Hola a todos de nuevo (:
Cómo verán, traigo esta nueva historia, es un (U.A) donde esta vez se situará en los años del siglo XIX.
Estoy muy entusiasmada con esta nueva historia ya que su temática abarcará dentro de un toque de romance y dramatismo, ¡Claro! Siempre lo he dicho, permanecerán intactas las personalidades de sus protagonistas (: sin embargo me entusiasma ya que abordaré a cuatro parejas protagonistas en la trama, debo aclarar que mi mayor inclinación podrá verse levemente reflejado en la de BulmaxVegeta ya que con ellos partirá todo, sin embargo el resto de las parejas ocuparan un protagonismo único, donde al final todos tendrán más en común de lo que imaginan (:
Considero esto como un reto, será extensa la historia, y comenzar a abordar en parejas como el MilkxGoku o 18xKrillin me entusiasma de maravilla, así que esta historia no solo abarcará el único shippeo Vegebul :)
Cuatro jovenes con un mismo interés, misma razón que las única más que nunca a pesar de sus diferencias.
¡Espero lo disfruten!
ADVERTENCIA: LA HISTORIA INCLUIRÁ LENGUAJE SOEZ, ESCENAS EXPLÍCITAS, POR LO QUE SE RECOMIENDA TOMAR SUS PRECAUCIONES.
DISCLAIMER: El universo de "Dragon Ball Z", así como sus personajes, son propiedad de su autor original Akira Toriyama, como también de Toei Animation y Fuji TV. Esta historia está hecha únicamente por diversión, con permiso tomo los personajes prestados.
PRÓLOGO
.
.
.
New York, 18 de Noviembre de 1825.
—Querido ¿Me estás escuchando?
Parpadeó confundido al encontrarse con los brillantes orbes índigo de su mujer. La observó suspirar paulatinamente llevándose dramáticamente su delgada mano enguantada hacia su pecho, mientras que con la otra libre acomodaba uno de sus rizos libres sobre su rostro para posteriormente acomodarlo detrás de su oreja izquierda.
Cansado, el hombre de mediana edad hizo a un lado los papeles que minutos antes de la llamada de atención por parte de su esposa se encontraba analizando detalladamente cada línea impresa en esos pergaminos. Deseó haberse encontrado solo en ese momento, no tenía ni cabeza para prestarle atención a los alaridos de su mujer, lo único que rondaba en su mente era como cambiaría la vida de su familia por completo a partir de ese instante.
—Te comentaba que recibimos una invitación a la cena de los Cleveland que ofrecerán por el día de acción de gracias.—Añadió entusiasmada.— ¿Sabes qué significa eso querido? ¡Toda la sociedad de alta clase acudirá ante esa reunión! —Exclamó acalorada llevándose ambas manos a su rostro.— No sabes cuánto he deseado este momento, después de tantos intentos, por primera vez recibimos una invitación como esa. Lo mejor de todo es que caballeros de alta clase acudirán ¡Es la oportunidad para que nuestras hijas busquen un buen prospecto!
El hombre de cabellos lavanda parpadeó incomprensible al tratar de retener todas las palabras que soltó su mujer en una brevedad de segundos. La notaba entusiasmada ante esa noticia, ¿Y cómo no estarlo? Era la primera vez que a su familia la tomaban en cuenta ante un fuerte círculo social. Sin embargo sus ojos cielo regresaron de nuevo ante los papeles que descansaban sobre sus manos.
No sabía cómo sentirse, de nuevo leyó las líneas plasmadas con tinta negra y de una caligrafía bastante clara y elegante; debía estar seguro ante lo que estaba interpretado en el papel no fuese algún sueño, y fue cuando comprendió que todo esto que estaba sucediendo era la realidad. Su corazón dio un vuelco enorme en ese instante, repentinamente dejó de lado los papeles para posteriormente quitarse sus lentes que lucían empañados por el sudor de su propia frente. Frenéticamente comenzó a sacudir sus cabellos lavanda entre sus dedos, mientras que con la mano restante secaba cualquier muestra de calor que comenzaba a teñir sus mejillas en un tono bermellón.
—¿Cariño? ¿Me estás escuchando? —La mujer de rizos rubios detuvo su mirada sobre su esposo, cambiándola de molesta a preocupada. Notó que el hombre frente a ella se mostraba alterado, y eso le preocupó a demasía, ya que su esposo era el único hombre en toda la faz de la Tierra capaz de perder los estribos, jamás había conocido a otro hombre más paciente que su marido.—¿West? —Susurró preocupada sentándose en la silla de caoba que yacía a un lado de ella.— Que ocurre, ¿Pasa algo?
