LOS PERSONAJES DE SAINT SEIYA NO ME PERTENECEN , SON DE SU AUTOR MASAMI KURUMADA.

…..

Hola, aquí de nuevo, si sigo sin actualizar mi otra historia, pero que les digo, no hay inspiración… en fin este viene a ser la continuación de Perdiendo el Status… que publique hace algunas semanas y de los cuales he recibido unos hermosos reviews, lo que me han motivado a seguirle, este iba a ser un solo capitulo, pero se me hizo bastante largo y lo he dividido en dos.

Aquí va a ver más participación de los demás personajes, pero nuestro joven ladrón, aquel que robo a Milo, aun es un secreto, pero por descartes creo que darán con el…

Please reviews, se los agradeceré, son combustible, inspiración, fuerza de voluntad… ya mejor lean y diviértanse….

O.O.O

ENTRENANDO A UN NOVATO I.

El drama se desato a los pocos minutos, como era posible que a Él, si El, considerado el mejor ladrón de Atenas , le roben y quien, por todo culpable solo se le ocurría aquel muchachito a quien ilusamente creyó aterrorizar, si claro tan aterrado estaba que no perdió tiempo en bolsiquearlo y por supuesto hacerse con el esfuerzo de su trabajo, porque si ese era un trabajo tan igual a otro solo que un poquitín deshonesto, pero ahí estaban los políticos, estos robaban estafaban y la ciudadanía bien gracias.

Milo entro en un estado de crisis, adiós cena, Dohko y Aioria miraban tristes la helada cena que había quedado abandonada sobre la mesa, ni siquiera los caros y sofisticados platillos valieron para que el escorpión, dejase de lamentarse y maldecir al mismo tiempo al culpable de su deshonra.

Si Dohko tuvo la esperanza de que el chico se resignase y aceptase la situación, estas se esfumaron en cuanto el menor, luego de casi desbaratar parte de la estancia, sin olvidar que la pobre chaqueta quedo hecha tiras en un intento del joven por encontrar al menos algo que salvase su dignidad. Milo sin oír palabras de las únicas personas que podía considerar familia, se encerró en su dormitorio dando un sonoro portazo.

Los minutos pasaron y ante el insondable silencio que impero en la pieza que ocupaban , estos amigos de lo ajeno, el mayor empezó a preocuparse, el sabia lo difícil que era superar un golpe de esa naturaleza, no es fácil aceptar ser superado por alguien más cuando se es considerado el mejor, a quien nadie logra superar, pero ahí estaba Milo de alguna forma le preocupaba pues si estuviese como el león, cuando le toco pasar por una situación similar, llorando a moco tendido, no había problema lo superaría pronto, pero el chico que estaba en un perpetuo silencio era diferente, orgulloso de sí mismo, Dohko opto por hablar con el…

—Milo, Milo –llamo suavemente.

"No Molesten"

—Abre la puerta Milo –ante la respuesta algo grosera el castaño opto por ser el quien llamase esta vez, solo que a sus palabras acompaño un par de golpes –vamos hombre no es para tanto.

"Cierra el hocico"

—No eres el primero ni el ultimo a todos nos ha pasado al menos una vez.

"Déjenme solo"

—Maestro me puedo comer el postre de milo –comento Aioria en un susurro.

"No"

—Ya lo oíste, Milo cuando te sientas preparado y quieras hablar

"No quiero hablar, quiero morir, la vida no tiene sentido para mi"

— ¿Te vas a suicidar?… ¿me puedo quedar con sus cosas?

—Aioria no ayudas, además…

—Además –interrumpió Milo súbitamente, con ambas manos en la cintura mirando enfadado al león –donde está mi cinturón de piel de becerra, lo necesito para ahorcarme

—Ahí está tu espada –el león asomo la cabeza al interior de la habitación observando el objeto en mención –te puedes cortar las venas con eso

—No –se alarmo Dohko – dejara hecho un asco la pieza, no podría rentarla luego

Un sonoro golpe, era indicativo que el muchacho les había vuelto a tirar la puerta, pero esta vez en sus caras, al menos había salido de su reclusión momentáneamente, conociéndole como lo conocía era un hecho con los días se le pasaría el berrinche, no obstante el disgusto por lo sucedido no sería dejado al olvido tan fácilmente por el orgullosos escorpión.

Sin embargo, no solo en el hogar de Milo se vivía un drama situación diferente eran sus "trabajos"

O.O.O

—Vamos querida Saori, cálmate

— ¿Que me calme?, ¿me estás diciendo que me calme?... le diste a ese pelagatos, ladronzuelo de quinta mis joyas y me pides que me calme

—Por favor, ¿que querías que hiciera?

— ¡Oponerte! ¡Hacerle frente!, ¡pelear por mis joyas!

—Llevaba un arma

— ¿Y qué?

—Eso es lo único que te importa, las joyas y dinero que puedas obtener de mí, sabes que niña creo te haría bien trabajar por al menos una vez en tu vida y ganarte lo que te pones con el esfuerzo de tu trabajo

—Te recuerdo que era una niña cuando me sacaste de mi hogar

— ¿Una niña?... Ja, no me hagas reír, de niña no tenías nada y de la apariencia que ahora posees menos, porque según recuerdo eras todo menos agraciada, invertí en ti más de lo que vales

—Y yo te recuerdo; que si realizaste algo por mí fue pensando en los beneficios carnales que ibas a obtener… viejo verde

—Si a esas vamos, libertina

—Pedófilo

—Zorra

Las primeras víctimas de Milo, estaban como tantas veces en unas de las acostumbradas discusiones que solían tener, en donde se decían de todo y esta vez no fue la excepción y hubieren continuado de no ser porque fueron interrumpidos por un miembro del personal del servicio.

—Disculpe señor Kido, sus visitas acaban de llegar

—Oh gracias Tatsumi, hágalas pasar al salón los alcanzaremos en un momento –menciono el caballero recomponiendo su postura.

