Este es mi primer Fic de Kamisama Hajimemashita. Es uno de mis anime favoritos. Es taan lindo~ *o* amo a Tomoe. Tan así que le daría lindos y pequeños zorritos. Y a Kurama también: le daría lindos cuervitos pequeños *o*
Bueno dejando de lado mi estupidez, sé que están pensando: ¡en ves de estar publicando nuevos Fic, deberías continuar con los otros! u.u LO SIENTO, pero es que no he tenido inspiración con Dolor y paternidad.
Sin más: ¡READ WAS SAID!
*Kamisama Hajimemashita y sus personajes no me pertenece
Aquella mañana de verano, se escuchaban los gorriones cantar sus típicas canciones, muy temprano por la mañana, en los árboles del Templo. Era irónico la serenidad y tranquilidad que yacía en el aire, en sus jardines, siendo que el templo era una verdadera casa de locos. Corría un ligero viento que mecía y desprendía las hojas de los árboles, haciéndolas caer al suelo. Luego serían barridas por Mizuki, siendo ordenado por el zorro.
Se escuchaban voces y movimiento dentro del templo, y la gran puerta de esta se abrió para dar paso a Tomoe y Mizuki, que iban caminando a paso lento y tranquilo. Voltearon para escuchar las últimas palabras de su Deidad.
-Aquí está la lista de lo que deben comprar. No olviden los vegetales. Las zanahorias y el tomate.-Les recordó indicándoles la lista nuevamente.
-¿Acaso tu cocinas, Nanami?- Le reclamó su familiar. Era obvia la respuesta. En el templo siempre fue Tomoe quien cocinaba. Era algo tan diario que se le hizo costumbre, incluso le llegó a gustar. No permitía que se metieran en la cocina, en la cocina que ya era de él.
-No. Por supuesto que no, Tomoe. Pero ya saben que pasó la última vez!-les reprochó la Deaidad castaña, intentando ganarle la batalla al Zorro, pero era algo tan imposible. Siempre sabía como hacerlas para salir victorioso.
-¡Esa fue culpa de la maldita serpiente!-Reclamó el zorro blanco, ignorando la presencia de la serpiente tras de él.
-¡Por supuesto que no, Tomoe-kun! Tu botaste la lista que Nanami-chan nos dio porque querías hacer las cosas a tu manera.-Se defendió. No iba a dejar que el zorro se saliera con la suya. Nanami miró desafiantemente a Tomoe. Ella creía en las palabras de su familiar serpiente.
-Sólo compren lo que dice en la lista.- Insistió ya harta de la estúpida discusión. Tomoe se la arrebató de las manos y leyó un poco.
-Toallas de mano, jabón, fideos, arroz, servilletas, detergente, maní japones, chocolate, bombones...- Hizo una pausa y observó el rostro de felicidad de su ama al escuchar las últimas.- ¡Ni loco gastaremos el dinero en esas estupideces!
-aaah? ¿pero qué tiene de malo? ¡me da hambre a veces!
-¡Pues cuando tengas hambre comerás que lo quedó del almuerzo!
-¡No es justo, Tomoe! -Lo miró suplicantemente.- Yo quiero darme esos gustos. -Su rostro mostraba ternura y tristeza. Mirarla era tener el mismo sentimiento de ver a un animal pequeño abandonado en la calle. Pero por desgracia, eso no alcanzaba.
-¡No! -Gritó en zorro. Su ama de poca paciencia no toleraría la desobediencia.
-Pues es una orden, Tomoe. ¡Una orden que deberás cumplir!
Y así los dos demonios caminaron por las calles del centro de la ciudad, para llegar lo antes posible al mercado mas cercano. Al mercado que recurren cada fin de mes. Lo que compran es lo justo y necesario para un mes completo. Pasaron por al lado de una tienda en donde venden café. Una señorita acababa de salir de ese lugar. El aroma del grano venía impregnado en sus ropas. Tomoe era muy sensible del olfato -después de todo era un zorro- por lo que se cubrió la nariz con su mano izquierda, y dio paso para que la chica caminara.
-Ne, Tomoe-kun. Últimamente Nanami-chan anda de mal humor. ¿Lo has notado?, se muestra más agresiva. ¿Sabes lo que le pasa?.
-No. Debe ser normal en los adolescentes.- Respondió con poco interés. No le gustaba estar a solas con la maldita serpiente que una vez secuestró a su ama.
-Pues yo si me dí cuenta de que anda rara. Lleva así hace ya un tiempo. ¿Te imaginas por qué?.- Preguntó, con ganas de saber algo. Pero el zorro era muy astuto. No hablaría más de la cuenta.
-No hablaré de la estúpida de Nanami.- Se expresó algo molesto. Debía fingir todo el tiempo ante los ojos de Mizuki y de cualquier otro individuo, para luego mostrarse cariñoso ante sólo los ojos de su amada. Porque, era un secreto. Lo que tenía con la Diosa humana era un secreto.
Hace ya un tiempo, el zorro no aguantó más y le reconoció a su ama que correspondía a sus sentimientos. Pero que aún así no estaban destinados a estar juntos. -Es imposible el amor entre un humano y un demonio. Sin embargo Nanami fue más astuta y logró convencerlo: -Yo no soy del toda una humana, ¿verdad, Tomoe?, soy la Deidad de la Tierra. Y eso le bastó como excusa. Se habían decidido en mantener una relación secreta. Es decir, nadie lo sabría. Jamás lo contarían. Esa fue la promesa. Se comprometieron también no llegar demasiado lejos en su relación. Pero a veces el cuerpo pide, y cedían ante la abstinencia.
Mizuki ignoró el insulto hacia su ama, y continuó.