—¿Cómo sabes que ocurre algo? —Susurró el hombre apenas audiblemente mirándola de lleno a sus ojos en tonos índigo. Aún le resultaba fascinante como una mujer tan hermosa como ella estuviera con él, y que con el paso del tiempo esos mismos ojos le dieran la paz a su alma en momentos como ese. La vio sonreír y pudo sentir como el cielo se abría ante él.
—Te conozco desde que tengo dieciséis.—Susurró colocando su delgada mano enguantada sobre las ásperas de él.— Ahora dime ¿Qué ocurrió?
—Cariño…lo…lo aceptaron.
—¿Aceptaron? —Interrogó sin comprender las palabras de su esposo.— ¿Aceptaron qué? No…¡Oh por Dios! —Lo soltó al instante como si sus manos quemaran, llevándose ahora ella sus manos a su boca.—Estás hablando de…
—Sí querida…—Susurró regresando sus brillantes ojos cielo hacia los índigo de su mujer.—Aceptaron el proyecto, y por lo tanto solicitan de carácter urgente que viajemos a Inglaterra…
—¡Oh cariño! —Aulló conmocionada.—Tu idea ingeniosa revolucionará a todo el mundo y eso…
—Nuestra vida cambiará.—Susurró atónito.—Panchy, querida, nuestro legado familiar no solo será reconocido en todo el mundo por esto, todo será muy distinto…
—Significa, ¿Qué tendremos que dejar nuestra vida americana?
—Todo cariño.—Susurró poniéndose de pie mientras asimilaba lo que estaba ocurriendo.— Tendremos que viajar a Inglaterra, tendremos que empezar desde cero y…
—¿Cuál es el problema, cariño? —Para cuando el hombre se dio cuenta, su mujer se encontraba frente a él sujetándolo de las manos.—No me importa comenzar otro ritmo de vida, ¡Este siempre fue tu sueño! Nadie de aquí creyó en tus habilidades y ahora que por fin encuentras un espacio donde te dan tu oportunidad ¿Por qué la duda?
—Amor.—Susurró acercando sus manos enguantadas a sus labios mientras depositaba un par de besos tiernos sobre ellas.—Me preocupan ustedes, mis mujeres.
—¿Porqué? ¡Nosotras te apoyaremos siempre!
—Lo sé.— Susurró conmocionado.— Yo puedo ser fuerte, pero ustedes…
—¿De qué hablas? —De nuevo lo interrumpió.— ¿Estás insinuando que nos intimida iniciar una nueva vida en tierras extranjeras?
—¿Ustedes intimidadas? ¡Por el amor de Dios! Ustedes son las que dan la fuerza en la familia.—Rió jocoso mientras su mujer le seguía.— Me preocupa en realidad es que quieran quitarle ese fuerza, sé que no pertenecemos a familias de sangre real—Susurró lo último con gracia.—Y al ver cómo nos excluían podía notar tus esfuerzos por encajar con esa gente querida, y notaba lo mucho que te afectaba…lo que temo es que los ingleses son el doble o peor de clasistas que los mismos americanos.
—Sabes que a mí no me interesa eso, siempre y cuando esté a tu lado.
—Lo sé, y tampoco quiero que las lastimen. Nuestras costumbres americanas no son del todo bien vistas por la sociedad inglesa, por lo mismo no quiero que las cambien solo por ser aceptadas a esa sociedad aún más fría.
—Eso jamás.—Sonrió su mujer abrazándose a su cuerpo, mientras él la rodeaba con sus brazos pegándola más a su pecho.—Los Brief somos de un temple fuerte, difícil de moldear y mientras estemos unidos, nada nos afectará.
—Lo sé, y tampoco quiero obligarlas a adaptarse a una vida que no les gustará.
—Vamos cariño, estás asumiendo cosas que aún no sabemos cómo sucederán ¿Qué tal si los ingleses necesitan un poco de calor americano?
—Panchy.—Susurró su esposo depositándole un tierno beso en su frente.— He estado pensando en todo, en todo esto nuevo para nosotros y lo más importante, nuestras hijas…
—¡Ellas estarán más maravilladas que nada en apoyarte! En especial Bulmita, no sabes cómo se entusiasmará al enterarse en que aprobaron tu proyecto donde ella aportó en mucho…
—Bulma…—Susurró tiernamente el hombre.—Es otro asunto que temo…
—¿Qué cosa?
