Disclaimer: Ninguno de los personajes aquí presentes me pertenecen, cada uno corresponde íntegramente a Rumiko Takahashi, tanto del anime Inuyasha así como de Ranma ½ historia sin fines de lucro y con el único ánimo de entretener.

Whitemiko presentándose con una nueva de sus locas creaciones:

Llamada…

Similitudes

Un momento de locura…puede cambiar muchas cosas

Los rayos cálidos del sol se cuelan de manera traviesa por las cortinas, despertándome con delicadeza de mi tan merecido sueño. Abro con algo de pereza los ojos, enfocando lo que se encuentra a mí alrededor, parpadeo un par de veces más y con el dolor de mi corazón me levanto de mi cómoda posición, para comenzar a estirarme.

—Ah, que bien dormí—expreso con felicidad terminando de estirar mis entumecidos músculos, escuchando como alguna vértebra de mi espalda de se acomoda causando un chasquido, que se sintió de lo más placentero.

—Hasta que despiertas Kagome, hace buen rato que amaneció, por eso corrí las cortinas para ver si con el sol si te querías levantar—escucho como una irritada voz suena debajo de mi cama; sin demora pretendo ver a cierta persona sin que se me pierda el buen humor con el que me levanté, y me tiro de nuevo en la cama, dejando colgando mis brazos a los lados de sus hombros.

—También es un placer verte Inuyasha, tuve un buen sueño gracias por preguntar—murmuro sarcásticamente, escuchando como él solo bufa su conocido Keh e ignora mi saludo levantándose con su acostumbrada energía para después girarse y mirarme con su acostumbrada arrogancia.

—¿Piensas quedarte ahí toda la mañana?, yo no, tengo hambre y por lo visto tu madre hizo un muy buen desayuno—acota dándose la vuelta y abre la puerta con gran maestría, para cerrarla después de salir y mirarme por última vez—vístete y baja a desayunar debemos regresar—se limita a decir terminando de cerrar la puerta.

Solo atino a soltar un alarido de frustración, tomando mi almohada y colocándola en mi rostro para sofocar mi grito, para poco después dejarme caer sobre ella. Con la mano estirada busco a tientas el reloj, despego mi cara de la almohada y al ver la hora necesito volverla a dejar caer sobre ella para repetir el proceso, ¡son las siete de la mañana!, ¿no pueden dejarme dormir hasta las cuatro de la tarde como una adolescente normal?

Con la mayor flojera del mundo me levanto de la cama y me pongo las pantuflas, abro el armario y saco mis toallas, miro con una pequeña mueca mi uniforme escolar, haciéndolo a un lado y alcanzo el vestido color celeste que se encuentra inmediato a él, mirándolo con agrado.

—Debo de estar loca para volverme a poner el uniforme en domingo, mejor lo dejo descansar—murmuro quitándolo del gancho para después dejarlo extendido sobre la cama.

Una vez hecho eso salgo de la habitación con las toallas en las manos y cruzo el pasillo para llegar al baño, donde empiezo mi rutina diaria.

Luego de unos treinta minutos salgo de mi habitación completamente vestida y arreglada, para después bajar las escaleras con unas renovadas energías y por supuesto con el estómago recordándome su necesidad de alimento.

Al llegar a la cocina encuentro a Inuyasha devorando todo lo que se encuentra a su paso, así como Souta viendo divertido sus actos y la cara de resignación de mi abuelo, mientras que mi madre solo sonríe preguntándole si le gusta.

—Buenos días—saludo con alegría escuchando en respuesta algunos buenos días y un ¡al fin bajaste! de parte de mi hanyou favorito, a lo que solo procedo a ignorarlo.

—Hija, que bueno que ya bajaste, aquí está tu desayuno—menciona mi madre, señalando el plato que se encuentra al lado de Inuyasha, el desayuno consiste en un par de huevos estrellados así como un par de panes tostados con mantequilla y una taza de leche.

—Gracias mamá—respondo a la vez que tomo asiento, mirando de reojo a Inuyasha que continúa devorando un pedazo de pan tostado que acaba de servirle mi madre y me dispongo a comer.

EL desayuno transcurre tranquilo y sin mayores sobresaltos, hasta que Inuyasha terminó con todo lo comestible de la mesa y sin más que hacer se levanta y me mira inquiridoramente.

—Gracias por la comida mamá estaba deliciosa—agradezco con una gran sonrisa siendo correspondida por mi madre que asiente comenzando a levantar los platos de Souta y el abuelo.

—Es hora de irnos Kagome, ve por tu mochila—ordena Inuyasha mirándome con impaciencia.

