Katekyo Hitman Reborn no me pertenece si no a Akira Amano.

DEBERIA EMPEZAR A AVANZAR

O… ¿LOS RECUERDOS SON MÁS FUERTES?

AHORA QUE ESTAS AQUÍ

Haru lloraba mirando la foto que tenia del festival cultural de Namimori, en donde aparecían sus amigos los cuales le habían dejado atrás en cuanto terminaron la escuela.

-Haru-la voz tranquila de su madre se escuchó al otro lado de la puerta-¿Puedo pasar?

-Claro- susurro sin apartar la mirada de la fotografía, no levanto la vista cuando escucho que la puerta se abría y tampoco cuando sintió que su madre se sentaba a su lado-perdona si te hice preocupar.

-No Haru, no tienes que disculparte ya que no has hecho nada malo-ella le acaricio la cabeza a su hija para tratar de darle consuelo-pero por favor deja de atormentarte con ellos. Sé que son tus amigos pero ya han pasado cerca de diez años.

-Lo se madre, pero aun así la herida duele-le enseño un reportaje que saco de internet sobre una boda del décimo jefe de la mafia Vongola con una japonesa, no tenía que ser una genio para saber de quien se trataba la afortunada-¿Crees que ellos piensan en mí?

-No lo sé mi pequeña pero sabes- le retiro la foto y el reportaje dejándolo a un lado y tomándole las manos con tanto cariño que hicieron que Haru volviera a ponerse a llorar-un día de estos sé que ellos se darán cuenta que cometieron un error al irse y dejarte aquí. Bueno aunque no sea adivina sé que lo harán

Haru trato de sonreír un poco por el comentario sobre lo de adivina, si no fuera porque esa mujer era su madre en verdad creería que es una bruja ya que había predicho una que otra cosa sobre la lotería que los había sacado de las deudas que su tío les había heredado con el paso de los años.

-Madre, sé que mi vida ha estado girando alrededor de Tsuna y de sus demás amigos pero no debo dejar que eso me detenga ¿Verdad?-miro a su madre la cual asintió dejando ver un pequeño brillo de esperanza-creo que aceptare lo de la entrevista de matrimonio, creo que ya es hora que deje a todos atrás claro a excepción de mi hermosa y queridísima familia- aclaro al ver la cara de indignación de su madre.

-Me alegra que lo hayas considerado pequeña pero no tienes nada lindo que ponerte-se levantó mirando el guardarropa de su hija dando una tremenda desaprobación-es que mira. ¡Todo es de una moda de hace no se cinco años!, no puedo creer que hayas estado trabajando en esa empresa con estas ropas

-Madre-Haru canturreo bastante sonrojada-es que da la casualidad de que solo soy la que está en archivo y por lo tanto no necesito ropa de marca y que sea llamativa. Con un traje negro y mi gabardina beige es más que suficiente-corrió a arrebatarle su ropa interior cuando estaba a punto de darle su crítica.

-Mira, tú y yo ahora mismo vamos a ir a reventar la tarjeta de crédito para hacerte un cambio. Mi futuro nuero debe darse la mejor impresión de todas, debe verte como una mujer sexy y sensual y para eso necesito comprarte hasta una tanga…-no pudo continuar porque una almohada le fue a parar en la cara-¡Oye!

-Ya entendí, vamos ahora al centro comercial-se limpió las lágrimas mirando la foto antes de guardarla en el cajón de su escritorio. Tomo su bolso con su cartera adentro llevándose a su madre por el brazo.

Su madre también tomo su bolso de la entrada despidiéndose de su esposo quien les deseo suerte y alegrándose de ver que su hija estaba un poco más alegre. Caminaron animadas mientras llegaban al centro donde varias personas transitaban y alegaban de cosas que habían visto en las noticias sobre una visita importante, al primer lugar que pasaron era de lencería donde Haru casi golpeo a su madre por los comentarios impropios que hacia sobre cual le quedaría mejor.

-Me pregunto porque serás tan pervertida madre-Haru se miró en el espejo observando el increíble negligé de encaje rojo con detalles negros. Ese definitivamente se lo llevaría-aunque admito que tienes un gusto increíble para este tipo de cosas

-Tengo un gusto exquisito para este tipo de cosas y un buen ojo para lo que puede quedarte de maravilla, a fin de cuentas tenemos el mismo tipo de cuerpo-la mujer salía del probador de al lado para que su hija mirada la negligé que ella estaba decidida a comprar, era lindo de un solo color el cual era morado.