—Nuestras hijas. Sé lo que te has empeñado por buscarles un buen prospecto, están en la edad casadera y me preocupa que hasta la fecha no ha habido algún partido…
—Bueno, tus hijas se muestran obstinadas ante eso.—Mencionó indignada.—Ninguno les es digno. Bulma ha rechazado a todos los prospectos que le he presentado, lo peor de ella es su carácter, ninguno logra tolerar lo demandante y fuerte que es, no les gusta una mujer demasiado autoritaria como nuestra Bulmita ¿A quién habrá heredado su mal carácter, ya que nosotros distamos mucho de él?
—Mmm, supongo que a la tía Florence.—Susurró pensativo.—¿Recuerdas que de niña pasaba mucho tiempo con ella? Cuando la visitaba a la lavandería…
—Sí...ahora que lo dices es cierto ¡Hasta se le pegaron las malas palabras! ¡Ay mi Bulmita! Tan hermosa pero dominante…—Respiró dramáticamente.— Mientras que Tights su mundo se resume en absoluta fantasía. Esa niña mientras se hunda en sus libros ¡Se pierde de la realidad! Y tanto es que se ha formado una imagen muy elevada del "hombre perfecto" que para ella nadie alcanza sus demandas…
—Me temo que si costaba trabajo conseguirles un marido aquí, será más difícil en Inglaterra…
—¡Oh no querido! Si costaba trabajo era porque ellas no ponían de su parte, cualquier hombre no se podría resistir ante la belleza de nuestras hijas y mucho menos ahora que son las hijas del próximo reconocido científico West Brief…
—Ese no es el problema querida, es más que obvio que ahora querrán abordar a nuestras hijas sabiendo que su padre es pionero de la locomotora de vapor…—Susurró cansado.—El verdadero problema son nuestras hijas. Los ingleses son demasiados selectivos a la hora de escoger esposa, ellos quieren a una mujer que cumplan todo su ideal, ya sabes, más conservadores…
—Nuestras hijas distan de eso…—Susurró Panchy temerosamente alejándose del calor corporal que le brindaba su marido.— No se diga Bulmita…
—Exacto. No estoy en contra de cómo son nuestras hijas y de sus ideales, al contrario estoy orgulloso de ello y considero que ningún hombre es digno de ellas. Pero la realidad es otra y sé la importancia que implica esto ante la sociedad que una mujer no contraiga matrimonio. Por lo que, es muy probable que aquel ingles que intente cortejar a nuestras hijas, darán media vuelta al encontrarse con su forma de ser y no quiero que eso las lastime, que las haga pensar que no son un buen prospecto y más que nada, que no destruyan sus ilusiones…
—Sé que existe al hombre adecuado para cada una de nuestras hijas…
—Para Tights no veo tanto problema.—Continuó el científico.—Es ligeramente menos demandante que Bulma, en cuanto me refiero a que es más de prestarse a escuchar otros ideales distintos, siempre y cuando no empiece a divagar en sus fantasías. Pero Bulma, bueno, es muy…obstinada y dudo mucho que algún ingles quiera liderar con un temperamento cómo el de ella.
—¡Ni hablar! —Sonrió de nuevo su mujer, quien esta vez lo sostenía de las manos.—Te puedo asegurar lo que quieras, que ningún ingles podrá evitar caer ante la belleza y encantos de nuestras hijas, y algo me dice que allá encontraran algo mejor de lo que se podía esperar de aquí…
—Pero…
—Encontraré al caballero indicado que cumpla con las altas expectativas de Tights, a su hombre real, no al ideal.—Sonrió con demasía logrando contagiar a su marido.—Mientras que a Bulma, te aseguro que hasta el hombre más arrogante y orgulloso de Inglaterra caerá a sus pies ¡Te lo aseguro, o si no dejo de llamarme Panchy Brief!
—Oh querida.—Conmocionado, la atrajo de nuevo entre sus brazos plantándole un beso en su frente.—Yo me enamoro de ustedes día a día.
—Deja todo en mis manos querido, que nuestra vida en Inglaterra estará por comenzar.
Escocia, 18 de Noviembre de 1825.
—¡Maldita sea! ¿Ahora como mierda cobraremos la fortuna del viejo?
Deambulando de un lado a otro, masajeaba sus sienes debido al malestar que presenciaba en ese momento; podía sentir como su vena frontal palpitaba con fuerza mientras que la impotencia y rabia que mermaba dentro de él provocaría en cualquier momento una reacción violenta contra quien se encontrase frente a él, después de todo siempre actuaba así.
