Buenas a todos... volviendo a subir esta historia que es mi consentida y la de muchos creo yo jejeje

ojala y lo sisfruten como la primera vez... corregida y aumentada...

Advertencias: Spoilers-OOC

Espero y se pasen a mi pagina oficial de FB que esta en mi perfil, un saludo a todos...


Tres años… tres largos años han pasado desde que él se fue. Ella se convirtió en una linda joven, dejando atrás a esa pequeña indefensa, ahora era más fuerte y más valiente, se convirtió en una de las mejores ninjas médicos de la aldea, todo mundo la admiraba y apreciaba. Aunque siempre sonreía, en el fondo estaba llena de dolor y de tristeza, nunca pudo ser la misma desde que aquel día su vida se quedo con un gran vacío, cada noche esa despedida tan dolorosa la atormenta, pensando el por qué de ese Gracias. ¿Cuándo volverá? ¿Pensara en sus amigos? ¿En su aldea? Pero cada noche… nunca hay respuesta.

Harta de su sufrimiento, de sus mascaras hacia las demás personas; harta de no poder seguir con su vida dijo: "¡Basta!", la chica de cabellos rosas estaba en su límite, odiaba pensar en lo mismo, de anhelar que él volviera, que todo será como antes, pero ¿A quién engañaba? Solo a ella misma, haciéndose creer que todo será mejor.

Suspiro pesadamente, sabía algo, sabía que era momento de madurar, sabía que era momento de seguir adelante sin remordimientos, ni nada que la atormentara, porque al final, es ella la que sufre y se mata lentamente con cada suspiro, cada pensamiento que dirige hacia él.

Haciéndose un juramento ella misma, prometiéndose no pensar en él nunca más lentamente se quedo dormida, sumergida en sus sueños, en donde nadie la podía dañar, menos ahora que ella misma se protegería.

Las mañanas en Konoha eran tan frescas y relajantes, la gente comenzaba con sus deberes y el sol iluminaba cada rincón de la aldea. Hombres y mujeres en los mercados, en puestos; y la oficina de la Hokage no era la excepción.

— ¡Les tengo una misión! —dijo Tsunade mirando fijamente a los tres miembros del equipo siete.

— ¡Por fin! —Gritó efusivamente Naruto —Ya era hora, ¡vieja Tsunade!

— ¿Qué dijiste? —regañó Sakura agresivamente al rubio para defender a su mentora.

— ¡Ya basta! —Gritó Tsunade para calmar a los jóvenes ninjas, aunque un poco alterada por el comentario de Naruto, pero no quiso darle mucha importancia—. Tienen que ir a escoltar a un emperador a la Aldea Oculta en la Cascada, en el país de las Olas—explicó la Hokage.

— ¡Que aburrido! —Exclamó el rubio— ¡Quiero acción!

—Muy bien, Naruto—dijo Tsunade con una sonrisa algo malévola— ¡tú no iras a la misión!

— ¡¿Qué? —exclamó Naruto muy angustiado.

—Pero, ¿Por qué Tsunade-sama? ¡Lo decía de broma! —excusó Sakura a su compañero y amigo.

— ¡No es justo, vieja! —dijo Naruto haciendo un puchero.

— ¡Naruto calla y esculla! —Ordenó la rubia—. A esta misión solo irán Sai y Sakura, tú iras a otra ¿entendido? —explicó Tsunade.

— ¡¿Qué? ¿Tengo que ir sola con Sai? —cuestionó la chica mirando a ver a su otro compañero, el cual estaba con su típica sonrisa. A pesar de todo, Sakura aun no se acostumbraba muy bien a Sai, no le agradaba alguien tan sincero y a la vez tan cínico como él.

— ¡Es una orden! —dijo Tsunade muy molesta por la actitud de todos.

— ¡Entendido! —dijeron Naruto y Sakura.

—Entonces Naruto, tendrás que ir a mandar un mensaje a la Aldea Oculta en la Arena—explicó.

