Título: De Heridas y Corazones.
Fandom: Katekyo Hitman Reborn!
Personajes: Gokudera Hayato & Sawada Tsunayoshi. Nana y mención de Kyoko y Yamamoto.
Género: Amistad, Romance implícito, de momento. Un poco de Angustia y Drama.
Rating: T.
Advertencias: Leve Shonen Ai. 5927.
Resumen: ¿Y ahora, Tsuna qué iba a hacer después de confesarle sus sentimientos a Kyoko-chan? ¿Y... por qué había terminando con Gokudera-kun en aquel lugar?
Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn! no me pertenece. Pertenece a la talentosa, Amano Akira-sama.
07/07/11.
Capítulo 1. - Herido.
La lluvia de esa tarde se fue intensificando hasta convertirse en una tormenta que azotaba la zona de Namimori.
En esos momentos, Gokudera mira por la empañada ventana de su departamento, pensando en una cosa en particular.
"Me pregunto cómo le habrá ido al Décimo. ¿Ya habrá llegado a casa?".
Gira a ver el reloj, comprobando que ya pasan de las siete de la noche.
Aún es temprano, pero quizá debido a la lluvia, su Décimo y la hermana de Cabeza de Césped se resguardaron en casa de los Sawada.
- Le llamaré...
Se encamina hacia el teléfono, marcando su número que por supuesto se sabe de memoria. Un par de timbres, y alguien contesta del otro lado.
- Sí, diga…
Es la mamá del Décimo.
- ¡Buenas noches, habla Gokudera!
- ¡Oh, Gokudera-kun! -sonríe la mujer, notándose en su tono de voz.- ¡Qué sorpresa que llames!
- Sí, disculpe... ¿De casualidad se encuentra el Décimo?
- ¿Tsu-kun? -duda.- Ahora que lo dices... no, aún no ha llegado y... sigue lloviendo. Espero que se esté resguardando en algún lugar.
- Ya veo...
"Así que aún no ha llegado". -una pequeña sonrisa curva sus labios por lo que aquello puede significar.
- ¿Gustas dejarle algún recado, Gokudera-kun?
- ¿Eh? ¡N-No... no es necesario! Le llamo más al rato, gracias.
- De acuerdo.
El italiano termina la llamada, permaneciendo en el mismo lugar.
"Quizá... le fue mejor de lo que esperábamos. Me da gusto".
Pero... ¿por qué se siente tan intranquilo, cuando debería de estar feliz por su capo?
No lo entiende.
Y es que el día anterior cuando volvían a casa (Yamamoto se había quedado entrenando en la escuela) el Décimo le había dicho todo emocionado que al día siguiente saldría a pasear con Sasagawa Kyoko; la castaña había aceptado su invitación, por lo que Tsuna estaba más que feliz.
Él por supuesto que lo felicitó y todo; también estaba contento por su Décimo pues sabía cuánto la quería y cuánto había soñado con eso.
- ¡Qué bueno, Décimo! -le dijo, contagiado con su dicha.
- Gracias.
Por eso cuando la emoción se disipó en el aire, continuaron con su caminar y un silencio se instauró entre ambos, el italiano entonces fue más que consciente de cuándo dejó de caminar su Décimo y las palabras que comentó por lo bajo con un significante sonrojo en sus mejillas.
- Mañana, le confesaré mis... mis sentimientos a Kyoko-chan.
"¿Eh?".
Sí. Se tardó un poco en reaccionar, en asimilar sus palabras, pero al final dijo un:
- ¡Felicidades! -mirándolo cara a cara, y con una grata sonrisa.- ¡Qué tenga mucha suerte, Décimo! ¡Ya verá que todo va a salir bien!
Ganándose con ello su atención, y un gesto de agradecimiento y felicidad de su parte.
- ¿T-Tú lo crees, Gokudera-kun?
- ¡Por supuesto! -asintió, posando sus brazos sobre sus hombros.- ¡El Décimo es increíble, y eso Sasagawa lo sabe muy bien!
- ¡Muchas gracias, Gokudera-kun...! Por tus palabras, y por apoyarme de ésta forma. -le sonrío.
- No... -niega el otro.- Es lo mínimo que puedo hacer por el Décimo. Apoyarlo... y estar siempre con usted.
