Cap. 1

El misterio del Ángel

Donald y Goffy miraban desde una distancia "Segura" la intensa batalla. Sora el joven elegido de la Keybalde se enfrentaba al poderoso One Winged Angel Sephiroth. Habían luchado ya una vez en el coliseo del mundo de Hércules, en cuyo encuentro Sora había sido vencido. Pero no podía permitir que ocurriese lo mismo esta vez. No solo porque se había hecho más fuerte y poderoso además de que había madurado. Ahora no era una simple competencia, era un duelo de la luz contra la oscuridad y sin importar como la luz debía ganar.

Pero sin importar cuánto se repitiera a si mismo esto; los compañeros del muchacho miraban con al respecto la contienda. Hacía unos momentos Sora había invocado los poderes ocultos de su vestimenta echa por las hadas Flora, Fauna y Primavera, para convertirse en la Valor Form, buscando obtener ventaja sobre su oponente al atacar con dos espadas, pero ello no parecía dar buenos resultados. Sora atacaba con fervor a Sephiroth quien con una expresión de total serenidad, no parecía tener ningún problema para bloquear todos los ataques del chico.

-Donald creo que deberíamos ayudar a Sora- dijo Goofy alarmado, a su amigo quien pensó un momento.

-La verdad no creo que podamos hacer nada Goofy- contestó al fin con voz de impotencia –Es una batalla de pesos pedazos, si nos interponemos nos harán pedazos en el fuego cruzado-

-Pero tú y yo sabemos que Sora no ganará este encuentro- dijo Goffy aún más alarmado

-¡Cállate no digas eso tonto!- le gritó enfurecido Donald, haciendo su usual rutina de patalear y berrear.

Sora seguía tratando de abatir la defensa de su oponente atacando con sus mejores combos.

-No uses ataques tradicionales. Haz lo inesperado y así podrás descubrir donde se abre la defensa de tu oponente- dijo sereno Sephiroth, moviendo su preciada Masamune con intenciones de atacar por primera vez después de un largo rato de solo defenderse. Y como ejemplificando lo que acababa de decir apartó ambas Keyblades de Sora de un golpe, pateándolo después con fuerza mandándolo a volar.

-De nada te sirve atacar con dos armas si no eres capaz de convertir la superioridad numérica en ventaja- sentenció el ángel.

-Gracias por el consejo- dijo Sora sarcásticamente mientras se ponía de pié. –Bien pues entonces voy a tener que probar otra cosa- dijo juntando sus Keyblades sus queridas Guardian Soul y Fatal Crest; las de su preferencia cuando adoptaba esta forma.

-¡Wisdom, dame fuerza!- gritó poniendo sus armas en alto mientras un aura azul lo envolvía. Al disiparse su traje antes rojo se había hecho azul y ahora portaba solo una Keyblade: La Oathkeepter. No era buena opción para combate cuerpo a cuerpo, pero potenciaba sobre manera sus poderes mágicos y usándola a la vez que se encontraba en la Wisdom Form, Sora era capaz de realizar ataques devastadores.

-Bien veamos ahora como manejas esto- amenazó Sora a Sephiroth apuntándole con su espada.

-Thunder!- gritó haciendo que de la punta de su arma brotaran 3 relámpagos hacia Sephiroth.

Este simplemente extendió su mano derecha y de esta brotaron esferas de energía de color negro que estallaron al encontrarse con los relámpagos de Sora. Antes de que la nube de la explosión se disipara salieron de esta un centenar de rayos de luz tras los cuales emergió a gran velocidad Sora rodeado por un inmenso anillo de fuego.

-¡Eso es!- festejó Sephiroth mientras saltaba para esquivar los cristales. –Intenta romper mi centro. ¡Sácame de balance y entonces ataca!- exclamó Sephiroth que movía su Masamune a gran velocidad para bloquear los disparos y moviéndose para esquivar otros tantos. Justo antes de que el anillo de fuego lo alcanzara saltó para alejarse del peligro.

"Demonios ya lo tenía" pensó Sora al ver como su ataque había fallado. Giró para ver a dónde se había dirigido su oponente y le apuntó de nuevo con la Oathkeepter – ¡Toma esto, Blizard!- gritó haciendo que enormes cristales de hielo salieron disparados de la punta de la espada.

-¡Vámos!- gritaba burlonamente a Sora quien lo perseguía lanzándole cristales de hielo.

Entonces sora puso su mano izquierda en la punta de su arma y dirigiéndola a Sephiroth. Un instante después una luz envolvió la Oathkepter y Sora salió disparado contra Sephiroth en una contundente estocada que este apenas logró bloquear.

