Danna Altin Plisetsky, de cabello rubios, mirada seria y ojos oscuros, era tan parecida a sus padres que nadie creería si dice que es adoptada
Pero lo es porque... bueno, en ese mundo, dos hombres no pueden tener hijos
Pero a ella no le importaba, porque tenía una familia, no era la familia que la vida le había arrebatado de la manera más cruel posible en un accidente automovilístico, con ella siendo la única en sobrevivir porque su madre la protegió, pero era una familia
Fue realmente doloroso cuando sus tíos, la unica familia que le quedaba, dijeron que no era su responsabilidad ver por ella y en una noche nevada la llevaron a un orfanato, aunque la recibieron con los brazos abiertos, ese día, Danna lloró y lloró, se había quedado sola, nadie la quería y ahora debía vivir en ese lugar
Solo tenía cinco años cuando todo pasó
Lo bueno fue que solo se quedó poco más de un año en el lugar, no quería hacer amigos porque en algún momento eran adoptados, pero ella no, a pesar de eso, conoció a un chico con el que se hizo inseparable... hasta que él también fue adoptado
Recuerda claramente como unos días antes de su cumpleaños tocaron a la puerta donde ella y tres niñas más dormían
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-Danna... hey cariño, despierta- una señora algo mayor movía con delicadeza a la pequeña rubia para que despertara
Cuando sus ojitos se abrieron, la señora sonrió
-Ponte más linda de lo que eres, hay dos personas que quiero que conozcas
Solo esas palabras fueron suficientes para que la niña se levantara de golpe y corriera al baño, totalmente nerviosa
Minutos después estaba en la gran oficina a la que había visto entrar al único amigo que había tenido; no era la primera vez que ella entraba ahí, pero el temperamento que tenía... no le ayudaba para nada
Si veía algo que no le gustaba, simplemente lo decía, eso hacía sentir incómodos al resto y terminaban con un "Seguiremos buscando"
Pero no era su culpa, claro que quería salir de ahí, pero estaba aterrada de que la llevara una familia que no la quisiera o que haga mal las cosas para que la devolvieran, ya le había pasado
Entró tratando de no decir algo tonto
Cuando los vio, no se lo podía creer
-¿Dos hombres?- preguntó confundida
Por la cara que puso la casi anciana, supo que había dicho algo que no debía
Realmente pensó que iba a tener que volver a su habitación
Vio al pelinegro reír divertido al igual que el rubio a su lado
-Danna ¿Verdad?- El ojiverde se había acercado a ella y se puso a su altura
Ella asintió avergonzada
-¿Te incomoda que seamos hombres?- preguntó mirándola con tristeza
Rápidamente Danna negó una y otra vez tratando que, de esa manera, retirar las palabras dichas con anterioridad
El rubio le sonrió haciéndola sonreír también
-¿Te gustaría vivir con nosotros? Sé que somos hombres y que quizás ninguno pueda ocupar el papel de tu madre, pero...- miró al pelinegro- entre nos, mi esposo peina mejor que cualquier mujer que haya visto en la vida y a mi me gusta cosas que usualmente a los hombres no les gustaría
-¿Es porque son gays?- preguntó curiosa
-¡Dann-!
-No, no, no le grite- pidió el esposo del rubio, tenía una sonrisa en el rostro
Lo primero que pensó la menor fue que ese hombre parecía un príncipe
-Soy Yuri, él es Otabek y sí, quizás es porque somos gays, o qué se yo, pero somos especiales, ¿Qué dices? ¿Te gustaría venir con nosotros?