—¡Cómo si yo tuviera la respuesta! —Contraatacó con su típica voz chillona la mujer de orbes ónix.— Ese estúpido movió las cartas sin que nos diéramos cuenta…¡Justo lo que nos faltaba! —Bramó dando un golpe al suelo con el tacón de su zapatilla, como una de sus tantas rabietas.—Sí tan solo se pudiera revocar esa cláusula…
—No seas estúpida Grace.—Ironizó el hombre dándole la cara. La mujer palideció al encontrar el estado de su marido embravecido, no le era nuevo ver esa faceta en él, pero en ese momento juró ver al mismo demonio en persona.— Es más que obvio que es imposible hacer algo de ese estilo.—Suspiró pesadamente.— El mal nacido siempre tuvo sus dudas y a pesar de todo lo que tuvimos que hacer para quedarnos con su maldita fortuna, nunca dejó pasar por alto nuestras acciones, si no dime ¿Por qué demonios cambió el testamento?
—¿Y ahora que haremos? No vamos a dejar que se cumpla esa cláusula, no después de todo lo que tuvimos que hacer para deshacernos de él.
—Por supuesto que no.—Replicó entre dientes.—Bastante nos costó mantenerlo lejos durante todos estos años y envenenándolo sin que se diera cuenta el maldito.
—Tal vez esa es la razón por la que revocó el testamento.—Susurró la mujer colocándose frente a él.—Puedo asegurar que sospechó que todo este tiempo le estuvimos induciendo a su muerte.
—Claro, eso no es una novedad, desde el momento en que él empezó en insistir con venir a Escocia a ver a la mocosa, me imaginé algo por el estilo. Misma razón por la cual tuvimos que recurrir a ese accidente para librarnos de él.
—¡Percie Satán! —Rugió deliberadamente la mujer de cabellos marrón colocando sus brazos en jarra sobre su cintura.—¡No voy a permitir a que perdamos la herencia de tu hermano! Invertí diecinueve años soportando a la mocosa de tu hermano como para no recibir nada a cambio ¡No señor mío! —Volvió a dar una pisada fuerte con su zapatilla derecha contra el suelo.— No permitiré que su estúpida hija se quedé con lo que nos corresponde.
Era cierto que Percie Satán era conocido como un hombre demasiado temperamental y arrogante, sin embargo su mala fama quedaba corta comparada con quienes lo conocían personalmente, y este era el caso de su esposa; Grace Satán, una mujer frívola y petulante, pero a al mismo tiempo sumisa ante la imponencia de su marido, como lo era este momento. No previó la morena cuando sintió las fuertes manos de su esposo sujetarla de los hombros, sintió como un chillido agudo se escapó de su garganta, sin embargo ella más que nadie sabía que gritar de nada la salvaría contra la furia descontrolada en su marido.
Los ojos oscuros del hombre destellaban enfado, coraje pero sobre todo ira, Grace por su parte sintió como un tras sudor frío recorría su espina dorsal, pronto vendría el golpe, pronto vendría algún acto violento de su marido por la osadía de responderle, después de todo era la digna representación de su apellido.
Con fuerza cerró sus ojos al ver como su marido alzaba una mano contra ella, no obstante el golpe nunca llego. Aliviada abrió como platos sus ojos encontrándose con el rostro embravecido de su esposo, mientras que esa mano que atrevió a alzarla solo sirvió para empujarla de su cercanía, al parecer este día no tenía intención de descargar energías contra ella.
—No soy tan estúpido como tú, esposa mía.—Susurró entre dientes.— Tengo un plan para todo, he hecho todo lo posible para que llegara el día en que muriera mi hermano y poder quitarle lo que en verdad me merece, no permitiré que ahora esa herencia caiga en las manos de su maldita mocosa.
—Y…¿Y cuál es el plan? —Continuó Grace bajando un poco a la intensidad sus palabras, conocía tan bien a su marido que entendía muy bien que su actitud altiva lo había descolocado segundos antes.— ¿Matar a tu sobrina?
—Ganas no me faltan.—Sonrió mordaz.— Pero es imposible, si no leíste bien querida, la cláusula estipulaba que si le llegase ocurrir algo a ella, su herencia pasaría a las manos de la iglesia de Escocia.
—Maldito Ox, el muy granuja todo lo tuvo planeado, ni siquiera pudriéndose en sus último días dejó de hacer de las suyas ¡Cómo es que no nos dimos cuenta de sus movimientos!
—Cómo sea, la custodia que teníamos en Milk no sirvió de nada.—Resonó irritado el hombre.— Lo que importa en ese momento es impedir que se cumpla la cláusula, debemos cambiarla a nuestro favor, por lo que nos conviene tener aún con vida a la mocosa.