- Aun así... eres un excelente amigo, muchas gracias.
- ¡Décimo, qué dice!
Los colores se le subieron al rostro, por lo que tuvo que mirar hacia otra parte, riéndose después los dos.
Él estaba feliz y siempre lo sería, si su capo lo era.
Por eso es que no llega a entender por qué siente ese extraño malestar dentro de su pecho, que hasta ahora, nunca antes había sentido. Aquello, es demasiado incómodo y desesperante.
Quiere saber qué es, para así poder tomarse una pastilla y aminora el malestar hasta hacerlo desaparecer por completo.
Su idea queda en el aire, al escuchar cómo su celular timbra y vibra en alguna parte de la sala. ¿Quién será?
Luego de varios segundos de buscarlo aquí y allá, lo encuentra bajo uno de los cojines en el sofá. Sin mirar quién es, contesta.
- ¿Sí?
Nadie dice nada. Sólo se escucha el sonido de la lluvia.
Aquello, hace que aparte su celular de su oreja y mire el número. Número no identificado; debe ser alguien que llama de un teléfono público o simplemente no lo tiene agregado.
- ¡Bueno!
Vuelve a insistir, y nadie responde. Se enoja otro tanto hasta aparecer una venita en su frente.
- ¡Mira, seas quién seas! ¡Si esto es alguna especie de broma, déjame decirte que te equivocaste de persona, yo...!
Su amenaza queda a medias al escucharse unos ruidos y luego un tenue:
- Go... Gokudera...-kun.
- ¿D-Décimo?
Su mal humor y molestia desaparece en dos segundos, siendo remplazado por confusión y preocupación.
- ¿Décimo, es usted, verdad? ¡Qué pasa! ¿Está bien, dónde está?
Escuchar una especie de sollozo, la fuerte lluvia que cae y algunos rayos no ayuda en absoluto a responder ninguna de sus preguntas.
- ¡Déci…!
- Yo... –el castaño vuelve a hablar por lo bajo.- No puedo ir… a casa así, Gokude…
- ¡Dígame dónde…! ¿Décimo? ¡Décimo!
La llamada se corta, y la Tormenta mira con desesperación su móvil para luego quererlo estrellar contra la pared. Se contiene, pues su querido capo puede volver a llamar.
Pero no lo hace diez segundos después, y mucho menos cinco minutos más tarde. Entonces, él marca el número del que llamaron y nada; suena y suena, y nadie contesta.
- ¡Maldición!
Sin perder más tiempo se pone su chaqueta, toma sus llaves y un paraguas. ¡Por supuesto que va a salir a buscar a su Décimo así se desate un diluvio!
Corre lo más rápido que puede por las calles de Namimori, dificultándose su tarea por la lluvia intensa, el fuerte viento, y el hecho de que no sepa por dónde buscar.
En un principio pensó ir a su casa, pero las breves palabras que el castaño le dijo lo hicieron cambiar de opinión.
"Yo... No puedo ir… a casa así, Gokude…".
"¿Así?".
Se cuestiona. ¿A qué se refiere con eso? ¿Pasó algo con su familia? ¿Pasó algo que no quiere que su familia se entere? ¿Qué diablos fue lo que pasó? ¿Qué no se suponía que iba a pasar todo el día con Sasagawa?
¿Y si le habla a Yamamoto y le pregunta? ¿Y si le habla a Cabeza de Césped para saber si su hermana ya está en casa o… si algo pasó? ¿Y si mejor va a la casa del Décimo y le pide ayuda a Reborn-san?
Como en contadas y extrañas ocasiones, Hayato no sabe qué hacer.
"¡Mierda!".
Se desespera otro tanto, tomando la última opción. Irá a casa del Décimo y ya verá luego qué hacer...
... sólo espera que sea la mejor opción.
Cruza una de las avenidas, tomando una calle menos transitada que lo lleva directo a su casa.
"¡Espere un poco más, Décimo…! ¿Eh?".
Al llegar a una de las intersecciones mira por reflejo hacia su derecha, encontrándose con una persona recargada en uno de los muros. Deja de correr.
- ¿D-Décimo?
No hace falta más que llamarlo así para obtener una reacción de aquella persona y una confirmación. Sí, es Sawada Tsunayoshi, el Décimo Vongola.
