LO QUE DESCONOCÍA DE TI.

Capitulo 1. Aquella Fatídica Tarde.

Ningún personaje me pertenece.

Garnet y Amatista se fueron esa mañana a buscar rastros de una gema corrupta en una isla en sudamerica.

Peridot y Steven estaban en casa, ella le habían tomado mucho interés a él últimamente; Steven le explicaba todo y ella aprendía y hoy, peridot había descubierto los video juegos.

Yo, la antigua gema de servidumbre, luego rebelde segunda al mando de Rose; abrazaba mis piernas sentada en la arena viendo el sol que estaba como a una media hora de tocar el mar en el horizonte. Me encontraba una buena distancia del templo.

El aire soplaba mis recuerdos, el mar con el sonido de sus olas abrazaba mi soledad.

Steven crecía, eso era indudable y yo algún día no le serviría más. Él sería independiente, quizá se case con Connie o con quien quiera y se vaya.
¿Que va a ser de mí cuando mi naturaleza es estar al lado de alguien? Y no como sirviente, pero con alguien especial, a quien cuidar, amar... amaba a Steven, pero se irá más pronto de lo que me doy cuenta y yo, seré una roca olvidada en este planeta.

Más de una lágrima escapó por mi mejilla aquella tarde, solté mis piernas y apoye mis manos en la arena dejándome caer hacia atrás, cerrando los ojos.

Rose...

-AMAZONAS-

Garnet corría ente la la maleza de aquella selva tupida. Con sus guantes activados se deslizaba entre los gruesos árboles del amazonas. Las lianas que colgaban reventaban ante el poderoso paso de la gema de guerra, su vista era un visaje verde con café, pero con un objetivo en mente; una gema corrupta de cuerpo semi humano con cuchillas en vez de manos y una velocidad impresionante. Algo muy poco común.

Amatista viajaba en la parte de arriba columpiándose con sus látigos, tenía a la vista al monstruo pero Garnet le había dicho que no atacara sola, y no lo haría, esa bestia había lastimado a garnet a la altura del pecho dejando una lesión en forma de corte. Pudo ser grave. Esto no iba a la ligera. Quizá regresarían por ayuda.

En Beach City-

Perla POV

Mi cabeza era una mezcla de dolor con un fuerte zumbido en mis oídos. Mi hombro derecho se sentía entumido y una rodilla no quería responder. Estaba tirada en la arena, escupiendo sangre.

Una gema corrupta me atacó por sorpresa mientras divagaba. No lograba enfocarla, era veloz pero tan grande como Jasper. A diferencia de las gemas que conocemos tiene forma humanoide definida aunque sin rostro, y un arma, una especie de palo grueso color oscuro con el cual cimbro mi cabeza, mi hombro y rodilla.
Estaba en el suelo y ese monstruo estaba acabando ese palo en mi, golpe tras golpe podía sentir como mis cuerpo se quebraba, mi pecho, mis pies y mis manos. Protegía con todo a mi gema.

Steven, voy a morir. -Steven, ¡mi Steven!

¡NO! ¡No voy a morir aquí!

Pateé con mi pierna buena e impacte en sus pies haciéndola caer. Trate de incorporarme pero mi rodilla me hizo saber que no respondería ese día. Invoqué mi arma y lance una estocada a matar al monstruo, era de carne gelatinosa y transparente con una gema en su cuello o más bien dentro de su cuello. Y con ese tamaño me esquivó, es muy veloz.
Se colocó detrás de mi y volvió a golpearme con su arma volé y caí en las aguas bajas del mar.

No podía incorporarme, mi cuerpo dolía y la paz del mar en mis oidos me invitó a desmayarme. Algo me agarro por mi traje y me levantó sacándome del agua. Era la la gema corrupta.

Escupí sangre cada que su puño impactaba en mi estómago una y otra vez. Apretó mi cuello y con su otra mano giro, rompió mi brazo derecho que de por si, ya no sentía, lo estrujó, rompió los dedos de esa mano, se ensañó. Luego me aventó muchos metros hasta que caí en la arena. Me senté temblorosamente, me limpie la boca de sangre y saliva. Y vi a esa bestia saltar desde donde estaba, alto preparando su arma, apuntando a mi gema.

Al final no moriría sola. Al final moriría cuando aún mi pequeño dependía de mi. Que bueno que no está para ver esto. Que me voy en silencio. Que nadie me vio hacer crack. Y cerré los ojos.