Notas del autor - Esto no es una historia nueva, es una historia antigua siendo reescrita. Finalmente! he logrado sacar este coso hermoso, llevo planeandolo desde hace un tiempito; para quienes ya leyeron Nightmare la primera vez, esta vez es solo con personajes canonicos, nada de Oc que para eso tengo Wattpad, estoy emocionada con esto, espero que salga bien y una vez dicho esto les dejo con el prologo, Enjoy!

Música del capitulo - "Bipolar" Dark piano

Aclaraciones - AU. Distopia. Leve Oc.

Advertencias - Ninguna por ahora.

Inazuma Eleven no es de mi propiedad.

Disfruten su lectura.


Prologo - El origen del reino de las sombras

El comienzo de los cuatro reinos como raramente ha ocurrido y ocurrirá fue en completa paz, no hubo guerras por el dominio de tierras, ni muertes sangrientas como ocurre con la mayoría de los reinos que alguna vez existieron, la vida en Eternum comenzó con un solo ser, o al menos así lo definen las antiguas escrituras, en ellas se afirma que un solo eterno creo lo que hoy se conoce como los cuatro reinos de Eternum, cada reino, cada ecosistema, cada singularidad creada por un solo ente supremo; a él se le rindió honores una vez en cada ciclo solar, todos con una misma creencia reuniéndose a los límites de un punto muerto que más tarde se nombraría Deadlock.

El primer reino en surgir fue el que más adelante se llamaría Neró, un lugar plagado de ríos que desembocaban en el profundo abismo de Ma ati, lugar que se creía el inicio del verdadero océano que rodeaba el azul reino; se oía en lo profundo las olas chocar mas nadie nunca ha logrado volver con vida de aquel oscuro paraje donde se rumoreaba vivían las criaturas más hostiles y peligrosas de Neró y Eternum también, Leviatana era el nombre que se les había dado a las desconocidas criaturas que supuestamente habitaban en lo profundo de Ma ati. El reino azul como fue comúnmente llamado poseía criaturas majestuosas, dulces aguas cristalinas bañaban al reino y eternos cielos azules.

La superficie terrestre de Neró era algo escasa y se unía a los otros reinos por pequeñas porciones de tierra, era un archipiélago en medio de los tres reinos menores rodeado de puro mar, aun así el lugar era conocido por todo el mundo como la isla Neró; el clima era frío y húmedo gracias a las aguas que lo cruzaban y rodeaban.

Su monarca era una bella mujer de ojos tan azules como el mismísimo cielo que coloreaba las aguas de sus ríos, era una mujer dedicada a su reino, preocupada por cada problema que aquejara a sus pobladores, cargaba un collar de zafiro como representación de su poder y autoridad; era sin duda una gran monarca.

El siguiente reino en ser creado fue la selvática Zemya, poseía grandes campos de verde hierba, profundas selvas y bellos bosques, el río Zeleng la cruzaba desde lo alto de la isla Neró bifurcándose en pequeños riachuelos que cruzaban el reino verde, era quien proveía de recursos a todos sus pobladores, poseía criaturas increíbles que alcanzaban grandes tamaños.

Zemya era un lugar lleno de vida, con infinidad de variedades de plantas, vivían mayormente de eso, vendiendo e intercambiando hierbas con los otros reinos; poseían clima tropical lo que en algunos lugares de las junglas generaba zonas pantanosas lo que dio paso al asentamientos de criaturas que no se esperarían de un reino selvático como lo era Zemya; la calidez tropical no era solo su clima, sus habitantes lo eran igual, la generosidad del reino verde era bien conocida en todo Eternum, tal como su exótica monarca.

Nefeles, la bella gobernante de selváticos orbes verdes era sin duda una peculiaridad entre las cuatro hermanas, con energía de sobra y poco apego a cumplir las reglas de protocolo, llevando raramente las vestimentas que sus otras hermanas, colgando de su cuello en un rustico collar hecha por sus propias manos brillaba la esmeralda que representaba todo su poder.