—¿Y cómo piensas hacer eso? ¿Encerrándola?
—Cómo si no lo hiciéramos otras veces.—Nuevamente sonrió sádicamente ocasionando un estremecimiento en su mujer.— Está bastante acostumbrada a estar encerrada.
—Me refiero a las próximas reuniones. Por obligación debemos ir, y todos comenzaran a preguntar sobre su presencia de ella, ya que oficialmente debe ser presentada ante la sociedad…
—Eso se puede resolver diciendo que está estudiando en el extranjero, cuando nadie sabrá que realmente estará encerrada en estas paredes.
—No se puede ocultar mucho esa mentira, nos preguntaran a donde la enviamos y ya que la noticia de que es la heredera de la fortuna de tu hermano se corrió a los tres días del entierro de Ox Satán, comenzaran a querer cortejarla.
—Maldita sea.—Chistó por debajo.— Pues lo mismo que con su padre, por cada hombre que pretenda cortejarla, nos desaceremos de él. ¡Por nada del mundo dejaré que la mocosa contraiga matrimonio!
—No entiendo como tu hermano añadió esa estúpida cláusula ¿De verdad cree que algún hombre pudiera fijarse en su hija? —Rió sarcásticamente la mujer.— Si su idea era dejarnos fuera del testamento, simplemente hubiese mencionado que su hija obtuviera su fortuna hasta cierta edad, no hasta que contrajera matrimonio.
—Lo hizo por no desprotegerla.—Reconoció a regañadientes.— Eso es lo más habitual, sin embargo el maldito imagino que si la dejaba obtener su herencia, nosotros atacaríamos al instante. Por esa razón es que la cláusula que solo ella pudiera acceder a la fortuna mediante su unión con alguien, y de ese modo dejarnos en la ruina ya que nada la ataría a nosotros.
—Espero que tu hermano se esté pudriendo en el infierno.
—Yo también lo espero.—Sonrió de tan solo imaginarlo.— Y que desde ahí pueda ver que aunque haya hecho eso, al final le quitaré todo a su hija, para después mandarla al infierno junto a él.— Alzó su mirada fría sobre la esquiva de su mujer.— No me importa matar así sea a un puñado de hombres que pretendan unirse a Milk ¡Esa fortuna es mía! Así se trate del hombre más fuerte de la tierra, me desaceré de él, y cuando todo eso pase a nuestras manos, la siguiente en despedirse de este mundo será a mi adorada sobrina.
Ambos esposos se miraron con una confidencialidad única, al punto que cualquiera externo que presenciara la escena resultaba de lo más atemorizante, pues con ese cruce de miradas podía apreciar que nada bueno se avecinaba.
La relación entre Grace y Percie no era la ideal, existía demasiado daño psicológico de parte de Percie a ella, pero cuando ambos maquilaban las mismas ideas con tal de conseguir sus más oscuros anhelos esa razón los unía más que nunca.
Depositándole un suave beso en la mejilla a su esposo, Grace caminó hacia la salida del estudio, no sin antes detenerse sobre el umbral de la puerta y decirle:
—Querido, se me olvidaba, Milk lleva encerrada en el sótano una semana ¿Cuántos días más quieres que siga ahí? —Sonrió escalofriante igualando a su esposo, mientras que este le devolvía el gesto.
—Tal vez mañana, no me encuentro de humor para aguantar sus gritos…
—¿Y si la dejamos otra semana más? —Se le iluminaron los ojos de tan solo pensarlo.
—No querida, tampoco la queremos muerta.—Rió socarrón.—Mañana, pero para que veas que soy complaciente con tu regocijo de humillarla, que hoy no le llegue la ración de la cena, digo, para que vaya aprendiendo lo que será su nuevo infierno que le espera.
Londres, 18 de Noviembre de 1825.
—Carajo.
Masculló mientras leía detenidamente el pergamino que yacía entre sus delicadas manos. Sus ojos azules no dejaban de virar de las líneas escritas en el papel para posteriormente al reloj que colgaba sobre la pared a su izquierda.
Frunció más sus delgadas cejas al comprobar que al menos llevaba repitiendo esa acción una hora ¡Una maldito hora! Iracunda, lanzó el pergamino hacia el escritorio mientras que al mismo tiempo dejaba arrastrar su silla para ponerse bruscamente de pie. Comenzaba a hiperventilar, odiaba sentirse de esa manera, mientras que los nervios comenzaban a consumirla, ¡Eso no debía ser! No podía verse flaquear ante esa situación, no por algo la apodaban la dama de hielo, pues jamás había demostrado una actitud quebrantable, aunque quisiera eso resultaba imposible.