El italiano va inmediatamente hacia él.
- ¿Está bien? ¿Qué pasó? ¿Está herido?
El bombardero hace un rápido análisis con su mirada sobre el capo, pero no encuentra nada extraño como heridas, golpes o sangre. Sólo está empapado de la cabeza hasta los pies.
Motivo por el cual, se tranquiliza un poco y le sonríe como sólo él puede hacerlo ante Tsuna.
- Tome esto, Décimo.
Le entrega su paraguas para que ya no se moje más. El otro, lo acepta sólo porque su amigo se lo pone entre las manos.
- Go-Gokudera-kun…
No lo mira. Su mirada permanece en algún punto del suelo, sintiéndose incapaz de poder mirarlo a los ojos.
- L-Lo siento... no debí de llamarte... yo...
- ¡No diga eso, por favor! –refuta, sintiendo como la lluvia moja su pelo, su cara y sus ropas rápidamente. Pero a él... no le importa en absoluto.- Mi deber es estar siempre con el Décimo, apoyándolo y cuidándolo en todo momento. Nunca lo olvide, siempre puede contar conmigo para lo que sea.
Tsuna no sabe si son sus palabras, la sonrisa que le regala, la mirada tan sincera y determinada con la que se encuentra al alzar su vista o el toque sobre su hombro lo que lo reconforta. Lo que le confirman que llamarlo a él fue lo mejor que pudo hacer en esos momentos.
Y se derrumba. Se deja caer en la acera, soltando el paraguas que su amigo le dio.
Ya no puede soportarlo más, ya no puede dejar de pensar en ello y ser "valiente". Le duele, duele tanto, que tiene que liberar todo ese dolor que le oprime el pecho y lo lastima.
- ¡Go-Gokudera…-kun!
Sus ojos se llenan de lágrimas que al caer y rodar por sus mejillas se confunden con las gotas de lluvia que caen de su cabello o del cielo oscuro, que en ningún momento han dejado de cesar y no lo harán hasta el día siguiente.
Hayato, siente que algo se le rompe dentro del pecho al ver a su capo así. No lo puede soportar, pero tampoco sabe qué hacer.
- D-Décimo… -se deja caer de rodillas, con una mirada triste y preocupada.
¿Qué puede hacer para calmar, para sacar todo ese dolor que el castaño siente en esos momentos?
- ¡K-Kyoko-chan...! –le dice, agachando su mirada y cerrando con fuerza sus ojos porque duele más. Le oprime el pecho, su corazón, robándole el aliento.- ¡Kyo…ko-chan… ella me dijo que…!
Pero no es necesario que termine su oración (tampoco podría hacerlo) Gokudera entiende el resto de la frase por simple deducción al ver llorar de aquella forma a su querido Décimo.
Se siente tan impotente, tan molesto con "aquella mujer", que apenas y puede contener las ganas que tiene de ir y hacer estallar su casa con dinamitas, con ella adentro.
Pero lo único que su cuerpo atina a hacer, es atraerlo para darle un fuerte abrazo.
Uno, que espera que pueda protegerlo a él, a su corazón herido y sus nobles sentimientos por aquella persona que no lo supo valorar. Que no supo ver lo especial y maravilloso que es su Décimo, y lo feliz que cualquiera podría ser a su lado.
Continuará…
Bueno, he vuelto :D
Esta vez con un 5927, porque leerme cuanto Doujinshi en español de estos dos me he encontrado me ha inspirado a hacer un nuevo aporte en nombre de esta linda pareja que debe de ser cannon aquí y en china :P
Ya de paso, utilizó la idea que tenía desde hace un mes, en un fic donde Tsuna pueda corresponder a los sentimientos que todo el mundo sabe que Gokudera le tiene ¬w¬
Básicamente de eso se trataría éste fic, que confieso, quería que me saliera más cortito el primer capítulo (y los demás) para actualizar cada día o ya de plano, cada dos días.
Haré el intento de hacerlo… a ver si puedo.
Bueno, de momento es todo… cualquier comentario, duda, opinión o demás, me lo hacen saber en un comentario. Yo feliz, eh ;)
PD. El resumen variará conforme al capítulo.