-Esta técnica… veo qué…- pero no habiéndose separado de Sora luego del choque este desató una tempestad de fuego a su alrededor quemando a Sephiroth que de separó como pudo de él.

-Dijiste que hiciera lo inesperado, ¡Pues ya lo hice y viene más!- dijo sora levantando su keyblade con ambas manos sobre si al momento que esta se iluminaba en un aura azul.

-¡Toma esto!- gritó el muchacho al abanicar su arma dejando salir lo que parecían cuchillas de luz. El fuego de hace unos momentos había irritado los párpados de Sephiroth por lo que no pudo prever el ataque y tanto Sora como Donal y Goofy vieron sin duda como este recibía de lleno el ataque y se perdía a la vista en medio de la explosión.

Sora respiraba agitadamente con una rodilla en el piso, mientras el poder de Wisdom se desvanecía y su traje volvía a su forma normal.

-¡Así se hace Sora!- festejó a lo lejos Goofy.

-¡Eso le pasa por meterse con el elegido de la Keyblade- agregó Donal.

"Rayos… ahh… Con razón Cloud me dijo que tuviera cuidado si me enfrentaba a él. Habría acabado fácilmente con toda la Organización XIII, Maléfica y de paso con el Heartless de Xehonorth el solo si hubiera querido" pensaba Sora mientras se ponía de pié.

"¿Qué relación tiene con Cloud? Puede que finalmente lo haya vencido pero me podría haber matado barias veces… ¿Por qué me alentaba a seguir intentándolo con más empeño?"

-¡Hey Sora lo lograste!- interrumpió Goffy dándole un abrazo mientras que Donald efectuaba un hechizo de Curaga sobre Sora.

Pero antes de que Sora le respondiera sus amigos escucharon una risa de entre el humo que había dejado el último ataque de Sora.

-Ya veo en efecto esas técnicas… Sonic Blade y Sword Beam… ¿lo has aprendido de Cloud no es cierto?- dijo Sephiroth que caminaba hacia fuera de la nube de polvo totalmente ileso salvo algunas quemaduras en su ropa y plumas de su ala que le había provocado Firaga hacia un rato.

-Tal como dije cuando te conocí en el coliseo: Un día te convertirás en alguien muy poderoso-

-¿Quieres seguir peleando?- dijo Sora tratando de ocultar su asombro al ver que sus ataques no le había hecho el mayor daño.

-Anda muéstrame tu fuerza- respondió Sephiroth tomando su posición de ataque habitual.

A Sora no le quedaba energía suficiente como para transformarse de nuevo. Así que tan solo convirtió la keyblade en Ultima y arremetió contra su rival una vez más.

-¿Qué ocurre? ¿Dónde quedaron todos los hechizos que hacías hace un momento?- preguntó burlonamente mientras combatían de nuevo cuerpo a cuerpo. Sora pudo responder masque frunciendo el seño con gran enojo.

-No, no no, si te enojas pierdes ¿No conoces esa frase? Si dejas que tu ira te controle en batalla, pasarás de atacar coordinadamente a tu oponente a solo agitar su espada como un idiota-

-¡Deja de hablar!- gritó Sora claramente furico.

-Que golpees con fuerza no hará la diferencia si no haces que tu golpe tenga más apoyo que el que recibe el ataque- continuó el mientras seguía bloqueando sus ataques.

-No aprietes tanto el arma…- y tras un movimiento de su Masamune dejó a Sora desarmado y en el suelo –Ni la sueltes-

Sora miraba desde el suelo como Sephiroth mandaba a volar a sus amigos con unos rayos de energía negra salidos de la palma de su mano. Y luego como este dirigía su mirada a él poniendo la punta de la Masamune cerca de su rostro.

"Es el fin… me va a matar" pensó sin dudar al respecto.

-Puede que conozcas algunas ténicas de Cloud, pero no tienes su experiencia y no sabes lo que el… un buen guerrero no ataca a un enemigo que no conoce- dijo tan sereno como siempre Sephiroht haciendo que Sora lo mirara confundido. Y se confundió aún más cuando este retiró su arma y le extendió su mano. Pero Sora se apartó de él y reapareció Ultima en sus manos y regresando a su pose de combate lo que provocó de nuevo una risa burlona en Sephiroth.

-¿Por qué me das tantos consejos? ¿Por qué no me has matado? ¿Por qué a pesar de ser tan poderoso no has intentado apoderarte de… ¡de lo que sea que quieras!- pregunto al fin Sora frustrado y confundido.

