Disclaimer: Percy Jackson and the Olympians, así como sus personajes, contexto y demás; no me pertenecen, sino a Rick Riordan.
Advertencia: Contiene micro-spoilers de BoO
Cinderella
Ella lo miró irse, después de que sus labios se habían tocado en una serie de besos en los que había perdido la cuenta mientras se acobijaba entre sus brazos para evitar el frío de la noche, como cada día después de varios años de estar juntos.
Todo era perfecto, tan perfecto como un cuento de hadas.
Temía; porque pese a ser romana, ella conocía perfectamente que los griegos amaban sus tragedias.
"Ningún semidiós podrá curar tu corazón"
Aquellas palabras tan distantes, tan crudas y frías que había recibido de la Diosa Venus hacia tanto tiempo. Aun presentes en su vida picoteando la seguridad que tenía con incertidumbre como si fuese una fecha de vencimiento a su alegría, a su mundo; a su futuro juntos.
Se balanceó nerviosamente sobre sus rodillas con el pequeño Tíbet dando una vista nocturna lúgubre en su superficie.
Se perdió entre la belleza del río con el agua cristalina oscurecida en un grisáceo tormentoso con aquellos puntos brillantes centellando entre el vaivén de las pequeñas ondulaciones. Tal como Nico, pensaba al tocar ligeramente el agua con sus dedos.
Frío, oscuro, tormentoso e iracundo: con un toque de dulzura, con una luz profunda que le hacía único, cálido, confiable y honesto. Algo poco común en los rasgos de un hijo de Hades.
Aquel amigo que curó su soledad con su amistad, solo para cobrarle el favor robándole el corazón.
Los recuerdos despertaron sus miedos de nuevo, susurrando que Venus había acertado en parte de lo que le había dicho; repitiendo a su alma que era cuestión de tiempo para que el resto de sus palabras se hicieran realidad.
"Ningún semidiós podrá curar tu corazón"
Se sacudió la cabeza tratando de alejar las dudas que la consumían, se levantó con pesar para ir a dormir.
Se alejó con paso lento del río, caminando pausadamente para calmar sus dudas; perdiéndose poco a poco en la neblina de la noche.
A lo lejos, un chico de cabello oscuro la miraba con anhelo; jugando con un anillo de calavera plateado como siempre lo hacía cuando estaba nervioso. Un aura espectral rodeaba su figura y se mezclaba con el ambiente, como si fuera un camuflaje.
Miró las estrellas con melancolía, antes de desaparecer poco a poco en un manto de sombras; la medianoche se acercaba y con ésta el tiempo límite que su padre le daba para quedarse en la Tierra.
Con una mirada triste, como tantas noches desde hace años; desapareció sin dejar rastros, regresando a su hogar en los Campos Elíseos.
Esta historia va dedicada a mi mejor amiga, Lira; que espero sinceramente no me mate :v Salió más raro de lo que pensé y no terminó de gustarme del todo pero la idea central me quedó perfecto y no puedo esperar nada mejor para un primer "crack fic". Espero que te guste princesa, y si vas a matarme; no seas tan cruel¿?
