DEFYING THE LOVE.
Capitulo 1.
Damian.
Irlanda del norte.
-Un whisky por favor- Dijo un chico de mediana estatura con ojos azules como el cielo, cabello castaño y corto, y de tez blanca, se encontraba sentado en una barra cabizbaja.
-Lo siento chico no tienes edad, ¿si quieres un vaso de leche, jugo o refresco?- Le contesto el bartender limpiando un vaso.
-Tengo 16 años creo que puedo ¿no?- Dijo el chico con una pizca de esperanza.
-Jaja no, no puedes, ¿entonces que pides?- dijo este poniendo cara divertida.
-Bueno, tomare el refresco-dijo el chico de ojos celestes forzando una sonrisa.
-Enseguida, ¿de que sabor?- dijo el bartender colocando el vaso recién limpiado en una estantería.
-De coca-cola por favor- dijo este colocando 2 billetes en la mesa.
-¿Y por que ese humor?- dijo el chico tras la mesa entregándole el refresco.
-¿No has sentido que tus sueños se aplastan en un abrir y cerrar de ojos? Y cuando buscas apoyo de las personas mas cercanas a ti te dan la espalda.-dijo el chico soltando un suspiro.
-Si y muchas veces, de hecho es la razón por la que trabajo aquí-dijo soltando un bufido y manteniendo una sonrisa amistosa.
-Damian, Damian Mcginty –dijo el chico teniendo la mano y recibiendo el apretón- ¿cual era tu sueño?-pregunto Damian y tomando un sorbo e su refresco.
-Bueno quería ser músico y cuando tuve la oportunidad mi mamá y su familia me….digamos me sabotearon la oportunidad solo porque no querían que me fuera a América, así que escape y eme aquí.- dijo el hombre con una pizca de desilusión en sus ojos pero manteniendo una sonrisa irónica.
-Lo siento-dijo Damian haciendo una mueca con la boca de lado.
-¿Y el tuyo cual es?- Dijo el hombre limpiando esta vez la mesa.
-Bueno resulta que soy muy bueno en el esgrima, pero mi mamá cree que es peligroso y bueno quemo mi traje especial y le regaló mi espada a un vagabundo que por supuesto luego atracó a un señor de negocios.-dijo el castaño con desilusión.
-Curioso, ¿sabes? En este bar pasan muchas personas, algunos mas importantes que otros y tu me recuerdas a mi, veraz conozco a un hombre que enseña en una academia especial para deportistas y digamos que me debe un favor. Te puedo ayudar a ingresar a esa academia aparentemente reconocida, pero tendrás que dejar todo esto en el pasado y concentrarte en tu futuro en América. ¿Que me dices?- dijo el bartender inclinándose en la mesa en gesto de propuesta.
-¿En serio harías eso por mi?- pregunto incrédulo Damian, a lo que el hombre solo asintió-Por supuesto ¿Cuándo?-
-Esta noche, hablaré con el y bueno lo demás es problema tuyo. Dame tu número.- dijo dándole un papel y un bolígrafo para que lo anotara- nos vemos esta noche en el aeropuerto.
-Claro, gracias…amm ¿cual es tu nombre?- pregunto este con una sonrisa enorme.
-Lo sabrás pronto, lo se.-dijo este dándole una sonrisa de complice.
-De acuerdo- respondió Damian dándole una sonrisa extrañada.
En la noche.
-Amm ¿hombre del bar?¿donde estas? Mi mamá llegara a casa en unas horas.- dejó un mensaje de voz al teléfono del bartender.
-Tranquilo Damian estoy aquí.-dijo el hombre detrás de el.
-Genial pensé que no llegarías- dijo el castaño con ojos iluminados.
-Naahh no te dejare mal, hable con el hombre del que te hablé y podrás hacer una audición, es lo único que te pude conseguir, pero tengo fe en ti y se que lo lograrás y por la estadía bueno mi hermana trabaja en un hotel llamado "Charlotte" solo dile que vienes de parte "JM"-dijo el hombre dándole un billete de avión.-suerte.-
-Wooow no se que decirte, gracias de verdad muchísimas gracias y lo del billete te lo pagaré aquí yo…-dijo este antes de ser interrumpido.
-No te preocupes no fue problema considéralo un regalo por todos estos años.-dijo el hombre dándole una sonrisa calida.
-¿A que te refieres?-pregunto confundido Damian.
Antes de que el hombre pudiera contestar la voz del intercomunicador anunció que el vuelo de Damian salía en unos minutos.
-Pronto lo sabrás, ahora tienes que irte tu vuelo sale en minutos-dijo manteniendo su sonrisa cálida y entusiasta.
-Ok, gracias de veraz gracias-dijo Damian dándole un abrazo y dirigiéndose a su vuelo.
-De nada pequeño-dijo el hombre limpiándose una lágrima de felicidad al ver a Damian partir.
Continuara….