Escuchó como las puertas del recinto se abrían de golpe, dejándose mostrar atreves de ella un joven de con flexión delgada y bastante agitada. Inmediatamente su rostro sorpresivo pasó a uno malhumorado, mientras que el joven tomaba asiento frente a ella, ignorando el malestar que se veía notablemente en ella.
—Una hora tarde.—Reprendió con su tono de voz frío escudriñándolo con su mirada azul.— ¡Una maldita hora tarde!
—Vamos, tranquilízate hermanita.—Sonrió altivo mientras que al mismo tiempo sacaba un pañuelo de su bolsillo de su chaleco limpiando las gotitas de sudor que resbalaban sobre su frente.—Al final, aquí estoy.
—¿Cuándo será el maldito día en que te tomes las cosas no tan a la ligera? —Riñó sosteniéndole la mirada, mientras que el joven le dedicaba una sonrisa burlona.— Siempre es lo mismo contigo, no sé de qué me sorprendo.—Prosiguió ahora ella sentándose de nuevo en su lugar.
—No te tomes todas las atribuciones hermanita, que si no fuera por mí, no estarías ni siquiera portando ese collar de perlas.
—Y también por ti nos quedaremos en la calle.—Bramó irritada.— Sabes que estamos a punto de perderlo todo y todavía te atreves a salirte con los parásitos de tus amigos a derrochar todo lo que con esmero pretendo proteger.
—Es mi forma de disfrutar el botín, al final me lo gano con mucho esfuerzo como para que pretendas que no lo goce.
—¿A caso has leído la correspondencia? —Al ver la negativa burlona en la cara del joven, molesta le lazó el pergamino mientras que el logró sostenerlo sobre el aire.— Léelo, y entonces sabrás la razón de la cual es mi enojo.
—Por favor hermanita, ahórrate el drama y mejor se directa.—Sonrió arrogante.— Dime ¿Qué ha hecho el ángel de tu hermano para molestarte tanto?
—¿Cómo que qué? ¡¿Cómo que qué?! —Gritó colérica mientras observaba como su gemelo reía ante la rabia de ella, provocándola más.— ¡Has perdido nuestra residencia de Hampshire en una maldita apuesta!
—Aún nos queda está.—Soltó molesto recordando su mala suerte en ese juego de cartas.—Volveré a jugar, y recuperaré la propiedad que nos heredó nuestra madre.
—¡No Lapis! ¡Suficiente! No permitiré que sigas mal gastando lo último que tenemos, he tenido que liquidar a la mitad del personal de la mansión, empeñado joyas de la familia ¿Sabes lo que es mantener los jardines en buen estado? ¡Por supuesto que no! Ahora todos lucen marchitos, Lapis ¡Ya no nos queda nada!
—Un momento Lazulli.—La voz de su hermano no solía ser de tonos graves, pero cuando adoptaba una actitud seria tomaba una imponencia en ella, sin embargo eso no lograba intimidarla a ella, realmente ¿Qué podría intimidarla? —¿Qué has hecho con lo último que te traje? Era una cantidad generosa, incluso suficiente para pagar las deudas que hemos generado.
—¿Hemos? ¡No me hagas reír hermano! —Vociferó furiosa.—Lo que me diste solo sirvió para pagar tus deudas, sin embargo apenas salimos de una para que nos vuelvas a meter otras.
—No querida hermana.—Lentamente comenzó a levantarse de su lugar rodeando el escritorio en dirección hacia ella. Rápidamente la rubia se puso de pie en alerta, sabía que su hermano era incapaz de hacerle algo a ella, pero útilmente sus actitudes comenzaban a hacerla dudar.— No solo la causa de nuestra des fortuna es por mi culpa, reconozco que he derrochado mucho en mis juegos y mujeres, pero ¿Y tú? No me dejaras engañar que te encanta vivir rodeada de lujos, estrenar cada semana un nuevo vestido, que sobre su fino cuello cuelguen las mejores joyas para resaltar su belleza, también pagar por tus exuberantes gustos culinarios. Todo esto lo hemos provocado ambos.
La hermosa rubia de ojos azules desvió su mirada hacia el escritorio, lo maldijo interiormente pues su hermano tenía toda la razón, la causa de su carencia económica se debía a la vida de lujos que ambos les encantaba derrochar en medio de su pobreza que era alimentada por las pocas reservas que aún quedaban de su herencia, y por otros asuntos que ellos manejaban clandestinamente.