-Me gusta cómo se te ve, es elegante y resalta los atributos que no te atreviste a darme- Haru le recrimino muerta de la envidia, su madre era de copa D mientras ella apenas llegaba a la C. Refunfuñando saco a su madre de su probador y prosiguió a medirse otros modelos los cuales cada vez le encantaban más.

Al terminar en esa tienda llevaban cuatro bolsas y una ligera deuda en la tarjeta pero eso no importaba se estaba divirtiendo y aprovecharía al máximo ese día ya que mañana seria su entrevista de matrimonio.

Miraron otras tiendas, otras de vestidos elegantes los cuales su madre se terminó comprando uno que otro y ella a pesar de la vergüenza tomo uno negro que más que vestido parecía cinturón, después fueron por zapatos, maquillaje, perfumes y productos faciales al final ya eran casi las cinco de la tarde cuando terminaron. Las dos mujeres suspiraron dejándose caer en la banca del centro donde jadeaban por el esfuerzo de llevar tantas bolsas y cajas. Definitivamente necesitarían ayuda para llevar todo eso a su casa.

-Madre sabes, creo que me gustaría ir a esa entrevista con un kimono-Haru espero la reprimenda pero esta nunca llego, miro a su madre la cual sonreía de oreja a oreja-¿Dije algo malo?

-Claro que no solo que pensaba sugerirte que te llevaras uno que estoy viendo en la tienda de enfrente-lo señalo y Haru por automático lo miro y se sonrojo al verlo, era precioso. De color rosa pastel y adornos de flores amarillas y una golondrina que se posaba delicadamente en la parte inferior izquierda -¿Verdad que es lindo?

-Es más que eso-le brillaron los ojos dejando las cosas de un lado corriendo a la tienda, estaba muy emocionada tenía demasiado tiempo que no se compraba un kimono para nada-disculpe encargada pero ¿Podría mostrarme el kimono de exhibición?

Una mujer tan joven como su madre o incluso más se acercó a ella sonriéndole de manera cálida como si la estuviese esperando-claro será un placer mostrárselo-la acerco a la vitrina donde le explico cuántos hilos se ocuparon para tejerlo y bordarlo. Al igual del tiempo que le tomo a la persona que lo había confeccionado en hacerlo.

-Dios mío, me encanta-susurro Haru al ver a la golondrina, era extremadamente realista y hermosa-¿Puedo comprarlo?-miro a la encargada la cual sonrió asintiendo, se dirigió a la caja donde le cobro el monto necesario sonriendo al ver la cara de susto de la chica al saber el precio pero apreciando que aun así se lo llevara. Lo guardo en una caja blanca con cuidado para que este no se dañara.

-Disculpe mi descortesía pero puedo preguntar ¿Acaso piensa ver a alguien especial?

-Si, a mi prometido. Espero que sinceramente le guste aunque me estoy muriendo de los nervios-Haru se tapó la cara por la vergüenza, de la nada estaba demasiado emocionada por la idea de casarse que no se lo creía si se no se lo decía a alguien y por ello ignoro la cara de sorpresa de la encargada que apretó ligeramente la mandíbula.

-Me alegro mucho por usted señorita, por ello permítame regalarle esto como muestra de mi buena voluntad hacia su futuro matrimonio-le regalo un adorno de cabello en forma de flores adornado con diminutas perlas.

-No, no. No puedo aceptarlo se ve que es demasiado costoso-Haru casi y le da un infarto, ese adorno se veía demasiado caro pero al final tuvo que aceptarlo al ver la insistencia de la encargada-en verdad le agradezco por todo- suspiro despidiéndose llevándose los dos artículos.

-El placer ha sido mío-se inclinó de manera de despedida viendo como la chica se alejaba encontrándose con seguramente su madre-¿Cómo deberíamos proceder ahora Reborn?

Atrás de uno de los kimonos salía el pequeño bebe que miraba serio la escena, analizando la información que había obtenido-no hay nada que se pueda hacer, a fin de cuentas es normal que ella haya hecho su vida después de tantos años Bianchi

La mujer cerro el local solo para después quitarse la peluca y los pupilentes, estaba enojada por todo lo que había pasado que no se puso a pensar en el tiempo y los acontecimientos-Me pregunto cómo tomaran esto los demás

-Por ahora dejemos que ellos se enteren, a fin de cuentas ellos no han dado señales de vida de ningún tipo en Japón-Reborn oculto su mirada empezando a caminar a la trastienda en donde un equipo técnico de Vongola lo saludo con respeto- ¿Cuánto falta para que el vuelo del inútil de Tsuna aterrice?

