Holiss!~~ luego de andar desaparecida por aquí, volví con algo extraño... o.0

Sin más, los dejo con este fic... :)


Era tonto… todo esto era tonto. Primero que yo sintiera esto, segundo que fuera exactamente por él. ¿Es que es la única persona que existe? ¿Habiendo tantas mujeres yo me voy a enamorar de un hombre? Yo… simplemente no puedo estar enamorado de él. Ni siquiera amigos somos como para decir "es simplemente un sentimiento de amistad".

¿No es que en el amor no se valen ni la edad ni el aspecto? ¿Por qué tiene que importar el sexo?

Me miro nuevamente a espejo y me vuelvo a mojar la cara ¿Cuántas veces más tendré que levantarme a media noche por estos tontos sueños que tengo de él? ¿Cuántas veces más tendré que perderme entre fantasías creyendo que algún día me verá como algo más que un simple compañero de equipo? Soy realmente patético. Alguien como yo enamorado de esta tonta manera. Endo tan solo es mi compañero de preparatoria, nada más…

Niégalo cuantas veces quieras, el resultado siempre va a ser el mismo.

Simplemente no puedo ser tan idiota de enamorarme de un hombre, no puedo ser tan idiota de enamorarme del novio de mi amiga, no puedo ser tan idiota de seguir negándolo. ¿Y ahora qué hago? Sé de acá a la luna que Endo nunca me correspondería. ¿En qué momento dejé yo de ser aquel Fudo tosco y rudo? Diablos, ni siquiera conmigo mismo puedo estar bien. Me siento un completo tarado estando en esta situación.

Kidou dice que le tendría que contar… ¿en qué momento le pedí un consejo a Kidou? Siempre, es mi mejor amigo aunque no lo parezca.

El amor cambia a las personas ¿acaso no lo sabías?

Nunca en mi corta vida me había enamorado. No sé cómo reaccionar a todo esto, no sé qué debo hacer realmente, no sé cómo debo actuar, no sé nada. Lo veo y me siento como un tonto, me sonrojo, mis piernas tiemblan, tartamudeo inevitablemente… quedo en ridículo. Suena raro, lo sé. Pero no puedo hacer más que callarme todo esto ¿acaso él sería tan bueno de aceptarme como un amigo? No, de seguro si le digo lo que siento me va a ver como un simple enfermo más. De enfermo no tengo nada.

El amor, en cualquiera de sus facetas, nunca puede ser una enfermedad

No puedo dormir, no puedo estudiar, no puedo concentrarme, no puedo nada. Soy inútil. El amor me hace inútil. Endo me hace inútil ¿Cuándo fue que nació este sentimiento en mí? ¿Cuándo fue que lo ví como algo más que un compañero de equipo? ¿Cuándo fue que me enfermé? Porque de tanto pensarlo, realmente me siento enfermo. No puede ser normal todo esto que siento. Si tan solo esta fuera una de esas fantasías en que los enamorados se quedan juntos… ahí está de nuevo, yo pensando como un sentimentalista. Odio el amor… odio a Endo…

No puedes odiar lo que amas, es simple lógica

No soy capaz de comprender que es lo que todos llaman amor. Miles de personas se llenan la boca diciendo que el amor es el mejor sentimiento que existe, que casusa una felicidad inimaginable…

Ellos dicen todo eso porque siempre la tuvieron fácil, nunca tuvieron que afrontar verdaderos problemas, las personas que dicen eso o tuvieron mucha suerte, o simplemente mienten. Yo siento amor por alguien y no estoy feliz ni tengo ganas de afrontar la vida…

– Fudo… hola… ¿vas a terminar el examen o te vas a quedar papando moscas? – me preguntó mi compañero de banco.

– Cierra tu boca Kidou, déjame tranquilo – le dije volviendo a mi hoja y tratando de concentrarme, cosa completamente imposible.

