-Draco… ¿Qué hacemos aquí?
-No sé… ¿Disfrutar el paisaje?
Hermione únicamente suspiró y se dejó invadir por la calma que rodeaba el lugar, disfrutando el aire contra su rostro y mirando de vez en vez a su compañero, quien correspondía sus miradas con una sonrisa suave, sin palabras.
El despertador sonó sacando a Hermione de sus sueños y dejándola con una extraña sensación entre la nostalgia y la felicidad aunque sin entender el porqué.
-¿Sabes lo que siento por ti, Hermione?
-¿Por qué nunca lo dices?
-No puedo… Pero sé que te lo demuestro.
-Lo haces… Aunque sería bueno escucharlo.
-Si pudiera te lo diría, lo juro.
-Y yo te creo Draco.
Él colocó una rosa blanca sobre la mesa y ella la tomó en medio de un suspiro.
Hermione estaba tumbada en su sillón favorito tejiendo cuando llegó Ginny.
-Linda, ¿Qué tienes? – Hermione simplemente la miró extrañada.
-Nada, ¿Porque la pregunta?
-Bueno, los chicos están preocupados, les cancelaste de último momento.
-Pero les expliqué que estoy cansada, simplemente quería estar sola.
-Lo lamento, no quería importunar…
-¡No!, no lo digo por ti. No específicamente.
-¿Cómo?
-¿Nunca has tenido ganas de simplemente no moverte? Sólo por un rato, tal vez unas horas. – Ginny observó la cara sonriente de su amiga y se tranquilizó.
-Creo que no, pero si es así como te sientes, entonces te dejo disfrutar de tu día.
-Gracias Ginny.
-Igual te estaremos esperando por si te decides.
Hermione solo guiñó a su amiga como respuesta.
Hermione y Draco caminan por calles despobladas, sin testigos, sin interrupciones y en calma.
-Eres especial, por eso te elegí.
-Gracias, pero siento que hay algo más que no dices.
-Siempre que tú lo permitas, estaré contigo.
-Lo sé, Draco, lo sé.
-¿Que tanto observas Ginny?
-Te noto rara.
-No sé porque.
-Casi no comes, duermes mucho y ya no quieres salir.
-Bueno, no creo que debas preocuparte, yo me siento muy bien.
-Todos lo hemos notado.
-Ginny, como amigas que somos, te prometo que me siento muy bien, pero si quieres, puedes llevarme al doctor.
-Te tomaré la palabra.
El doctor únicamente detectó una ligera baja en las defensas de Hermione. Dejando más tranquilos a todos.
-¿Cómo has estado?
-Todo bien, igual que siempre, un poco rutinario pero bien. ¿Tú?
-Puedo contestar lo mismo.
-Bien.
-¡Luna llega mañana!
-Hace mucho que no la vemos, la extraño.
-¡Iremos los cuatro a recibirla!
-Como debe de ser amiga.
-Me da gusto por ti Luna, demostrar la autenticidad de esas criaturas fantásticas es un gran logro.
-¡Después de todo no estoy loca!
-No lo estás.
-Hermione, ya casi se cumple un año de la muerte de Malfoy.
-Lo sé, fue una muerte estúpida.
-Sí. Tengo que decirte algo, pero recuerda que no estoy loca.
-Luna, prometo creerte.
-Poco tiempo después de su muerte, él… no sé cómo decirlo… él me visitó en sueños…
-¿Sueños? Supongo que te impactó la noticia.
-No, fue real, él me dijo algo que aún me preocupa.
-De acuerdo, ¿Quieres decirlo?
-Dijo que no se iría sin su amor.
-Pues eso es raro, pero no se qué te preocupa.
-Siento su presencia aquí.
-No sé qué decirte Luna… Sabes que no creo en eso… Te propongo que duermas, mañana platicaremos sobre el tema.
-De acuerdo Hermione.
Hermione lloró esa noche antes de dormir, recordando todos los momentos con él, Draco Malfoy.
-¿Estás molesta?
-No, no lo estoy.
-¿Qué tienes entonces?
-Estoy triste, por no haberte tratado antes.
-Pero estamos recuperando el tiempo.
-No Draco, el tiempo no se recupera.
-¡Pero es una oportunidad única la que tenemos aquí!
-Draco, no hay oportunidad, entiéndelo, no podemos hablar de sentimientos porque está prohibido, no podemos tocarnos el uno al otro porque…
-Dilo Hermione… Sabes que yo no puedo.
-Estás muerto.
-Lo sé, pero eso no me ha detenido, ni a ti.
-¡Esto es un sueño, todo han sido sueños!
-No, en eso te equivocas, no son sueños, son la única forma de estar juntos pero es real.
-Esto debe parar.
-No quiero.
-Ni yo, pero si sigo así voy a perder la razón, duermo mucho para estar contigo más tiempo, nunca tengo hambre, ya ni siquiera tengo las ganas de mirar a Ron ¡y el es mi novio!
-¿Qué quieres que haga?
-Esto debe parar, detenlo, yo sigo viva y así debe ser.
-¡No!
-Draco, la realidad es diferente, mientras estuviste vivo nunca cruzamos palabras sin insultos…
-Te entiendo.
-Desearía que me abraces.
-Ya entendí, tienes razón, esto parará hoy. Es la última vez.
-¿Iras a donde sea que tienes que ir?
-Te prometo que siempre te cuidaré.
-No me contestaste.
-Ni lo haré.
Draco sonrió, la sonrisa más sincera que jamás tuvo, todo se iluminó y Hermione comenzó a llorar.
Hermione se despertó llorando, recordando "sueños" que antes no recordaba, y con la certeza de que todo había sido real.
Los años pasaron, pero Hermione jamás ha vuelto a sentir soledad, incluso en sus momentos más tristes, sabe que no es el viento el que acaricia su cara…