—Oh querida hermanita.—La rubia regresó su atención hacia su hermano que se posaba finalmente frente a ella, sujetándola de los hombros mientras la obligaba a ponerse de pie. Pudo ver un brillo de misterio en sus ojos grises, un brillo de un pequeño niño que estaba a punto de cometer la travesura más grande de toda su vida, eso perturbo en la mujer pues lo conocía de toda la vida y sabía que eso era el indicio de no algo bueno.—No debes preocuparte por nada, la finca la recuperaré el próximo viernes, tengo un haz bajo la manga.—Sonrió mientras al mismo tiempo comenzaba a sujetar entre los dedos de su mano derecha el collar de perlas de su hermana.—Surgió un nuevo negocio, en un mes comenzará, por lo tanto nuestra mala racha económico cambiará por completo, y déjame decirte que es un pez bastante gordo.
—Me estoy cansando.—Susurró la rubia quitando de golpe la mano de su hermano sobre el collar de perlas.— Esto de ser estafadores me está llegando a mi límite, quiero otra vida, quiero…
—Escúchame Lazulli.—Nuevamente su voz tomó ese aire grueso descolocando un tanto a la rubia, no obstante lo que más le perturbo fue su siguiente acto; el joven se lanzó contra ella sujetándola con una mano de su delgado cuello mientras que con la otra mano libre le sostenía con fuerza contenida de su mandíbula. La rubia abrió sus ojos como un par de platos, finalmente estaba de nuevo esa faceta agresiva de su hermano, aquel duce, embaucador y seductor jovencillo pasaba a otro plano dejando expuesto su verdadero temperamento.—Tu no te vas a salir de este juego, desde el momento en que decidiste entrar hiciste un juramente, ahora no me salgas con que quieres dejar todo por la borda.
—¡Suel-sueltame! —Como una fiera, comenzó a enterrar sus alargadas uñas sobre las manos de su hermano, pero al parecer al joven no le producía efecto alguno pues solo reía socarrón ante el comportamiento de ella.—Nos…nos descubrirán algún…algún día…
—Entonces dime.—Ejerció más fuerza en su agarre provocando más la asfixia en ella.—¿Cómo pretendes llevar tu vida de lujos, ha? Porque es evidente que de nuestro legado familiar ya no nos queda nada, lo único que nos dejaron nuestros padres al morir fue su apellido y título real, de ahí en fuera no tenemos nada.
—De qué demonios te sirvió heredar…el…el maldito título de vizconde si tu…si tú mismo lo estás…manchando…¡Suéltame por un demonio!
—Para poder sustentar tus gastos excesivos, tus viajes, fiestas, joyas, vestidos, todo para que Lady Lazulli esté a la altura de la sociedad.—Dicho esto, la soltó de golpe mientras ella cayó de bruces contra la silla donde anteriormente se encontraba, instintivamente se llevó sus manos a su cuello pero al momento notó que faltaba el collar de perlas que le había heredado su madre, encontrándolo en las manos de su hermano.— Eres igual que madre, les encanta vivir rodeada de lujos, sin embargo piensan que todas sus excentricidades caen del cielo…
—No te atrevas Lapis.—Sus voz entre cortada solo provocó en el surgir una sonrisa ladina, podía ver sus intenciones.—Es lo único que tengo de ella.
—No hermanita, no me interesa esta baratija.—Lanzó el collar sobre el escritorio, mientras que al mismo tiempo comenzaba a caminar hacia la puerta.—Pero sabes, creo que tienes razón…
—¿De qué hablas? —Iracunda, tomó el collar colocándoselo de nuevo, podía sentir aun las manos de su hermano sobre su cuello, le dolía.
—Sí, creo que ya he hecho mucho por esta familia, es momento de conseguir las cosas de una forma menos sucia…—Regresó su mirada hacia su hermana, quien esta enarcaba una ceja al no comprender sus palabras provocando un regocijo en él.— Me refiero a que…es tu turno de trabajar.
—¿Qué?
—No te hagas la desentendida hermanita.—Rió.—Ya sabes, es hora de utilizar tus encantos…
—¡Oh! No no y no ¡De ninguna manera! —Colérica, la rubia se levantó de golpe de su silla ocasionando que esta callera al suelo por el fuerte movimiento. Podía ver ese brillo maquiavélico en los ojos de su hermano, sabía a lo que se refería. Indignada, ahora llegó hasta su lado para enfrentarlo.— ¡No soy ninguna furcia!
—Eso no te importó cuando te metiste con ciertos hombres poderosos casados, que ahora que lo menciono, justamente traes puesto ese vestido de alta costura que uno de ellos te regalo al día de acostarte con él.
