Tarde Calurosa

Era un tarde tórrida, con un Sol abrasador en el océano de Grand Line y los piratas del Sombrero de Paja se habían refugiado como habían podido del insoportable calor en el interior del barco. Sólo quedaba un despistado que se había quedado dormido en medio de la cubierta.

Zoro se despertó un poco mareado, empapado de sudor y con la garganta seca.

—Otra vez he tenido un sueño romántico con Luffy... —aunque de romántico no tuviera nada, llevándose la mano a la frente para quitarse el sudor. Pensó lo bien que le sentaría un trago bien fresquito con ese bochorno y se levantó, marchándose hacia la cocina. Pero antes de llegar oyó algo que le detuvo e hizo que se parara a escuchar.

—Ahh... Nnh... —reconoció la voz de su capitán.

—¿Te gusta, Luffy? —reconoció a Sanji.

—Sanji... es demasiado grande... No me cabe en la boca... —se quejó Luffy en un sollozo.

¡¿Qué demonios está pasando allí dentro? pensó. ¿Acaso Sanji había podido conseguir tener relaciones con Luffy antes que él?

—Oye, ve más tranquilo...

—Nnnnhh... Qué rico...

—¿A que sí? —rió Sanji—. ¡Ups! Perdona... te he manchado...

La paciencia de Zoro reventó. Abrió la puerta de un volantazo, furioso por que Luffy hubiera preferido a ese cocinero de mierda antes que a él.

—¡¿Qué estáis haciendo? —preguntó a grito pelado.

Lo que vió allí no encajaba con lo que había imaginado: Luffy estaba comiendo un polo de hielo bastante grande con una mancha de vino en su chaleco y Sanji estaba con una botella en la mano, cerca de él. Al parecer Sanji había tropezado mientras preparaba la comida y había manchado a Luffy.

—¿Qué te pasa ahora? — le preguntó cabreado el cocinero por el tono de voz que había usado Zoro antes.

—Ah, nada... ¿Me das un helado a mí también...?

FIN


En lo que una piensa cuando come calipos por la calle una tarde en la que el Sol parte las piedras~.