– Creo que estás bastante mal, mira no poder concentrarte en un simple examen – me burló Kidou.

– Ay Kidou, cierra tu bocota o Touko se va a enterar de algo – lo amenacé – ¿querés eso?

– Tampoco era para que me amenazaras así – dijo volviendo a su examen.

¿Tan difícil podría ser poner mi atención en la hoja que había enfrente mío? Pues sí, no podía dejar de mirar a Endo. Diablos, ese pibe me trae loco.

Terminé el examen y se lo di al profesor. Salí del salón con el alma por el piso, Kidou tenía razón, no poder concentrarme en un simple examen era grave.

Se suponía que tenía que ir al club de futbol porque tendríamos entrenamiento, pero al pasar por allí le avisé a Fuyuka que no iba a entrenar, me sentía mal.

A mi casa no tenía ganas de ir, allí estaría mi madre renegando con algo.

Kidou me taladra todos los días con que debo ir de frente con Endo. ¿Y qué le voy a decir? "Hola Endo, ¿sabes? Estoy enamorado de ti, espero que no me tomes como un enfermo". Realmente a veces sueno patético. Todavía no puedo creer estar enamorado de alguien como Endo…

En vez de ir a mi casa, me quedé en el puente del río, el que está cerca de la cancha que usamos a veces para entrenar. Me quedé pensando… ¿Qué pasaría si logro que Endo sintiera algo por mí? Lo sé… estoy delirando.

El delirio es parte del amor ¿no lo sabías?

Me sentía fatigado de tantas preguntas sin respuestas. ¿Es que acaso la vida siempre va a ser así de dura conmigo? Nunca tengo suerte en nada. Me pregunto si algún día podré ser verdaderamente feliz… La felicidad no parece llevarse muy bien conmigo que digamos. Desde que tengo uso de razón, nunca he podido ser verdaderamente feliz. Si he tenido algunos momentos efímeros, con el equipo, con mis pocos amigos. Pero esa verdadera felicidad, aquella que la gente busca toda su vida ¿realmente existe? ¿O es tan real como el Conejo de Pascuas? Porque yo puedo jurar, por mi hermano, que no existe… nunca la he experimentado, y realmente no creo poder hacerlo en algún momento.

Aunque tú no lo creas, la felicidad existe y no es un sentimiento efímero… no es una ilusión, es una expectativa de vida que se puede hacer realidad

Y tiro otra piedra al río. No sé porque no puedo decir "ya no lo amo" y realmente dejar de amarlo. Yo sé que nunca voy a ser correspondido, que lo mío está mal, que lo único que me provoca es sufrir… Sé que amarlo me hace terriblemente vulnerable a sentimientos tontos. Y aún así lo amo. Yo sé que no debo hacerlo, y aún así no me lo puedo sacar del corazón. ¿Es que además de ser infeliz también me he quedado sin suerte?

¿No sabías que en el amor, tu cerebro no ganará? Tu corazón nunca te hará caso, tú le tienes que hacer caso a él

Otra piedra más… estoy completamente harto de esto, soy capaz de tirarme de este puente ahora mismo. Juro que ya no puedo ocultar más esto. Me duele el pecho, simplemente eso, me duele. Siento una punzada tras otras al verlo con Fuyuka. Siento una punzada tras otra al escuchar cómo me habla feliz de la vida. Siento una punzada tras otra con el simple hecho de pensar en él. Siento… ciento que me muero si sigo con este tonto secreto que ni yo quiero admitir.

