Capitulo I: Amazona de Leo

El gatito indomable

Los rayos de amanecer se adentraban a la habitación entrecortadamente.

Una muchacha se movió pesadamente en su cama. Sabía que debía levantarse pero su cuerpo no respondía, se sentía exhausta, las piernas le pesaban por sobre todo.

El día anterior fueron las prácticas en el recinto de las amazonas. Mujeres de imponentes actitudes y en algunas ocasiones, trato bastante severo.

Su maestro había insistido en que era lo mejor para su entrenamiento, así que casi a rastras la llevo las practicas.

Se sabia, o por lo menos, todo aquel que conocía a la aprendiz de Aioria de Leo, que la joven no era ninguna diosa de la obediencia; muy por el contrario, cuestionaba y desmentía a gusto, saltándose las normas del santuario a su antojo. Las consecuencias siempre eran las mismas, pequeños castigos por insubordinación.

Y es que a pesar de que eso en años anteriores se hubiera castigado con algo mas idóneo para ese tipo de faltas, el Santuario pasaba por una de sus épocas mas tranquilas y amenas; habiendo salido a duras penas de la batalla contra Hades, todos los caballeros de la elite dorada gozaban nuevamente de la vida gracias al sacrificio de la diosa a la que tanto defendían. Este acto casi le cobro la vida a Athena, pero con perseverancia logro salir de su estado mortífero. Sin embargo, aun sabiendo que disfrutarían de tranquilidad por unos cuantos años, ninguno estuvo de acuerdo con descuidar sus tareas como caballeros defensores y por sobre todo, se apresuraron a la ardua tarea de buscar aprendices a los cuales legarles sus conocimientos.

Así fue como después de una dificultosa búsqueda, las doce casas albergarían en sus paredes a la futura generación de guerreros. Algunos caballeros tardaron mas en encontrar a sus sucesores, como fue el caso de Géminis y Leo, los cuales apenas habían llegado hacía siete meses, después de un viaje de dos años.

Pero la tardanza había valido la pena...o eso es lo que querían pensar.

.-¡ AINARA!- el llamado retumbo por todo el templo.

La muchacha volvió a moverse intranquila en su cama.

.- ¡Ainara!- la puerta se la habitación se abrió precipitosamente, dejando ver a un molesto Aioria- ¡se supone que tendrías que haberte levantado hace dos horas!- le reclamó.

.- ¡no se acerque maestro!- le reclamo su alumna- no traigo la mascara

El caballero se quedo estático pero no perdió la postura.

.- ya muévete... hoy tendremos practicas en el coliseo- sin decir mas salio del lugar dejando un rastro de su mal humor en el ambiente.

.-no entiendo para que quiere que me levante tan temprano si de todas maneras siempre salimos a esta hora- rezongó Ainara sentándose muy despacio en el borde - ay...- se toco su lado derecho, sobre los riñones.

El día anterior sostuvo una fuerte pelea con una de las amazonas la cual no tuvo ningún tipo de contemplación con ella a pesar de que ella era una aprendiz y la amazona una fuerte aspirante a una armadura de plata.

.- cielos...- los mechones de pelo negro azabache comenzaron a rozar su espalda, siendo separado por una fina tela blanca. Su pijama, en pocas palabras.

Se levantó casi con pesar y camino hacia el baño.

Mojo su cara con agua antes de posar sus ojos grises en el modesto espejo que allí había.

.- odio los lunes- alcanzo a decir antes de meter su rostro por completo dentro del lavamanos.

OoOoOoOoOoOoOoO

Los dos leoninos bajaban a paso apresurado los últimos escalones que separaban la casa de Cáncer con la de Géminis. Era un día lamentablemente agradable y los rayos de sol que antes se colaban por las blancas cortinas de la habitación de Ainara ahora se reflejaban en su mascara blanca, dándole un toque mas irónico de la que esta expresaba.

.- si no te hubieras tardado tanto ahora no estaríamos apurados-

.- eso no es cierto, de todas maneras hubiéramos bajado como almas que lleva el diablo- objeto Ainara , tratando de que su tono no fuera agresivo ni reprocharte, sino mas bien, neutro.

.- no me discutas niña- le reto su maestro mirándola de soslayo.

