo como un verdadero tomate.- ¡DEJA DE REÍRTE!
- HAHAHAHAHHAHAHHAHAHA OH DIOS. ¡Es lo más gracioso que oí nunca!
El rubio escuchó lo susurrado. Aparte de una leve risa, sonrió amablemente.
- Oh. Que lindo, Eric.- Dijo el de la boina.
- ¿¡Lo escuchaste?! Mierda...- maldijo el castaño.
- No le contaré a nadie. Lo prometo.- Dijo Pip. - Yo también puedo ayudar. Para empezar, ¿Por qué quieres eso?.- aunque ya había pasado la broma, el pelinegro no paraba de reír.
- Bueno... - Subió sus hombros.- Nadie sabe que canto bien.
- HAHAHAHAHA TU?! CANTAR BIEN?!.- volvió a estallar de risa, esta vez con una fuerte patada por parte de el castaño en la pierna.
- Damien, es cierto. Yo le escuché en los baños.- defendió el rubio.
- ESPIAS A LA GENTE?! Pero que es esto?! HAHAHAHA.- esta vez se llevó la patada del rubio, un poco más fuerte.
- Cartman, yo te ayudaré.- Dijo Pip con su tierna sonrisa.
- Pip, yo necesito al vampiro pendejo de aquí.- señaló al pálido.
- ¡COMO QUE VAMPIRO?.- Dijo algo rabioso.- Además, ¡¿Porque tendría que ayudarte a ti?!
El pelinegro se levantó del suelo, algo enfadado. La verdad, es que de los tres, el era el más alto sin duda. Luego, Pip era unos pocos centímetros más bajo que Cartman, pero casi ni se notaba.
- El premio de ganar son 1900 putos dólares.- Dijo el castaño esperando que eso le convenciera.
- ¿¡Y eso a mi qu-...?!.- ~Un momento... Si le cambio en el escenario y al cantar le vuelvo a la normalidad... Podrá ser mi venganza por lo que pasó hace años... QUE MIERDA ESTOY DICIENDO?! Claro que aceptaré su trato!. Como me reire al verlo hacer el ridículo.~.- Ok, gordo, cambié de idea, lo haré. A cambio del 64% del premio en caso de que ganarás, lo más improbable.- Le ofreció la mano.
Cartman aceptó dándole la mano el también. Cuando le dio la mano, los ojos del ojirojo se iluminaron y su mano empezó a salir una llamarada.
- AHHG! Sueltame hijo de tu puta madre!.- Se quejó Cartman e intentó soltarse pero no pudo. Un enorme dolor lo inundaba por completo, tal era aquel dolor que cayó de rodillas al suelo, intentado liberarse.
Hizo caso omiso de su petición y siguió con la mano agarrada fuertemente. Logró apreciar una enorme mancha en la mano de Cartman y sonrió ante eso.
- DAMIEN! SUFICIENTE, DÉJALO EN PAZ!.- Pip le dio un golpe en la cara al pelinegro. Desde que todos le escupian y le trataban mal, empezó a ser más duro al defenderse. Y valla si se notaba, del golpe Damien soltó a Cartman.- ESTÁS LOCO O QUE COÑO TE PASA?!.. Déjame ver...- Dijo a Cartman.
Al soltarle, dejo ver que la mano estaba roja y llena de eridas y ampollas.
- Segundo grado... En este tipo de quemaduras, la piel sufre lesiones, pero se regenera completamente luego de unos dias. Generalmente no debería quedar marcas de la quemadura.- Dijo. Se notaba mucho que estaba acostumbrado a sufrir. Pip ayudó a levantarse a Eric y lo guió hasta el baño, donde humedeció la erida, y, como el colegio había recaudado dinero para botiquines públicos en los baños, disponían de todo tipo de materiales.
El rubio sacó un tubo de crema especial para eridas, lo untó en la mano y lo vendó con vendas.
- Ya está.- Cartman desvío la mirada. No estaba acostumbrado a decir gracias. El otro lo notó y sonrió.- De nada.- Dijo.- Él es así... Sólo.. No te fíes demasiado.- aconsejó.
- Solo es para eso... Y ya. No le volveré a ver el puto careto. - Dijo frunciendo el ceño.
- No le digas demasiadas cosas. Sabes que te puede hacer daño.- Dijo señalando su erida.- y precisamente ESO no es tu mayor preocupación.- él solo asintió. Y tenía razón, no debía molestarle demasiado.
Ambos salieron del baño, donde les esperaba el pelinegro, el cual les sonrió con malicia.
- No juegues conmigo, culón.- Advirtió sonriendo.
- Promete no decir nada de esto, Thorn.- Dijo el gordo.
- ¿Y que voy a decir? ¿Qué ayudó a un tío a convertirse en mujer?.- al decir lo último, Pip le lanzó uno de sus zapatos. - ¡HEY!
- CÁLLATE YA, CARAJO!.- Gritó Pip recogiendo su prenda.
Cartman se sorprendió. ¿Desde cuando Pip se defendía tan duro?, ¿Tan mal lo tuvo que pasar? ¿Y porque el no lo hacía?... Damien le podía, no admitiría que le daba miedo... Sólo... Respeto, sí, se podría decir que sí. Entonces, ¿Por qué Pip le controlaba?, no entendía nada.
- HEY, CARTMAN!.- Llamó un pelinegro detrás.- Kenny te está buscando, dice que le debes 5 dólares y... ¿Qué pasa?
- Ya voy, Hippie. No pasa na-...
