¡Hola! Saint Seiya (Clásico y Omega) No me pertenecen. Son propiedad de Masami Kurumada y TOEI. Solo utilizo el medio del fanfiction para entretener a la gente con mis historias.

¡Les suplico que comenten por favor! Los quiere mucho Sonia Katy Hernández

AHORA: COMENCEMOS...

Salvadora del Destino 1: Cielos Gricescos

Capitulo 1: Perdición.

En el Santuario, la fuerte y cariñosa voz de Saori empaño las 12 Casas y la Gran Sala del Trono. Sus Santos de Oro escuchaban atentos un discurso de la Diosa sobre el "supuesto" despertar de Artemisa y Apollo.

Integra dio un paso al frente. En fin, iba a hablar cuando algo la estrello contra una pared. Creando un gran impacto, los dorados voltearon asustados.

-¡AHHH! - Había gritado antes de estrellarse, los dorados se colocaron en posición de ataque mientras Harbinger iba a su auxilio.

-¿Integra...? - Pregunto cargándola, pero era inútil, la pobre estaba desmayada por tal impacto.

-¿Quién es?¡¿Por qué osas venir aquí?! - Pregunto Saori con una voz firme.

Como respuesta un resplandor ilumino una figura femenina, la de...¡Yuna! quien se elevo con sus ojos de un tono rojo y comenzó a recitar.

-No pensé que podrías hablarme así Athena – Dijo-. Me decepcionas.

-¿Quién eres? - Preguntó sosteniendo aún su tono firme.

-No me reconoces ¿Athena-Oniisan? - Dijo en tono molesto-. ¡¿No reconoces a la mujer que mataste?!

-No...¡Artemisa! - Grito, la diosa a través del cuerpo de Yuna sonrió-

-Mi hermano y yo te odiamos con el alma Athena. ¡Y yo te odio más!¡Maldita desgraciada!

Suspiro ante el fino mechón del cabello rubio de la Santa de Bronce.

-Ese no es el punto, Saori - Aclaró su garganta sin necesidad-. La resurrección de mi hermano y mía se acerca. Y seremos engendrados por una simple... - Hizo un ademán de asco-...Humana.

Miró el cuerpo inconsciente de Integra en los grandes brazos del caballero de Tauro, quien la miraba preocupado.

-¡Dioses! - Grito y un rayo de luz se estrello hacia el cuerpo de Integra, empujando a Tauro y alojándose en el vientre de la muchacha-. La he elegido.

-¡¿Qué?! - Grito Saori-. ¡Maldita!

-Integra de Géminis engendrará mis genes y los de mi hermano, ¡El Gran Apolo!

-¡No! - Grito Kiki-. ¡Nunca!

-¡Que así sea! - Grito por último la Diosa de la Caza y desapareció.

-¡Agh! - Gimió alguien, Saori observo y noto como Integra se ponía de pie, examinó su pierna. Sangrando-. ¡Agh!

-Integra... - Shiryu fue a su auxilio tomándola en brazos-. Te has roto la pierna, todo va bien. Kiki acompáñame a Géminis – Le dijo al lemuriano, asintió y lo escoltó.

Casa de Géminis...

-¡Ay! – Exclamo Integra adolorida mientras la recostaban en la cama-. Discúlpenme por esto pero, ¿Qué me paso?

Shiryu y Kiki se miraron, era muchísimo mejor que no lo supiera.

-No ha sucedido nada, sólo te has caído – Respondió el ex-dragón.

-Ya – Integra se veía indefensa a los ojos de Kiki, con la pierna recogida y la otra estirada mientras Shiryu la ayudaba-. Gracias, a ambos.

-No es nada – Kiki se cruzo de brazos.

-Es ... – Manchas moradas obstruyeron la vista de Integra, luego cogió un florero junto a su cama, le quito las flores y comenzó a vomitar.

-¡Integra! – Kiki sobaba su espalda mientras que con su mirada buscaba un paño, a los pies de su amiga cogió un paño y se lo paso por la boca luego de que ella vomitara-. Ya ha pasado, ¿Estás bien?

-Si – Cogió la toalla y se tapo la boca-. Ayúdame a ponerme de pie, iré al baño.

-Vale – La cargo estilo princesa y la puso en pie frente al lavandero, mientras la cogía por la cintura. Integra comenzó a lavarse los dientes mientras él la observaba con detenimiento-. ¿Estás bien?

-Si – Acabado, Kiki la llevo de nuevo a su cama-. ¿Dónde está Shiryu?

-He sentido su cosmos alejarse – Respondió el lemuriano-. No se dónde se ha metido.

-Gracias, por esto – Dijo Integra con una sonrisa-. Eres... un gran amigo, Kiki.

-Eres una gran amiga, Integra – El le sonrió-. Sabes que siempre contarás con mi apoyo.

Integra sonrió.