Pozhar fue el tercer reino, un lugar plagado de volcanes siendo estos una barrera natural que lo separaba del océano que conectaba con la isla Neró, era el reino más cálido, cada criatura y persona que lo habitaba poseía una llama única que provocaba un considerable aumento en la temperatura en sus cuerpos, era esto sin duda lo que más caracterizaba a los habitantes de este reino; era un sitio con temperaturas altísimas, su más grande atractivo, que atraía turistas de otros reinos, eran las aguas termales naturales que se formaban a lo largo del reino de fuego, sus suelos volcánicos proveían sin problemas a toda la población de alimentos, fuera de eso poseía escasa vegetación, como era de esperarse el reino estaba lleno de dragones de distinto índole, eran las criaturas que mejor resistían las altas temperaturas de Pozhar.

Su monarca era una mujer un tanto explosiva, Pandora era una reina implacable, sabía cómo aprovechar cada pedazo de tierra de su reino, sabía cómo mantener a sus súbditos felices, era sin duda una mujer apasionada, la llama de Pozhar ardía con fuerza en su interior lo que se reflejaba en sus orbes tan rojos como la sangre, era una mujer elegante que lucía con orgullo el rubí en su cuello.

El reino menor llevo el nombre de Bāẏu, aunque el mundo entero lo conocía como el reino de cristal, era un reino majestuoso plagado de montañas nevadas y lagos cubiertos de hielos, era quien poseía el clima más frío de todos, se consideraba la contraparte de Pozhar, sus criaturas poseían pelajes gruesos para soportar los crudos fríos que lo azotaban la mayor parte del ciclo solar, limitaba también con el abismo de Ma ati, poseía amplias tundras y asombrosas estructuras naturales hechas completamente de hielo, era un paisaje surreal; gracias a los blancos mantos que lo cubrían era el reino más luminoso.

Ninibeth era considerada la monarca más hermosa de todo Eternum, su piel parecía hecha de hielo y sus cabellos de nieve, sus ojos poseían un hermoso tono gris, era la reina más gentil, la más maternal de las cuatro a pesar de ser la menor, el diamante en su cuello parecía una parte más de su cuerpo colgando de un fino lazo de oro, Ninibeth fue de todas la reina más amada y eso, tuvo un gran precio.

La vida en Eternum, en los cuatro reino se desarrolló en paz, en armonía durante un largo periodo de tiempo, no fue sino hasta muchos ciclos solares más tarde donde el caos finalmente se desato; ningún habitante de todo Eternum lo vio venir, ni siquiera aquellos pocos videntes que vivían en la isla Neró supieron predecirlo; fue el mismo día en el que se celebraba al eterno creador de todo, las nubes tomaron un tono oscurecido, se posaron sobre cada reino, incluso en Pozhar donde casi nunca había lluvia, los Dua Ekor fueron vistos por primera vez en los pueblos de Zemya, sus ojos amatista dieron augurio de un pronto desastre, fue entonces donde aquellas criaturas comenzaron a ser representantes de la mala suerte, cuando el primer rayo cayó sobre la espesura de Zemya, cuando la plaga se desato desde el reino mayor, las aguas cubrieron Zemya, los Leviatana vistos por primera vez sembrando el terror en las hasta entonces tranquilas cosas de Neró, acabando con la vida, devorando todo a su paso, los volcanes de Pozhar parecieron sincronizados despertando al mismo tiempo, llenando las calles del reino de lava, despertando a los dragones que los habitaban, obligándolos a huir, porque aunque su naturaleza era el fuego, aquello era demasiado incluso para ellos; Bāẏu se quebró, el hielo cayo cuando las extremas temperaturas de Pozhar afectaron su ecosistema, del abismo de Ma ati aparecieron criaturas que nunca nadie había visto, no solo los Leviatana despertaron, también criaturas voladoras, enormes y aterradoras que acaban con la vida en el reino de cristal, desconocidas en ese entonces.