.- no lo hago...solo digo mi opinión, en el mundo occidental se le llama tener libre albedrío- contestó Ainara de la misma manera.

Antes de que Aioria pudiera replicar, las figuras del caballero de Géminis y sus alumnos se hicieron presentes.

.- buenos días, Saga-

El caballero respondió asintiendo.

Casi obligada por su maestro y su cosmos que en ese momento se notaba amenazante, Ainara se inclino un poco en forma de respeto hacia el colega de Aioria.

Al instante los caballeros dorados comenzaron una conversación entre ellos, al tiempo que bajaban hacia Tauro, dejando de lado a sus alumnos.

.- esto es degradante- murmuró mirando como esos dos de la elite dorada los ignoraban por completo.

.- acostúmbrate- le contesto tajante su par.

La joven al lado de este seguía callada tras la mascara de expresión fría.

El muchacho de finos labios y hermosos ojos color amatista la miraba con aire distraído. Sus ojos parecían estar clavados en la mascara de ella, como queriendo ver en su interior.

.- ya lo se Taranis- Ainara se movió incomoda ante la constante observación de él; la hermana de este caminaba lentamente- eso no quiere decir que tenga que gustarme...-

.- lo se- le remato rápidamente.- pero es parte de nuestro entrenamiento

.- al diablo con todo- exclamó Ainara- sobre con las reglas machistas de este lugar...-

.- ¿sigues quejándote por la mascara?- la muchacha hablo por primera vez, aun sin despegar la vista del camino.

.- ¿ a ti que te parece? es injusto que nosotras, por nuestra feminidad tengamos que ocultarnos bajo esto...es como renegar a nuestra condición de mujeres.-

.- suena lógico- Taranis miro a la chica disimuladamente y con un brillo burlón- y caluroso...-

La joven le pego un codazo.

.- gracioso- susurró divertida; cosa que él noto.

.- mejor dejen sus juegos para otro momento, nos están esperando- ambos caballeros dorados los observaban molestos desde la base de las escaleras.

Los tres jóvenes apresuraron el paso.

.- eres muy severa, Zita-

Su hermana no respondió.

OoOoOoOoOoOoOoO

Odio esto, ¡odio los abominables! Digo, abdominales…. Por que me tiene que pasar esto a mí.

Giro mi cabeza y mis compañeros sudan a la par, al parecer nuestros maestros disfrutan al vernos destruidos.

.- esto dolerá mañana- me susurro la aprendiz de Acuario.

.- mañana, pasado y dentro de un mes, tengo los dolores atrasados, todavía siento los de hace dos meses- la muchacha rió- no es gracioso Noreia- trate de parecer seria, cosa que me salió pésimo.

.- …. Ya…no lo es pero, no negaras que la única manera de sobrellevar esto es tomarlo de la manera más cómica- una refrescante brisa meció lentamente mi coleta, al igual que la rubia cabellera de ella.

.- mi técnica es separar mi conciencia del cuerpo- agrego de improvisto una joven menudita recostada a mi derecha - en pocas palabras, trato de dormirme…- su mascara reflejaba una cara divertida, igual que su carácter.

.- lo tomare en cuenta, aprendiz de Virgo- contestó Noreia.

.- desde cuando estamos tan formales- iba a apoyar a mi amiga cuando la sombra de un hombre me tapó el sol.

.- ¿holgazaneado aprendiz?- por su rostro paso una sonrisa perversa- 2000 abdominales mas para ti y tu amiga, a ver si aprenden a no hablar en practicas-

¡LO DETESTO! Si por mi fuera lo aplastaría contra una roca y después lo freiría, pero no puedo, soy principiante y el caballero de Cáncer me mataría en un dos por tres.

Demonios.

Ya, debo calmarme como propuso mi maestro desde que lo conocí.

Se que tengo un carácter horrible y además muy fuerte, pero no puedo contenerme. Fui criada en una modesta familia de clase media, en Grecia. Mis padres me enseñaron a nunca callar mi opinión ni dejarme pisotear. Mi padre era el dueño de un restaurante y mi madre ejercía como ama de casa.

