Aviso: capitulo reescrito.
Disclaimer: Harry Potter no me pertenece (sino otro gallo cantaria). Pertenece a la señora JKRowling y que ella y sus millones se lo queden, mientras tenga los fanfics habrá más historias que contar.
Capitulo 1: La despedida
Como en cualquier día normal de verano, la suave brisa veraniega y el calorcito que emanaba el sol lo convertía en un día perfecto. Los chicos y chicas salían con los amigos, pasando el rato con la familia o simplemente se distraían con su hobbies favoritos. En el típico barrio residencial, lo normal era ver mujeres haciendo la compra, hombres lavando el coche, niños jugando en el porche y algunos más energéticos haciendo su recorrido diario. Pero en una casa de la apacible Surrey, un chico no tan normal, pensaba que podía hacer para salvar su vida y la del resto del mundo.
Cada año, desde que nació, el cumpleaños de Harry pasaba completamente inadvertido, anteriormente eso le ponía triste pero ahora era diferente, lo que menos le importaba era que aquella familia que siempre le había rechazado le felicitara, de hecho, ignorarle era para él una buena señal ya que sabía que así podría estar un rato tranquilo. Sin embargo, tranquilidad era lo que menos había en su interior. Los recuerdos de los últimos años afloraban en él los sentimientos más desesperantes que intranquilizaban lo más profundo de su corazón. La muerte le perseguía y el miedo a perder a alguien más, no lo dejaban vivir. El titulo del "niño que sobrevivió" lo ligaba a un destino fúnebre y ahora que conocía la profecía sabía que aquel destino lo tenía atado, de una manera u otra, a unas cadenas indestructibles.
Ahora, no tenía a donde ir. Hogwarts, el único lugar seguro y el único sitio en el que se sentía como en casa, había perdido todo su valor tras la triste marcha de su director Dumbledore. Para Harry, el mago había significado mucho más que su director y protector había sido su maestro, su confidente y un padre a media jornada. Le había enseñado mucho y le había dado mucho por lo que luchar. Ahora se encontraba desprotegido y era él el que tenía que llevar a la comunidad mágica hacia la victoria. Harry nunca se había sentido tan solo como ahora. Sabía que tendría que luchar y no tenía pensado arrastrar a nadie con él, lo que más le importaba era la seguridad de la gente a la que quería, pero estar solo lo hacía sentir vulnerable y odiaba sentirse así.
Con esos pensamientos había llegado medio día y aun faltaba mucho para que Ron y su familia vinieran a buscarlo para llevarlo a la madriguera, donde pasaría sus últimos días de vacaciones. Bajo a la cocina para ayudar a su tía a preparar la comida, allí se la encontró ataviada con su típico delantal rosa chicle con la cara de un gatito en medio, al verlo una sensación de repelús recorrió todo su cuerpo al recordar a su profesora de Defensa contra las artes oscuras de Quinto año, a quien tanto le gustaban los gatitos como la tortura (para su desgracia).
De pronto se dio cuenta de que su tía acababa de sacar lo que parecía ser la masa de un pastel. Confuso quiso preguntar si era exactamente lo que él pensaba, pero antes que pudiera articular nada su tía llamó su atención
- ¿Te importaría pasar eso que hay encima de la mesa? Después pon la mesa, ya casi está listo. Vamos, muévete, no lo puedo hacer todo yo sola.
De un brinco Harry cogió lo que su tía le había pedido y se lo paso, luego se fue a la sala a poner la mesa. Aun seguía confuso porque le pareció que aquello era una tarta, pero le era imposible imaginar que su tía le estuviera haciendo una, cabía la posibilidad de que así fuera para alguna visita pero desechó esa idea ya que si fuera así ya le hubieran dicho que se escondiera en su cuarto. A pesar que desde el accidente del año pasado sus tíos y su primo eran más cordiales y su tía, que por alguna extraña razón, había adoptado una actitud más tierna hacía el, aquella idea le parecía descabellada.
Volvió a la cocina y allí seguía su tía esta vez decorando lo que Harry supuso por primera vez que era, un pastel.
- ¿Te puedo ayudar?- preguntó el ojiverde.
Petunia le lanzo una mirada rápida y le dijo que sí. Harry cogió la crema y empezó a decorar los lados del pastel. Durante un rato un molesto silencio envolvió el ambiente. Entonces se oyó un suspiro y su tía con la mirada aún puesta en el dulce habló débilmente.
- Harry yo…yo…- parecía costarle hablar, pero pronto su rostro cambió, concentrada en la decoración del manjar habló decidida- Harry yo quería a Lily.
Los intensos ojos verdes del moreno se abrieron desmesuradamente, tal declaración lo pillo por sorpresa, no creía que en ese momento pudiera reaccionar de ninguna manera así que dejó que continuara hablando su tía.