-Ya ha aterrizado señor Reborn ahora mismo se encuentran en camino- Orégano le miro con inseguridad, sabía cuál era la razón principal del porque todos volviesen a Japón y esa razón se había ido apenas del local con un kimono.

-Buen trabajo, es mejor que nos vayamos antes de que levantemos sospechas-todos asintieron empezando a guardar el equipo, por su lado Bianchi se masajeo las sienes. Ahora las cosas se estaban complicando más de lo que esperaba, ahora Takeshi se pondría azul de la sorpresa.

Por su lado Haru y su madre sonreían mientras se tambaleaban por las cajas y las bolsas esperando no romperse una pierna en el proceso sin fijarse en toda la gente que se estaba formando en la plaza como esperando a que algo pasara como si alguien de suma importancia fuese a hacer acto de presencia.

Mientras ellas dejaban atrás la plaza un desfile de carros blindados desfilaba por la calle mostrando el poderío de la mafia.

-Oye madre. ¿Crees que le gustare?-Haru divagaba, no sabía qué pensaría esa persona de ella una vez que la viera-tiene mucho que no estoy con un hombre que no sea Kato y eso porque él es mi compañero en el trabajo

-Que dices tontita, claro que le gustaras y sabes porque lo digo-sonrió mostrando una bella sonrisa-porque eres mi hija y tienes un cabello que no se ha visto en generaciones en la familia Miura

-¿Lo dices porque me lo deje crecer casi hasta los tobillos? Vamos exageras mujer-sonrió con nerviosismo evitando que se le cayera la caja del kimono-después de que me lo corte terminando la escuela creo que decidí que me quedaba mejor el largo y mírame. Soy una diosa-rio fuerte por su ocurrencia ya reconociendo la calle en donde se encontraba su casa-ahora que lo pienso creo que fui una tonta por esperar tanto a los chicos, ahora que soy una mujer de 25 me doy cuenta que debí haberme casado en cuanto termine la universidad. Si lo hubiera hecho ya hasta tendría un niño

-Pienso de la misma manera pequeña pero sabes un corazón herido tarda en sanar y más cuando el recuerdo está muy latente-su madre suspiro parándose en una reja, justo la de su casa-pero me preocupe sabes. Pensé que ese tal Tsunayoshi era del que estabas enamorada y todo eso que hacen los adolescentes hoy en día

-No te equivocas madre pero después de que me rechazo hubo alguien que llego a curar mi corazoncito de pollo-rio con algo de humor-ya sabes de quien te hablo-alzo las cejas insinuando sin descaro alguno

-Claro que se quién es, ese posible semental de cabello sedoso y ojos cálidos y dulces como la miel-las dos pasaron hasta la puerta de entrada donde el "hombre" de la casa les paso a abrir ayudándoles con las compras.

-¿Qué tal les fue mis adorados amores?-rio un poco al notar como tanto su hija como su esposa hacían ojitos de borrego-si ya se ahora traigo el periódico para saber cómo nos fue en la lotería-se fue a la cocina trayendo consigo el papel de periódico y el cupón. Entre los tres empezaron a mirar los números y al mirar el último dieron un grito de júbilo, habían ganado unos cuantos miles los cuales se irían para la futura boda.

- Bien Haru, mientras tu padre se va a traer los vasos y el licor tú y yo nos haremos un ligero tratamiento de belleza de emergencia, necesito que mañana estén como una perla. Reluciente y hermosa

-Yo pensé que ibas a decir gorda y grasosa-recibió una patada en la costilla de castigo la cual acepto mientras se reía e iba a bañarse junto a su madre, se retiraron la ropa empezando con el típico procedimiento, relajándose por ultimo en la pequeña bañera-madre dime, si el posible semental que mencione antes regresa. ¿Qué harás?

Su madre hizo una cara de asombro y después de asco, al parecer ya no lo tenía en la santa gracia como antes, claro a fin de cuentas era uno de los desgraciados que por poco hacen que perdiera a su adorada bebe.