— De acuerdo señor se le ofrece algo mas –el aludido negó con un además volcando su atención en la otra presencia, se dirigió donde se encontraba la muchacha –se le ofrece algo a la Zz…. Señorita. –la aludida solo ignoro al hombre como siempre era costumbre en ella –con su permiso…

O.O.O

— ¿Que hago, cristo que hago?

—Todo bien amigo

—No, no está bien.,. Estoy muerto.

—No entiendo, ¿qué paso?, te veo demasiado alterado

—Por favor, tu eres mi amigo, siempre nos hemos apoyado en las buenas y en las malas, somos casi hermanos.

— ¿Qué hiciste ahora?

—juro qué lo iba a devolver…lo juro, pero, pero…

En ese momento la puerta que daba acceso a esa estancia se abrió dejando ver a un joven japonés, con cara de pocos amigos, gesto que suavizó al notar la presencia de su querido hermano menor.

— ¿Eh… Shun? Has tomado mi iPhone, no lo encuentro estaba en mi mesa de trabajo

—Ah…ehh –el menor no sabía que responder cualquier palabra que intentaba formular se quedaba atorada e su garganta, ahora entendía la actitud de su amigo –ah, yo…este –en este punto había paseado sus expresivos ojos verdes hacia su costado izquierdo que era donde se encontraba su amigo, los balbuceos y la expresión de su hermano le daban a Ikki la sospecha.

—Shun?...

—CORRE HYOGA CORREEEE

Si, Hyoga se fio de la persona equivocada

Cualquier ser humano normal entendía a la perfección esos tres vocablos, pero dicho por Shun Ikki lo podía interpretar de diferentes formas, su cerebro traducía las expresiones de su hermanito en el peor sentido, este juraba haber escuchado "tras el hermano mátalo."

O.O.O

—¡Imbécil! Es la última vez que sigo una sugerencia tuya….

—Por favor Afrodita no es la primera vez que vas de incognito

—SI, pero no de mujer –se sacó con furia una peluca rubia –sabes con cuantos sátiros he tenido que lidiar…

—fiu, fiu… eh muñeca cuanto la hora

—Te lo ganaste Death –el joven le soltó un sonoro puñetazo a su compañero, no estaba con humor para las bromas pesadas de sus compañeros policías

—Ya suficiente, el capitán quiere tu reporte –el joven le dio la espalda para dirigirse al despacho en mención. —eh, Afrodita –el otro solo giro apenas –será mejor que antes te cambies no querrás que el jefe te vea en esas fachas

—Gracias Shura, que considerado –soltó con ironía el sueco al tiempo que desaparecía camino a su casillero.

—Pega fuerte –comentó con acento italiano, el que recibió el golpe –que le paso para que este tan furioso

—Le han llovido una serie de propuestas indecentes y la más hilarante fue de un chico a media calle de aquí, le pidió que sea la madre de sus hijos.

Dos minutos después ambos policías se revolcaban de la risa.

O.O.O

— ¡Y ahora ustedes por que traen esas caras?, no deberían de estar en ese concierto de no sé quién –menciono una joven peliverde con un marcado acento italiano.

—Pues camino de ahí estábamos, pero fuimos emboscadas por un ladrón –vertió la pelirroja a la vez que registraba la gaveta de un mueble

— ¿Cómo?

—Como lo oyes, un asaltante nos embosco cuando íbamos a cruzar un parque y nos robo todo lo que llevábamos encima.

—Ya, ¿Y supongo que pusieron la denuncia?…

—Cómo hacerlo si hasta nuestras identificaciones se llevo

— ¿Y lo vieron? podrían describirlo, hacerle un retrato hablado, ¿era lindo?

—Ya Shaina no se trata del tipo que te "robo" a ti

—Ah bueno, no me culpen, por un espécimen como ese le dejo que se lleve hasta mi vida

—Lamentamos romper tus ilusiones pero no se trataba del mismo, aunque si, era guapo y olia rico…

—¡Geist!

—Que, Marín, era guapo no puedes negarlo

—El asunto aquí es que se trata de un delincuente, un hombre que vive al margen de la ley y por muy atractivo que sea cometió un delito y es deber nuestro denunciarlo…y por si no lo recuerdas Geist si estamos aquí es para llevar nuestras credenciales universitarias a la estación policial.

— ¿Y las puedo acompañar?

—Acompañar Shaina, solo eso no a tirarte a cuanto policía guapo te encuentres en la estación… y lo mismo va para ti Geist.

De las tres jóvenes que compartían apartamento, solo una no compartía la vida algo liberal de sus compañeras pues estas ligaban con lo primero que se les cruzaba por el frente, no importa si se trataba de un asaltante mientras este fuera agradable a la vista este par de chicas casquivanas no tenían reparo en entregar hasta las bragas.

O.O.O

— Par de idiotas –el capitán de la estación regañaba al par de jóvenes oficiales que tenían a su cargo esa tarde cuidar los valores de una casa comercial –les dije hasta el hartazgo no despeguen la vista de la camioneta.

—Señor si nos permite

—Nada, cuando se está en servicio nada, me escuchan bien, nada debe interferir en su trabajo y eso incluyen no moverse de su puesto, así tengan ganas de orinar se aguantan… por su incompetencia quedan suspendidos dos meses. Ahora largo de mi vista –los dos jóvenes no se movían de donde estaban

— ¿Acaso no me oyeron?

—Si señor

— ¿Que esperan?

—SI SEÑOR...

El superior de la jefatura, no sabía si reír o enfadarse más, después del disgusto instantes atrás, ya que a ese par de ineptos oficiales de todo les pasaba, desde perder la patrulla que les fue asignada hasta dejarse burlar por una simple grabación, claro que debía admitir que esta vez el ladrón, sus respetos para él, se las había jugado como todo un experto, hacer que abandonen sus posiciones, robar casi en sus narices poco más de diez mil euros y no malgastar una sola bala, eso sí que era ser astuto. Ah si en algún momento ese escurridizo ladrón caería… no era la primera vez que burlaba a la policía.