El caos inundo cada lugar de Eternum, la desgracia cayó como un castigo no merecido, la desesperación se volvió en cada habitante de los cuatro reinos, en cada criatura viviente del planeta, fue entonces cuando Ninibeth y Nefeles pusieron a disposición del pueblo de Eternum a un grupo para rescatar y ayudar a los heridos de tal desastre, utilizando los templos de Zemya ubicados en las altas montañas esperando poder darles refugio hasta que todo finalmente terminara.

Durante días hubo una especie de tiempo muerto en todo Eternum, las reinas ayudaban tanto como podían a sus súbditos, Ninibeth ofrecía abrigo ante las repentinas bajas de temperatura, su reino se dedicaba principalmente al trabajo de pieles y a la venta de hielo, Pandora ofrecía tantos alimentos como pudiera luego de que la lava consumiera cada sembrado, Nefeles ofreció a cada curandero, cada persona con conocimientos medicinales incluyéndose a ella para los heridos, Calipso al igual que Pandora ofreció todos sus suministros de comida y también agua, era quien se encargaba también de trasladar a muchos de los heridos de otros reinos a través de los mares que separaban a uno de otro; muchos creyeron que aquello había acabado cuando el verdadero final estaba a punto de comenzar.

Las plantas de Zemya murieron, las aguas de Neró se volvieron toxicas acabando con la vida submarina, los iceberg de Bāẏu se derritieron causando inundaciones en todo el reino helado, las calles de Pozhar se cubrieron de lava, nubes toxicas acaban con la vida en el reino de fuego; la muerte de la monarca mayor fue lo que termino de desatar el terror en Eternum, lo que parecía imposible ocurrió, porque aquellas cuatro mujeres no dejarían de existir hasta que un nuevo sucesor emergiera; la noticia corrió veloz, el zafiro estaba muerto. Nefeles fue la siguiente en caer, no sin antes dar lucha, la exótica monarca lucho con todo de si contra su asesino, pero la hierba perece al enfrentarse al fuego.

La revelación de Pandora ante sus hermanas fue una total sorpresa tal como cada evento sucedido en aquel corto periodo de tiempo, la monarca de fuego exigía tener a los cuatro reinos bajo su mando para detener el horror desatado, Ninibeth, única sobreviviente de la ira de su hermana hasta ahora, se mantenía reacia a entregar los reinos, trato razonar con Pandora, convencerla de detener esa locura, pero ella estaba ciega, ciega por el deseo de poder y fue debido aquello que la guerra se desato, el reino de ambas monarcas caídas dividiéndose entre lo correcto y el dominio de Pandora, Eternum se vio entonces sumergido en una guerra que parecía no tener fin, Pandora no se detendría hasta obtener supremacía total y Ninibeth a su vez no se detendría hasta lograr apagar la llama de ambición de su hermana, aunque eso significara tener que ver la vida dejar sus ojos.

Istar apareció entre todo el caos, una legión de guerreros dedicados a detener las disputas más pequeñas, en un esfuerzo extremo por devolver la paz, Calipso se levantó en honor a su reina caída, los habitantes del reino azul lucharon contra Pandora y su fuego hasta ver extinta la vida en ellos, en ese entonces los Neró Drachen fueron totalmente extintos ante las llamas de Pandora; la que entonces sería la última guerra estaba en puerta, no hubo poder que pudiera contra la llama de Pandora y así fue como Ninibeth se extinguió, la vida de la joven monarca se hizo humo en las manos ardientes de su hermana quien acabo con todo aquel que se opusiera a su suprema autoridad, Eternum se hundió entonces en un abismo oscuro gobernado por una mujer implacable, el planeta giro más despacio, el desequilibrio lleno los cuatro reinos, de la oscuridad nació un nuevo reino, el que hasta ahora nos rige, el reino de las sombras.


Notas del autor - En el próximo cap debutan nuestros personajes adorados, espero pronto tener un nuevo capitulo de esto. Ahora me ire a revisar el resto de historias que tengo que actualizar.

Si llegaste hasta aquí, muchas gracias.

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