- Cuando era pequeña siempre me había sentido la protectora de mi hermana Lily, al ser la mayor siempre tenía que cargar con las culpas, pero a ella me daba igual ya que me encantaba cuidar de mi hermana. Ella era realmente muy traviesa- suspiro- pero me adoraba verla sonreír- dijo mientras en su rostro se dibujaba una sonrisa melancólica.
– Habíamos estado muy unidas y nos queríamos mucho, pero al crecer empezaron a hacerse evidentes las cualidades de Lily para la magia. Aquello lleno de orgullo y emoción a nuestros padres quienes se vertieron de lleno en llenar de cariño a su hija la prodigiosa.
Harry aun no podía articular palabra. Su tía estaba hablando de su madre y no solo de eso sino de su pasado con ella. De sus sentimiento, se estaba abriendo a él y no sabía que decir.
- Se te va caer la crema- advirtió su tía y volvió a ponerse con la crema, aunque más bien para hacer algo mientras su tía proseguía- Me sentía traicionada había perdido aquello que creía mi virtud y mi deber, ya no podía ser la protectora y confidente de mi hermana. Una simple carta me había convertido y relegado en aquello que los magos dicen una "muggle". Como odiaba esa palabra de alguna manera me hacía sentir inferior. Una simple y mísera carta se había interpuesto como un muro invisible entre nosotras y no podía hacer nada para evitarlo- dijo esto último con un dejo de amargura y tristeza- Me sentía decepcionada y triste. Aquellos sentimientos se fueron convirtiendo en rabia y resentimiento cuando me di cuenta de lo importante que era para mis padres el hecho de ser "especial". Durante los años que Lily pasó en Hogwarts fue distanciándose más y más, me sentía sola.
Cerró los ojos intentado contener aquellos sentimientos que empezaban a resurgir.
- Cuando mi hermanita nos presentó a su futuro marido (James) sentí como aquel lazo que nos unía se rompía definitivamente. Llena de amargura y resentimiento decidí dar la espalda a la hermana la cual creía que me había traicionado y busque un nuevo sentido a mi vida. Había tomado la decisión de convertirme en la perfecta ama de casa y la perfecta "muggle", les daría una buena razón para llamarme así. Sería todo lo opuesto a mi hermana y sería la mejor en eso. Demostraría a mis padres y a mi hermana lo poco especial que era ser mago, aunque supongo que en realidad me lo quería demostrar a mí misma.- suspiró.
Paró y respiró hondo, recordar todo aquello la confundía y le hacía preguntarse muchas cosas, que de responderlas ahora no creía que pudieran consolarla.
Harry la miraba de reojo y en su mente miles de preguntas surgían a cada momento. Se debatía entre la curiosidad y la consideración hacía su tía, aunque no creía que pudiera aguantarse más, prefirió esperar a que terminara. Sentía que aún le quedaba algo por decir, pero no quería que se sintiera presionada ya que podía notar que aquello que le acababa de contar le había costado lo suyo.
Dejo su labor y miró a Harry directamente, intentando mantener una expresión serena continuó- El día que llegaste a esta casa, el día de la trágica muerte de mi hermana, sentí un profundo dolor, el recuerdo de Lily sonriendo tan alegre me vino a la cabeza una y otra vez y me estaba matando. Luego te vi ahí, tan pequeñito, enseguida supe quien eras. Después de leer la carta de tu director, hable con tu tío y accedió a hacerse cargo de ti.
Tu director me explico en la carta lo del hechizo de tu madre, aquel con el que te protegió- dijo girando el rostro a otro lado- y aquel con el que te podía proteger. Eso de alguna manera me hizo sentir feliz, porque en cierto modo me hacía saber que seguíamos unidas.- sollozó- Lo siento…soy tan egoísta.
Después de esta confesión Harry, y a pesar del nudo en la garganta que se le había formado al ver las lagrimas de su tía, no pudo evitar preguntarle a su tía porque si tanto quería a su madre si tenía dentro todos esos sentimientos porque se comportó así y porque le trato tan mal.
- Se…se...que ahora no podrás entenderlo- dijo mientras se limpiaba unas lagrimas - pero en su momento me pareció coherente.
Respiró hondo
- Respecto a ti. No podía evitar sentir rabia por lo que representabas: la magia. De alguna manera me descargué contigo, lo siento, pero de alguna manera tampoco quería que siguieras el camino de Lily, eres lo único que me queda de ella…que me quedaba.
