Disclaimer: Todos los personajes le pertenecen a Cube (si, dije personajes xD) yo sólo juego con ellos. La trama es mía.

Pareja: Kiwoon (Kikwang & DongWoon)

Canción: Usé muchas, pero la que más usé fue "Unchained melody, by Kenny G sax version"


Café

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Era una fría mañana de invierno cuando lo conocí. He de confesar que nuestro encuentro no fue como en las películas de amor, ni parecido. Fue algo doloroso, claro, para él.

Comenzaba el día como cualquier otro, me preparaba para salir a trotar media hora, luego regresar casa y desayunar. Pero aquel día, hermoso por cierto, todo cambiaría de forma radical.

Luego de ducharme, y ponerme una muda limpia, caminé sin prisa hasta la despensa de mi cocina para encontrarme con la horrible noticia de que no me quedaba café, esa bebida tan vital para comenzar mi día. A pesar de que buscaba y buscaba no hallaba nada.

Con el estomago a pateándome los abdominales, cogí mi billetera, el celular y las llaves de la casa. Para mi suerte, había una pequeña cafetería a unas pocas cuadras de mi departamento.

Iba bajando los escalones con rapidez, y sentí una mano detenerme. Volteé un tanto molesto, para encontrarme con ella. No recordaba su nombre, a pesar de decírmelo una y otra vez, era mi tediosa pero sensual vecina. Una hermosa chica de ojos oscuros como la noche, cabello lacio y brillante, curvas suaves y piel pálida. Ella era la fantasía sexual de cualquier hombre, menos la mía. Y no es que fuese homosexual o algo por estilo, es tan sólo que yo quería una relación sería, no buscaba una noche y un adiós.

—Kikwang…—susurro mi nombre en tono sensual. Tan sólo estaba vestida con una camisón para dormir — ¿gustas pasar? —preguntó mientras tocaba con un deje de inocencia fingida la punta del camisón.

Y aquí íbamos de nuevo, yo le decía que no y ella comenzaba a insistir hasta que me aburría de ella y le decía que sí. Me quedaba cinco minutos, y luego inventaba alguna estúpida excusa para irme. Pero hoy tenía preparado algo que jamás pensé en usar.

—Lo siento, mi novio me está esperando —le contesté alegre—.Quizás mañana—

Su cara fue todo un poema. Antes de irme, cerré su boca, la cual estaba abierta por la impresión.

Y no es para menos, un tipo como yo siendo homosexual, no es por lucirme ni nada parecido, pero tengo un buen físico y mi rostro es agraciado.

Seguí en lo mío, mi café.

Las calles estaban un tanto vacías, después de todo eran las siete con cuarenta. Lo bueno era que esa cafetería tenía abierto las veinticuatro horas.

Mientras caminaba por ahí, saludaba a las mujeres mayores que me miraban. Ya a unas dos cuadras podía sentir el envolvente aroma del café recién hecho, y de algunos pastelillos. Mi estomago ya gritaba.

Apuré el pasó llegando en menos de cinco minutos a la cafetería. Al abrir las puertas un fuerte olor a café y dulce me golpeó en el rostro. Una sonrisa atolondrada se asomó en mi rostro. Caminé lentamente hacia la ventana de pedidos y le sonreí a la muchacha que se encontraba detrás del aparador.

—Buenos días, ¿qué desea? —preguntó amablemente la chica. Mis ojos brillaron antes tanto dulce y otras cosas que habían allí. Finalmente me decidí.

—Quiero un capuccino y una rebanada de pastel de fresa, por favor.

La joven asintió, y me paso un pequeño papel. Me dirigí a la registradora a pagar mi comida.

Le entregué el dinero a la mujer, me dio un vale con un número, tenía el 04. El tiempo se volvió eterno, cuando por fin el número tres apareció en pantalla. La persona con el número en pantalla no aparecía, esto parecía una mala broma.

—Número tres, número tres —llamaba la chica del aparador. Mi estomago clamaba por comida. Y esa persona no dignaba a aparecer.

Hasta que por la puerta principal, entró caminando un joven con aire despreocupado. Agitó el papelillo con el número tres impreso en él. Solté un gruñido.

—Menos mal que apareció —susurré con molestia. Al parecer el chico me oyó, ya que de forma inmediata detuvo su andar y se volteó a verme.

— ¿Disculpa? —se dirigió a mí con una ceja alzada. Le hice un gesto con la mano restándole importancia a mi propio comentario. Hizo un gesto arrogante y volteó a tomar su pedido.