Sephiroth entonces dibujó en su rostro una amarga sonrisa y le dio la espalda a Sora.

-En esta vida no hay luz sin oscuridad ¿Tú debes saber eso mejor que nadie no es cierto? Pero no existe simplemente el día y la noche. Está el Crepúsculo que marca el nexo de uno con el otro. Y así mismo está la sombra creada con la luz y que puede llevar hasta la oscuridad-

-¿Qué quieres decir? Tu perteneces a la oscuridad, no engañas a nadie. Lo sé porque lo siento. Ese terrible poder que te rodea es oscuridad pura- dijo escéptico Sora haciendo que Sephiroth riera otro poco.

-Es verdad me metí con cosas que no debía y que creía que podría controlar… Y renació un nuevo Yo creado por la oscuridad que dejó sus estigmas en mi… Pero ella no me domina, si así fuese ya te habría matado y lo sabes- contestó desvaneciendo la Masamune. Sora le acompañó desvaneciendo a Ultima.

-¿Qué relación tienes con Cloud? ¿Qué ocurrió entre ustedes?- preguntó Sora.

- Cloud era un guerrero talentoso y joven que soñaba con proteger su mundo en una loca cruzada idealista y yo... un idiota que enamoró de su propia leyenda, haciéndole daño a otros y a sí mismo- dijo claramente triste Sephiroht.

-No… no entiendo-

-Cloud y yo éramos parte de un grupo élite de guerreros en nuestro mundo llamado SOLDADO. Él era el novato recién egresado con una madre orgullosa, muchos amigos, además de una linda novia y yo… Jaja, el Héroe más grande y solo de todos los tiempos. Un día la oscuridad invadió nuestro mundo. Los Heartless y Nobodies realizaron una invasión a gran escala en todo el globo en ejércitos interminables… fueron implacables hasta para nosotros- decía a tiempo que su voz se llenaba más y más de dolor.

-Decidí que tendría que combatir fuego con fuego. Fui a un templo de los Cetra, una raza ancestral de nuestro planeta, en busca de una reliquia legendaria conocida como la Black Materia que me daría un asombroso poder, pero probablemente me consumiría así que le pedí a Cloud que me acompañara como medida preventiva en caso de que me ocurriese lo peor.

-¿Qué quieres decir?-

-Tenía miedo pero decidí que valía la pena… aunque tuviese que sacrificar mi mente y mi alma estaba dispuesto a hacerlo por mi mundo y mis amigos, pero… en caso de que no fuese capaz de controlar ese poder llevé a Cloud conmigo para que si algo pasaba acabase conmigo antes de que fuese yo quien empeorase las cosas para nuestro mundo-

-¿Y qué pasó?- preguntó Sora muerto de la intriga.

Sephiroth se giró a verlo a la cara con un rostro lleno de dolor y tristeza.

-Mi sacrificio se convirtió en mí pecado…- respondió al fin –Y Cloud lo perdió todo lo que tenía por culpa mía-

Sora se quedó sin palabras, no había forma de que alguien fingiera tan bien.

-Bueno y entonces escaparon… pero ¿qué asunto pendiente tienes con Cloud?-

-No te ofendas, pero creo que eso ya no es de tu incumbencia- contestó.

-Bien… em… Cloud dice que quiere resolver esos asuntos pendientes… me dijo que le dijera dónde estabas si te veía-

-Si te lo a pedido es porque confía en que así lo harás y si es una revancha lo que pide es mi deber dársela… Adelante, ve y dile que estaré esperándolo en este lugar-


Horas más tarde Sora, Donal y Goofy regresaban al lugar del encuentro acompañados de Cloud.

-A pasado mucho tiempo… Luces bien viejo amigo- dijo Sephiroth muy formal cuando Sora y el resto se detuvieron ante él.

-Perdiste el derecho de llamarme así hace mucho tiempo- respondió indiferente Cloud.

-… Si supongo que sí- dijo al momento que la Masamune aparecía en sus manos.

-¿Entonces es así como va a ser?-

-¡Así es la única forma en que puede ser!- respondió Cloud con fuerza desenvainando su Buster Sword y adoptando posición de ataque.

Sora y sus amigos retrocedieron un poco, pero de alguna manera sentía que debía hacer algo no solo observar.

-Sora te agradezco mucho tu ayuda, pero ahora es mejor que te apartes-dijo Cloud sin voltearlo a ver.