— ¡Bien! Otra misión fácil para Uzumaki Naruto—exclamó el rubio muy animado, a pesar de ser una misión aburrida, como las denomina él.

—Pero no iras solo—aclaró Tsunade—, iras con Hinata y Kiba, así que ve a avisarles.

El rubio ni se molesto en confirmar cuando ya estaba corriendo fuera de la oficina de la Hokage, todos se quedaron impresionados con el cambio de actitud del chico; aunque en realidad era lo más normal, si de Naruto se hablaba.

—Les diré la verdad ahora que se fue Naruto, la verdadera misión—dijo muy seria la rubia dejando algo preocupados a los dos chicos, era raro que la Hokage mintiera.

— ¿A qué se refiere, Tsunade-sama? —Preguntó Sakura muy intrigada— ¿Cuál misión?

—Tendrán que ir a buscar información sobre… —Tsunade dudo un momento, suspiro y continuo–sobre Orochimaru y Uchiha Sasuke.

Sakura se quedo en shock, sintió como el aliento poco a poco le faltaba y su cuerpo en cualquier momento desvanecería, ¿Por qué le tenía que tocar esa misión? ¿Por qué ahora que quería olvidar todo?

—No mande a Naruto porque es muy impulsivo, lo que quiero es solo información–explico Tsunade–. Por favor Sakura, si lo encuentran no intentes traerlo–ordenó la rubia.

— ¡Pero…! —trato de decir la chica, pero fue interrumpida.

— ¡Esta bien! —dijo Sai muy tranquilo.

Sakura se quedo cabizbaja, aunque por un lado le tranquilizo el hecho de que no tenía que regresarlo a la aldea, no deseaba ni verlo, ya no, aunque también le sorprendió la actitud de Sai, pero era de esperarse.

—Es muy importante la misión, les pido discreción—expresó Tsunade muy seria.

— ¡Sí! —contestaron Sakura y Sai haciendo una reverencia ante su Hokage para salir del lugar.

—No te preocupes —dijo Sai al ver a Sakura algo melancólica.

Había leído en un libro que cuando alguien estaba así, era porque algo malo les sucedía. Conforme pasa el tiempo va conociendo cada vez más a sus compañeros de equipo, o al menos eso pensaba.

—Si encontramos a Sasuke-kun, lo traemos de vuelta —comentó muy sonriente.

— ¡Pero tu dijiste que…! —trató de decir Sakura.

—Es para que Tsunade-sama no se molestara —explicó con una sonrisa y dejando a la chica completamente sorprendida.

Ambos chicos se separaron para preparar todo. Sakura caminaba rumbo a su casa pensando en el raro y… lindo gesto de Sai, en el fondo le alegro, al parecer Sai poco a poco comprendía más los sentimientos, cosa que hizo que surgiera una linda sonrisa. En todo el camino solo pensó en eso, se perdió en ese pensamiento que ni siquiera se había percatado que había llegado a su casa, cuando reacciono vio que era tarde y que aun no tenía nada listo.

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Corriendo de techo en techo, el rubio hiperactivo buscaba a sus compañeros de misión para darles la noticia, no podía esperar más, quería salir a una misión y no podía desaprovechar, aunque en el fondo no estaba muy contento con esa misión, lo que él buscaba era acción.

— ¡Eh, Hinata! —Llamaron a la chica— ¿Qué te parece si vamos a comprar un helado? —preguntó un chico de filosos colmillos y acompañado por un enorme canino blanco.

—Bueno, yo… — trató de decir Hinata, a pesar de que era su compañero de siempre, su timidez siempre salía a relucir— claro, Kiba-kun.

— ¡Hola! —saludó el rubio al ver lo que buscaba.

—Naruto, ¿Qué pasa? —preguntó Kiba algo fastidiado.

— ¡Hola, Naruto-kun! —saludó Hinata en un tono muy bajo y con sus mejillas algo rojas, mientras jugaba con sus dedos torpemente.

