Hola a todoos! x3
Esta es otra de mis extrañas ideas nwn
Aquí todos sufrirán asíque si no son masoquistas, Bye~ xDD!
Por cierto, esto es mi gran experimento, si a nadie le interesa no lo seguiré, asíque dejen reviews o no habrá conti xD!
Se suplica a los lectores que sugieran y opinen en forma amplia :3
Karu-sempaii, esto es de lo que hablaba :B Espero lo leas ¬3¬
Matta~ne
Cuan hermoso es el mundo
Capitulo 1 - En nuestra monótona habitación
- Monótono, no hay otra palabra que pueda describir mejor a este lugar, es tan aburrido y poco inspirador, ¿Cómo diablos es que yo termine en un lugar como este? - Pensé en voz alta mientras miraba el techo carcomido por la humedad - Ah, cierto. - Dije nuevamente para mi, como si no lo supiera - Estas cosas me mantienen vivo. - Desvíe mi mirada hacia los malditos tubos que se enterraban en mi piel y aquellos cables que salían de por debajo de mi bata.
- No seas tan duro, Sasori. - Dijo la misma enfermera de todos los días; tendría unos veinte años, cabello largo rubio, algo ondulante y unos bellos ojos color ambar.
- Ah, Tsunade, ¿Qué te trae por acá?
- Muy gracioso Sasori, sabes que te toca tu medicina.
Chasquee mi lengua y la mire con claro disgusto.
- Claro, la otra sustancia que me mantiene vivo.
- Vamos, Sasori.
La rubia extendió su mano con aquellas usuales pastillas rojizas.
-Si, si. - Afirme fastidiado y trague rápidamente los malditos medicamentos. Todos los días lo mismo, me pregunto si terminare pudriéndome en esta cama con olor a farmacia. - ¿Qué habrá de almorzar hoy?
Ella me miro con impaciencia, ya sabia la respuesta a aquella pregunta y ella sabia que se lo decía simplemente con el deseo de molestarla.
- Sabes que no estas en condiciones de comer, aún.
Nuevamente pose mi mirada en ella con disgusto, y la volví a separar de ella.
- Esta vieja lengua.. Se echara a perder si no siente el gusto de algo mas que no sean mis casi podridos dientes.
- Eso es por que ni siquiera los lavas. - Me acuso con la mirada
- ¿Para que quiero lavarlos? Simplemente no los volveré a usar.
- Como quieras. Tu sabes bien que nadie esta seguro de eso.
Bufe y dirigí mi mirada al viejo árbol desnudo que podía ver desde mi ventana. La rubia suspiro con pesadez y se retiro de mi habitación, debe ser molesto tener a un paciente tan amargado como yo.
~Ya es otoño, las viejas hojas secas caen dejando a los árboles desnudos, una fina brisa; helada, las arrastra hacia quien sabe donde, son tan inútiles como yo; en esta monótona habitación, encerrado entre cuatro paredes, debe de ser un delito poner a un artista en una habitación tan aburrida y sin nada de vida.. ¿Vida? ¡Ja! Desconozco ya completamente el significado de esa palabra, estos finos tubos y estos horribles cables son lo único que mantienen a mi alma atada al mundo de los vivos, estoy aquí encerrado escuchando el continuo "pip" de esta maldita maquina; que indica mi supuesto vivir, si no fuera por ella creería que he muerto hace mucho tiempo, me pregunto cuando me dejaran dormir eternamente, que "vida" mas aburrida es la que llevo, estas cuatro paredes parecen estar echas de odio, me aprisionan para que no vea cuan hermoso -supuestamente- es el mundo. Me pregunto si habrá algo que valga la pena en este mundo realmente.~
- Buena~s - Esa ronca voz se me hacia conocida.
Ladee mi cabeza para encontrarme con el pelinegro con una inusual sonrisa.
- Itachi, ¿Qué te trae por aquí?
- Nada nuevo, solo pasaba a saludar a una de mis viejas camaradas, ¿Cómo has estado?
- Que triste, ni siquiera sabría que responder a esa pregunta tan simple, supongo que bien.
- Vamos, no seas tan negativo, estuve hablando con tu medico y dijo que estabas mejorando.
- Si, claro. Mejorando - Dije irónico.
- ¿Y vosotros? ¿Cómo esta todo en Akatsuki? ¿Hay nuevas?
- Nada interesante, Yahiko y Konan reclutaron a un tal Nagato que supuestamente es muy habilidoso, pero no ha habido nada interesante desde que tu te fuiste.
Se sentó en una silla a mi lado.
- ¿Enserio? ¿Cuanto a pasado de eso? ¿Dos años?
- No creas que es tanto, Sasori.
- Eso lo dices tu, yo soy el que esta encerrado en estas malditas cuatro paredes.
El pelinegro río abiertamente.
- Además no es como si no te hubiera visitado en estos dos años, mal agradecido. - Dijo este acusándome con la mirada. - Por cierto… ¿Cuándo te harán el próximo examen?
- Creo que mañana, ¿Por qué preguntas?
- Espero que vuelvas. - Los finos labios del pelinegro se curvaron en una sonrisa, rara vez mostraba esa expresión en su rostro.
- Claro. - Musite sarcásticamente, hice una breve pausa - ¿Y Kisame? ¿Cómo te esta yendo con él?
- Es casi tan testarudo como tú, dios mío, creo que va a matarme.
Fruncí el ceño en forma leve.
- No me compares con tu maldito amante, yo no soy de ese tipo.