En la reunión Dorada...

-Creo, que han escuchado lo que mi hermana ha dicho – Dijo a los Santos de Oro u Bronce-. Artemisa y Apolo serán hijos de una mortal ... los hijos de Integra, la santa Dorada de Géminis.

Yuna era abrazada fuertemente por Koga, protegiéndola.

-Ella sufrirá cambios – Advirtió-. Cambios de humor repentinos, problemas de salud, ojeras, desnutrición, debilidad, etc.

-Tendrá en su vientre a dos dioses – Dijo Fudo-. Necesitará nuestra ayuda.

-Athena – Dijo una voz tan seria conocida por todos desde el cielo, seguidamente una columna de luz verde se clavo en el centro del salón, de allí. Titán estaba de pie junto a Pallas, que llevaba un vestido blanco con una capa negra. Seiya se puso delante de Saori en pose defensiva.

-Pallas – Dijo Athena-. Hermana, ¿Qué haces aquí?

-Me he enterado de lo de tú santa – Sus labios se encorvaron en una sonrisa-. Integra, Santa Dorada de Géminis.

-¿Y qué con eso? – Pallas sonrió.

-Puedo ayudarla – Su sonrisa no era de burla, si no de compasión. Después de todo ella se había disculpado con Athena, Seiya bajo la guardia-. ¿Dónde está ella?

-Está en el tercer templo – Replico Saori-. El templo de Géminis.

-Seiya, Athena – Dijo-. Vengan conmigo – Ellos se adjuntaron en columna luminosa y desparecieron.

Templo de Géminis...

La columna apareció nuevamente, pero esta vez en la casa de géminis.

-Integra – Dijo Pallas. Y la gemiana se sintió vulnerable-. ¿Puedo examinarte?

-Si – Dijo ella con una ceja levantada.

Pallas coloco su mano en el vientre de Integra y se echo hacia atrás de un brinco.

-Integra tú... estás embarazada.

-¡¿Qué?!Grito ella con una ceja en alto, mientras su mente gritaba una y otra vez la misma sílaba.

Entonces Pallas decidió hablar.

-Percibo un cosmos enorme dentro de ti Integra, algo celestial – Dijo Pallas.

-¿Celestial?¿Qué quiere decir Diosa Pallas? – Inquirió una asustada y traumada Santa de Géminis.

-Es sangre de...la luna y el sol – Pallas encarnó una ceja y luego se aferró a Titán.

-¿De la luna y el sol? – Y entonces se le vino el mundo encima-. ¡Diosa Pallas!

-Es la sangre de Artemisa y Apolo... ¡Tu serás la madre de Artemisa y Apolo!

Y entonces, a Integra de Géminis. La verdadera Santa Dorada de Géminis, 3 mujer de la Orden Dorada de Athena, se le detuvo el mundo. ¿Había escuchado bien? Pero si ella era... virgen. ¡Athena, se sentía extraña! Y la idea le seguía rondado por la cabeza por minutos.

Repitiéndose las mismas 5 palabras una y otra vez:

Ella iba a ser madre.

En el Olimpo...

Los 10 Olímpicos se hallaban sentados en sus respectivos tronos. Con la mirada sobre Athena. Que era escoltada por Seiya de Sagitario; Zeus parpadeo luego de un largo rato y miro a su esposa, Hera.

-¿Así que Artemisa y Apolo regresarán? – Inquirió saber la Diosa del Amor con la mirada fija en su padre, Aphrodite sonrió.

-Así es... Ellos desatarán una nueva guerra – Le contestó Hades a su sobrina-adoptiva.

-La pregunta es... ¿Contra quién? – Preguntó Hera.

-¿Athena o el Olimpo? – Dijo Démeter con la voz relajada.

-¿Cómo saberlo? – Terminó Poseidón.

Athena tomo cartas en el asunto.

-Padre, no me parece que tú hallas elegido a una de mis Amazonas para esta gran tarea – Protestó Athena. Llamando la atención de Zeus.

-Hija, así es el destino – Terminó Zeus.

-No, no es así – Athena había alzado su tono de voz. Y Hera la reprimió con la mirada-. ¡Oh, vamos! ¿Por qué mi Santa tiene que pagar tus errores? ¡No tienes derecho a...!

-¡Silencio! – Exclamo Zeus, Athena cerró la boca. Él nunca le gritaba, y cuando lo hacía es que estaba verdaderamente furioso.

-Apoyo a Athena – Pallas había entrado al Olimpo con Titán pisándole los talones, entonces se detuvo al estar al centro-. Hay que comprender que Integra es humana y conociéndote padre, tú no metiste cartas en el asunto.

Zeus le sonrió, Pallas era muy sabía.

-¿O me equivoco? – Prosiguió la Diosa del Amor-. Artemisa y Apollo han escogido a Integra por una razón. Creo que todos sabemos cual es.

