— ¿Que estás diciendo? —Rebatió Bridgette por las palabras que escucho de Félix— ¡¿Que dijiste?! —Ahora aumentando el volumen de su voz. Adquiriendo furia por lo dolida que se estaba sintiendo.

¿Volver? ¿Volverte a amar? ¿Olvidar lo que sucedió? ¿Olvidar tus palabras hirientes? ¿Tus contantes rechazos? ¿Perdonarte?

¡No! Gritaba cada milímetro de su cuerpo ¡No!

Negó efusivamente con la cabeza, retrocediendo algunos pasos.

— ¿Que estás diciendo? —Pregunto, otra vez, escépticamente— ¿De verdad, que estás diciendo?

Félix seguía en el mismo lugar. Sin dar un paso, sin acercarse a ella, aunque se estaba alejando.

— ¡Lo mataste! —Vociferó Bridgette a todo pulmón— ¡Lo dejaste morir! —Sus ojos azules miraban expresivamente a Félix con dolor y furia en igualdades de condiciones.

— Bridgette...

— ¡No! —Articuló— Tu mismo dijiste, dijiste... —Hizo una pausa tragando duramente saliva a su garganta cerrada— Si me amas, déjalo morir —Pronunciando esas palabras mientras su corazón se partía en pedazos— ¡Y Félix! ¡Te hice caso! ¡Lo hice!

— P-podemos hacer como si no sucedió, volver a empezar —Su voz tenía un deje de desesperación— Me equivoque...

— Yo también lo hice... —Mirando fríamente, de la misma forma que él, lo había hecho incontables de veces— Contigo.

Esas últimas palabras provocaron que algo en el interior de Félix terminara por romperse. Antes de que la pudiera llamar por su nombre o dar un paso hacia ella. Bridgette le cortó al pronunciar las siguientes palabras: "¡No te me acerques!" "¡Ya es tarde!"

— No soy el mismo que era —Pronunció— Fui un imbécil —Se llevó a una mano a su cabello— Te trate mal y sé que fue de las peores formas posibles y...— Se detuvo un segundo para tragar saliva— Fue porque quería conseguir desenamorarme de ti, pero...

— ¿Me amas? —Sonando incrédula.

— Si, yo...

— ¡No lo digas! —Replicó— ¡Ya es demasiado tarde! —Le reclamó con furia en sus ojos—Nada de lo que hagas —Masculló entre dientes— Hará que vuelva a la vida.

— No digas eso —Suspirando— Algo, algo debe haber... —Comenzó intentando pensar— Algo que haga para que me perdones.

La susodicha clavó sus ojos azules en los celestes de él. Esos que se veían tan arrepentidos, esos que hacían contacto visual a los fríos de Bridgette. Dándole la misma mirada que Félix le dio cuando le dijo esas palabras; terminando lo que nunca empezó.

— Si me amas, déjalo morir.

Los ojos de él, se abrieron producto por la sorpresa. Al oír esas palabras, esas mismas que uso para desintegrar los pedazos que habían quedado del corazón de Bridgette al destruirlo.

— No —Añadió la joven— Si me amas, no intentes volverlo a la vida— Su voz sin ninguna gota de sentimiento— Porque está muerto.

Dijo antes de darse la vuelta y a pasos lentos, marcharse. Entretanto Félix la veía alejarse sin poder moverse, sin poder dar un paso. Al final se cayó de rodillas contra el pavimento con las dos manos puestas en su cabeza.

Las palabras dichas por Bridgette se repetían, apuñalando su corazón.

"Ya es tarde"

Y él lo sabía. Había perdido el tiempo buscando sus imperfecciones. Tratando de no aceptar que Bridgette era Ladybug y la verdad es que hacia eso tratando de no ver el hecho de que era la única para él. Que era perfecta.

No perfecto por perfección. Perfecta para él.

"Si me amas, déjalo morir" "No" "Si me amas, no intentes volverlo a la vida" "Porque está muerto"

Lo que ella decía, era cierto. Él... lo mato.