PREFECTA

Hermione Granger estaba harta de los gemelos Weasley, era su quinto año y primero como prefecta y debido a sus experimentos tenía que requisar objetos potencialmente peligrosos a alumnos más jóvenes, además Fred y George se dedicaban a experimentar con alumnos de los cursos inferiores. Esa misma mañana había requisado un par de objetos y dulces que había guardado en su mochila para entregar más tarde a su profesora favorita, después de una larga tarde en la biblioteca se dirigió a la sal común de gryffindor donde sabía que se encontrarían sus dos mejores amigos.

Se acerco a los sillones situados al lado de la chimenea y se sentó junto a Harry, Harry notando que su amiga había comido poco en la cena le pasó una barrita de chocolate que parecía de Honeydukes a su amiga, ella le agradeció el detalle y al hincarle el diente emitió un ruidito de dolor, cerca de esa zona los gemelos Weasley y Lee Jordan se partían de la risa justo en ese momento Hermione les arrojo la famosa barrita, Ron en ese momento bajo las escaleras de las habitaciones y la atrapó en el aire.

-Hey Mione no deberías desperdiciar estos dulces-

- ¡Ron NOOOOOOOO! - Gritaron Hermione y Harry.

Pero ya era demasiado y Ron aulló de dolor mientras sus hermanos lloraban de la risa, justo en ese momento Hermione pensó en las palabras de sus padres sobre el daño que podían producir los dulces y pensó que esto era una venganza de los gemelos pero que esto no quedaría así.