El pobre jefe de policía no tenía ni idea que tendría una noche agitada a causa del mismo ladronzuelo, pues sus demás víctimas estaban todas al mismo tiempo camino a su delegación.

O.O.O

—Ja, ja, ja…otra vez cuéntamelo otra vez…ja, ja, ja

—Ya cállate estúpido, si hubiera sabido que te burlarías no te decía nada

—Por favor Saga, es que tu no aprendes –un hombre idéntico al que tenía una bolsa de hielo en la cabeza recompuso su expresión burlona par enseriarse un poco –cuantas veces te han asaltado en el parqueo de atrás, ¿tres veces? ¿Cuatro?

—Han sido cinco…. Y no te atrevas a volver a reír o el próximo que tendrá la bolsa de hielo serás tú

—Ya hablando en serio hermano, porque no cambias tu rutina , no digo que cambies de domicilio pero al menos cambia un poco la monotonía de tu vida así al menos evitaras ser víctima de tales circunstancias , porque no vas a negar que todas las veces que te han robado ha sido en el estacionamiento de atrás, eso por llegar tarde por no querer tomar la autopista haciendo el doble de camino… deberías modificar un poco su estilo de vida a lo mejor así dejas de ser blanco fácil para los malhechores.

—Estoy bien así, me siento cómodo viviendo como hasta ahora

—Cabeza dura, al menos has puesto la denuncia en la policía

—No y no pienso hacerlo

— ¿por qué?, te amenazo con un arma incluso te hirió, al menos ve al hospital

—Al hospital menos

—Pero porque

—Y que voy a decir "señor policía, mire usted esta tarde me robo un muchachito y me ataco con un revolver

—Por supuesto –el mayor le lanzo la pistola que había impactado en su cabeza sacándole un chichón –y esto –revisó el arma para enseguida echar a reír… es de juguete ja, ja, ja

—No es de juguete, es real, solo que no está cargada, me la arrojo a la cabeza para aturdirme

—Y lo consiguió por lo que veo…en fin, vamos

— ¿A dónde?

— ¿Cómo que adonde?, a la policía, tienes que asentar una denuncia

—Kanon ya Te dije que no

—Y yo te digo que sí, no seas testarudo yo te acompaño

El mayor de los dos hermanos no pudo negarse más, pues si algo debía reconocer era que si el solía ser terco y obstinado su gemelo era mil veces peor que el, así que lo mejor era hacer lo que le pedía o no se lo quitaría de encima, por que kanon era incluso capaz de hacer público su drama, usando los medios y para no llegara eso mejor con discreción ponía una simple denuncia.

O.O.O

No podía considerarse un ladrón propiamente dicho ya que no hacia esto para subsistir, más bien era algo que descubrió por mera casualidad y que se le daba como algo natural, como si hubiera nacido con esa facultad, reitero no era la primera vez que hurtaba algo y tampoco sería la primera vez que devolvería los mismos. Para aclarar los hurtos que cometía no era a personas que trabajaran honestamente sino todo lo contrario a delincuentes comunes que osaban confundirlo con una eventual víctima, acabando en el proceso esquilados por sus hábiles manos, claro que su apariencia ayudaba y bastante, era sumamente agraciado y de fisonomía delicada.

Esta sería la sexta o séptima vez que le daba un poco de su propio chocolate a un ladronzuelo y como las anteriores también devolvería lo que fue hurtado.

Tenía dispuesto sobre su mesa de estudios, los objetos obtenidos pocas horas antes, los cuales observaba con ojo clínico, lo primero que hizo fue analizar los objetos uno por uno y determinar a quién pertenecían, esta parte de los robos se le hacía divertido, al no conocer a las víctimas no sabía que objetos era de cada quién pero debía de empezar, pronto seria la hora de la cena y debía de darse prisa,

Lo primero que llamo su atención fue una finísima cartera de piel, muy cara por cierto, perteneciente sin duda a alguien con dinero e influencias, la abrió para ver el contenido encontrando algunas tarjetas de crédito, credenciales de clubes exclusivos, cuando llego a la identificación se quedó perplejo

"Mitzumasa Kido", se quedó pensando por unos instantes el nombre se le hacía familiar como si lo hubiere escuchado o visto en algún lado, cerró los ojos y medito unos momentos hasta que al fin pudo relacionar el nombre con el fundador de una de las fundaciones benéficas más importante de la ciudad… habían además un par de colecciones de joyas de la marca tifannys originales , aparte de dos relojes uno con incrustaciones de diamantes en las manecillas y en la corona, el otro aunque caro y fino , no guardaba relación con el primero, además llevaba unas iniciales que no correspondería a Kido. Tomo el primer reloj las joyas y la cartera y lo coloco en un sobre y escribió en él, el nombre del destinatario.

Lo siguiente fue un aparato de ultima generación, el sueño de todo adolescente y joven y con gusto se lo quedaba, pero había un detalle hacerlo representaba cruzar ese umbral que se negaba a cruzar, entonces como haría para devolver ese artefacto a su propietario si no tenía ni idea de a quien le pertenecía , empezó a revisar el aparato e incluso lo encendió para revisar su programación y eureka, encontró una dirección electrónica , abrió su portátil y la busco encontrando el nombre del dueño Ikki Kido…se sorprendió, según sabia el señor Kido no tenía parientes directos, al menos no oficiales. Acceder a los registros de identificación le ayudo a ubicar la dirección donde debía enviar el objeto, antes de guardarlo en un sobre igual que con las pertenecías anteriores, lo miro con añoranza para luego guardarlo.