—Vine a avisarles que tendremos una misión los tres —comentó muy sonriente.

— ¿Sobre qué? —preguntó Kiba ya resignado pero a la vez curioso.

—Llevaremos un mensaje a Suna —explicó el rubio.

—Bueno, al menos algo de acción, ya era hora ¿no crees, Akamaru? —preguntó el castaño a su fiel mascota recibiendo como respuesta un ladrido muy efusivo, mostrando su entusiasmo por la misión.

—Bien, nos vemos en una hora en la puerta principal de Konoha —expuso el rubio para marcharse y prepararse.

–Yo también iré a prepararme, nos vemos –dijo Kiba dejando a la chica de ojos de perola sola y muy pensativa.

Hinata no lograba concebir que iría a una misión con él, con el amor de su vida, con el hombre que le roba cada suspiro que suelta, estaba completamente emocionada, sonrió como nunca, por fin tendría una oportunidad para demostrarle lo mucho que ha crecido y mejorado como ninja, así tal vez, solo tal vez esta vez él si la note.

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Esperando con su sonrisa que no mostraba ningún sentimiento o emoción, tranquilo parado en la entrada principal de la aldea esperaba a su compañera para ir a la misión, a lo lejos vio como corría desesperadamente a la que esperaba.

— ¡Lo siento! —Dijo Sakura muy agitada—se me hizo tarde y…

— ¡No te preocupes, feíta! —Interrumpió Sai— ¿Nos vamos?

— ¡No me digas así! —ordenó algo irritada la chica de ojos verdes.

— ¡De acuerdo, hermosa-feíta! —dijo Sai con su característica sonrisa y dejando completamente perpleja a la chica, y por qué no, también sonrojada.

— ¡Vamos! —dijo para no adentrarse a ese tema.

Y así partieron de la aldea para comenzar con su encargo, desde aquel comentario Sakura se había quedado bastante callada, a decir verdad, miraba de reojo al chico y un leve sonrojo brotaba en sus mejillas, pero trato de no ponerle importancia, ¿Qué tan malo podría ser?

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— ¿Están listos? —gritó efusivamente el rubio al encontrarse con su equipo de misión en la puerta de Konoha.

— ¡Sí! —contestaron Kiba y Hinata al mismo tiempo, acompañados de un sonoro ladrido.

Los cuatro salieron en dirección a la aldea de la arena, Naruto iba adelante, para poder correr a su ritmo, después Kiba arriba de Akamaru y por ultimo Hinata, sonrojada, pensado en cómo actuar ante Naruto, si debería decirle la verdad, o simplemente charlar con él un poco, tan metida en sus pensamientos que ni cuenta se dio de cuando su compañero se puso a su altura.

— ¿Te sucede algo? —preguntó Kiba al notar la seriedad de su amiga, más de la normal.

—Nada—respondió Hinata.

—Vienes muy seria, más de lo normal—agregó Kiba con algo de preocupación.

—Bueno… yo…—trataba de decir la chica, de pronto una idea surgió por su cabeza— ¿Te puedo preguntar algo, Kiba-kun?

Kiba arqueo una ceja, no era raro que Hinata se pusiera seria en una misión, pero la verdad se quedo intrigado por esa pregunta así que solo asintió la cabeza.

—Si tú sintieras algo por alguien, ¿se lo dirías? —preguntó la chica tragándose la vergüenza que sentía.

El chico se quedo muy pensativo, nunca se le hubiera ocurrido semejante pregunta por parte de su amiga y compañera, sinceramente no sabía que contestarle, de hecho es algo que él se pregunta todos los días.

Saltaron otro árbol más y el chico miro a su compañera, que ansiosa, pero seria, esperaba la respuesta, él solo pudo suspirar y decirle:

—La verdad, lo correcto es decírselo a esa persona, aunque a veces es un poco difícil—suspiro—, pero hay que armarse de valor, ya que si no siempre te quedaras con la duda de que siente esa persona por ti, además no perderías nada y ganarías mucho.