- Ya... 'NADA', claro..- Dijo el ojirojo, haciendo que el otro pelinegro tuviera expresión de duda.
- Como decía...- Le miro con odio.- No pasa nada. Dile al puto pobre que deje de robarme dinero de la cartera y la próxima apuesta le pagaré. Y añade algún 'puto sucio' y 'apestado' de propina.
El otro solo soltó una leve carcajada. - Eres un caso.- dicho eso, se fue.
- Bueno... Nos vemos mañana, gordo marica.- Dijo Damien.
- ¿Mañana?¿Cómo que mañana?.- su expresión era confusa.
- Quiero saber lo bien que cantas, haber si mi dinero del concurso lo tendré como a favor o en contra. Mañana a las 5, en tu casa.-
- Las cinco? No es un poco tarde?.- él otro solo río.
- ¿Quién te dijo que fuera por la tarde?.- dicho esto, se convirtió en humo y se fue.
- Empiezo a creer que esto fue una mala idea.- Dijo.
- Nos vemos mañana Cartman.- Dijo Pip.
((Bueno, vamos a seguir un poco más))
Al día siguiente, Cartman dormía calentito en su cama.
- Damien, ¿Qué vas a hacer?.- preguntó el rubio.
Damien y Pip estaban el la habitación de Cartman. Se asomaban a la cama del castaño, donde dormía, como no, con algún que otro peluche.
- Infantil.- Dijo el ojirojo. - Hey! Gordo! Despierta hijo de puta!.- Le movió.
De la sorpresa, el castaño saltó y por accidente le dio un golpe al pelinegro, el cual lo miró con ira.
- TE MATO.- iba a abalanzarse sobre el otro, pero el rubio le dio una colleja.
- Para ya!.- ordenó. El otro soltó un bufido de resignación. No le hacía nada solo porque el era el único que no le tenía miedo y se sentía lo suficientemente seguro como para pegarle.
Cartman bostezo y estiró sus brazos. Tenía un pijama de gatitos que le hacía parecer jodidamente adorable.
- Bien, gordo.- empezó Damien.- lo que hacen mis poderes es demostrarte como te verías siendo animal, cosa o persona. Entiendes? Ni te puedo hacer más alto, ni más listo... Te voy a mostrar como te verías si hubieses nacido así..- el castaño asintió. - Bien vamos a ver.
Sin más, chasqueó los dedos. Un fueguecillo voló al rededor de Cartman hasta que explotó como un fuego artificial.
Mientras el humo se disipaba, se pudo notar que el cabello del castaño iba creciendo hasta dond terminaba su codo. Tenía muchísimo volumen y muy revoltoso, al contrario que el otro, que era liso y tenía bastante poco. Un lazo rojo lo acompañaba. Un flequillo también apareció en su rostro. Su piel se volvió más clara, lisa y suave. Sus labios carnosos y sus ojos, sin entender porque, se volvieron color ámbar.
Su estatura disminuyó notablemente, y su vientre era más plano, no era tan gordo, solo algo, quizá demasiado comparado con una chica normal, pero suficiente como para que alguien la levantase. (?)
Su pecho se hizo más grande, aunque no demasiado.
Su pijama de gatitos era el mismo, eso era obvio, todos sabían que Cartman tenía un gusto demasiado especial. Pero ahora el pijama era más grande, dejando ver uno de sus hombros, y la parte de arriba era más larga y le llegaba a las rodillas donde no tenía pantalones. Y por alguna extraña razón, en vez de unos pies con calcetines, aparecieron unas botas de goma impermeables llegaban hasta la media pierna.
Ambos estaban sorprendidos, era muy linda.
-... - Notó que le miraban fijamente y se sonrojo. ~aun más linda.~ pensaron a la vez.- Wow! Unas Katiuskas!.- Dijo mirando a sus botas. - WOW, MI VOZ! Hooooolaaaaaa Queeeeeeeeee taaaaaaaal?. - Dijo escuchándose.
Su voz sonaba fina y acaramelada. La apropiada para una princesa, pensaban ambos.
Ella solo sonrió. Se sentía tan bien ahora. Nunca lo admitiría, pero se sentía muy cómodo y libre.
- Oh dios.- Dijo por fin Pip.- Estas fantástica.- Se sentó a su lado.
La estatura de Cartman nunca había sido su fuerte, y ahora al ser chica, como las chicas son más bajas que los chicos, disminuyó de tamaño. No sólo Pip le superaba, sino que ahora, Damien le daba más miedo que antes.
- Si... Algo...- mintió Damien. Le parecía muy linda, a decir verdad.- Venga canta. Haber si cantas tan bien como dices.
- Cantar? El que?. - Preguntó.
- Lo que sea! Lo que cantastes cuando te espió Pip.- él otro le miro mal.
- Sí, esa misma!.- Dijo Pip.
- Okey... Lo intentaré. Pero no controlo esta voz.
Cartman empezó a cantar el single 'Miedo a querer.' de Paula Rojo. ((escuchenla, es preciosa. Me encantó.))
Al terminar, Pip aplaudió. Damien solo asintió.
- Okey... No está mal... Pero si quieres ganar, tendrás que hacerlo perfecto. Por ejemplo, sonreír más, vocalizar, gesticular... Ok, tendremos que pulirlo todo. Para empezar, tu ropa.
- Obvio, voy en pijama.- Dijo poniendo los ojos en blanco.
O+o+o
Okey, suficiente (/^-^)/ espero que les halla gustado~~