De eso se trata la vida, de poder pasar todas las piedras que nos pone el destino…

Pero a la vez tengo miedo de ir y decirle que me pasan cosas con él y que me mire como si yo estuviera enfermo. Es que la mayoría de las personas pensarían eso, que yo soy un enfermo por gustar de un hombre. Y no lo niego, porque tal vez sea un enfermo, tal vez haya algo en mi ser que me fuerce a amar a otro hombre. O tal vez no, tal vez son simples cosas de la vida, que se ha empeñado en hacerme un completo desgraciado. No lo sé, no sé porque me enamoro, no sé porque sufro, no sé nada… solo sé que estoy enamorado de Endo…

La vida puede ser cruel, pero no hay mal que por bien no venga

Me parece absurda esa frase de "No hay mal que por bien no venga". Porque yo, en mi opinión, no le veo nada de bueno a esto, realmente no…

– Hola Fudo… pensé que ibas a estar en tu casa – y como yo digo, la vida me odia completamente.
– Ah, hola Endo. Si, iba a ir a mi casa, pero me quedé acá… pensando – si me está viendo acá, es obvio que no estoy en mi casa. Diablos, ya me alteré.

– ¿Qué te pasó para faltar al entrenamiento…? – me pregunta sentándose a mi lado.
"Pues nada del otro mundo Endo, simplemente me doy cuenta que soy un malito desgraciado que no puede decir que te ama con todo el corazón y que tiene ganas de matarse"

– Mmm… simplemente no me sentía del todo bien… nada malo – le respondí apoyándome sobre el barandal con desgano, con mucho, demasiado desgano.

– ¿Te peleaste con tu novia o algo así? Veo que no tenés muchas ganas hoy…

– ¿Q-qué novia Endo? Yo no tengo novia… – es un poco idiota la persona que te dijo eso.

– Kidou me dijo que tenías novia – ah, ya comprendo, ese idiota.

Me quedé mirando el paisaje ya que no tenía nada más para acotar a la conversación, o mejor dicho, no quería acotar nada más. Endo en vez de irse, se acercó más a mí y se apoyó contra el barandal también. Pude notar que se había puesto a juguetear con sus pies en el aire. Es un poco infantil…

Me doy cuenta de que esa es una de las cosas que me gustan de él, que pueda ser tan infantil… o mejor dicho feliz en cualquier momento. No importa qué, siempre vas a tener una sonrisa suya para acompañarte. Sus sonrisas me encantan…

Soy un patético sin remedio…

Las sonrisas no son malas, demuestran que tan capaz de afrontar la vida eres

– F-Fudo… ¿te puedo hacer una pregunta? Pero promete que no me interrogarás de por qué la hago ni me burlarás ni harás ningún comentario ofensivo – me preguntó sin mirarme fijamente, parecía bastante serio.

– Claro que puedes hacerme cualquier pregunta… – técnicamente no puedo decir nada más.

– ¿Quién te gusta…?

– ¿Qué quién me gusta? Bueno… yo… – ahora no me tendría que mirar, porque si lo hace, no le voy a poder mentir. Pero… ¿para qué rayos quiere saber eso? ¿No será que…?

Lo miré temeroso de que hubiese descubierto mi… secreto.

Dio un largo suspiro, como si se sacara un peso de encima.

– No te preocupes, estoy paranoico, nada más – me dijo atendiendo su celular que sonaba… – ¿Qué?... ¡No!... ¿Está bien…? Bueno, yo ya voy para allí – habló bastante alterado por el celular, me miró – Otro día seguimos ¿sí?

No me dio tiempo ni a contestarle que se paró dispuesto a irse, estaba nervioso. Sin mirar, quiso cruzar la calle. En un acto reflejo lo tomé de la cintura, acercándolo a mi cuerpo, abrazándolo protectoramente… evitando que un auto que pasaba lo arrollara.

– Gra-gracias… – llegó articular antes de soltarse e tratar de irse.

Lo detuve nuevamente.

– Pará Endo, ¿Qué pasó? ¿No ves que casi te arrolla un auto? Tranquilízate y luego hacés lo que tengas que hacer – le dije viendo que tenía los ojos llorosos – así no podés ir a ningún lado…

– Mi madre… está internada, le robaron y le dispararon, está hospitalizada.