Hinata sonrió ante esa respuesta, su amigo tenía razón, era algo difícil pero sabía que tarde o temprano tendría que hacerlo, miro hacia el frente y pudo ver la espalda de aquel rubio que le robaba el aliento, que era el motivo de sus suspiros y que ya era hora de que se enterara de que ella existe y lo que siente.

—Gracias, Kiba-kun—dijo la chica muy sonriente mirando a su amigo.

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El silencio aun los acompañaba, la misión a pesar de fácil se estaba convirtiendo sumamente abrumadora para Sakura, no dejaba de sonrojarse, mientras que Sai ni siquiera atención había puesto en ese pequeño detalle.

— ¿Quieres descansar para comer algo? —preguntó Sai mirando a su compañera.

Sakura se quedo sorprendida por ese pequeño detalle, ¿Desde cuándo se había vuelto tan atento?

—Es que leí en un libro que cuando ves a alguien muy pálido y sonrojado debes de ofrecerle que descanse—comentó el chico rompiendo el encanto en Sakura.

—Está bien—dijo Sakura tratando de controlarse, no tenia caso discutir, realmente tenía mucha hambre.

Los dos pararon al lado de un lago muy hermoso, se sentaron al pie de un árbol enorme y prepararon todo para poder comer tranquilamente.

—Mira hermosa-feíta, te hice esto especialmente para ti— Sai saco de su mochila una caja en donde llevaba varias bolas de arroz.

Y nuevamente el sonrojo en Sakura apareció, cada vez Sai tenía más detalles con ella, cosa que le hacía sentir algo diferente, algo que no comprendía bien, aunque en el fondo supo que lo hizo por la instrucción de algún libro.

—Gracias—fue lo único que dijo para comenzar a comer.

Ambos comían sin hablar entre sí, Sai miraba el paisaje que la naturaleza le ofrecía, pensaba que sería un buen cuadro para dibujar, mientras que Sakura observaba otro paisaje, observaba a Sai mientras comía

¿Por qué lo observo tanto? —Se preguntaba mentalmente la chica—. Pues, no esta tan feo–analizó la chica mirando bien las facciones de su acompañante—y cuando lo intenta no es tan malo como parece—rió internamente—, al menos lo intenta. Pero ¿Por qué digo esas cosas? —se regañó internamente la chica al caer en cuenta de sus pensamientos.

— ¿En qué piensas? —preguntó Sai al notar la lejanía mental de la chica.

—Nada en especial—comentó ella algo sonrojada—. Por cierto, Sai.

—Dime, hermosa-feíta—dijo Sai poniéndole atención a la chica.

— ¿Por qué me llamas así? —preguntó directamente.

—Porque leí en un libro…—comenzó a explicar Sai, mientras Sakura ponía su rostro de fastidio, debió suponerlo—que debes decirle apodos a la gente según sus características.

Sakura rodo sus ojos y se culpo por haber hecho semejante pregunta, era tan obvio.

—Además, también leí que debes llamarle así a la persona que te gusta—dijo Sai sin más, siempre ha sido su mayor característica, decir las cosas tal y como son.

La chica no concebía lo que escuchaba, nunca se le hubiera pasado por la mente, de hecho cuando reacciono pudo ver al chico que se acercaba hacia ella, acorralándola en el árbol, dejándola sin salida, mientras él pensaba si era lo correcto hacer eso, pero recordó una plática muy amena con Kakashi.

¿Puedo hablar con usted? preguntó Sai.

¿Qué pasa? dijo el ninja copia mientras dejaba su lectura "educativa" de lado.

Quería preguntarle sobre las relaciones, para ser mas especifico, sobre las relaciones amorosasdijo Sai con mucha seriedad.

¿Y qué quieres saber? preguntó Kakashi.

Es que cada vez que veo a cierta persona me pongo muy nervioso, las manos me sudan y comienzo a temblar internamenteexplicó el chico—, he investigado y no encuentro nada de eso.