El silencio volvió hacerse presente. Petunia calló esperando una reacción de su sobrino. Harry pensaba que cualquier cosa que pudieran hacerle sus tíos, ya no le podría afectar. Estaba más que acostumbrado, pero una declaración de este tipo lo había perturbado. Podía entender perfectamente ese sentimiento de exclusión al ser diferente, ya que ellos se lo habían hecho sentir día tras día. Pero una mescla de lastima y compasión empezaba a nacer dentro suyo. Ella lo había tratado lo peor que pudo, pero aún así lo mantuvo en su casa protegiéndolo de manera indirecta e, lo más importante, quiso a su madre, para él esto último era más que suficiente.
Levantó la mirada, se aclaró la garganta y mirándola firmemente le dijo- No puedo olvidar todos estos años de maltratos y no creo que pueda perdonarte, pero… gracias por querer a mi madre.
Petunia no pudo aguantar, unas lágrimas rodaron por su cara mientras apretaba su puño contra el pecho intentando contener el llanto. Pasado un rato ya más calmada cogió aquel pastel que habían estado decorando momentos antes y se lo enseñó a su sobrino para que lo viera ya acabado, y con una tímida sonrisa le dijo:
- Feliz Cumpleaños Harry.
Salieron llevando la comida al comedor donde su tío y su primo les esperaban impacientes y hambrientos.
- Ya era hora- gruño su tío.
- Lo siento querido pero es que Harry iba muy lento- se excusó Petunia mientras Harry ponía los ojos en blanco ante el comentario de su tía.
- Bueno muchacho que no se vuelva a repetir. Venga no te quedes ahí pasmado y siéntate- dijo mientras traía una botella de champan, regalo de cumpleaños de tía Marge, que quería acabar antes que viniera ella de visita y se lo acabara.
Sentados todos en la mesa, tío Vernon descorchaba la botella para brindar mientras Dudley contaba un par de anécdotas del instituto. Todos comían y se lo pasaban más o menos bien. A Harry todo aquello le parecía un bastante bizarro e increíble, como un sueño, por eso intento disfrutarlo todo lo posible. Después de una buena charla, donde tío Vernon explicó con gran detalle cómo había engañado a aquel empresario ricachón a comprar más taladradoras de las que necesitaba y de que con el benefició conseguido se irían todos de vacaciones a algún lugar con nombre raro, sacaron el pastel. Antes de soplar las velas Harry contemplo aquella cena familiar e intento imaginarse como hubiera sido su cumpleaños si sus padres continuaran aun vivos. Pidió un deseo desde lo más profundo de su corazón y soplo con toda su alma esperando que se cumpliera aquel deseo.
La tarde había pasado tranquilamente, por una vez en su vida desde que llegó se sintió como en casa, se sintió normal. Sus tíos incluso le habían hecho unas fotos "para el recuerdo" dijeron. Entonces el ruido de la calefacción convirtiéndose en chimenea le despertó de aquel sueño surreal recordándole que la realidad. Ahí estaban, como la otra vez Fred, George, Ron y el señor Wasley fueron a buscarle.
La bienvenida fue bastante diferente a la de hace años. Los dos cabezas de familia se estrecharon las manos, el señor Weasley aprovecho para preguntarle algunas cosas sobre los "mugles" y aunque el rubio intentó responderle se veía notablemente incomodo. Mientras los gemelos le ofrecían uno de sus artículos de broma a Dudley, esta vez solo con fines comerciales, Harry y Ron subieron a la habitación para recoger los baúles y a Hedwig.
El moreno le comentó cómo habían cambiado las cosas y lo sucedido con su tía, el pelirrojo se quedó bastante asombrado y lo único que pudo decir eran extrañas teorías sobre el porqué de aquel cambió. Una vez acabaron de bajar todo Harry y los demás se dispusieron a marchar. Los primeros en irse serían los gemelos con los baúles, después les seguiría Ron con Hedwig, después Harry sería el siguiente y finalmente el señor Weasley cerraría la marcha.
Antes de irse, Harry se despidió de aquellos que habían sido su familia durante 17 años con un fraternal abrazo. "Adiós muchacho", "Cuídate mucho" y "Suerte" fueron las únicas palabras de despedida que le dedicaron. Se colocó debajo de la chimenea y cogió un puñado de polvos negros. Mientras tiraba los polvos flu miró atentamente a los Dursley parecían la típica y perfecta familia e intentó guardar aquella imagen en su memoria junto a los otros recuerdos que guardaba en su corazón. De repente observó los ojos llorosos de sus tíos, en especial de su tía Petunia, entonces lo comprendió todo, la razón de su cambió y la verdad de toda esa felicidad aparente. Ellos lo sabían, sabían que se iría quizá para no volver jamás. Ver aquellos ojos tristes oprimió el pecho de nuestro héroe que por primera vez temió, no por su vida, sino por no volver a ver a su familia (la única de sangre que le quedaba) ni al resto de personas que quería.
El humo pronto lo envolvió todo y se fue.
JEJE, he intentado hacerlo más largo pero no se si gustará.
Besos!
