Esta historia no es mía. Es la traducción de la primera parte de una trilogía en inglés conocida como "The Unbroken Universe" (ElUniverso Inquebrantable)escrita por Robin4. La historiaparte de la siguiente premisa¿Qué habría pasado si Sirius Black hubiera permanecido como el guardián secreto de los Potter?
Nota importante: Aunque la historia ha recibido modificaciones para tomar en consideración eventos en el libro 6, oficialmente es un UA (universo alterno) así que se encontrarán con varias cosas que no van con el canon (por ejemplo, Arabella Figg aquí es una Aurora, no una Squib).
En mi página de profile encontrarán el link a la versión en inglés por si quieren dejar su review ahí, o si me lo envían a mí, me aseguraré de pasárselo a Robin.
¡Disfruten esta maravillosa historia!
—ENTONCES DEBISTE MORIR! —rugió Black—. ¡MORIR EN LUGAR DE TRAICIONAR A TUS AMIGOS, COMO NOSOTROS HABRÍAMOS HECHO POR TI!
Prólogo: Como nosotros habríamos hecho por ti
En la cima de una colina se erguía un monumento de piedra con la forma de un pilar. Estaba hecho de un mármol negro brillante, con una estrella dorada de seis picos en la punta. Inscritas en el monumento estaban las siguientes palabras:
Sirius Black
1960-1981
Fiel hasta el final.
Se ha ido, pero jamás será olvidado.
Al ponerse el sol sobre el Valle de Godric, los rayos reflejándose en la estrella de seis picos, iluminó los rostros de tres hombres que permanecían de pie silenciosamente frente al monumento. Al pie de la colina, una mujer de cabello rojizo se encontraba separada del resto, dejándolos dar el último adiós. Sin embargo, ella jamás se habría atrevido a decir que el viento había causado las lágrimas en sus ojos. Hacer eso habría deshonrado al más noble de los sacrificios. Los hombrescongregados ante el monumento sabían que ella entendía y que compartía su dolor, pero ese era un momento que debían compartir ellos solos.
Mas el monumento no era una lápida, ni la colina era una tumba. Su cuerpo, después de todo, jamás había sido encontrado.
Finalmente, después de lo que pareció una eternidad de silencio, el hombre del centro habló. Tenía unos treinta años, con el cabello negro alborotado y unos ojos castaños que habrían sido deslumbrantes si no hubieran estado tan tristes.
—La amistad verdadera jamás muere —susurró lenta y pesadamente—. Y la sangre a la familia no define. Lazos irrompibles le dan su fuerza. El dolor y el sufrimiento la ponen a prueba. Somos hermanos y siempre será así. Leales uno al otro hasta el fin. No importa lo que desde hoy me depare el destino, de los amigos que tengo siempre estaré agradecido.
El hombre a su izquierda, de estatura más baja y ligeramente rechoncho, sollozó, agitando la cabeza rubia en señal de la desesperada negación en que habían vivido por más de una década.
—Fiel hasta el final —citó el tercer hombre con voz ahogada. Su cabello castaño claro estaba jaspeado de gris a pesar de ser relativamente joven, y sus ojos brillaban por las lágrimas—. Oh, Canuto¿por qué tenías que decirlo tan en serio?
—Siempre creí que sería el último en irse —agregó el hombre bajito.
—O el primero, envuelto en gloria —el hombre del centro se empujó los anteojos sobre la nariz convulsivamente, como buscando algo que hacer con las manos—. Odiaría que no supiéramos eso.
La figura a la derecha puso una mano en el hombro de su amigo—: Él eligió, Cornamenta… y habría estado orgulloso de su elección.
—Lo sé… es sólo que lo extraño —finalmente, las lágrimas corrieron por el rostro de James Potter—. Han pasado diez años… y aún quiero que vuelva. Aún desearía que no lo hubiera hecho.
—No es tu culpa, James —susurró Peter Pettigrew—. No es culpa de nadie, excepto de Aquel-que-no-debe-ser-nombrado. Nunca pensaste que tendría que morir por ti.
—Pero si no le hubiera pedido…
Remus Lupin giró y envolvió a su amigo en un abrazo—: Ni siquiera lo digas, James. No te hagas esto. No sabes lo que habría pasado en la guerra y no sabes si Sirius habría vivido o habría muerto. No te destruyas con lo que pudo ser. Eso no podemos cambiarlo. Sólo podemos honrar su sacrificio. Sólo podemos recordar los buenos tiempos. Y podemos seguir con nuestras vidas, como Sirius lo habría deseado. Recordémoslo como era y vivamos los días que nos otorgó.
—Detesto el hecho de que muriera por mí —insistió Potter obstinadamente, su rostro oculto en el hombro de Lupin. James Potter era un hombre fuerte, pero había momentos en que necesitaba esto.
Lupin lo miró severo pero gentil—: Tú habrías hecho lo mismo por él, James, cualquiera de nosotros lo habría hecho uno por el otro. Tú mismo lo dijiste: somos más que sólo amigos. Y Sirius… —aquí, finalmente, su voz se quebró—, Sirius nos dio un futuro. Los mantuvo a salvo a ti, a Lily y a Harry. Creo que él estaría orgulloso de eso.
—Murió como un héroe —agregó Peter—. Tal y como siempre lo quiso.
—¡Dudo que soportara la tortura de Voldemort sólo porque deseara ser un héroe, Peter! —replicó James bruscamente. Habría dicho más si Remus no lo hubiera estado abrazando.
—Peter no quiso decir eso, James —Remus estrechó más los brazos alrededor de su amigo—. Pero tiene razón en cierto modo. Sin importar lo que le hicieron, Sirius jamás se doblegó. Sí murió como un héroe. Y desearía poder agradecerle por salvarte casi tanto como desearía tenerlo de vuelta.
James se habría creído lo calmado de la voz de su amigo si no hubiera visto las lágrimas surcando el rostro de Remus—: También yo.
—Y yo —susurró Peter—. Desearía que las cosas no hubieran salido así.
