Disclaimer Los personajes y el mundo de Hora de Aventura son marcas registradas y no son de mi propiedad, todos los derechos pertenecen a Cartoon Network y demás empresas asociadas. Esta historia fue basada en diversos medios de la franquicia y fue elaborada por diversión sin fines de lucro.


Sugarless

Hora de aventura

Llama a tus amigos

Vamos a tierras

Muy lejanas

Con Marceline.

Y Dulce Princesa,

Y el tío Gumbald también

¡Es Hora de Aventura!

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Dulce Princesa

La luna estaba en su punto más alto, mientras una chica atravesaba el bosque con decisión. Ella tenía la piel rosa y su cabello era de un color rosa más oscuro, traía una mochila en la cual había un radio y algunos artefactos tecnológicos que ella misma había construido y que podían serle útiles durante sus viajes. Vestía un uniforme militar de camuflaje en tonos verdes, adecuado para una expedición por el bosque. Estaba preocupada por su hermano, puesto que tuvo que dejarlo solo y aunque lo hizo dormir antes de partir, le preocupaba que este despertara y no estar cerca para controlarlo. Su hermano, un gran dragón de dulce color rosa, tiene una notoria peculiaridad, su cara invertida, es decir, tiene la boca arriba de sus ojos. Es también un dragón muy sensible, todo lo asusta y ella sentía que era su deber como hermana mayor por un par de segundos protegerlo, y mantenerlo tranquilo. Es por eso que lo puso a salvo tan pronto como pudo y después empezó a crear a sus súbditos, para que le ayudaran en su protección.

—Neddy —pensó la chica con un suspiro—. Espero que estés bien.

Ella siguió caminando pero unos pasos más adelante escuchó el sonido de unos arbustos moviéndose. Sabía que sería una peligrosa travesía por el bosque así que estaba preparada.

—¿Quién está allí? —preguntó la chica rosada con recelo al escuchar los arbustos, poniéndose en estado de alerta y desenfundando con discreción una pistola de rayos de energía que ella misma había fabricado.

Una vez más escuchó ahora atrás de ella el sonido de una pequeña rama rompiéndose, se volteó apenas escuchó y disparo por puro instinto dándole al tronco de un árbol.

Al verse fuera de peligro, la chica bajo el arma tomando un respiro y volviendo a guardarla, pero justo en ese momento, saltó sobre ella una araña muy grande.

—¡No! —gritó sorprendida por la araña.

Forcejeo hasta que logró alejarla de ella con una patada, dándole la oportunidad de sacar su pistola y disparar a la araña, justo cuando iba a saltar otra vez sobre ella. Se levantó y agitada apuntó con la pistola a lugares al azar por si aún había más.

—¡Cielos! Eso fue intenso —Fue lo único que atinó a decir al verse fuera de peligro.

Se dispuso a buscar a su tío Gumbald, un hombre de apariencia mayor. Tenía la piel color rosa y una gran nariz. Su cabello y barba, ésta última algo larga por varios meses sin afeitar, tenían un color lila pastel. Usaba también pequeños lentes de forma cuadrada, el también traía una mochila y un radio, pero en vez de objetos tecnológicos, traía comida, mucha comida, por si le daba hambre durante la exploración, y un radio para estar en continua comunicación con su sobrina. En cuanto a su vestimenta, traía un pantalón color violeta, zapatos negros y portaba un cinturón que aunque había sido hecho para herramientas, pero lo adapto para portar un hacha y una pistola de rayos. Usaba también una camisa a cuadros de franela en tonos morados oscuros. Ella tan solo había avanzado unos pasos cuando escuchó a su tío gritar.

—¡Oh no! —Corrió en dirección a los gritos, cuando frente a ella pasó un oozer corriendo, incrédula, se detuvo a mirarlo.

Este tenía forma humanoide de color verde, y agujeros en vez de ojos y boca, a través de los cuales libera una sustancia verde radioactiva. Aunque todos los oozers tenían estos rasgos comunes, era raro encontrar dos iguales.

—¿Pero que...? —Fue lo único que alcanzo a decir la chica, quien no pudo terminar su pregunta puesto que algo, o mejor dicho alguien, la embistió haciéndola caer al suelo.

