Disclaimer: Los personajes del Potterverso son de J.K Rowling. Esta historia participa en los desafios de La Noble y Ancestral Casa de los Black.

Este fic ha sido beteado por Adhy Rosier Moon.


Se sacudió la nieve cuando entró en la casa. Uno de los elfos le cogió el abrigo para guardarlo. El invierno había llegado con toda la crudeza posible, pero al menos, había podido volver antes de navidad para poderlas pasar con Vega.

Escuchó el piano y sonrió. Su preciosa mujer tocaba como los ángeles. Se acercó a la sala donde ella tocaba y se quedó observándola desde la puerta. Aún seguía sin creerse, después de llevar más de cinco años juntos, que tuviera la inmensa suerte de tenerla a su lado.

Tenían sus discusiones, claro que sí. Parecía que no, pero detrás de la carita de muñeca de Vega se escondía un terrible genio. Pero lo sacaba pocas veces. Se apoyó en el quicio de la puerta, simplemente disfrutando de mirarla, y de la música.

Vega presintió su presencia en la puerta y levantó la vista con una sonrisa.

- Greg.

Solo eso. Solo su nombre y sintió que verdaderamente estaba en casa. Se dirigió hacia el piano y la besó, acomodándose después a su lado. Tocaron un rato los dos juntos, simplemente, disfrutando el uno del otro.

Después de un rato, les sirvieron la cena, que tomaron ambos sentados en el suelo frente a la chimenea.

No eran necesarias las palabras entre ellos, simplemente el estar juntos les servía.

- No has adornado la casa todavía- la tenía en su regazo, abrazada, mientras miraban el fuego.

- No sabía si ibas a volver a tiempo.

Suspiró. Tenía razón, nunca sabía realmente cuándo volvería a casa.

- Estoy aquí y ya no me iré hasta después de fiestas.

Ella solo asintió y se acomodó mejor sobre él. Greg no pudo dejar de pensar que la felicidad era eso, abrazar a su esposa frente a la chimenea sintiendo que todo era correcto.