- Si, si, como digas. - Se levanto de la silla donde había tomado asiento. - Bueno Sasori, es una vergüenza que sea una visita tan corta, pero tengo que hacer unas cosas para Yahiko antes de que me eche la bronca.
- No hay cuidado, nos vemos luego.
Un choque de puños y desapareció por detrás de que aquella blanca puerta.
Hola de nuevo, dulce soledad.
Entre abrí y cerré los ojos unos cuantas veces ¿Me había dormido? ¿Cuándo? Mire por mi amplia ventana, llegue a ver la enorme y circular luna amarilla que iluminaba la habitación, me di media vuelta para buscar mi vaso de agua en la mesa de luz.
No creí lo que veía, hubiera jurado que era un ángel si no hubiera visto los tubos que salían desde su muñeca y no hubiera escuchado ese constante "pip" que provenía de la maquina a su derecha, indignado toque el timbre de servicio para llamar a la maldita enfermera, claramente había dicho que no quería compañeros.
Me quede en mi cama placidamente mientras observaba el rostro de aquel rubio, tenia vendadas en su cabeza cubriendo su ojo izquierdo, parecía dormir placidamente, tenia sus labios curvados en una pacifica y hermosa sonrisa, sus finos cabellos rubios caían como una cascada sobre sus hombros.
- Sasori, ¿Qué quieres ahora? - Esa molesta voz me saco de mis pensamientos.
- ¿Qué significa esto? - Le pregunte a la rubia mientras señalaba indignado a mi acompañante, ella suspiro con pesadez.
- Sasori, estamos llenos ¿No puedes simplemente, dejarlo ser?
- Pago el doble exactamente para que esto no pase. - Reclame con el ceño fruncido. - No quiero tener un mocoso molestándome.
- Mira, no creo que te cause muchos problemas, no creemos que despierte muy pronto, tal vez nunca lo haga. Y si te preocupa que venga su familia a llorarle, ni lo pienses, nadie vendrá.
La mire atónito ¿Cómo podía decir eso con tanta frialdad?, creo que ni yo podría hacerlo, admito que soy algo insensible a veces pero, ¿Cuántos años debe tener este chico? unos quince o dieciséis tal vez y los familiares..
- ¿Por qué dices que nadie vendría a verle?
- Todos sus familiares murieron en el accidente, y como se estaban mudando recién a esta ciudad no tiene amigos, ni compañeros.
Hubo un largo silencio en el que mire al chico con dolor, no se por que, pero no podía aceptarlo, este chico, aún siquiera conoce el mundo, no puede tener el mismo estilo de vida que yo.. O uno peor..
- ¿Alguna objeción?
Negué con la cabeza y me quede embelesado mirando al niño.
~Aquella triste belleza que llena su rostro, es tan dulce como el tostado de su piel, descansa tan pacíficamente que me da envidia, con una curva sonrisa en sus labios sin siquiera esfuerzo, si no despierta pronto desaparecerá, morirá, cuando se vuelva una molestia se desharán de él, nadie lo sabrá nunca, como una hoja más que se la lleva la corriente.~
Mire a la rubia algo inseguro, esta revisaba un par de hojas del examen que me hicieron hoy por la mañana tenia una mala cara, como si siquiera pudiera entender lo que estaba viendo, intente descifrar su expresión, pero era imposible entenderlo, decidí esperar pacientemente, algo que siempre odie hacer.
- Sasori. - Alcé mi mirada para verle a los ojos, esta le echo otra mirada confusa al informe y suspiro. - No tengo idea de lo que dice este informe.
- Lo supuse… Espera, ¿Qué?
La mire desentendido, ¿A que se refería? Esta río abiertamente.
- Eres tan negativo.. - Dijo calmándose. - Tendrán que examinarte nuevamente, parece que han perdido tus exámenes y me dieron algo que no tiene nada que ver…
Chasquee la lengua, justo cuando estuve a punto de volver a abrir mi boca para despreciar a este maldito hospital algo me interrumpió, yo me encontraba desviando mi mirada de la de delantal blanco, dado así que estaba mirando al rubio que dormía placidamente, lo había estado observando toda la noche, es tan tranquilizador.
Este joven empezó a dar vueltas en la cama desesperadamente, como un niño que tenia una pesadilla, estoy seguro de que no soy tan idiota, esas no eran compulsiones, estaba sudando frío y el respirar de este era acelerado, mire preocupado a la rubia, ni la misma Tsunade parecía saber que rayos hacer.
La rubia salio disparada por la puerta gritando que necesitaba no se que cosa, el menor parecía haberse calmado cuando llego la rubia con unas extrañas maquinas, y una joven con el pelo negro y corto, esta miraba extrañada al cuerpo de aquel niño que ahora parecía respirar solo, el respirador que había estado usando por la noche se había removido mientras este daba aquellos extraños movimientos.
- ¿Qué rayos le pasa a este niño? - Pregunto la rubia sin espera de una respuesta, resignada; mientras terminaba de remover el respirador de este. Sonreí inconcientemente, esta no era demasiado paciente hacia… Nadie.
Le reste importancia a la ligera interrupción del chico y volví mi mirada a la rubia con mero disgusto.
- Entonces, ¿Volveremos a hacer aquellos exámenes? - Dije con la voz ronca, esta me miro con pesadez y suspiro.
- Los haremos mañana, tengo que revisar a este chico. - Dijo esta mientras se llevaba al rubio sobre aquella blanca cama con ruedas con ayuda de la pelinegro, sentí una punzada en el estomago hacia mucho que no sentía una de esas, bueno según que se considera "mucho", no las había sentido en toda la maldita noche.