-¿Ella es virgen...? – Preguntó Aphrodite.

-Lo es, y después de todo – Pallas sonrió-. Artemisa juró ser virgen eternamente, su madre debía ser... alguien con ese mismo... no sé... ¿Estatus?

-Concuerdo con eso – Apoyó Démeter a su sobrina.

-Sabemos que el espíritu de Artemisa metió mano en esto – Dijo ella-. Pero debemos ser conscientes de que le estamos entregando un inmenso poder a Integra, una Santa.

-Son dos dioses – Gimió Athena-. No solo uno. ¡Son dos!

-Athena, relajate – Pidió Hera.

-Creo que lo que quiere decir mi sobrina es que alguien debe hacerles la prueba a un tiempo previsto – Explico Hades, al ver el asentimiento de Pallas él continuó hablando-. Un dios o diosa que este dispuesto a luchar contra Artemisa y Apollo, para probarlos.

Athena apretó los dientes y Seiya, a su lado, maldijo en contra de Pallas.

-¿Quién quiere ser esa... persona? – Dijo Zeus. Como era de esperarse; 6 manos estaban en lo alto.

Poseidón, Hestia, Athena, Hermes, Hades y Hefesto habían alzado la mano.

-Me parece que... debes escoger – Pidió Pallas, mirando a su hermana. Athena tenía unas ganas de matarla en ese mismo instante. Zeus asintió.

-Elijo a...

-Yo lo haré – Dijo una voz seca y oscura como la noche. Los Dioses fijaron la mirada en la puerta y allí estaba él, el Dios del Tiempo y el Espacio. Saturno.

-Tú no... – Gimió Athena en voz baja.

-Me parece excelente, Saturno – Expreso Zeus con una sonrisa-. Tú te encargarás de probar a Artemisa y Apollo, recuerda que son algo invencibles cuando unan sus fuerzas.

-Lo sé.

-Pero para ello tendremos que esperar 20 años – Gimió Ares-. Y aún no nacen los mocosos.

-En realidad, cuando tengan 5 años puedo hacerlos crecer – Ofreció Saturno, mirando a Zeus-. Y hacer que tengan 20 años. Solo manipulando el tiempo de ellos.

-Te apoyo – Aseguró Zeus-. Entonces está decidido, tú te encargarás de ellos y los harás crecer a los 5 años. Athena y Pallas serán maestras de esos niños.

-¿Podemos ofrecer dones? – Suplico Aphrodite con una mirada de perrito abandonado.

-Está bien, hija.

-¡Yupi! ¿Dónde y cuando? – Preguntó la Diosa.

-Un mes después del nacimiento todos iremos a visitar a la Santa de Athena – Explicó el Dios de los Cielos-. Y entonces podremos darles lo que queramos.

-¡Yay! – Dijo Aphrodite.

-Entonces, ¿Es todo? – Pidió Athena con la mirada clavada en su padre.

-Es todo, pueden irse – Entonces todos desaparecieron de la sala.

Casa de Géminis...

Integra escuchaba atenta todo lo que había ocurrido. ¿En serio ella sería la madre de Apollo y Artemisa? ¡POR ATHENA! Ella NO estaba lista para ser madre, para empezar, no había dado su primer beso.

-Tengo noticias – Athena apareció en la puerta de la habitación. Kiki y Genbu le abrieron el paso. Seguidamente, Athena le comentó todo lo dicho en la reunión.

-¿Pero... por qué yo...?

-Nadie quiso responderme a eso – Dijo la Diosa, compadeciéndose de su dolor-. Ahora debes mantenerte sana, los dioses absorben la energía de su madre cuando están en el vientre.

-¿Y eso qué quiere decir?

-Que sufrirás desnutrición, cansancio, debilidad – A Saori le dolía pronunciarlo, estaba llena de ira contra su padre. ¿Por qué demonios elegiría a una Santa de Athena?-. Lo siento, Integra.

-No importa, Diosa Athena.

Y así Integra se preparó para lo que podía ser el reto más importante de su vida. Ser madre, y no solo eso. Cuidar de los hijos de Zeus, los que alguna vez... liberarían una guerra Santa.

Contando con el apoyo de los dorados, los bronce, Titán, Raki, Selene y las dos diosas seguramente lograría ejercer está gran tarea.

Continuara...

¡Dios! Hace tiempo que quería publicar está historia, siempre me pregunté. ¿Por qué no le prestan importancia a Integra? Me parece que es una buena Santa :)

Es por eso que les traigo este fic. Repito. Saint Seiya Omega no me pertenece, solo creo mini historias para divertir a las personas.

Nuevamente me despido. ¡No olviden seguirme en Instagram: AutoraSonia y en Twitter: SoniaKatyHerna2!

Sonia Katy Hernández

Escritora Juvenil, corazón de Tinta.