Kakashi sonrió por la inocencia del jovenSai, a eso se le llama amor, estas enamoradodijo tomando nuevamente su libro para seguir su lectura.

¿Enamorado? susurró Sai.

¿Y se puede saber quién es esa persona?–preguntó Kakashi intrigado.

Sakuradijo sin vergüenza.

Oh, pues no está malexpresó Kakashi sorprendido.

¿Entonces qué debería hacer? cuestionó Sai.

Es complicado, pues dile lo que sientes, de una forma amable, no sé, antes regálale algo lindo, un detalle, invítala a cena. Hay muchas formas, todo depende que te gusta y que le gusta a ella, pero cuando se lo digas, vela directamente y si se puede que mejor que decirlo con un beso.

¿Un beso? dijo Sai sin comprender.

Por ejemplo, mira…dijo señalando una pareja que caminaba en la calle y por fortuna del ninja la pareja se besotécnicamente eso es un besoagregó al ver que la pareja casi se tragaba.

Pues, muchas graciasdijo Sai al entender mejor, al menos ya no estaba como antes.

Sakura estaba en shock, sabía lo que Sai iba a hacer, no pudo hacer nada, su cuerpo no reacciono y de hecho inconscientemente lo deseaba, quería saber si lo que empezó a sentir podría ser algo real. Sai, algo torpe, roso los labios de la chica, se detuvo por no saber si lo hacía correcto, pero Sakura, sorprendiéndolo, siguió el beso guiándolo a como darlo, pero pronto reaccionó y se alejo de él.

— ¿No te gusto? —preguntó Sai algo inocente.

—No es eso—contestó Sakura.

—No te preocupes, no volverá a pasar—se disculpo el chico, comprendía bien la situación, o al menos la había estudiado bastante.

—No es eso, es que…—trató de explicar Sakura.

—Sera mejor que nos vallamos sino no vamos a llegar—dijo Sai al ver que el día pasaba.

—De acuerdo—contestó Sakura con resignación.

Recogieron sus cosas y siguieron su camino, Sakura solo pensó en el beso que le dio Sai, había sido… lindo, no era lo que esperaba para su primer beso, pero la verdad no estuvo mal, no sabía que sentía, estaba confundida, así que solo siguieron su camino, sin una palabra más.

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Brincando de árbol en arboles iban otros ninjas de la hoja en una misión, aquellos jóvenes que se enfocaron en llegar a la aldea únicamente, ni siquiera descansaron; por un lado, Naruto estaba más que entusiasmado de llegar, Kiba platicaba de vez en cuando con Akamaru y Hinata pensaba, meditaba el consejo que le dio su amigo y llegó a una conclusión, le diría toda la verdad lo más pronto posible.

Aunque Kiba sonreía amenamente junto a su amigo inseparable, en el fondo no paraba de pensar en la pregunta que le hizo su amiga.

— ¿Por qué me habrá preguntado eso? —Se pregunto internamente el chico— ¿Lo habrá preguntado por mí? —una sonrisa de ilusión apareció en su rostro, pero de inmediato desapareció— ¿O lo habrá hecho por alguien más? —todas esas preguntas que se hacia el chico lo atormentaban cada vez más, pensó en el consejo que le dio y pensó que lo correcto es seguirlo él también.

Todos metidos en sus pensamientos, pero un ruido los alerto, y no cualquier ruido, si no el rugido del estomago de Naruto.

— ¡Lo siento! —dijo algo apenado tomando su estomago— ¿Por qué no descansamos un poco y así comemos? —preguntó ya más animado recibiendo un si por parte de sus compañeros.

Los tres shinobis se detuvieron en un lugar cómodo para acampar y poder cenar, Hinata veía con determinación a Naruto buscando el momento para decirle todo, mientras que Kiba veía a Hinata de la misma forma, se formaba un invisible triangulo amoroso, pero la comida estaba tan deliciosa que el rubio no se percato de eso.