Danna los miró
-¿Tengo que decirle "mamá" a alguno?- preguntó confundida- porque los dos son hombres
-Basta con que nos digas papá, o nos llames por nuestros nombres, como te sientas más cómoda- Respondió Otabek adelantándose a su esposo
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La primera vez que rompió un jarrón, aparentemente caro, se puso a llorar pidiendo que no la devolvieran al orfanato
"No vamos a devolverte, Danna" le había dicho su papá
"Son cosas que pasan, solo debes tener más cuidado cuando juegues ¿De acuerdo? No queremos que te lastimes" continuó diciendo su papi
Otabek era su papá, Yuri su papi
Fue la única manera que encontró para que ambos no voltearan cuando dijera "papá" aunque a veces decía "Papá Beka" o "Papá Yura"
Cuando cumplió los ocho años, sus padres la inscribieron a una escuela de ballet que ella tanto había pedido, un año después ella ya estaba bailando, la más joven, pero la mejor
Al cumplir los diez comenzó a correr todas las mañanas con sus padres, medio año después, luego de que un tipo intentó llevarsela cuando había salido a pasear con sus padres, entre clases de colegio y de ballet, se inscribió a karate para aprender a defenderse, al menos cuando estuviese sola y el kazajo o el ruso no estuvieran como sus guardianes
Danna amaba a sus padres
A los quince conoció a su primo; Kaoru, le llevaba cuatro años y casualmente era el amigo que había tenido en el orfanato así que cuando él le dijo que practicaba boxeo, ella también quiso hacerlo
A los dieciséis ya sabía defenderse de cualquiera que tratara de lastimarla o intimidarla, como usualmente sucedía en su escuela cuando se enteraban que tenía dos papás en vez de un papá y una mamá
Además, Danna era realmente hermosa, tenía una agilidad increíble (debido a su constante actividad física y entrenamiento) y siempre estaba entre los que tenían las notas más altas
Poco después de cumplir dieciséis, sus padres le revelaron en qué trabajaban realmente, cómo fue la historia que tuvieron juntos y porqué se habían cambiado de nombre antes (ahora volvían a tener los originales)
El amor y admiración que sentía por ellos creció muchísimo más, con mayor razón siguió entrenando con Kaoru
No entendía la razón por la que le dijeron la verdad, se supone que su trabajo era secreto, pero luego de pensarlo creyó encontrar la razón; era su hija al fin y al cabo, no querían ocultarle nada ¿Verdad?
Quería llegar a ser como ellos
Cuando tuvo diecisiete, casi por cumplir los dieciocho, todo se derrumbó
-¿Danna? ¿Danna Altin?
Un hombre se había acercado a ella mientras volvía de clases, sus padres no estaban, habían salido a una misión así que se quedaba con su bisabuelo
-¿Quién eres?- preguntó lista para soltar su maleta y pelear si es que intentaba hacerle algo
-No te haré daño, solo mira esto
El hombre le entregó un sobre, desconfiada lo agarró
-Puedo aclarar las dudas que tengas, mi numero está ahí, solo no le digas a tus padres... lo lamento mucho
No le dijo más, se puso a correr en dirección contraria, luego de unos segundos lo perdió de vista
Extrañada, llegó hacia la casa de su bisabuelo, saludó, comió un poco y luego fue a hacer tareas, cuando el anciano se durmió, vació el sobre
Documentos y una pequeña tarjeta con un número fue lo que salió de ahí
Proyecto: Afiliación de Hijos de Agentes (AHA)
Objetivo: Los hijos de agentes, serán entrenados y evaluados cada temporada para que sean unidos a un escuadrón especial, en caso de no tener hijos, es aceptable uno adoptado* o un familiar
si se elije un adoptado, los "padres" quedarán automáticamente desautorizados para elegir sobre ellos, pasando estos al servicio de la agencia, de preferencia se pide a aquellos que tuvieron infancia difícil o hayan tenido que pasar por sucesos sumamente dolorosos, esto les permitirá abrir sus mentes a lo que tendrán que afrontar una vez convertidos en agentes
Separación de escuadrón: Serán separados por grupos de tres, siendo el primero conformado por; Kaoru Nikiforov, Jean Joshua Leroy y Danna Altin
Siendo el segundo grupo conformado
Arrugó la hoja no queriendo leer más
-No es cierto- susurró sintiendo las lágrimas salir- No puede ser verdad, ellos no... mis padres no son así...
¿Acaso la habían adoptado para ese estúpido proyecto? No podía creerlo
No quería hacerlo
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HOOOOOOOOOLA
¿Qué tal están? ¿Me extrañaron?
Yo a ustedes sí
¡Y aquí está!
Esto, como ya leyeron en el título, es la introducción de "Si no la hubieran adoptado", segunda temporada de SNLHC y, como supongo que se habrán dado cuenta este fic hablará sobre Danna, la hija de Otabek y Yuri pero sin dejar se lado a ellos, claro está
Espero disfruten de leer tanto como yo de escribir esto para ustedes
Los capítulos van a ser más largos de lo que usualmente hago así que... ya saben xd solo disfruten, los extras serán más cortos y blah blah blah
¡Nos leemos pronto!