-Hazle caso niño, los chicos grandes jugamos solos- añadió Sephiroth en su característico tono burlón.


Aún lejos de allí Sora era capaz de ver los estragos de la batalla desde el tejado de la casa de Merlín. Explosiones que salían de la nada, rayos de energía que salían volando en todas direcciones, incluso hace unos momentos habían visto como la punta de una de las montañas a lo lejos había sido cortada como mantequilla. Sora estaba confundido, ya no sabía si temer por la vida de Cloud o de Sephiroth, quien estaba convencido no era una persona tan mala como Cloud le había hecho parecer.

-No te preocupes ninguno de ellos morirá- dijo una voz femenina.

-¡Señorita Tifa! ¿pero cómo está usted tan segura?- preguntó Sora a la chica quien se sentó a su lado.

-Solo llamame Tifa. Lo sé porque Cloud no es un matón y aunque Sephiroth fuese corrompido por la maldad esta ya no lo domina, de lo contrario ya habría arrasado con Radiant Garden- respondió como si fuese algo obvio.

Sora se quedó un rato pensativo hasta que finalmente pensó en algo que decir.

-Tú, Cloud, Sephiroth, Yuffie y Cid son todos del mismo mundo ¿no? Que ocurrió luego de que Sephiroth obtuvo la Black Materia- preguntó Sora temeroso de tocar un mal tema.

-¿Te has preguntado por qué Cloud usa un guante que le cubre hasta el antebrazo izquierdo? Cuando regresó de su búsqueda de ese artefacto tenía el antebrazo en carne viva con quemaduras de tercer grado además de heridas de gravedad en casi todo el cuerpo. Su madre, su novia y yo le curamos, pero le quedaron cicatrices horribles y a la fecha no sé qué tal estarán. Sephiroth no regresó con él y solo dijo que era causa perdida igual que tratar de proteger el mundo y que debíamos escapar cuanto antes-

-¿La nave de Cid no es cierto?-

-Cid tenía una nave espacial en la que había trabajado por años. El plan era simple escapar en ella, pero el día del lanzamiento un inconmensurable ejército de Heartless atacaron la ciudad-

-¿Y cómo hicieron para escapar?-

-Sephiroth o Cloud ya te han de haber hablado de SOLDADO ¿no?-

-Pues si, dijo que era un grupo élite de guerreros-

-En efecto, Génesis, Angeal y Zack el mejor amigo de Cloud repelieron el ataque para que los civiles y el resto pudiésemos escapar… pero no lograron salir de allí… murieron y el peor de los golpes fue la muerte de la señora Strife y la novia de Cloud- concluyó frotándose las lágrimas que habían empezado a salir de sus ojos.

-Y pienso que Cloud culpó de sus muertes a Sephiroth por no haber estado allí… incluso yo llegué a hacer lo mismo- dijo estallando en llanto.

Sora se quedó pasmado con la historia. Había metido la pata bien metida y ahora tenía a su lado a una doncella llorando. Lo único que fue capaz de concebir a hacer fue poner su mano en el hombro de la muchacha, pero esta se agachó y recargó su frente en el hombro de él. Sora se sorprendió ante el gesto, pero claro que no lo iba a despreciar, así que atinó por fin a abrazarla hasta que dejara de llorar.

Finalmente Tifa se separó de él y secó sus lágrimas.

-Perdona- dijo ella avergonzada.

-¡N-no! Perdóname tu a mi por hacerte recordar algo tan triste- respondió agitando las manos.

-Hace un bueno rato que no hacen ruido. Parece que la pelea a termiando- dijo ella volteando a ver al horizonte.

-¿Quién crees que haya ganado?-

-Probablemente ninguno de los dos y hayan sabido resolver las cosas de otro modo… o por lo menos eso quiero creer. Lo sabremos en cuanto uno de ellos regrese- dijo sin sonar preocupada en realidad.

-No te ofendas, pero ¿cómo puedes decirlo tan despreocupadamente?-

-Porque conozco a esos dos hombres y sé de lo que son capaces- dijo ella con una sonrisa poniéndose de pié.

-Voy por un helado creo que invitaré a los demás ¿no vienes?-

-No gracias, voy a esperar un poco más- respondió el serenamente.

-Está bien Sora. Avísame si pasa algo más-

-Te lo prometo- dijo con un pulgar en alto.

-Sora un día serás un gran hombre y un guerrero muy poderoso- murmuró Tifa antes bajar de un salto del tejado sin que Sora se percatara siquiera de lo que ella había dicho.