"Diablos" pensé para mí mismo. Me ofrecí a acompañarlo, en ese estado no podía ir a ningún lado solo. Tomamos un taxi y nos dirigimos hacía el hospital zonal, que era donde su madre estaba. Estaba tenso, preocupado, incapaz de tranquilizarse.

Llegamos al lugar, donde rápidamente Endo se encontró con su hermana menor, la cual le explicó todo lo que había pasado. La joven se fue hacía algún lugar que ignoro, Endo se sentó en una banca, tomándose la cabeza con las manos, mirando al suelo.

Le pregunté cómo estaba su mamá, y para nada bien: la había baleado durante el robo, la estaban operando de urgencia. La cosa no se veía nada bien, tenía una bala alojada en el pulmón.

Endo tenía ganas de llorar, no lo niego. Pero trató de contenerse, tal vez porque estaba yo, tal vez porque quería aparentar una fortaleza que en ese momento no tenía.

Puse una mano en su hombro, haciéndole saber que yo estaba allí, ahora, para acompañarlo. Me miró por un momento sin entender, pero luego me abrazó fuertemente y comenzó a llorar, silenciosa e íntimamente. Sus lágrimas eran de preocupación, de amargura. Suena tonto, pero comencé a sentirme amargo yo también.

Así estuvo un rato, durante el cual yo en ningún momento le negué el abrazo, él necesitaba descargarse un poco.

Cuando se pudo tranquilizar, fue a recepción para ver si ya había pasado algo. La recepcionista no le quiso decir nada. Casi comienza a gritar si no fuera porque lo detuve, entró en desesperación. Me lo llevé afuera. Traté de que volviera a su calma anterior. Él estaba desesperado por saber algo de su madre, si estaba bien, si había mejorado, incluso si había empeorado, pero quería saber algo a toda costa. Me sentí algo vacío, yo ya había olvidado que era aquella preocupación por una madre. Yo ya me había rendido con la mía, sabiendo que nunca dejaría aquella vida que llevaba, y que aún hoy en día lleva.

– Ya, tranquilo, la chica no te puede decir nada, solo el doctor te puede dar el parte médico – le dije sabiendo que este era mi último recurso para calmarlo – dentro de un rato de seguro te avisan de algo.

– A mí no, solo a mi padre, yo soy menor de edad todavía, tengo 17… – dijo pateando a la nada con enojo – y de seguro que ese tipo ahora está con su amante y ni enterado que mamá está aquí.

¿Su padre tenía amante? Entonces… su vida no era tan feliz como todos pensábamos… yo siempre creí que él tenía una familia no digo perfecta, pero si más o menos normal. O mejor dicho, tal vez cada sonrisa que él regala es para poder sentirse bien consigo mismo, para poder enfrentar lo que le pasaba realmente.

No hace falta tener una buena vida para poder sonreír todos los días, es una buena manera de afrontar la vida

Nos quedamos hasta casi al anochecer, que fue cuando su padre llegó al hospital. Recién ahí Endo pudo saber algo de su madre. Ya estaba mejor por suerte. La hermana menor de Endo - Nanami - me agradeció el hecho de que yo me hubiera quedado con su hermano en todo esto, ella no se sentía bien predispuesta para todo esto. "No hay porqué agradecer" le respondí saludando a Endo y yéndome por fin a mi casa.

.

.

.

Llegué a mi "hogar", todavía tenía tarea de la preparatoria pendiente y, además, tenía que limpiar mi casa. Mejor ni me imaginaba donde podría estar mi mamá en esos momentos.

Me tiré a mi cama cansado, ya era casi medianoche. Aunque me puse a pensar en vez de dormir como quería. Nuevamente volví a mis pensamientos de inferioridad sobre mi amor hacía Endo. Otra vez me volví a sentir un idiota, patético, personaje de novela shoujo.

Tomé mi almohada y comencé a pegarle. Eran puños de impotencia, supongo que esta iba a ser una noche más sin sueño…