Lo siguiente fue demasiado fácil. Se trataba de dos carteras femeninas y dos móviles, por el color femenino también, al revisar el contenido vio similitudes en ambas como por ejemplo una programación de la presentación de un cantante que sería esa misma noche, por deducción esas dos jóvenes debían de vivir sino juntas al menos bastante cerca, al ver sus identificaciones noto que la dirección era la misma, más sencillo no pudo haber sido. Como lo anterior todo fue a descansar a un sobre también.

Aquí no podía equivocarse, el sobre permanecía impoluto, ni siquiera le había sacado el precinto de seguridad, no era necesario abrirlo a se imaginaba lo que había al interior, si dinero en efectivo, y la dirección estaba en la parte frontal… directo al sobre. Nuestro joven no tenía ni idea que con su acción dos jóvenes policías serian repuestos en sus puestos nuevamente.

Lo último que quedaba era una cartera masculina, un anillo, una esclava y por supuesto el reloj, de inmediato supo que correspondía a la misma persona, para dar con la victima de esas ultimas prendas, inspecciono la cartera, sorprendiéndose al instante, al tener la identificación en sus manos

—Maestro Kanon –fue apenas un susurro –pero porque su identificación dice Saga Géminis –una expresión seria invadió el semblante del joven hasta parecía molesto – ¡Ni se piense que le voy a devolver esto! ¡No se lo merece!, ¡Lo tirare por ahí! –el chico se había incorporado de la silla y caminaba por la habitación de un lado a otro farfullando molesto , luego de varios minutos al parecer más calmado –por reprobarme en su clase no debería de devolverle nada, pero por otro lado tampoco puedo tener sus pertenecías en casa , si se lo entrego…no, podría pensar que fui quien lo robo, e incluso pesar que quiero extorsionarlo con sus pertenecías por una nota –tenía el ultimo sobre un su mesa –Ni modo se lo enviare tal como los otros,,, aunque sigo pensando que no se lo merece.

El chico guardo las ultimas prendas en el sobre que tenía dispuesto para enseguida guardarlo en el último cajón de su mesa, en los siguientes días lo devolvería, contemplo su área de estudios un poco desordenada, y el desorden era algo que no se permitía a sí mismo. Concentrado estaba nuevamente pero esta vez en sus deberes que no sintió los pasos que se acercaban a su puerta, reacciono al sentir unos suaves toques a su puerta, sonrió.

—Adelante

—Hijo, acabaste tu tarea –pregunto un apuesto hombre ingresando a la habitación.

—Si papá, ya solo guardaba mis libros –respondió al tiempo que se ponía de pie y dirigía su azul mirada a su progenitor

—Como te fue hoy, hiciste amigos –insistió el buen hombre, ya que sabía lo huraño que era su vástago para entablar amistad con otras personas así fueran de su misma edad.

—Lo siento papá pero esos chicos, son muy básicos, yo en verdad preferiría seguir tomando las clases aquí, como antes…

—Sabes que no es posible debes interactuar con niños de tu edad…

—Ya no soy un niño, por favor no me trates como si lo fuera

El mayor todo este tiempo no dejaba de observar a su retoño, había crecido y mucho , no había motivo para que este siguiera recluido dentro del hogar como si fuera un recluso sin serlo, el serio caballero estaba por retirarse cuando noto algo inusual en su hijo, algo que…

— ¿Qué? es esto –señalo una marca que empezaba a notarse en el cuello del menor, una sonrisa ilumino su rostro estos niños de hoy tan precoces –oh ni niño ya tiene novia

— ¿Qué?... ¡NO!... ¿de dónde sacas eso? – el mayor seguía observando la curiosa marca en la parte que el cuello de la camisa no ocultaba y que dejaba a la vista una bonita marca –yo no tengo novia

— ¿Enamorada entonces? –señalo menos convencido sin dejar de ver la marca acusadora, ante tal hecho el joven corrió hasta el espejo más cercano y comprobó

—Ay…INFELIZ… DGENERADO…

— ¿Que no se trata de una chica?… oh cielos –calma, debía mantener la calma ante todo –acaso eres…mmm…eres

— ¡Para ya papá!, no es lo que piensas…ay no por favor.

—Entonces me quieres explicar, porque mi hijo tiene un moratón en el cuello

—Está bien, te lo diré, pero prométeme que no te vas a alterar de acuerdo.

El incómodo joven le relato a su padre, el incidente con cierto ladrón, que al no obtener ningún valor de él, opto por acosarlo y dándole, según el ladrón, un susto de muerte, obviando claro los valores que le sustrajo al ladrón.

— ¡Que no me altere!, un depravado intenta abusar de mi hijo y me pides que no me alteres

—Lo ves, me lo prometiste,

—No prometí nada, en serio no te lastimo –el mayor empezó a palpar al chico buscando algún rasguño o algo que aumentase su furor.

—No papá, olvidas que se defenderme, si intentaba algo pues lo derribaba, recuerda que recibí instrucción en artes marciales y defensa personal. Te prometo que seré más cuidadoso. Por favor no estés molesto

—No estoy molesto, pero me preocupas… tenemos movilidad porque te niegas a usarla

—Me pediste que conociera, la ciudad, que no tenga miedo del exterior, por eso empleo diversas formas de transportes para llegar a casa, e ir a la universidad, no te agobies más, si quieres llevo al chofer

—lo harías por mi

—Sí, papá

El padre del chico salió del dormitorio no sin antes darle un beso en la cabeza antes de salir, por su parte el joven en cuanto se vio solo volvió a correr hacia el espejo, maldecía para sus adentros mientras contemplaba la marca que le había dejado ese ladronzuelo y para ocultar tan infame huella, que empezaba a resaltar más en su blanquecina piel, recurrió a una bufanda enroscándosela alrededor del cuello.

