En guerra avisada no muere gente. Así que desde ahora les aviso esto es un fic cien x ciento yaoi. Adems tiene Mpreg=Embarazo Masculino, Violencia

Así que no me vengan después con comentarios del tipo, que asco dos hombres juntos o es una monstruosidad los hombres no pueden quedar preñados, ect por que ya están advertido de que todo eso estará en este fic, así que si no te gusta nada de esto ni te molestes en leerlo ahórrate un disgusto y dale a tu botoncito de atrás y sal de aquí ^^

Ahora si después de las pertinentes advertencias quieres seguir leyendo.. Bienvenido ^^

Disclaimer: Los personajes no son mios se cae de la mata que son de JK si fueran mios tendria el dinero que no tengo XD

Prólogo

Lucius Malfoy se estaba preguntando en ése momento, cómo diablos se había dejado convencer por su muy preñado hijo Draco (De 6 meses estaba) y del marido de su hijo, Harry Potter de 21 años, para ir a una condenada discoteca mágica.

Por Dios, él era un respetable viudo de 40 años y ésa no era edad para estar en discotecas. Pero ahí estaba y su hijo y Harry estaban muy concentrados el uno en el otro y con sus amistades como para prestarle atención, así que Lucius se levantó con un suspiro y decidió dar una vuelta por el lugar.

Fue entonces que lo vio a él, a Percy Weasley. Cuando el ministerio aceptó la vuelta del señor tenebroso, Percy renunció al ministerio, pero a cambio de lo que todos esperaban no volvió a su casa. Se fue al mundo Muggle donde se dedicaba al cine y a modelar. Percy y Lucius se habían visto hacía apenas un mes atrás en una fiesta y después de un par de tragos, habían acabado en la cama.

Después de ésa noche, Lucius no había vuelto a ver al pelirrojo, pero sí había pensado mucho en ésa noche, recordaba la candidez y la inocencia con la que el joven pelirrojo se le entregó.

Lucius sabía que aquella había sido la primera vez de Percy y ahora lo volvía a ver. Con cautela para que Percy no lo notara se acercó a donde estaba el joven vestido de negro.

-Hola. -Le dijo al oído sentándose a su lado. Percy se sobresaltó, pero se apresuró a disimularlo.

-Malfoy... -Dijo a modo de saludo.

-Huy, que formalito... ¿No crees que después de lo que pasó entre nosotros deberías llamarme Lucius?

Percy enrojeció sin poder evitarlo, y Lucius sonrió encantado.

-Olvídate de esa maldita noche, Lucius Malfoy. Había bebido y no estaba en mis cabales.

-¿Olvidar que me entregaste tu virginidad? ¿Olvidar tu delicioso cuerpo, Percy? No lo creo, cariño. Me gustó lo que probé contigo y quiero más.

Percy se levantó, furioso, y le dijo molesto pero en voz baja:

-Mira Malfoy, olvida esa noche, porque no se volverá a repetir, ¿Entendiste?

Y con ésas últimas palabras un molesto y muy guapo pelirrojo de 25 años salió del lugar. Lucius se echó para atrás en el asiento con una sonrisa perezosa.

-El que no entendió fuiste tú, mi querido pelirrojo. Nadie le dice que no a Lucius Malfoy y te tendré, cuésteme lo que me cueste y sea como sea.

Fin del prólogo.