Mi existencia era normal y muy feliz al lado de mis dos hermanos mayores, que a pesar un verdadero dolor de cabeza me ayudaban cuando lo necesitaba.

Pero un día llego él, si, ese que en este momento conversa tranquilamente con el caballero dorado de Virgo.

EL TAN PANCHO Y NOSOTROS MURIENDONOS DE CALOR!...

Perdón, me fui de tema.

Al cumplir los 16 años, festejaba en mi casa tranquilamente y muy contenta, puesto ese día fue todo el pueblo a saludarme.

Cual fue mi sorpresa cuando mi padre me pidió de hablar un momento. Gustosa acepte y me llevo al pequeño cuarto que usaba como" despacho".

Sentado, de espaldas, se encontraba él.

Mi padre me explico toda la situación antes de que el extraño se presentara.

Aioria….así se hacia llamar, y por supuesto el no era mas que el importante caballero perteneciente al mas alto rango de los protectores de Athena.

Si, mi cara parecía un mapa, con ambos ojos abiertos y con un gran signo de interrogación colgando de alguna parte sobre mi cabeza.

.- estas destinada a ser la futura amazona de leo- gran explicación.

Al instante me negué. Mi rotundo no fue aun más grande cuando dijeron que debía irme, es decir, venir al santuario y entrenar durante unos cuantos años.

Mi madre también se opuso, y mis hermanos permanecieron callados al enterarse.

.- ¿Cómo quieres mandar a nuestra pequeña a ese lugar?- fueron los gritos de reclamo que se escuchaban desde la habitación de mis padres.

Ya era de noche y mi fiesta había terminado abruptamente por lo sucedido.

.- como no quieres que lo hagamos, ¡si en su destino esta escrito eso, debe hacerlo!

.- pero no es lugar para una joven como ella- momento…ahora que lo pienso, ¿me estaban tratando de débil? ¡DEMONIOS!

De todas formas, no importaron los ruegos de mi madre ni mucho menos mis propios gritos; tuve que irme a la mañana siguiente.

Nuestro viaje fue corto pero extremadamente peligroso, sobre todo para mí que cada dos por tres hacia un intento de fuga con pobres resultados y muy grandes golpes.

Mi ultimo intento por poco y me cuesta la vida ya que termine colgándome desde un precipicio.

Un consejo, no lo hagan…

Mi presentación ante la diosa no fue menos desastrosa, estaba empapada y con la cara llena de dudas. Gran ayuda la mascara, pero al parecer todos lo notaron….debió ser mi cosmos el delator, ¡lo detesto también!

El punto es que me tropecé antes de llegar hacia el altar y casi tiró a la mismísima Athena.

Nunca había pasado tanta vergüenza en mi vida, y al parecer, mi maestro tampoco, porque me saco de allí mas rápido que un rayo, rogándole a Athena que me perdonara…

No me castigo, no de la manera convencional; mi castigo seria el entrenamiento que llevo haciendo hace más de siete meses.

Si, me levanta muy temprano, me hace limpiar, hacer de comer y prepárame para un largo y agotador día de peleas, mas peleas y para variar, peleas, todas supervisadas por él. A la tarde, generalmente me da una hora y media para bañarme y poder entrar algo mas presentable a las clases que se dictan en las cercanías del recinto de las amazonas.

Otro punto en contra de este lugar…machistas al extremo, parecen tenerle miedo al rostro de las mujeres y nos tapan con esta cosa molesta y áspera. No negare que me acostumbre a usarla, pero en los primeros días mi mal humor por el continuo calor y la molesta irritación que se formaba al costado de mis mejillas por la mascara hacían que mi temperamento pasara de insoportable a explosivo.

Para las clases nos separan en hombres y mujeres, ellos las toman cerca de cabos unión (lugar que mi maestro nombra generalmente cuando me mando una bien fea). De todas formas, nos dividen pero nos enseñan lo mismo.

¿Parece estúpido no?... lo es.

-¡mas rápido aprendiz!- le escucho decir a uno de los caballeros encargados.

Mejor me concentro, sino me tendrán haciendo ejercicios hasta la media noche…

Continuara

Hola! Este es mi segundo fic publicado de saint seiya, espero que sea del agrado de ustedes!

Nos vemos!

Grisel