Yo solo suelto un suspiro cansado, me levanto ignorando olímpicamente su orden y dejo los platos de ambos en el fregadero, donde mi madre me frena antes de que comience a lavarlos.

—Oh no te preocupes querida, yo los lavo, ustedes vayan a prepararse—señala mi progenitora tomando mi lugar en el fregadero, otorgándome una sonrisa, yo solo asiento y me doy la vuelta.

Me dispongo a subir las escaleras pero al pasar al lado de la puerta principal escucho un ruido parecido a una campanita que me es familiar.

—¡Kagome es el cartero!, ¿puedes ir a recibirlo?—pide mi mamá desde la cocina.

—¡Sí!—contesto colocándome los zapatos para salir de la casa, al salir de ella, logro enfocar al pobre hombre, que jadeaba como perro correteado al fin de las escaleras, apoyado en su bicicleta.

—Buen día—hace una pausa para recuperar el aliento—¿Higurashi Kagome?—pregunta con cansancio el hombre aún sin normalizar su respiración.

—Así es, buen día para usted también—respondo correspondiendo la reverencia que realizó al saludarme, el hombre saca de su saco una carta en un impecable blanco y con una estampilla roja, al igual que un gran sello en el frente.

—Esto es para usted—señala el hombre dándome el sobre, para después colocar la mano en su pecho recuperando por fin el aliento—que pase buen día—se despide dando una última reverencia que es repetida por mí, para después darse la vuelta y perderse en las escaleras.

Sin poder con la curiosidad abro el sobre con cuidado, intentando no romper el papel, despego con suavidad el sello de goma que tiene y saco la carta que se encuentra dentro.

Estimada Señorita Kagome

El motivo de esta carta es para comunicarle el hecho de que el intercambio que usted solicitó hace algún tiempo, acaba de ser aceptado por la dirección de la institución y se le avisa que podrá ser recibida en las aulas a partir de la semana entrante. Consideramos importante su salud, así que debido a eso ha sido admitida dentro de nuestras filas, deseamos que este cambio le haga mejorar tanto en su salud así como en sus estudios.

También nos complace decirle, que usted puede considerar la posibilidad de hospedarse en la casa de una alumna del colegio, que ha ofrecido amablemente la posibilidad, por si desea permanecer ahí o cambiarse con posteridad.

Esperamos con entusiasmo su llegada y le extendemos un cordial saludo a usted y a su familia.

Sinceramente…

Instituto Furinkan

Al terminar de leer la carta, ningún sonido escapa de mi garganta. Escucho como Inuyasha camina hacia mí y llega a colocar su mano en mi hombro. Tal vez preguntándome el porqué no reacciono sin embargo mi estado de ensimismamiento es tal que ni siquiera lo escucho.

De repente dejo salir un estruendoso grito extremadamente agudo, que hace que él se aplaste las orejas con desesperación y se aleje de mí. Comienzo a dar saltitos sin dejar de gritar, leyendo de nuevo la carta, para después repetir la acción de saltar varias veces.

—¡Qué demonios te pasa mujer!—exclama el albino sin dejar de cubrirse las orejas, yo lo ignoro por completo y echo a correr rumbo a mi casa, sin dejar de pegar alaridos.

Mi familia voltea a verme alarmada, y sin pensarlo mucho me lanzo a los brazos de mi madre que me recibe bastante confundida y sorprendida.

—¡Me aceptaron!, ¡me aceptaron el intercambio!—chillo sin dejar de saltar y abrazar a mi madre, al escuchar eso, toda mi familia se levanta de sus asientos y corre a formar un abrazo grupal.

—¡Lo sabía Kagome!, eres la mejor—grita mi hermanito saltando a la par mía, así como mi abuelo llora murmurando algunas cosas respecto a que su nieta no era una fracasada.

—Hija me alegro mucho por ti, fue gracias a tu esfuerzo—felicita mi madre, apoyándonos en la euforia colectiva. Duramos así algunos segundos, o minutos…no lo sé con exactitud y habríamos seguido así de no ser por una pequeña intervención.

—¡Alguien me quiere decir de qué rayos hablan!—ruge Inuyasha haciendo que todos nos calmemos y yo me acerque a él con la convicción de explicarle.

—Pues verás, mi escuela me dio la opción de pedir un intercambio a otra ciudad por "mis enfermedades", ya que la ciudad de Nerima es mucho más limpia y libre de contagios. Al principio no pensé que se pudiera dar, ¡pero lo logré!—expliqué colgándome del cuello de él también completamente eufórica, sin embargo siento que él me separa con sequedad y me mira de manera seria.

