Disclaimer: ninguno de estos personajes me pertenecen sino a Stephenie Meyer.

Notas de la autora: este es mí primer fic que escribo de Twilight; así que espero sea de su agrado.

Tortura.

- Malditas hormonas – murmuró, desde que los Cullen decidieron irse de "vacaciones" por una semana, no soporto estar a solas con Edward; y no es porque ya no lo ame, sino porque estos últimos días deseo tenerlo cada vez más cerca aunque sea un imposible, estos días lo veo más guapo; más sexy.

Pero como pensé es imposible que nosotros intimemos más; el no quiere; aunque también lo deseé; pero; siempre hay un pero, el dice que no, solo porque es un vampiro; solo porque teme lastimarme; cosa que no sucederá; ¿por qué será tan desconfiado?; ¿por qué pensará que soy débil?, ¿por qué tiene miedo de sí mismo?; son preguntas sin respuestas que estos dos últimos días que hemos estado solos, me he formulado; con muchas respuestas, pero ninguna es concreta; ninguna acierta; si pudiera saber que piensa, todo sería más fácil, menos complicado.

He llegado hasta el punto de maldecir mis hormonas; y eso gracias a Edward; ¿cómo llegue a este punto?, es lo que me pregunto; solo tengo una respuesta simple para esto tenerlo solo para mí, verlo como me lo había imaginado, pero que pensé nunca se haría realidad; en eso reside el problema; no se si soportaré estar más tiempo así. He pensado en irme a mi casa, pero allí estaría sola, en mal momento le dieron a Charlie vacaciones; y Alice como buena amiga se ofreció a que pasáramos esos días juntas, su plan perfecto, como siempre; todavía recuerdo cuando me comunicaron la noticia.

- Bella, querida – comenzó a hablar Esme – mañana salimos de vacaciones.

- ¿Qué? – fue lo primero que dije; solo había pasado tres días en la casa de los Cullen y de pronto me comunicaban que se iban de vacaciones.

- Pero no te preocupes Edward estará contigo, el no quiere viajar todavía – agregó, si bien eso me dejo más tranquila; quien se iba a imaginar que era el comienzo de mi tortura; porque no pensé en la sonrisa que se cruzaba por el rostro de Alice, significaba otro de sus planes; seguramente sabía del viaje y aún así me invito a su casa; luego convenció a Edward para que se quedará acompañándome.

Recuerdo que esa noche dormí poco; pensando en lo que podríamos hacer Edward y yo juntos; no llegue a pensar nada fuera de lugar; pensé en salir juntos, cocinar, escuchar cuando el tocaba el piano, ver películas; parezco una tonta enamorada, lo se.

A la mañana siguiente me despedí de los Cullen pensando en que pasaría la mejor semana de mi vida junto con Edward, cosa que hasta ahora no ha sucedido, de nuevo mi amiga sostenía la mejor sonrisa del mundo; pero no solo recuerdo eso también conservo sus palabras de despedida grabadas en mi mente "diviértanse" ; que irónico hasta ahora no me he divertido ni una pizca, más bien esto es una tortura; que yo misma me hago, ya que el está muy tranquilo, mientras que yo estoy nerviosa a cada momento; me pregunto ¿qué habré hecho para merecer esto?.

Ni bien los Cullen se fueron, comenzó mi tortura silenciosa; si así la he decidido llamar ya que yo soy solo la que lo pasa, la única que está pensando a cada rato en esto; todavía recuerdo como se inició.

- Bella, voy a darme un baño – me anunció Edward.

- Anda – conteste.

- Si quieres después vemos una película – propuso él.

- Como quieras – dije, yo estaba en mi mundo; no podía dejar de pensar que estaba a solas con él; estaba soñando despierta.

- Bella, ¿tienes shampoo? – dijo Edward mientras entraba a mi habitación; en ese momento desperté de mí sueño; para ver uno mejor y de carne y hueso; estaba Edward ante mí, pero estaba sin polo, era perfecto, solo así puedo describir su torso bien formado.

- Bella, ¿tienes shampoo? – repitió.

- Si, Edward – contesté, mientras buscaba entre mis cosas; su imagen seguía en mi mente; cuando se fue me dejo pensando en él, en lo bien que se veía; como quisiera abrazarlo; tenerlo así a mí lado, había descolocado mis pensamientos.

Ese día no pude de dejar de mirarlo; me imaginaba muchas cosas, al tacho las buenas ideas de pasar una buena semana juntos, haciendo cosas buenas, lo deseaba quería tenerlo a mí lado; no quería que me besará no más; quería entregarme; ser suya y que el fuera mío.

Pensé que la noche y los sueños me calmarían así que decidí dormir; pero no pude, o no se si dormí soñando con él; deseándolo; y sabía que no debía proponérselo no insinuárselo, por más que lo deseará tener a mí lado; debía contenerme; me dije a mí misma: Bella, solo es porque hoy lo viste semidesnudo; solo por eso.

Pero esta mañana al verlo bajar con todos sus cabellos cobrizos revueltos; y la camisa semiabierta los deseos volvieron a mí, no, no volvieron; siempre estuvieron allí; y no hago más que evitarlo todo el día; me escabullo, me escondo, todo por no verlo de cerca; porque al verlo se que el deseo se hará más fuerte y no podré contenerme.

Y se que son más de las doce; se que mañana tendré unas tremendas ojeras, se que mañana lo evitaré de nuevo, se que mañana lo desearé más; y lo único que puedo hacer es maldecir a mis hormonas.

¿Qué les pareció?

Una crítica, un halago o alguna sugerencia.

Desean una continuación; háganlo saber.

¿Debería seguir escribiendo sobre esta pareja?; porque tengo más ideas en mente o no se me da.

Bye.

Besos.