-Déjame decirte que si lo veo le daré una patada voladora en la cara, cuando este en el piso le aplicare una llave y al final le romperé las piernas y los brazos-exclamo mientas se masajeaba el cuello-ese infeliz nunca lo voy a perdonar como tampoco a tu "amiguis"

-Hay mamá, no culpes a Kyoko –torció la boca no de disgusto si no de dolor-ella hizo lo que hizo por sus meras razones, ya no culpo a ninguno de ellos porque no quiero tener ese tipo de sentimiento. Es malo para el corazón guardar rencores-las mujeres se miraron una con confianza y la otra con resignación a fin de cuentas no querían pelearse por esas personas.

Salieron del baño, donde empezaron a estrenar los productos para la cara que compraron riéndose de como su padre estaba ya casi dormido en la sala, al parecer se habían tardado mucho. Sin hacer mucho ruido le pusieron una manta llevándose la bebida al cuarto de Haru.

-Salud por mi futuro nuero y nietos-las mujeres chocaron las copas mirando la luna por la ventana, extrañamente ya era casi luna llena- y por el matrimonio de mi adoraba, hermosa, risueña hija

-Salud por eso y por el futuro ascenso que sé que no llegara tan rápido-rio por lo último – y salud por los chicos Vongola, Simón y por todos ellos-su madre no muy a gusto brindo por ellos, en fin tomaron a gusto hasta muy entrada la noche durmiéndose juntas en la cama. Posiblemente si el compromiso iba bien su hija se casaría en unos tres meses y a lo mejor mucho más antes si corrían con suerte.

Mientras esto ocurría en una colina un poco alejada de la ciudad se escuchaba un farfullo de voces, unas más estresadas que otras pero todo quedo en silencio cuando ciertos carros hicieron aparición, tras confirmar quienes eran se abrieron las rejas para darles la entrada y así recibiéndoles en la mansión que apenas se acababa de construir.

Cuando estuvieron en la puerta los autos, un mayordomo abrió la puerta del primero del cual salieron dos hombres y una mujer.

-Bienvenido sea decimo, señora Sawada y señor Gokudera-el mayordomo se inclinó en señal de respeto-ya los esperan en la sala comunal se apartó para que sus jefes pasaran ocultando su júbilo por tener al máximo capo como su jefe.

-Gracias Alphonse, has sido de mucha ayuda al recibirnos-Tsuna le dio el brazo a su esposa la cual lo tomo gustosa, mientras sonreía acariciando su pequeño vientre-entremos-los tres se adentraron hasta llegar a la sala donde Bianchi y Reborn los esperaban-Buenas noches

-A pasado un tiempo decimo, pensamos que llegaría mañana por la mañana-Bianchi se levantó para cederle el asiento a Kyoko la cual agradeció el gesto.

-El vuelo fue más rápido de lo que esperaba, aunque fue el doble de agotador-suspiro cansado sentándose al lado de su esposa, la puerta se abrió dando paso a sus demás guardianes los cuales se veían cansados-sobre lo que les pedí que investigaran

Reborn le dio una patada que hizo que fuera a caer al piso, los demás ignoraron el gesto ya que era muy común y pasaron a sentarse relajándose en el sillón.

-Estas ansioso, eso no es la actitud que debe mostrar un líder-el pequeño se posó en el hombro de Bianchi la cual asintió a las palabras- y sobre lo que nos pediste investigar ya lo tenemos todo. Saco una pequeña televisión en donde paso ciertas imágenes de cierta chica de la cual más de uno la miraban interesados-Haru Miura aún sigue viviendo en Namimori con sus padres, trabaja en una de nuestras empresas más específicamente en el archivo muerto junto con su compañero de turno Kato Moritani, no ha habido actividad interesante por los últimos dos años sin contar claro una reciente compra hace unas cuantas horas las cuales llevan desde vestidos de gala hasta ropa interior de marca-uno en la sala tosió incomodo pero recuperándose al instante-esa es toda la información

-¿Nada más?- Tsuna le miro extrañado sabía que le estaba ocultando algo importante, su intuición se lo decía a gritos.