—No puedes ir, o más bien no irás—indica de manera escueta y sin quitarme la pesada mirada de encima. Al instante el resto de mi familia se caya y se crea un silencio incómodo.

En mi mente solamente pasa un solo pensamiento, ¿pero quien se cree que es?, al tiempo en que mi ceja comienza a alzarse en clara noción de mi disgusto.

—Si iré—me limito a decir, mientras paso al lado de él, tomando rumbo a las escaleras, para terminar la discusión en mi habitación.

—¡Te estoy diciendo que no irás!—grita rabioso mientras me sigue a saltos por las escaleras.

—¡Y yo te estoy diciendo que nada me hará cambiar de opinión!—exploto comenzando a correr a la puerta, donde entro esperando que él lo haga después.

—¡No irás porque tienes que ir conmigo a buscar los fragmentos!—argumenta sin bajar el tono de su voz, paso después de él cerrando de un azote la puerta para que mi familia no pudiera escucharme.

—¡Todos los fragmentos los tiene Naraku!, ¡solo falta uno y lo tengo yo!, así que no veo cual sea el problema—respondo sin dejar de gritar, y antes de que el terminara de formular algo lo interrumpo—solo serán seis meses, en lo que termino mi año escolar—señalo cruzando mis brazos mirándolo con una marcada expresión de inconformidad.

—¡Piensas quedarte seis meses acá!, ¿te parece poco tiempo?—responde aún más enfadado comenzando a dar vueltas por la habitación—¡es casi el tiempo que llevamos buscando la perla!—puntualiza con el seño fuertemente fruncido.

—¡Exacto!, todo ese es el tiempo que llevo descuidando mi vida acá, si no logro terminar la secundaria ¡seré una completa fracasada el resto de mi vida!, ¿de qué viviré?, no es como si me fuera a quedar en tu época de arrimada con la anciana Kaede el resto de mi vida, me tengo que mantener yo solita y para eso es necesario estudiar—expongo acercándome más a él completamente enfurecida comenzando a picarle el pecho con mi índice en señal acusadora.

—¡Pues nadie te obliga a venir acá!, allá no es necesario estudiar, está Sango, Miroku y la anciana Kaede, ellos pueden ubicarte en algún lugar sin que estés de arrimada—contrapone astutamente el albino quitando mi dedo de su pecho a la vez que se acerca más a mí con la intención de intimidarme.

—Mi época es ésta, no la tuya, ¡siempre ha sido mi objetivo!, quiero estudiar para ser una doctora, quiero ayudar a las personas, ¡se necesita estudiar mucho!, además no puedo dejar mis estudios por nada del mundo—agrego de manera cortante dándole la espalda, sin mejorar mi expresión.

—¡Me importa un rábano tus estudios!, si quieres ayudar personas estudia con Kaede y así serás la sacerdotisa de la aldea, ¡esos exámenes solo es pérdida de tiempo!, ¡es más ahorita mismo nos vamos a mi época y dile adiós a tus estúpidos exámenes—finaliza alzándome a volandas con rapidez para después colocarme en calidad de bulto sobre su hombro sin importarle mis gritos.

Demonios piensa algo rápido o tus estudios valdrán lo mismo que un queso, grito dentro de mí misma, hasta que una brillante, pero descabellada idea hace acto de presencia en mi mente.

—¡Siéntate!—exclamo, sintiendo al instante el poder del conjuro que se llevó a Inuyasha contra el suelo, llevándome a mí de paso, sin embargo no fue tanto el dolor al ser mis piernas las únicas afectadas.

De inmediato me suelto del agarre de él y me levanto no sin algo de dificultad al sentir como mis piernas hormiguean, una vez de pie coloco mis brazos en jarras, mirándolo con expresión seria y sombría, pensando como armar mi plan.

Él al verse libre del hechizo se despega del suelo regalándome una mirada rabiosa y resentida.

—¡Porque hiciste esto Kagome!—reclama con la cara aún roja por el soberano golpe que se metió contra mi alfombra.

—No puedo dejar la escuela, ¿sabes por qué?—hago una pausa para observar bien su rostro aburrido y ligeramente enfadado—mi abuelo me dijo desde pequeña, que no podía dejar los estudios prematuramente salvo dos cosas—explico deteniéndome, notando su mirada interesada al escuchar eso.

—¿Y se puede saber cuáles son?—pregunta con impaciencia, otorgándome una expresión hastiada, mientras se termina de enderezar y se sienta con el rostro descansando sobre su muñeca.

—La única manera en la que puedo salir antes de la escuela casada o embarazada, y como ninguna de las dos esta aplicada, no hay nada que pueda hacerme dejarla—finalizo triunfalmente, observando cómo su rostro cambia de aburrido a completamente espantado, ok el plan funcionó a la perfección, en tres saldrá disparado por la ventana.

