Hola! Bueno, hace como tres dias que escribí esto y quiero saber su opinion y si me apoyan para continuarlo.

Me inspire de la canción Words don't come easy de FR David el fic no tiene nada que ver,pero bueno.

Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, yo solo me dedico a jugar con ellos :D

Disfruten.

Unos dicen que el amor se siente en el Corazón, otros dicen que en el estomago, y algunos otros dicen que se siente en cuerpo y alma. Pero el amor no era algo teórico que se pudiera comprobar, no era algo que se pudiera expresar con palabras. Así que Bella Swan se rehusaba a creer en alguna de estas teorías y pensó que era mejor experimentarlo y saberlo por sí misma. La cuestión era que nunca se había enamorado, nunca le había gustado nadie, nunca había sentido las famosas mariposas revolotear en su estomago. Nunca nada de nada, Hasta el día que lo vio…

¿O los vio?

Bella POV

El día que entre a la cálida cafetería, decidí sentarme en un lugar solitario y tranquilo.

En la cafetería denominaban los colores beige y marrón, tenía un olor muy peculiar, grano de café. Se aspiraba la tranquilidad por quiera que se mirase. Todo estaba muy callado y pasivo. Apenas se alcanzaban a oír unos murmullos. Cerré mis ojos y aspire fuertemente el olor, a la vez llenándome de paz. Porque este lugar derramaba paz.

Abrí mis ojos y di un rápido vistazo al lugar, era algo grande, pero lleno de gente. A pesar de eso se veía acogedor. Me aproxime a la parte izquierda de atrás y tome asiento en el cómodo silloncito.

Rápidamente lo vi, y se me fue el aliento. Estaba ahí, sentado y ausente, leyendo La divina comedia, absorto de el mundo y su alrededor, su rostro divino reflejaba una tremenda concentración. Podría venir el presidente y el no le prestaría atención.

El chico tenía un sexto sentido o algo así, porque rodo sus ojos de un verde profundo hacia la derecha, dando un vistazo a la mesa más próxima. Ahora su rostro reflejaba sospecha y fruncía el ceño, como si supiera que alguien lo estuviera viendo. Eso me recodo que tenía que girar mi torso ya que era de mala educación quedártele viendo a una persona. Pero era imposible no notar su cabello cobrizo totalmente despeinado, o como los lentes que llevaba se caían por su nariz recta, dándole un aspecto de chico inteligente y culto, pero también irresistible.

Desvié la mirada en cuanto vi a una mesera aproximarse a mí.

Ordene un capuchino de vainilla y esta vez me dedique a ver por la ventana las hojas secas caer de los arboles. Estábamos en pleno otoño, y mañana tomaría un vuelo que me llevaría directo y sin escalas a Chicago por asuntos de trabajo, extrañaría mucho Forks, el planeta alienígena. Todo siempre sería tan verde.

De pronto escuche un "Edward, vámonos". Provenía de una voz juvenil, dura y fastidiada. Me voltee a ver, y mi mandíbula pego duro contra la mesa. ¡Era el mismo hombre!, pero con otro look, como de un chico malo. Con esa chamarra de cuero negra. Todo él decía ven a mí.

Casi olvidaba como se cerraba mi mandíbula cuando Edward le lanzo una mirada asesina a su otro yo.

–Te esperas – contesto Edward, su voz era más aterciopelada, suave y relajada que la de su clon.

–Edward, comprende, mañana tenemos que irnos demasiado temprano. - El clon intento hacerlo entrar en razón.

Edward aparto la vista de la lectura algo enojado.

–Me importa un pepino – dijo con voz tranquila – Quiero quedarme por lo menos a tomar un último café – con eso corto la pequeña conversación y se volvió a dedicar a su lectura

Su gemelo resopló y murmuro algo que no pude comprender, pero supongo que no fue agradable porque Edward aparto de nuevo la vista de la lectura y le pego con el libro en la cabeza. Luego rio un poco y su clon lo acompaño, dejando ver unos dientes, muy blancos y perfectos por parte de los dos.

Parpadeé seguido, eran demasiado parecidos que no les encontraba algo en sus facciones que fuera diferente o que el otro no lo tuviera.

Fui interrumpida de mi meticulosa observación.

–Tu café – contesto la mesera dándome una cálida sonrisa – Disfrútalo – Okay eso fue raro, por el tono que empleó. diría que me intentaba coquetear.

Me dedique a tomar un sorbo de mi café caliente, y mire de reojo a los clones. Me quede impactada con los labios fruncidos cerca de la taza, una imagen muy estúpida, debo admitir. Ellos me estaban mirando a mí.

El de aspecto interesante y tranquilo. Edward, me observaba fijamente con los ojos entrecerrados, evaluándome. No me había dado cuenta de que el ya no traía lentes, pero el no hacerlo hacia que su mirada fuera más penetrante.

El otro. De aspecto más rebelde, tenía sostenida su taza humeante en el aire, y me miraba divertido, con una sonrisa picara de lado que solo me hizo ruborizar demasiado. Tome un trago de mi taza quemándome la garganta y la lengua. Desvié la mirada avergonzada.

Trate de no pensar en los gemelos por unos momentos y me dedique a no llorar por cómo me queme la garganta. Volví a ver por la ventana un rato y después cerré mis ojos, dejándome llevar por mis pensamientos…pero no lo hice por mucho tiempo, pues escuche como la voz aterciopelada decía claramente Vámonos Anthony.

Suspire, por lo menos no los volvería a ver…o al menos eso creía.


Ya se que esta corto pero quiero saber su opinion para continuar

comenten ¿si?

Besos!

Pam.