Los pasillos de Beacon Hills High School estaban llenos de gente. Isaac caminó tranquilamente por los mismos, con una camiseta, un abrigo y sorprendentemente, sin su bufanda (eso era porque la ésta estaba guardada, claro).

Había estado buscando a Scott, pero al ver que era imposible encontrarlo, se rindió y se dirigió a su casillero. En parte para poder hacer algo, en parte porque quería su bufanda.

Al llegar a su destino, él llevó sus manos al candado para poner la contraseña, pero algo al inicio del pasillo llamó su atención. Por lo tanto dirigió su mirada hacia ese lugar, y una sonrisa se posicionó en su rostro.

Observó a la castaña caminar hacia él, sin apartar la vista ni borrar la sonrisa de su rostro. Una imagen del día en el que habían buscado a la mujer coyote llegó a su mente. Su comentario de "De hecho, estamos tratando de evitar que un hombre mate a un coyote, quien en realidad es su hija, a quien no sabemos cómo cambiar de un coyote a su hija de nuevo", casi lo hace reír. No obstante, nunca había tenido el "placer" de conocerla.

Rápidamente, y sin poder evitarlo, se interpuso en el camino de la muchacha, haciendo imposible que la susodicha pudiera dar otro paso más, por lo que se vio obligada a detenerse.

—Tú eres la novia de Stiles, ¿verdad? — le preguntó, alzando las cejas.

Ella lo observó con curiosidad, y luego rodó los ojos. Él pudo notar que evitó un bufido. ¿No era la primera vez que alguien le preguntaba lo mismo o esas simples palabras de su parte ya habían hecho que le cayera mal?

—Ex — respondió, de manera casi cortante —. Ex novia.

En el rostro del joven se posicionó una sonrisa divertida, coqueta, y hasta un poco embobada. Debió saberlo. Stiles y Lydia no estaban tanto tiempo juntos y se mostraban tan cercanos porque sí. Además, debía admitirlo, después de tanto tiempo en Francia, él estaba bastante desinformado, por eso mismo buscaba a su alfa.

— ¿Ex? — repitió, como si quisiera asegurarse de haber escuchado bien, y además, aún no había caído en que ella había respondido aquello.

Malia dio un paso hacia el costado, sin apartar la vista del castaño. Por primera vez, que alguien mantuviera la vista fija sobre él, le incomodaba.

—Y… yo me estoy yendo ahora — finalizó, mientras pasaba por su lado y continuaba su camino como si aquella conversación nunca hubiese existido. Isaac la observó alejarse con una sonrisa aún más embobada que la anterior. Tal vez Malia se había mostrado desinteresada como ella sola, pero él bien sabía que no iba a dejar las cosas así.