De pronto una sonrisa ladina adorno su serio rostro imaginando que aquel ladronzuelo a esas alturas debería de estarse retorciendo del coraje al no hallar ningún producto de sus fechorías,

O.O.O

Volviendo con el drama de Milo, este aun permanecía encerrado en su habitación, ni Dohko ni Aioria habían vuelto a insistirle con eso de dejar su reclusión, tampoco había riesgo de que el muchacho hiciera efectivo su amenaza de acabar con su vida, solo estaba acabando con la paciencia de ellos, claro que eso era mejor a la primera opción, por su parte los otros dos habitantes ya habían terminado los fríos platillo y solo quedaban los postres…

—Dohko, puedo –el castaño índico el solitario postre que estaba ubicado en el lugar que solía ocupar Milo. –esta demasiado depre como para encontrarle gusto a algún dulce

—Aioria, si por tu culpa se deprime mas

—Lo tendrá que superar, además –el chico ya había alcanzado el postre con ayuda de su tenedor –para cuando se decida a salir al pastel ya le habrá salido musgo.

—Está bien –el castaño sonrió –pero me corresponde la mitad –la sonrisa se esfumo pero en ambos rostros, Milo había salido y por ceño fruncido algo estaba tramando.

Aioria miraba a Dohko, Dohko miraba a Aioria, indecisos de quien abordar al escorpión que para estas alturas destilaba veneno por cada poro, lo vieron dirigirse a un mueble donde Dohko guardaba os efectos personales de cada uno, ese cajón no se abría a menos que algo sumamente grave estuviera pasando, que tramaba Milo, que pasaba por esa cabeza ahora envuelta en telarañas.

—Milo que sucede –apenas alcanzo a preguntar Aioria.

—Voy a recuperar mi dignidad –la respuesta no sorprendió mucho a Dohko, en parte se la esperaba pero para que necesitaría su identificación –pondré una denuncia, daré un retrato hablado de ese truhan –aquí la cosa cambio . Cuando ese muchacho entraba en crisis era un hecho que no pensaba, sus neuronas cometían suicidio colectivo y para muestra un botón, estaba por meterse a la boca de lobo con todo y aderezo.

—Te volviste loco o que –recrimino el castaño.

—Déjame el asunto no es contigo

—Tampoco con la policía, que vas a decir tarado, que te robaron el productos de tus robos…

—Aioria tiene razón, no tendrías argumento para eso y sin riesgo a equivocarme puede que algunos de tus trabajos estén en la delegación asentando la denuncia –Milo pareció pensarlo porque relajo el cuerpo, luego de unos minutos de silencio sin dar replica alguna volvió a su habitación.

Tras cerrase la puerta esta volvió a abrirse otra vez. Para Dohko no eran suficientes las ganancias que le reportaban estos chicos dado que cada dos por tres le solían dar unos sustos y ni que decir de las migrañas asociadas a ellos, Milo salió camino en silencio hasta la mesa y recogió la tarta de chocolate que aun tenia buena pinta y que tenía incrustado el tenedor de Aioria quien veía ilusionado el postre, para al momento ver desilusionado como este desaparecía camino a la habitación de Milo…. Ojala y el postre endulce el mal humor del muchacho.

O.O.O

Un oficial pelinegro atendía a un par de jóvenes señoritas, o al menos eso intentaba pues una de ellas insistía en querer poner una denuncia mientras que las otras dos se le insinuaban con total descaro, el serio policía intentaba por todos los medios no ruborizarse más de lo que ya estaba pues hasta sus medidas anatómicas le habían pedido.

Creyó contar con más suerte cuando llegaron otros tres muchachos, un rubio que en cuanto ingreso a la estación fue directo a resguardarse tras él, enseguida ingreso otro joven mal encarado seguido a su vez de otro chiquillo que buscaba apaciguar el arrebato casi asesino que cargaba el segundo. Shura capricornio era, por esa noche, el encargado de atender la recepción, pero la situación amenazaba con superarle ya que no lograba oír nada pues seis personas hablaban al mismo tiempo,

Como llovido del cielo , otro oficial apodado Death Mask se integró a su costado para ayudarle a solucionar el entuerto que se estaba suscitando, ni termino de instalarse cuando aparece un señor bastante mayor y serio con obviamente las mismas intenciones de los seis primeros, poner una denuncia , aún no había logrado obtener los datos de los agraviados cuando ingresa un hombre con un espejo de cuerpo completo, volvió a enfocar su mirada otra vez en el último sujeto que acababa de ingresar para darse cuenta que no llevaba un espejo sino que eran dos personas completamente idénticas, las cuales avanzaban con decisión hasta el escritorio que estaba abarrotado de personas que seguían en las mismas, peleando por poner una denuncia… ahora se sumaban dos mas

Shura y Ángelo conocido como Death Mask, a pesar de su entrenamiento no lograba poner orden ya que ese pandemónium que se estaba suscitando era a consecuencia de que la ahora decena de personas querían ser los primeros en ser atendidos cada cual argumentando su razones, al mismo tiempo que los otros,…

Afrodita que había escuchado desde el fondo donde estaba su casillero todo el barullo, decidió no ayudar al par de estúpidos que tenía por compañeros, solo por burlarse de él. Sin embargo no fue el único que escucho el alboroto suscitado sino también el capitán de la estación. Quien dejó de lado su labor para poner al fin orden al caos.

Shion de Aries, un hombre de apariencia gentil y temperamento sereno , cuando estaba de buenas , luego del disgusto que le dieron horas antes no estaba en estos precisos momentos de humor, armándose de la casi agotada paciencia que le quedaba salió a poner el orden que sin duda sus oficiales no conseguían.

El Aries imponía con su sola presencia, eso quedo claro cuando ingreso y sin necesidad de levantar la voz insto al orden y silencio. Luego de un par de minutos fue el en persona quien se haría cargo de las entrevistas.

—Bien señoritas- hablo el peliverde –quien de ustedes pondrá la denuncia

—Yo señor oficial –indico la pelirroja de nombre Marín

—De acuerdo … esta es su credencial de estudiante –la joven afirmo –bien siga ese pasillo y al final el oficial que ocupa el escritorio le tomara su declaración –ahora dirigió su amatista mirada a las otras dos que se habían bajado el escote mostrando mejor sus atributos –les recomiendo abrocharse la blusa , el atuendo que llevan no es el más apropiado para pasar la noche en una celda , porque allí es donde irán si siguen insinuándose descaradamente a mis oficiales… pueden esperar a su compañera en la recepción.