-Si quieres saber más ve a su casa mañana en la tarde, posiblemente la encuentres ahí ya que es su día de vacaciones-Reborn hizo desaparecer la pantalla, saltando del hombro de Bianchi quedando frente a todos-pero déjenme decirles que no entiendo el afán de todos de querer volver a Japón después de tanto tiempo, recuerden que las cosas no son las mismas desde esos tiempos

-Kufufu, bebe eso lo sabemos mejor que nadie pero ahora estar en Italia es demasiado aburrido-Mukuro sonrió con malicia, ya no había nada interesante con lo que entretenerse.

-Yo opino lo mismo que Mukuro aparte extraño hablar con Haru-Chrome susurro lo último pero tensando a los demás los cuales preferían evitar el tema-sé que ella ha estado pensando en nosotros mi corazón me lo dice por ello es que necesito verla

-Yo también- Kyoko miro a Chrome entendiendo sus palabras- ella debe de estar llena de dudas e incertidumbre por nuestra culpa y no quería que ella se sigua sintiendo así.

-No crees que eso lo dicen ustedes solo para sentirse un poco mejor-todos miraron a Yamamoto el cual tenía el ceño fruncido, no era de los que hablaban así pero al enterarse de que vendrían a Japón su humor empeoro de la noche a la mañana-lo siento pero así es como lo veo- sonrió para tranquilizarlas, pero todos sabían que esa sonrisa era falsa.

-Creo que todos estamos cansados, el décimo y Kyoko necesitan descansar-Gokudera se levantó, viendo en la puerta a Hibari que no tardo en salir para de seguro ir a la escuela Namimori, le siguieron Chrome, Mukuro y Yamamoto el cual se le veía muy tenso.

-Por primera vez estoy de acuerdo al máximo, Kyoko necesitas descansar más en tu estado-Ryohei se levantó llevándose a su hermana la cual agradeció el gesto ignorando el dolor que crecía en su corazón. Por su lado Lambo suspiro, se rasco la cabeza después de levantarse mirando a Reborn el cual asintió.

-Buenas noches a todos- se despido con un bostezo dejando a Tsuna, Reborn. Bianchi y Gokudera.

-Mañana la iré a ver si eso deseas Reborn-suspiro Tsuna ganándose un golpe del pequeño.

-No es lo que yo quiera, es lo que tu desees hacer Tsuna inútil-tras decir eso se fue del lugar dejando a los demás solos.

-Perdona a Reborn Decimo pero últimamente las cosas aquí en Japón se han puesto algo difíciles pero no es nada de qué preocupar-aclaro ante todo-solo está molesto de que regresemos a Japón después de tanto tiempo.

Los dos chicos suspiraron, entendían el punto. Dejar desprotegida la central era demasiado estúpido incluso para ellos pero al final la nostalgia les gano a todos pero lo que más les carcomía era haber dejado a una de ellos porque esta no podía luchar. Eran jóvenes y estúpidos pero más que todo caprichosos porque si en verdad por eso la habían dejado, también hubiesen dejado a Kyoko.

-Mañana iré a verla- suspiro Tsuna mirando a Gokudera el cual asintió-llevare también a Yamamoto, creo que sería bueno que ellos arreglen sus problemas antes que nada.

-Concuerdo con usted Decimo, la estúpida mujer deberá escucharnos aunque no le guste-dijo Gokudera con más confianza de la que sentía, sabia por experiencia propia que las mujeres que se sentían traicionadas eran muy peligrosas si se sentían amenazadas por su pasado.

-Bien a quedado decidido, mañana en la mañana le avisare a Yamamoto- Tsuna sonrió levantándose seguido de los otros, irían a descansar ya que mañana sería un día largo para todos.

Pero por su parte Yamamoto que se encontraba en su alcoba miraba el amuleto que siempre lo acompañaba en cada misión, de este saco una fotografía de él y Haru en su primera cita, joder hacía años que había pasado eso pero simplemente no podía olvidarla. Había intentado hacerlo con una que otra mujer pero nunca pudo sentir la misma chispa que con ella, joder era un imbécil sin remedio.

-Quiero verla maldición-apretó la mandíbula dejándose caer imaginándose como hubiera sido su vida si no se hubiesen separado, no estaba seguro pero sentía que ahora seguramente serian una familia de más de dos integrantes. Se sonrojo al pensarlo, la primera vez que lo hicieron se estaban muriendo de la vergüenza pero les sirvió de práctica para otras ocasiones. Se despeino ya no pudiendo con sus pensamientos prefirió dormir no sin antes guardarse la foto y el amuleto en el bolsillo de su saco, ya mañana sabría qué hacer.