EL FINAL MENOS ESPERADO
Explosiones, edificios cayendo, gritos desgarradores en el aire, las risas tan conocidas de los niños de Konoha era suplantada por pedidos de piedad y suplica.
Las calles estaban destruidas, la gente desesperada corriendo hacia todas direcciones, aplazando un poco lo inevitable, Sakura corría sosteniendo un brazo casi muerto hacia las puertas de la aldea, en el camino un niño agonizaba, se tiro de rodillas a su lado pero era tarde, no había forma de salvarlo.
La chica trago en nudo de su garganta, secó las lagrimas que empujaban por salir y siguió corriendo, viendo gente en extremo heridas, muertas.
Le faltaba el aire pero continuo corriendo, veía las puertas de lejos, a medida que se acercaba la gente era remplazada por ninjas de todo tipo, en su mayoría ANBU.
Le costaba respirar, se sentía mareada, con una mezcla de miedo y asco por el olor de la sangre en el aire, se arrastro como pudo hasta la puerta, una bandana de Konoha en el suelo partida por la mitad.
Intento respirar, miro hacia la derecha y vio a Shikamaru, boca abajo con sus ojos grises, tenia un gran corte en el cuello y estaba rodeado de sangre…
Se acercó como pudo e intento hacer algo, era tarde…
Cerró los ojos de su amigo con los dedos, miró alrededor desesperada, vio unos cabellos rubios entre los árboles más cercanos, corrió hacia allí, pero también era tarde…
Ino Yamanaka, su mejor amiga, ahora no era más que un cuerpo atravesado por miles de armas en un árbol.
Sentía que se descomponía, sus piernas temblaban como una hoja en el viento, mas adelante dos muchachos estaban parados uno frente a otro, camino lentamente y mareada hasta ellos.
El primero en caer fue el rubio, tenia una katana atravesada en el corazón, sus ojos azules ya habían perdido todo rastro de color y su amplia sonrisa había desaparecido por completo, del otro lado el otro chico aun estaba de pie, llorando.
- Sakura… lo… maté – Dijo el chico mientras dirigía sus ojos negros hasta ella, unos ojos que hasta el momento parecían inexpresivos ahora brillaban con las lagrimas, ese rostro arrogante que ahora estaba desecho, con rastros de pelea por todos lados y surcado por dos líneas de lagrimas que no cesaban.
- Sasuke… - lo miró aterrorizada, no podía decirle nada, miro al suelo y allí estaba su otro amigo de toda la vida, ese que le había salvado la vida tantas veces y que ahora había perdido la suya.
- ¡NARUTO! – Gritó la pelirrosa lanzándose sobre el cuerpo sin vida, lo golpeo en el rostro intentando hacerlo reaccionar, le paso de su chakra hasta casi desmayarse, pero era inútil, ya no había forma de ayudarlo, ese chico que soñaba ser el mejor de Konoha había caído definitivamente.
- Es tarde para todos… - Una mascara naranja apareció detrás de su otro amigo, sin titubear o decir nada lo atravesó en el corazón con su propia mano.
Sasuke abrió sus ojos a mas no poder, un hilo de sangre se escapo de su boca y de la misma forma que el rubio abandonó ese mundo, cayendo al lado de su mejor amigo, los ojos de color negro intenso tomaron un color gris rápidamente.
- ¡No! – gritó la chica mientras veía caer al amor de su vida, ya todo era imposible, ya todo estaba perdido.
- No hay finales felices princesita, lo único verdadero son el dolor y el sufrimiento…- Tobi alzó su mano y lanzó un golpe certero, dirigido al corazón.
No tenía fuerzas para esquivarlo, tampoco quería, su hogar, su familia, sus amigos, todo había desaparecido frente a sus ojos, presiono sus labios y cerró sus hermosos ojos verdes esperando la muerte, era lo único que aliviaría tanto dolor.
Espero un golpe que jamás llegó, abrió sus ojos y estaba cubierta de un sudor frió, miro a todas direcciones respirando desesperadamente, todo había sido un sueño, una pesadilla…
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