Las dos muchachas no esperaron más para salir casi corriendo de la presencia de Shion. Este con una indicación insto a los chicos a acercarse.

— ¿Quién presentara la denuncia?

—YO… –pronunciaron al mismo tiempo el rubio y el peli azul, que desde que llegaron no habían dejado de darse de manotazos.

— ¿Quién es el agraviado?

—YO… –volvieron a contestar al mismo tiempo

—Tengo una celda vacía ¿quién ira primero!

—YO… ¡NO!... ¡EL!

—Irán los dos por armar escándalo en una delegación –dictamino el Aries, sin pizca de paciencia – a menos que se pongan de acuerdo y sin pelear.

—Señor oficial –hablo el tercer chico que hasta el momento se había mantenido en silencio –puedo ser yo quien asiente la denuncia, vera en el ajetreo a mi hermano y mi amigo se dejaron la cartera y sus identificaciones.

— ¿Eres mayor de edad?

—Sí, cumplí dieciocho hace dos días y hoy saque mi identificación, es nueva quiere verla –Shion sonrió enternecido, lanzando al par una mirada que decía lárguense tanto a Hyoga como a Ikki, quienes prácticamente corrieron a la recepción a hacerle compañía a Shaina y Geist.

—Por lo que veo eres hermano de uno de ellos

—Sí señor, Ikki es mi hermano y Hyoga mi amigo va en tercer año y yo recién entre a primero

—Bien, me da gusto por ti, ahora me puedes explicar que sucedió

—Ah sí, resulta que le robaron a Hyoga el iPhone, que era de mi hermano Ikki. Lo tomo sin permiso

—Sabes los pormenores

—Ni siquiera Hyoga sabe en qué momento se lo robaron, menos puede dar una descripción de quien pudo haberlo robado.

—En estas circunstancias es difícil que se recupere el producto, más aun cuando no se puede dar ni siquiera una descripción de la fisonomía del atacante

—Lo se señor, pero solo queremos que quede asentada la denuncia por si llegara a recuperase el artefacto, se pueda reclamar.

—Bien chico eres más listo que esos dos. Ve donde el oficial Shura y dale los datos que me acabas de brindar

— si señor

Ni bien salió Shun de la presencia de Shion, este por medio de Death Mask, insto a presentarse al siguiente en la lista.

—Señor Kido, buenas noches –saludo con un deje de irritación en la voz.

—Buenas noche capitán, no creo necesario recordarle mis generosos aportes al sindicato policial

—Por supuesto, como tampoco sería ético de mi parte que le recordase la celda que ocupo hace algunos años, por extorción

—Shion, eres un hueso duro y eso me gusta, mejor olvidemos rencillas pasadas y nos avocamos a lo que nos interesa

— ¿Y eso es?

—Ah, veras fui víctima de asalto esta mañana y deseo poner la respectiva denuncia

—No sería al revés –murmuro quedamente –eso es todo, en ese caso llene la ficha con sus datos y detalle los objetos hurtados y una descripción del atacante,

—Me temo que lo último no se va a ser posible, esa escoria no se dejó ver el rostro

—Solo lo que recuerde y tenga buena noche.

—Lo mismo para usted Shion.

Después de despedir al viejo Kido, solo faltaban los últimos, cuando Shion los vio recordó el karma que representaron ese par cuando eran más jóvenes, por suerte siempre reservaba una celda en caso a esos gemelos s les ocurriese visitarlo.

—Shion, hombre que gusto, nos extrañaste

—No kanon…para nada, ahora en que están metidos

—En nada malo, ya sabes yo soy maestro universitario y aquí mi hermano he pues, como se llama eso que haces…

—Asesor financiero

—Si eso, puedes imaginar trabajo más aburrido

—Al grano, que hicieron

—nada ya te lo dijo mi hermano.

—Entonces que hacen aquí

—Queremos poner una denuncia

—tú quieres ponerla yo no.

— ¿Qué paso saga?

—Nada exageraciones de Kanon

— ¿Que te roben la cartera y todos los efectos personales y encima que intenten asesinarte a balazos es exagerar?

—Sí, te dije que no exageres, veras Shion, esta tarde un chico me robo la cartera con efectos personales, como reloj, pulsera y un anillo y para salirse con la suya, me arrojo el arma con la que me amenazo logrando aturdirme.

—Pregúntale cuantas veces ha pasado.

—Kanon – advirtió le mayor –es necesario Shion

—Estás en tu derecho de asentar la denuncia, pero no puedo obligarte a nada

—En ese caso, creo que mejor no retiramos, además no creo que ese ladronzuelo se digne a devolver lo hurtado.

—Ah por cierto, recuerdas como era

—No pude verlo bien, estaba contra la luz, solo puedo decir que era joven llevaba capucha y llevaba loción a manzana

—Muy bien, la verdad no tienes mucho, si deseas puedes retirarte, tú también kanon…

—Ah y yo que quería quedarme más tiempo, ya sabes añoranzas del pasado

—Largo…

Los dos peli azules se retiraron, dejando a Shion meditativo, la probabilidades que cinco víctimas de asalto coincidan con los datos del mismo atacante era de por si raro, en verdad rarísimo, pero ahí lo tenía, coincidían en la descripción al menos en un par de ellas, joven casi un crio y llevaba loción a manzanas. Eso le recordó a un vándalo en el pasado la diferencia era que este era apenas un chico y lo más importante, salía indemne de sus fechorías comparado con el anterior ese no atinaba una, su nombre… ya no lo recordaba.

Ese resulto ser un día extenuante, no veía las horas de regresar a su apartamento, como extrañaba a su familia sus niños, su esposa, desde que fue ascendido, había descuidado un poco su vida familiar, pero lo compensaría claro que lo haría.