—¡Sinvergüenza! —Dispuesta a lanzarle una bofetada, su acción quedó varada en el aire pues su hermano ágilmente detuvo su acción mientras lentamente comenzaba a torcer de su muñeca.—¡Auu! ¡Me lastimas!
—No me vengas con aires de dignidad, ambos sabemos que utilizas de tu belleza para obtener lo que quieres, así sea incluso abrirle tus piernas al mismo rey de Inglaterra.—Sonrió al ver como la otra mano libre de su hermana amenazaba en golpearlo, pero de nuevo el fue lo suficientemente ágil ahora acorralándola por completo.—Tranquila hermanita…
—Tu eres peor de sucio que yo.—Jadeo entre forcejeos.—Haz hecho peores cosas que el mismo diablo.
—Lo sé, sin embargo yo no me cohibido de mis acciones, gracias que a ello ambos gozamos de ciertos privilegios.—Rio burlón.—Pero mira, me dejaste pensando con tus palabras y tienes razón, ahora cambiaremos las reglas del juego.
—¡No me obligaras a acostarme con alguien más! —Soltó irritada.— ¡Dije que me sueltes!
—Nadie te obligo a abrir tus piernas frente a esos hombres, yo solo te los presentaba y tú hacías el resto.—Retuvo con más fuerte los jadeos de su hermana al ver como la provocaba con sus verdades.—Pero, ahora será distinto. Aplicaremos las mismas técnicas, te presentaré a un buen hombre de una fortuna fabulosa, lo seducirás y luego…bueno.—Sonrió ladino.— Te casarás con él.
—¿Qué?— El rostro perturbado de la rubia fue todo un poema para el joven quien la soltó de su agarre dispuesto a marcharse del lugar. No obstante la mayor de los hermano Gero se interpuso en su paso de su hermano, mirándolo de una manera preocupada y causando así el deleite en él.— No estarás hablando en serio.
—Nunca había hablado más serio que este momento.—Sonrió divertido con una mueca de perturbación.— Lo he estado pensando, y creo que llegó el momento hermanita, es momento que contraigas matrimonio, tranquila buscaré a alguien con una fortuna lo suficientemente generosa para que pueda consentirte cuando quieras.
—¡De ninguna manera! ¡Me rehusó!
—Lo siento, pero tu opinión en este momento, no cuenta.
—¡Maldito machista! ¡Maldito mentiroso!
—Hey hey, ¿Mentiroso yo? Ambos lo somos.—Rio.— ¿Te recuerdo quien le miente a los hombres deseosos con que es una joven virgen de dieciocho años? Qué suerte la tuya hermana, aparentar dieciocho años cuando en realidad ya tienes veintidós y luego virgen.
—No te permitiré que hagas eso conmigo ¡No me casaré con un cualquiera! ¡Soy la vizcondesa de Hereford!
—¡No me importa! —Impaciente, regresó su andar hacia la salida del estudio, dirigiéndole una última mirada fría a su hermana.— No me importa lo que pienses, no me importa si estás deseando esperar a que un príncipe azul venga por ti. ¡Te casarás así sea con el hombre más insignificante de la realeza, siempre y cuando se pudra en oro! Así que vete mentalizando querida hermana, imaginando a tu posible futuro marido tan poca cosa, ¿Te imaginas como podría castigarte la vida? Podría ser ¡Incluso feo o enano! —Ironizó cargado de burla mientras el rostro de su hermana se deformaba de asco.—Pero cuando tengas toda su fortuna, habrá valido la pena…
—No estaré toda mi vida con un don nadie con suerte.—Soltó fríamente, alzando su cabeza altiva, típica reacción en ella.—Antes muerta.
—No al contrario pequeña.—Sonrió mordaz.—Cuando te cases con ese "don nadie", al final, el muerto será otro, nos desaceremos de él y tu, la pobre viuda heredera su fortuna, ganarás de nuevo tu libertad.
N.A/ ¿Qué tal? Espero les haya gustado y se vayan dando cuentas más o menos como estará planteada la trama, no será compleja pero sí tendrá muchas cosas inesperadas :)
Ojalá me hagan saber que opinan de esto! Planeo subir el primer capítulo la semana que viene, ya que estoy al mismo tiempo terminando el capítulo pendiente de mi otra historia, así que tengo que aprovechar mis vacaciones para avanzar todo!
Y bueno como sabrán, incluirá lenguaje soez, escenas no aptas para menores de edad, por lo que tengan en cuenta la categoría que le asigne.
Muchas gracias por todo, nos seguimos leyendo más adelante :)