3….

—Ca…¿Casada?...emb…¿embarazada?—tartamudea como si aún no terminara de procesar la información, yo sonrío con satisfacción al ver su cara desencajada y escuchar su tono inseguro, he ganado.

2…

—Sí, y como ni modo que me case contigo, soy libre de estudiar lo que me resta de tiempo— indico con una enorme sonrisa en mi rostro, había pensado en darme la vuelta para comenzar a empacar mis cosas de no ser por el cambio de semblante en su rostro, que hay que ser sincera, dio miedo.

1…

—Acepto—expresa bastante fuerte, con sus ojos poseídos por una gran determinación, así como los puños fuertemente apretados.

Ok ha dijo que acepto, bien…¿en dónde me quedé?, ah sí en celebrar mi victoria por la graciosa derrota y posterior huída de…

Un momento…¿¡QUE CARAJOS ACABA DE DECIR!

Aquí es donde debería salir volando por la ventana

—¿Qué?—alcanzo a chillar de manera casi inaudible, sin poder creer lo que acaba de decir, en un acto involuntario y tremendamente infantil limpio con mi dedo mis oídos esperando que éstos me hayan engañado, creo que debo de dormir más, ya se me está trastornando el cerebro.

—He dicho que acepto, ¿dijiste que si estabas casada dejarías la escuela no?, pues bien, esposos seremos entonces, así ya estarás para siempre en mi época—expresa simplemente con una gran sonrisa victoriosa y con una tranquilidad tal, que es como si estuviera hablando del clima, se dirige con calma a la puerta y la abre, dejando caer a mi madre, Souta y el abuelo, que se levantan de inmediato completamente apenados.

—Anciano…tengo una petición que hacerle, ¿puede otorgarme la mano de Kagome en matrimonio?—pide de una manera tan cortés que me cuesta aún más creerlo, ante mi mirada atónita el abuelo deja caer algunas lágrimas de cocodrilo y contesta.

—¡Pensé que nunca lo harías!—respondió abrazando al albino, a la vez que mi madre y mi hermano estaban casi fuera de sí, celebrando y hablando acerca de los preparativos.

Mi madre, Souta y el abuelo comienzan a saltar, e incluso a bailar, turnándose para abrazarlo o besarlo en la mejilla (en el caso de mi madre), sin preocuparse de lo que tenga yo que decir al respecto.

Y de pronto todo el barullo se para, al dejarse oír un sonido sordo de un peso muerto impactando con el suelo.

Ah esperen…esa fui yo al caer.

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¡Hola!

Seguramente deben estarse preguntando…¿Qué diablos hace escribiendo otra historia si debe dos lemons y tres continuaciones?, bien, diré la verdad, lo que pasa es que borré la historia de Canas Verdes ya que no le he podido seguir bien la pista a Kyokai no Rinne y no quiero hacer burrradas como OoC con Rinne o Sakura," si vas a hacer las cosas hazlas bien"…

Así que…aquí tienen el reemplazo de crossover que estará en las filas de mis fics, creo que este irá más rápido, quien quiera que ya haya visto Ranma ½ habrá podido notar que es un crossover de él ¿no? Creo que lo dejé bastante claro al mencionar el instituto Furinkan y la ciudad de Nerima obviando el disclaimer por supuesto.

Lo que sí les puedo decir es que creo que este fic será principalmente comedia y romance, seee las comedias románticas abundan, pero no me culpen, era eso o un crossover de Hell Girl (o sea drama mil) que se a quedado a esperar a ser escrito.

De verdad quisiera ser robot para poder escribir todo al segundo que se me ocurre, ya que de ser así tendría cerca de 30 historia, pero…lástima tiene una autora bastante floja XD

Por cierto…

Los comentarios son el aliciente que hace que trabaje mi cerebro en producir la hormona de la inspiración (¿no la conocen?, acaba de ser descubierta por ella) sí y como ven incluso Kimiko ha vuelto, lo cual es…BUEN presagio.

Vemos hagamos una proporción, ¡oigan! matemáticas fáciles:

+ Comentarios = - Demora

+ Peticiones = +Inspiración

¿Cuál es la fórmula ganadora? Tarán, más comentarios, menos tiempo me tardo en actualizar, simples recordatorios…

¿Creen que es un chantaje?

Porque de ser así of curseno pueden estar más en lo correcto XD

Bueno con la fresca de las 12:19 de la mañana me retiro a dormir…necesito recargar mis tanques de imaginación…

Besos