Después de una buena comida, todos quedaron satisfechos, ahora solo faltaba descansar, Naruto se alejo un poco ya que tenía que cumplir una necesidad de su cuerpo, se disculpo y se perdió entre unos arbustos.

¡Es mi oportunidad! —Pensó Kiba— ¿¡Hinata! —llamó el chico.

—Dime, Kiba-kun—respondió ella mientras recogía todo para guardarlo.

—Estuve pensando en lo que me preguntaste—comentó mirando hacia otro lado—y bueno, creo que debo de tomar mi consejo.

— ¿Qué quieres decir con eso? —preguntó la chica muy confundida.

—Es que…—dudo un momento, tomo aire y la miro fijamente—tú me gustas mucho—soltó Kiba sorprendiendo a Hinata completamente.

Pero no solo a ella, también a un rubio que desde hace unos segundos había llegado, solo que en su caminata tan lenta nadie lo percato y pudo escuchar aquella conversación, aquella declaración, que lo dejo algo desconcertado, comenzó a sentir una molestia y decidió alejarse de ahí

—Kiba-kun—susurró la chica aun en estado de shock.

— ¡Lo siento! Pero tenía que decírtelo—suspiró—, yo se que tu estas enamorada de… —dudo un momento—de Naruto, pero necesitaba que lo supieras.

—Kiba-kun, yo…—trató de decir Hinata.

—No te preocupes—interrumpió el Inuzuka—, no tienes porque ponerte así, solo quería que lo supieras.

—Yo, ¡Lo siento! —dijo la chica muy apenada.

— ¡Esta bien! Con tu amistad soy feliz—dijo Kiba ya más sonriente.

—Gracias, Kiba-kun—Hinata le contesto la sonrisa.

—Entonces–dijo Kiba— ¿Ya se lo dijiste? —preguntó el chico.

—No, es que estaba esperando el momento adecuado para…—trató de decir la chica.

—Tienes que aprovechar—interrumpió—, ahora es el momento.

Hinata sabía que él tenía razón, no tenia porque esperar, además de que en raras ocasiones salía con Naruto a una misión, era el momento.

—Ahí viene—dijo Kiba señalando a Naruto—, yo ya me voy a dormir, suerte.

Y así el chico se aparto para poner su tienda y poder dormir junto con Akamaru, miro de reojo a la chica y sonrió amargamente, quería que fuera feliz, no importara con quien. Mientras tanto Hinata sentía su corazón desbocado, más de lo normal. Sentía que pronto se desmallaría, pero no era momento, tenía que decirle a Naruto lo que siente.

—Buenas noches—dijo el rubio algo incomodo para también marcharse a su tienda.

— ¡Espera! —Dijo la chica— Hay algo que tengo que decirte, Naruto-kun.

—Dime—el rubio miro atentamente a Hinata, como siempre extraña, roja y todo lo que la caracteriza, por alguna razón, la conversación entre ella y Kiba surgió en su mente, su cerebro comenzó a divagar y a sacar conclusiones erróneas.

—Quiero decirte que… que… —tartamudeó por un momento, pero trago gordo y se decidió—que yo te…—su tono se fue bajando, su voz se le apagaba, por fin lo iba a decir.

— ¡No te preocupes! —Interrumpió el rubio—. Ya sé que tú y Kiba se gustan me alegro por los dos—dijo muy sonriente— me voy a dormir, que descanses.

Y sin más el rubio se fue, dejando a Hinata en shock, desconcertada, confundida y sobre todo decepcionada, dio un largo y tendido suspiro y decidió irse a su tienda, mañana aclararía eso con él, está bien que no le diga que le gusta, pero de ahí a confundir las cosas, Hinata no podía permitir eso, y mucho menos después de la confesión de Kiba.

Por otro lado, muy lejos de ahí, Sakura y Sai acampaban para pasar la noche, después de lo ocurrido no habían comentado nada; Sakura no sabía ni que decir, así que simplemente decidió dejarlo al destino, y que pase lo que tenga que pasar.