Mi maldito Karamatsu.

Maldito Karamatsu…

¿Desde cuando comencé a verte con estos ojos?

¿En qué momento aquel odio y asco hacia ti fue disminuyendo hasta el punto de llegar a esto?

¿Era eso realmente "odio"?

Maldito Karamatsu…

¿Por qué tienes que ser así? Por mal que te trate siempre vuelves a mí con esa dolorosa sonrisa. ¿por qué, aunque te trate a las patadas aun con cariño te diriges a mi como tú "Little And Adorable Brother"? ¿Por qué eres tan doloroso? Y no me refiero a tu forma de vestir o tu forma de hablar, sino ¿por qué es tan doloroso quererte como quiero, sin confusión ni remordimiento alguno?

¡Maldición Karamatsu!...

Jamás te das cuenta de las cosas obvias, ¿Qué acaso no notas que me estoy volviendo loco por ti? Al parecer eres el único que no se da cuenta porque incluso Jyushimatsu-niisan comienza a sospechar. ¿Acaso no estoy siendo lo suficientemente obvio para ti? ¿Quieres que lo escriba en una pancarta y me pare en el techo y grite a los cuatro vientos "¡Te amo Karamatsu!"? Créeme que ganas no me faltan.

Maldito Karamatsu…

Date ya de una maldita vez cuenta de que te quiero, no como hermano, sino que quiero tenerte, quiero tenerte solo para mí y que tú me tengas, que me hagas tuyo como si nada más en el mundo importara. Que olvidáramos por un momento el parentesco sanguíneo y nos convirtamos en uno, y así yo podría morir feliz.

Maldito Karamatsu…

Por ti quebraría todo mi orgullo, admitiría de una vez que orgullosamente soy un "Karamatsu Boy", que aparte de amarte te admito. Admiro lo sereno que eres y lo inocente que puedes llegar a ser, sé que a pesar de todo lo que pase vendrás a mí con los brazos abiertos para darme el apoyo y cariño que necesite, pero yo lo sé. Sé que en el fondo sufres, que no eres feliz y aun así mantienes la frente en alto por nosotros, por mí.

Que por mal que te traten aun sonríes. Sonríes aun así cuando esas palabras te duelen, pero tu maldita sonrisa dolorosa sigue ahí, y a decir verdad no quiero que la quites nunca, porque esa sonrisa por más dolorosa que sea es hermosa, y es de las pocas cosas que me hacen sonreír de verdad y no por hipocresía. Maldición Karamatsu, ¡¿Por qué te amo tanto?!

Aun no puedo explicarme por qué no puedes odiarme, ¡Ódiame Karamatsu! Y así yo también podré odiarte, pero insistes en ser tan inocente.

Maldito Karamatsu…

Quiero besarte y que tú me beses.

Nunca lo digo, pero me encanta escucharte cantar todas las tardes al anochecer, aunque a veces aquella dulce y hermosa melodía se convierte en una tonada triste, deprimida y solo me dan ganas de correr y abrazarte, pero no puedo. No puedo porque el miedo a que me rechaces me invade por completo. Sé que nunca me harías daño, pero aun así mi cuerpo está invadido por el temor y la angustia de que llegues a odiarme enserio, aunque eso llegue a ser lo mejor.

Algún día podré decirte todo, espero poder sacar todos mis sentimientos y que me correspondas. En mi aún vive, aunque sea esa pequeña pizca de esperanza de que me ames igual, que podamos ser felices juntos pero el golpe de realidad siempre choca contra mi rostro como una enorme pared de ladrillos.

¿Qué pensaran los otros?

¿Qué pensaran nuestros padres?

¿Qué pensará la sociedad?

Es algo estúpido pensar que dos hombres e incluso dos hermanos estén juntos, ¡y más si tienen la misma maldita cara! Eso sería una abominación nada bella, siempre meto eso en mi mente para intentar olvidarte de una vez, pero por más que quiera ¡no puedo dejar de amarte!

¡Te amo Karamatsu!

¡Te amo!

¡Estoy perdidamente enamorado de ti y no puedo gritarlo!

¡Te amo mi maldito Karamatsu!