Nombre del oneshot: Club

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Rating: R

Género: Se supone que es de humor :P

Notas: Este oneshot fue escrito para el concurso "15 Vicios" de la comunidad Archienemigos del LJ, donde se me solicitó reunir los siguientes requisitos: Una sola hoja de Word con letra Arial tamaño 14 (sí, 14 xD Imaginen lo que sufrimos... ¡No cabía nada!), con la pareja que yo eligiera (Draco/Harry, of course) y con estas reglas: Prostitución, parafilias, humor, nombre del oneshot: club.

Este fue el resultado, con el que obtuve el segundo lugar en el concurso (aunque insisto, había mucho mejores que el mío xD). Pero estoy muy orgullosa porque es la primera vez que consigo escribir algo pequeño!


Club

—¿Cuánto?

La pregunta, susurrada contra su oído, fue hecha con una urgencia tal que Harry no pudo menos que sorprenderse. Volteó hacia el atractivo rubio que deseaba ser su cliente. Lo miró de arriba abajo, deseando responderle "por ser a ti, guapo, absolutamente nada".

—Quinientos si es mamada. Mil si lo quieres completo.

Aquel rubio, delgado y de cabello largo y platinado, se acercó y lo abrazó por detrás, haciéndole pegar un respingo al notar su erección.

—Entonces, serán mil —dijo con una sonrisa perversa.

Salieron del club a toda prisa. El rubio, que dijo llamarse Draco, azotó a Harry de frente contra un auto, bajándole los pantalones y penetrándolo de manera feroz. Por un momento, el moreno se olvidó de que estaba actuando.

ooOoo

Draco sopló aliento ardiente sobre su cuello, un sonido lleno de satisfacción. Harry sonrió y liberó un suspiro de alivio, al menos esa semana el reto no había sido tan engorroso como en la ocasión anterior. Y también él lo había disfrutado aunque nunca lo reconocería.

—Definitivamente esto me pone —dijo Draco con voz entrecortada— Seguramente la ciprieunia es lo nuestro.

Harry sopló un bufido de indignación mientras recordaba que cipre-lo-que-sea significaba excitarse al tener sexo con prostitutos. —¿Lo nuestro? Eso me suena a manada, Draco. Habla por ti. A mi me basta con el sexo común y corriente, no necesito de…

Draco se salió de él de un jalón, provocándole una incómoda sensación de vacío e interrumpiendo su sobado discurso, el cual era el mismo cada fin de semana. Y Harry no desistiría hasta convencer a Draco de que no necesitaban de parafilias para tener sexo pleno y feliz.

—Nosotros no podemos tener sexo común y corriente, Potter. Por la simple razón que no somos magos ni comunes, ni corrientes. ¿Ya olvidaste que fue una parafilia la que nos unió?

Era imposible que Harry olvidara aquello. Desde que estaban juntos, Draco había mostrado inclinación a aprender cosas relacionadas con el mundo muggle, pero estudiar psiquiatría había sido un franco error. Había descubierto la enorme clasificación de parafilias que existían (lo que para Harry era solo basura), asegurándole fervientemente al moreno que lo suyo había sido la agonofilia… o sea, la excitación que surge en la pareja después de una pelea física.

Harry tragó. ¿Cómo olvidar aquella pelea en Hogwarts donde ambos terminaron llenos de moretones pero no precisamente por golpes de odio?

Y ahora, Draco juraba que era divertido y estimulante probar con una parafilia diferente cada fin de semana, siendo Harry el que siempre se llevaba la peor parte. —¿Cuál sigue ahora? —preguntó el moreno con resignación.

Draco sonrió ampliamente. —Altocalcifilia. ¿Sabes andar con zapatos de tacón alto?

Fin