-Pues, pienso que deberíamos hablar de ella porque, Tomoe-kun, hay algo que no está bien.-Le dijo mientras leía reiteradas veces la lista que Nanami le había escrito.
-¿A qué te refieres?
-Lleva dos meses sin encargarnos esas ''cosas''.- Mencionó lo último acercándose al oído del zorro, hablando más despacio para que la gente de las calles no los escucharan, y haciendo énfasis en la palabra.
-¿Y?- Preguntó desinteresado el zorro. El bien sabía a lo que se refería con ''cosas''. Ya no hacía falta que Mizuki le hiciera dibujitos con colores, como lo hizo las primeras veces.
-Esto significa sólo una cosa -Cambió su semblante a serio y dirigió sus ojos a los de Tomoe.- Nanami tiene un atraso. -Tomoe mantuvo silencio. No iba a exagerar las cosas, no había motivo para eso. Sin embargo la serpiente blanca seguía mirándolo seriamente, como si la situación lo requiriera. Luego saltó exageradamente hacia él, perdiendo la compostura.- ¡Y es culpa tuya!
-eh? -Se preguntó, ¿por qué la serpiente habrá dicho tales palabras?. Ya estaba molestándose. -¡De qué hablas! ¡yo no me revolcaría con una humana! -Le aseguró a Mizuki. Pero esto no alcanzó.
-¡No mientas! ¡yo sé toda la verdad!-Aseguró. Tomoe se calmó un poco ante lo último, y preguntó, a lo que la serpiente le contestó que Nanami le había contado que Tomoe y ella estaban juntos, y que de vez en cuando tenían relaciones. A lo que el zorro se sonrojó levemente. No podía ser que la estúpida de Nanami haya roto la promesa. Mizuki ahora sabía la verdad, conocía su secreto. El zorro blanco ya resignado, le contestaba y hablaba más sereno.
-¿Y a qué se debe tu estúpida conclusión?
-Mi conclusión es que Nanami tiene un atraso de dos meses, ya que analizando esta lista y la lista del mes pasado, en ninguna puso que necesitaba esas ''cosas''. Por lo que podemos concluir que Nanami-chan está embarazada y que tendrá un pequeño zorrito tuyo!
Su conclusión y lógica no tenía sentido, pensó el zorro. Lo agarró bruscamente del cuello y lo acercó a sí.
-¡Escúchame, maldita serpiente! Haremos las compras del mes como corresponde, y te quedarás callado!- luego se dirigió a él de forma amenazadora- A menos que prefieras que te corte la lengua. - y tras su última frase, soltó el agarre y lo dejó caer. Mizuki lo encaró ante tal amenaza.
-No me importa, Tomoe-kun. ¡Lo que haces es muy feo! ¡ignoras el tema! y dejarás a la pobre Nanami-chan sola con su bebe zorro...-Sacó un pequeño pañuelo blanco de su bolsillo, y simuló secarse las lágrimas que le caían de sus bellos ojos verdes.- Eso no es de hombre...Tomoe-kun.
El zorro no estaba de lo mejor. Era difícil ignorarlo, pero más difícil aún era contener las ganas de quemar a la serpiente. Dio media vuelta dándole la espalda, y siguió rumbo al mercado. La serpiente siguió sus pasos. No iba a darse por vencido. Su ama estaba embarazada del maldito zorro, y éste no quería hacerse cargo del crío. Eso era de poco hombre. Seguía pensando él. Si tan sólo Nanami se hubiera fijado en la serpiente, ella estaría mejor, porque él podía hacerla feliz...
-Tienes suerte, Tomoe-kun. Tendrás un hijo de Nanami, y ni lo quieres. Si ese niño fuera mío... yo sí daría la cara. -Y esto último fue la gota que realzó al baso. Tomoe volteó y volvió a agarrarlo.
-¡Cállate! ¡me tienes harto!, y que se te meta bien en la cabeza, estúpida serpiente. Debe haber una razón lógica para que Nanami no nos pida de esas malditas ''cosas''. ¡No está embarazada!- Tenía su típica llama azul que salía de su mano izquierda, amenazaba a Mizuki.
-¿Y por qué no puede ser posible? ¡Está la posibilidad!.-Tomoe apagó su llama y se quedó en silencio. Estaba perdiendo la paciencia. Y peor aún, él hacía que dudara. Nunca antes había estado en una situación como esa. La gente a su alrededor los observaban raro. Tomoe soltó a la serpiente blanca y se calmó. Siguió caminando y entró al mercado. La serpiente volvió a seguirlo tras su paso. No se podía imaginar que su amada Nanami estuviera embarazada. En el caso de que lo estuviera, ¿por qué no le había dicho?.
Se sentía culpable. Su pobre Nanami, su ama y Diosa de la tierra, posiblemente estaba embarazada, y obviamente todo era culpa de él. Habría roto las reglas. Los demonios y humanos no están destinados a estar juntos. Peor aún, ella, una humana, embarazada de un demonio Zorro blanco. ¿Cómo sería? ¿qué sería de ellos cuando todo el mundo lo supiera? ¡Todo sería un infierno!.
No sentía lástima por él, sentía lástima por ella. Tan joven y embarazada.
-Tomoe-kun. Hablando en serio. me gustaría que nos saliéramos de las dudas. Terminamos aquí y nos pasamos a la farmacia de la esquina y compramos uno de esos test. -El zorro ni lo miró, pero le asintió.
¿Qué tal? jeje me divertí escribiéndolo :3
espero que les haya gustado a los seguidores de este hermoso anime y de esta hermosa y putamente tierna pareja 3
Pensaba hacer un solo capítulo, pero preferí dividirlo en dos, así los dejaré en la duda de lo qué pasará xD
Nos vemos prontoo...
LyTha Shinigami~