Cuando fue mi turno casi bailé de la felicidad. Tomé mi café y mi pastel y caminé a la mesa junto al gran ventanal.

Saqué mi celular, y lo conecté a la Internet del café. Abrí mi correo, nada en especial tan sólo spam. Revisé las noticias, tampoco nada interesante.

Hoy sería un día aburrido, lo presentía. Bueno era sábado, no había mucho que hacer.

Miré alredor, en la cafetería sólo había pocas personas. Una pareja adolescentes enamorados, un señor mayor, el arrogante chico número tres y yo.

Cuando fui a beber de mi café, noté que no me quedaba nada. Hice un puchero, compraría otro.

Me levanté a repetir el proceso, tan sólo que esta vez sería más rápido. Con mi café ya en mano, mi celular comenzó a sonar. Lo saqué y contesté.

— ¿Diga? —no reconocí el número.

Del otro lado sólo se oía una respiración. Me comencé a poner nervioso.

—Tenemos a tu madre…—dijo una voz ronca. Me quedé helado, quienes eran ellos, y por qué mi madre estaba involucrada y…

— ¡Somos nosotros, nenita! —se burló la conocido voz de Junhyung. Las risas de los demás no se hicieron esperar.

Comenzaron a hablar todos al mismo tiempo, y sólo entendía cosas como "salir, mañana, hoy, noche, alcohol, chicas, baile" a lo que deduje, nada. Porque no entendía nada.

En eso no me di cuenta que estaba pasando por la mesa del arrogante chico número tres, y que él se estaba levantando. Mi café cayó directamente en sus pantalones al tropezarme con él. Su grito de dolor inundó el lugar, corté el teléfono inmediatamente.

Sus manos se movían hacia sus pantalones si tocar. Se sentó para seguir gritando.

— ¿Qué mierda te sucede? —gritaba histérico, a lo que asumí que sólo se debía al dolor de mi bebida caliente en sus pantalones.

—Lo siento, lo siento, no fue mi intención —le decía mientras tomaba montones de servilletas y las ponía en sus pantalones.

— ¡Cuidado, qué duele! —gritó cuando mi mano utilizó demasiada fuerza al intentar secar el desastre.

No sé que pasó por mi cabeza en ese momento, pero mis manos ya se encontraban bajando el cierre de su pantalón para ver el daño producido por mi café.

Sus manos tomaron con fuerza inmediatamente las mías, y me miraba horrorizado.

— ¿Qué haces? —preguntó con los ojos abiertos por la impresión. Miré su rostro el cual estaba un tanto sonrojado.

—Yo…Yo sólo quería ver el daño —susurré apenado. El se subió la cremallera y sus pantalones blancos como la nieve ahora eran beiges.

—Mi casa queda a unas pocas cuadras de acá, puedo prestarte un pantalón —ofrecí con amabilidad.

—Es lo menos que puedes hacer —dijo con arrogancia y un poco de rabia, tomando su chaqueta y sus cosas para seguirme a casa.

El camino se hizo más largo e incómodo de lo que esperaba. Al fin en casa, le indiqué donde cambiarse y que me diera sus pantalones sucios para lavarlos de forma inmediata.

En cuanto salió de la habitación, noté que llevaba uno de mis pantalones arremangados, caí en cuenta que él era más alto que yo. Tomó asiento y quedamos en completo silencio.

Decidí romperlo con una frase sencilla.

—Puse tus pantalones en la lavadora, luego lo tendré en la secadora y listos.

Me miró como si fuera lo más obvio del mundo. Prendí la televisión para que el silencio incomodo se fuera, un programa de comedia. Yo me reía, pero cuando lo miraba de reojo el no reía, era raro.

Fui hasta la lavadora para traspasar el pantalón a la secadora en cinco minuto estaría perfecto.

Volví a la sala y el chico seguía en la misma posición. Seguí viendo el programa de comedia, y le mirada de reojo cada cierto tiempo.

Era guapo, ojos oscuros, piel clara, cabello castaño y algo desordenado y unos rosas y delgados labios.

El sonido de la secadora me sacó de mis pensamientos, llamé al chico y le entregué sus pantalones.

En menos de cinco minutos ya estaba despidiéndolo.

—Por cierto, soy Lee Ki Kwang.

El tan sólo me miró para antes de voltear pronunciar su nombre.

—Son Dong Woon.

Al cerrar la puerta presentí que nos volveríamos a ver.

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Hola, hola. Bueh, primer capítulo y eso. Me dio mucha paja corregir errores, así que finjan que no están ahí.

El autor de alimenta de RR ;D 3

LD.