- Nombre completo y edad de la paciente por favor – pregunto aquella mujer de rostro agrio y severo

- Mary Alice Brandon, 9 años – contesto solicito el hombre que se encontraba frente al mostrador mientras miraba por encima de su hombro como si tuviese miedo de que alguien le descubriese – Podría darse prisa? tengo una reunión importante esta tarde

- Lo siento señor Brandon pero es el protocolo debe contestar a todas las preguntas del formulario

El hombre puso una mueca de disgusto y siguió contestando las preguntas de la mujer sin prestar atención a la niña que sujetaba fuertemente del brazo, una jovencita muy guapa de largos cabellos color azabache y una penetrante mirada azul cielo, su delicada cara de duendecillo tenia una expresión ausente como si su espíritu se encontrase a kilómetros de distancia de aquel lugar

- Te he dicho que no pongas esa cara en publico niña – le dijo el hombre con ira

- Lo siento padre

- Ve a sentarte tengo que atender ciertos asuntos de mayores nos hiremos a casa dentro de un rato

La pequeña obedeció sin rechistar y se sentó en una de las sillas de la sala mirando fijamente los volantes del bajo de su vestido, sabia que no volvería a casa nunca su padre pensaba dejarla allí , en el centro para deficientes mentales Wonderland, por el resto de sus dias ya se lo habia dicho a su hermana Cynthia y le había pedido que por favor fuese a visitarla algun dia porque en el gran caserío de sus pesadillas se iba a sentir muy muy sola. Sacudio levemente la cabeza intentando alejar aquellos pensamientos de su mente, levanto la mirada para estudiar a su padre ya que seria la ultima vez que le vería , Terrence Brandon era un hombre alto, bien parecido , con aspecto de rondar los cuarenta, el tipo de hombre que buscaba hacerse un hueco en la alta sociedad del siglo XIX , tenia facciones duras y expresión seria el rostro de un hombre de negocios como decia su madre con un brillo de orgullo en los ojos. Aun siendo tan pequeña Alice podia juzgar objetivamente que ella y su padre se parecian muy poco y en su mente infantil culpaba a ese hecho de que su padre se sintiera tan despegado de ella como para abandonarla sin contemplaciones, en cambio su madre, Sarah Brandon, la habia despedido con lagrimas en los ojos y una expresión de angustia extrema intentando aparentar normalidad pero ella hacia tiempo que se habia resignado a aquel destino siempre supo que algun dia su padre la llevaria a aquella vieja mansión que cumplia las funciones de psiquiatrico habia visto el cartel de la entrada tan claramente como esa mañana al entrar por la puerta como tambien habia visto tantas otras cosas que aun no habian sucedido, ese era el problema y la razon por la que estaba alli, recordaba cosas que aun no habian pasado...

- Tu eres la pequeña Mary no es asi? – le pregunto una voz dulce interrumpiendo sus pensamientos

Levanto los ojos para encontrarse con la mirada grisácea de un muchacho joven de tez extrañamente pálida vestido con el uniforme de enfermero que le sonreia dulcemente, a sus escasos 9 años la niña se sintio abrumada por la belleza del rostro de aquel joven y se sonrojo de vergüenza al no saber reaccionar, nunca nadie habia sido tan amable con la "perturbada" niña de los Brandon

- Efectivamente Andrew ella es la niña Brandon encargate de ella por favor- le contesto la mujer del mostrador

- Ya has oido a la señorita Emily Mary – me dijo amablemente Andrew mientras me tendia una blanquisima mano - me acompañas?

El chico tomo la pequeña mano de la niña en un fuerte apretón que la hiso estremecer por su frio contacto, comenzo a conducirla hacia el pasillo pero antes de atravesar la puerta Alice se detuvo y se volvio a mirar al hombre que seguia frente al mostrador

- Dentro de unos años te arrepentirás de esto padre pero no te atormentes te perdono

El señor Brandon miro a su hija con una expresión mezcla de temor y furia como cada vez que ella vaticinaba algún acontecimiento pero no le dirigió ni una sola palabra mientras la veia alejarse por las escaleras

- Señor Brandon tenemos que seguir con el formulario sino le importa

- No, en absoluto continúe pero no le parece a usted que ese chico esta agotado? es muy joven para tener unas ojeras tan marcadas

- Ya sabe como es la juventud de hoy en dia todos unos alborotadores que no hacen mas que vivir en el pecado...