O.O.O

Los días pasaron en un abrir y cerrar de ojos, los trabajos de Milo continuaron con su vida, retomando ya sea sus estudios o trabajos, incluso un jovencito se avoco a depositar en el correo una serie de sobres, siempre guardado cierta previsiones, como usar guantes para que sus huellas no quedaran impresas, con respecto a Milo este se haba sumido en una profunda "depresión" aunque Aioria lo había catalogado como flojera, ya que el bicho so pretexto de estar atravesando una crisis emocional no movía ni una pestaña para ayudar en los quehaceres de la casa y ahí estaba tirado cuan largo era en el sofá abrazando un cojín y comiendo palomitas…

—Dohko, hasta cuando Milo va a estar haciendo el flojo, yo no puedo con todo

—Vamos Aioria tenle paciencia, que no ves que esta depre

— ¿Depre?, hace una semana que no trabaja…. A mí me botaste a la calle a trabajar a los dos días de mi primera crisis.

—Yo soy más emocional

—Que emocional ni que nada, estas aprovechándote

—Ves cómo me traba…snif –fingió una lagrima

—oh vamos bichito, anímate Aioria no lo dijo en serio vamos sí, no te aflijas –eso colmo la paciencia del castaño, iba a rezongar pero una idea cruzo su mente. El bicho quería ánimos pues se los daría

—oh el bichito esta depre, vamos a animarlo…plaf –un golpe resonó en la estancia, Milo yacía en el suelo sobándose la mejilla de soberbio bofetón propinado por el gato. –oh quieres más estimulo… ven aquí para darte mas

—Ahora si te mato…

—No que estas depre

—Pues ya no

—Que bien Milo, ahora puedes retornar el trabajo muchacho –hablo Dohko haciendo que el escorpión parase en seco… su teatro se había caído, ahora debía de regresar al mundo cruel. –Aioria, la comida

Esta vez el muchacho no refuto nada, se había salido con la suya, regresó a la cocina se colocó el delantal y siguió con lo que había dejado en pausa momentos atrás, esta vez estaba satisfecho, Milo era un reverendo manipulador, pero el sabia como bajarlo de su nube, algunas veces.

La cena transcurrió tranquila, con uno que otro trozo de pan volando de un lado a otro, nada fuera de lo normal, motivado por las aguas mansas que se viva en su pequeña pieza Dohko decidió hacer de conocimiento de ambos chicos una corta ausencia de su parte.

—Entonces ya lo saben, no quiero nada de dramas, quedaran ambos a cargo de la casa y si algo acontece lo resuelven sin pelear

— ¿Y nos dirás a dónde vas?

—Eso es un asunto personal que no les concierne.

—Ah… -ambos muchachos cruzaron miradas cómplices -¿faldas o pantalones?

—Pero que se han creído par de majaderos, solo para dejarles claro ni uno ni lo otro

—Ah no –volvieron a la carga –entonces ¿biberones?

—Ahora sí, vengan acá

Los muchachos corrieron cada quien a su dormitorio eso si trancando por dentro, no vaya a ser que Dohko les diera la tunda de su vida por insolentes.

Llegado el amanecer Dohko salió de la pieza, dejando a ambos muchachos aun dormidos, antes les había dejado sobre el congelador una nota con los deberes de cada uno, aunque era la rutina de todos los días mejor imponer orden en esos críos o de lo contrario no encontraría su pieza en pie.

Milo aunque lo intento no pudo volver a su rutina, el recuerdo de lo sucedido estaba fresco en su memoria. A cada posible trabajo que ubicaba terminaba perdiendo al imaginar ver al chico que oso humillarlo, a los tres días de ver frustrados cada intento de hurto decidió buscar al culpable de su desdicha para ello se avoco a conciencia a ubicarlo y qué mejor que dando una descripción hablada, solo que había un pequeño detallito.

—Eh, vera, algo así de este tamaño –no definía si la altura era a la de el sobre su hombro o debajo de este –ojos redondos?

—Lo siento no creo haber visto a alguien con esa descripción

—Gracias… eh oiga señor me puede ayudar –Un hombre no tan mayor se detuvo a la mención de la palabra ayuda –estoy buscando a una persona, es más o menos de mi talle tiene el cabello creo que corto, ojos redondos, una nariz, se parece a un renacuajo.

—Con esos datos no creo que alguien pueda ayudarte muchacho, de casualidad sabes su nombre, color de piel y ojos, algún rasgo característico

—eh, pues no nada.

Y ese era el problema de Milo, no era de observar demasiado a menos que se tratase de un trabajo, y el chico no lo era por ello no puso mucho interés en observarlo físicamente, al ver que no obtenía nada, opto por la otra opción que tenía, si ir a los mismos lugares en que coincidió con el chico.

Tampoco resulto en las afueras de la universidad privada en que lo vio por primera vez no se había vuelto a presentar, tampoco en el paradero del bus que el abordo, menos lo vio aparecer en la calle donde lo asalto, empezaba a convencerse de las palabras de Aioria, este le había dicho que muy probable ese escurridizo ladrón no pondría un pie por donde anduvo, al menos por un buen tiempo, el gato tenía un punto mejor intentaría avocarse a su labor habían trabajos que esperaban por él.

Tomando una manzana roja y lustrosa se encamino a su hogar, más atrás cruzando una calle, al interior de un auto oscuro un par de ojos azules lo observaban, el joven que iba al interior sonreía divertido, ese ladrón era más predecible de lo que imagino.

Volviendo al hogar de Milo, el otro habitante ya se encontraba allí desde tempranas horas, al no estar Dohko, pues se relajaban un poco y flojeaban también, estaba jugando videojuegos cuando oyó tres suaves toques a la puerta. Le extraño pues tanto Dohko como Milo tenían llaves, dejando el mando a distancia a un costado del sillón se encamino a la puerta.

