En guerra avisada no muere gente. Así que desde ahora les aviso esto es un fic cien x ciento yaoi. Además tiene Mpreg=Embarazo Masculino.

Así que no me vengan después con comentarios del tipo, que asco dos hombres juntos o es una monstruosidad los hombres no pueden quedar preñados, ect por que ya están advertido de que todo eso estará en este fic, así que si no te gusta nada de esto ni te molestes en leerlo ahórrate un disgusto y dale a tu botoncito de atrás y sal de aquí ^^

Ahora si después de las pertinentes advertencias quieres seguir leyendo.. Bienvenido ^^

Los personajes son propiedad de JK

Mi historia de amor

Capítulo 1: Conversación parte uno (El presente)

En una sociedad donde todo mago fértil debía desposarse con la pareja que sus padres le escogieran a los 18 años, había alguien que no estaba contento con ésa ley. Ése alguien no era otro que el rebelde joven Harry Potter, príncipe de Gryffindor. El chico estaba a escasas 24 horas de cumplir los 18 años y por lo tanto, de que sus padres le presentaran a aquél que sería su prometido.

Por centésima vez en ése día, Harry maldijo su fertilidad heredada por el lado de su Pa', Remus Lupin. Era bien sabido que todos los Lupin habían sido fértiles desde los mismos comienzos de la magia y Harry Potter, hijo de James Potter Rey de Gryffindor y Remus Lupin príncipe consorte del reino de Gryffindor no era la excepción.

-Mi joven Lord, su pa' lo espera para que baje a almorzar.

Harry se viró con una sonrisa hacia Ronald Weasley, su sirviente personal y mejor amigo.

-Dile a mi pa' que iré ahora, Ron. -Le sonrió Harry a su amigo, antes de terminar de recogerse el pelo con una cinta negra, para bajar a almorzar con su pa' Remus. Cuando llegó al comedor, se sentó frente a su pa' después de saludarlo con cariño.

-¿Vestido de negro, Harry? -Le preguntó Remus con una sonrisita maliciosa.

-¿Acaso no puedo guardar luto, pa'?

Remus rió.

-No seas exagerado, Harry. Cualquiera diría que te van a matar, hijo mío.

-¿Qué acaso no es lo mismo?

-Vamos Harry, deja el melodrama. Ya verás que tu padre te ha de haber conseguido un buen compromiso. James no te casaría con cualquier gañán. -Le aseguró Remus con su usual dulzura.

-Pa', yo no quiero que me elijan marido, por Merlín. Ya estoy bastante grandecito para elegir por mí solo.

-Harry... -Suspiró Remus. No era la primera vez que él y su hijo sostenían ésa discusión-. Sabes bien que la ley indica que cuando un mago es fértil...

-...Tal y como a las doncellas son sus padres quienes conciertan el matrimonio. -Terminó Harry por Remus. Ésa ya era conversación vieja-. Pero... ¿Y si no me gusta la persona que me elija padre, pa'¿Si no es alguien que me haga feliz¿Es que acaso yo no tengo derecho a opinar sobre mi propio futuro?

Remus se levantó de su asiento y dirigiéndose hacia su hijo se agachó hasta estar a la altura de él.

-No, Harry. Sabes que no lo tienes. Así como no lo tuve yo, como no lo tuvo Severus al final, Cedric o cualquier otro mago con nuestra condición hijo mío. Pero sabes cuánto te ama James, Harry. Y estoy seguro que ha hecho lo mejor para tu futuro y te ha conseguido un buen matrimonio.

Harry suspiró. No quería hacer sentir mal a su pa', pero no importaba cuánto se esforzara su padre por conseguirle un buen matrimonio, Harry no estaría conforme. No a menos que lo dejaran opinar sobre su compromiso.

Remus vio la tristeza en los ojos de su hijo, que eran verdes tal y como lo eran los del propio pa' de Remus. Aunque Harry era casi una copia al carbón de James, tenía muchos rasgos de Remus, sobre todo la sencillez en su carácter y la dulzura para aquellos a quienes quería.

-Hijo, mira el ejemplo de Cedric.

Ésa no fue muy buena idea. Harry recordó a Cedric Diggory príncipe de Hufflepuff, el hijo menor y único hijo fértil del Rey de Hufflepuff. Cedric a pesar de ser 3 años mayor que Harry siempre se había llevado bien con éste. Harry recordaba cuán entusiasmado había estado Cedric siempre con la ilusión de su matrimonio años antes de éste.

Pero dos días antes de su matrimonio se había aterrado y cerrado en banda. Lo habían comprometido con un viudo que casi le llevaba el doble de edad a Cedric. Lord Lucius Malfoy del reino de Slytherin. Era uno de los hombres más ricos de dicho reino. Al saberlo, Cedric había querido hasta huir, pero sabía que no había escape posible, así que resignado y aterrorizado enfrentó su boda.

Nunca pensó que Lucius Malfoy fuera un hombre tan guapo. Ahí había acabado la amistad entre los dos. Pues eran pocas las veces que Harry había vuelto a ver a Cedric y como consorte, Cedric no podía irse a correr y juguetear con el príncipe de Gryffindor y los sirvientes personales de ambos. Cruzaban algunas palabras siempre pero no más que eso antes de que Cedric volviera junto a su marido.

A Harry no le agradaba eso. Él quería seguir siendo libre para jugar quidditch con los Weasley en el patio. Para salir al pueblo y juntarse con los plebeyos y hacer lo que le viniera en gana. Harry sabía que una vez casado tendría que obedecer en todo a su marido, y lo más seguro fuera que éste le prohibiera la mayoría de las cosas que Harry acostumbraba hacer sólo por diversión.

Harry decidió apartar ésos pensamientos de su cabeza y se fijó mejor en su precioso pa'.

-¿Quiénes solicitaron mi mano? -Quiso saber para hacerse una idea de quién podría ser su prometido.

-Uff, muchísimas personas, Harry. Tu belleza es legendaria y bien conocida. Eres el mago fértil más hermoso de los cuatro reinos de Hogwarts y más allá. Han solicitado tu mano hasta caballeros y príncipes de las tierras de Durmstrang y Beauxbatons.

-Oh no, pa'. Yo no quiero alejarme tanto de Gryffindor. -Se estremeció Harry. Remus se apresuró a tranquilizarlo.

-Cálmate. Tu padre rechazó ésos pedidos.

Harry suspiró, aliviado. Entonces miró a su pa', quien le acariciaba la mejilla con ternura y se preguntó algo que nunca antes se había preguntado.

-Pa'¿Tú te querías casar con Padre o te obligaron? -Preguntó Harry. Remus se dejó caer con inconsciente elegancia en la silla al lado de la de su hijo y lo miró impresionado. Nunca pensó que su hijo le fuera a arrojar semejante pregunta alguna vez en la vida. E involuntariamente su mente retrocedió a más de década y media atrás...

Continuara...