—Si buenas –ahí parado estaba un muchachito de delicada apariencia llevaba en sus manos un pequeño maletín –en que puedo ayudarte

—Hola soy Mu

—hola, no te ofendas por favor pero no quiero comprar nada –se excuso

—No, no se trata de eso –sonrió –busco a Dohko, esta es su casa –le extendió un papel que el heleno leyó tan pronto estuvo en sus manos.

—Si esta es, aunque lamento decirte que él no está aquí ahora –el jovencito se entristeció al oír aquello –pero podemos esperarlo si quieres

—No te molesta si espero

—Claro que no, pasa

—Gracias –ingreso a la estancia, que oh maravilla estaba limpia y ordenada, sentándose en el sofá que le señalo Aioria, por su parte el castaño corrió a llamar a Dohko.

"Hola Dohko… no hemos incendiado nada, aun, escucha hay un niño aquí que te está buscando su nombre es Mu"

"Mu, has dicho Mu"

"Que si, por que no nos dijiste que tendríamos visitas"

"Escucha bien Aioria, su padre y yo somos amigos de juventud y hace unos meses me aviso que su hijo vendría a la ciudad"

"y le ofreciste la casa"

"No, exactamente, algo debió suceder para que Musito se haya venido así, escucha bien y hazle presente a Milo, ese niño es mi invitado trátenlo bien, sean hospitalarios y enséñenle todo, es nuevo en la cuidad y no conoce nada"

"De acuerdo, cuando vuelves"

"En una semana aproximadamente, no me defrauden"

Y la llamada se cortó, dejando a Aioria pensando en las palabras de Dohko, pues el mensaje era diáfano, claro: ese niño era un novato y ellos tenían la responsabilidad de guiarlo e instruirlo, en palabras de Dohko enseñarle todo lo que ellos sabían… en otras palabras enséñales los artes del oficio que tan bien se les daba a ellos… "ROBAR"

Volviendo con mu, este se hallaba observando curioso un artefacto completamente desconocido para él, veía risueño las imágenes del televisor que lo había cautivado, a pesar de que su padre tenía ahora la solvencia para adquirir uno de esos, en su pequeño apartado y aislado pueblo aun no contaban con suministro eléctrico, por lo cual había tecnología que aún no sabía que existía, para hablar con su padre tenía que trasladarse por varias horas a una ciudad más grande de allí podía hablar por teléfono ya que no poseían siquiera señal en su hermosa Jamir.

—Gustas una limonada Mu –ofreció el heleno, a un casi hipnotizado Mu, frente al televisor.

—Oh gracias, vives solo con Dohko

—Ah no, Milo también vive aquí

— ¿Quién es Milo?

—Nosotros somos ahijados de Dohko, ya conocerás a Milo, no tarda en llegar

Y en efecto, en ese instante el sonido del llavero en la cerradura era sinónimo que el otro heleno había llegado. Tan pronto ingreso a la estancia noto de inmediato a la visita, quien lo miro entre sorprendido y asustado, a veces Milo tenía un aura que intimidaba y en esta ocasión ese fue la impresión que se llevó Mu, pues el peli azul tenia gesto sombrío, mas parecía perro rabioso próximo a lanzarse al ataque.

Luego de las presentaciones oficiales, la impresión que se llevó de Milo había cambiado por completo pues este otro chico que apenas le llevaba dos años, era divertido y juguetón, le sacaba más sonrisas y carcajadas con sus anécdotas parte de los chistes que le contaba y que tenían más gracias que los que contaba Aioria, eso puso celoso al león, él quería ser algo así como el mentor del menor, pero con su carisma Milo le había desplazado.

Como no contaban con otra habitación, acomodaron a Mu en el dormitorio de Dohko, tanto Milo como Aioria estaban mas que encantados con el chico, sobre todo porque de ellos dependería el transformar a Mu de un buen chico en el mejor ladrón. Milo estaba más que inspirado, durante la noche imagino escenarios en donde veía orgulloso a su pronto pupilo convertido en el mejor, ese sería su legado, claro que de otro lado de la pared donde justamente dormía Aioria este tenía iguales pensamientos a los de Millo.

Estaba por ver cuál de los dos lograba primero su objetivo.

O.O.O

—Buenos días –Muy correcto y formal saludo el de cabellos lilas.

—Buenos días Mu. Toma asiento ya mismo se sirve el desayuno –Milo se apresuró a cederle su lugar al menor, ganándose la filosa mirada del león quien había tenido el mismo pensamiento.

En la cocina

— ¿Que pretendes?

— ¿De qué hablas gato?

—No te hagas, puedo oler tus intenciones…

—Ah sí, según tu cuales son mis intenciones

—Ganarte la confianza y aprecio de mu para quedar bien con Dohko y que te nombre su mentor.

—Uy…alguien esta celoso

—Celoso de ti por favor,

—Trae tú el cereal mi pupilo espera –salió milo llevando una cesta llena de panes que desprendían un buen y agradable olor, Aioria gruño fiero, pero recompuso su expresión al entrar en el comedor oponiendo la mejor de sus sonrisas.

—Espero sea de tu agrado Mu, puse todo mi esmero en que quedaran bien –

—Huele bien, seguro que están deliciosas Aioria

—Espera a probar mis panes

—Seguro sabrán bien, gracias a los dos han sido muy buenos conmigo… ¿y en que trabajan?

—Oh eso, obras de caridad

— ¿en serio?

—Sí, tomamos lo de otros no quieren y se lo damos a los necesitados –si claro los necesitados eran sus pobres bolsillos.

—Pero cuéntanos de ti Mu, háblanos de tus padres…

—Ah si mi padre, trabaja acá en la ciudad, fue ascendido y lo destacaron hasta Atenas

— ¿Y cómo se llama?

—Shion de Aries.

Oh, oh, Mu era hijo de Shion… aquí habrías serios y negros problemas. Mejor no hubieran preguntado.

Continuara.