Se sentó sobando su hombro golpeado y volteo para ver contra quien había chocado, puesto que sintió que la otra persona también había caído por el golpe. Era una chica joven. Tenía el cabello negro recogido con dos mechones que caían a los lados. Traía puesta una camisa a cuadros grises y negros sin abotonar, dejando ver una playera negra, en conjunto con un pantalón azul de estilo vaquero y unos zapatos deportivos rojos. Pero no solo eso, traía un hacha roja muy grande, y algo estaba mal con ella puesto que alcanzó a ver que su piel tenía un color pálido grisáceo-verdoso, y aun peor, se percató que la desconocida tenía orejas puntiagudas, colmillos y unas extrañas marcas de puntos en el cuello. Al ver esto empezó a gritar, la chica desconocida al verla gritar, comenzó a gritar también. Ambas gritaron al mismo tiempo y se pusieron de pie mirándose frente a frente. La chica rosada tomó con rapidez el arma del suelo, y le apunto a la desconocida apresurándose a interrogar.

—¿¡Quién eres!? ¿¡Acaso eres un vampiro!? —gritaba la chica rosada.

—Oye tranquila no te voy a hacer daño —respondió la desconocida intentando acercarse a ella.

—¡Atrás! —enfatizó la chica del cabello rosa mientras apuntaba el arma haciendo que la desconocida decidiera no seguir intentando acercarse.

—Si, soy un vampiro pero ya te dije que no quiero lastimarte, yo cazo oozers y me llamo… —La desconocida no pudo continuar la frase, puesto que el tío de la chica rosada volvió a gritar.

—¡No me atraparan criaturas del mal! —Se escuchó a lo lejos.

—¡Tío Gumbald! —exclamó la chica rosada corriendo en dirección a los gritos y dejando atrás a la vampiresa.

Corrió por el bosque saltando los obstáculos que se le presentaban y esquivando ramas, guiándose por los gritos de "guerra" de su tío. Al llegar vio que su tío disparaba a algunos oozers mientras que sostenía su pequeña hacha de una mano, y vio también como un oozer iba a atacarlo por la espalda, pero ella fue más rápida y le disparo evitando que tocara a su tío.

—¡Bonnibel! —gritó el al verla.

—¡Tío! ¡Hay que salir de aquí!

El al verla, corrió a su lado, para tratar de escapar juntos, sin embargo llegaban cada vez cada vez más y más oozers, obligando a la chica y a su tío a ponerse espalda con espalda, y a empezar a disparar. De pronto, la pistola de ella se quedó sin energía para lanzar rayos, permitiendo que los oozers los rodearan y los acorralaran sin ninguna posible salida.

—¡Son demasiados! —exclamó ella mientras el círculo de oozers se cerraba cada vez más.

—¡Yo no me rendiré sin pelear! —gritó el tío Gumbald sacando su hacha y preparándose para atacar, pero de pronto, la chica rosada y su tío sintieron que eran elevados del suelo.

—¡No huyan cobardes! —gritaba el tío Gumbald dando golpes al aire con su hacha.

—¿Pero qué...? —preguntó la chica rosada mirando incrédula hacia arriba, y pudiendo ver que la vampiresa con la que había chocado momentos atrás, los había agarrado y los estaba alejando a ella y a su tío del peligro.

—Te dije que no te haría daño —dijo la chica vampiro.

Volaron hasta salir del bosque y una vez fuera, la chica vampiro los puso en el suelo y ella aterrizo.

—Yo... gracias —dijo entrecortado la chica rosada rascando su cabeza, sin embargo la vampiresa respondió con amabilidad.

—No hay de que, por cierto, soy Marceline.

Al ver a la vampiresa, algo muy en el fondo le dijo que no había razón para temerle, así que ella también sonrió y se dispuso a decir su nombre.

—Mi nombre es…

—¡Bonnibel! —exclamó Gumbald interrumpiendo la presentación de su sobrina—. ¿Por qué le agradeces? no me dejo aniquilar a esos oozers, estaba a punto de vencerlos cuando...

Se quedó en silencio al ver la gran hacha roja de la vampiresa, sus ojos empezaron a brillar y dijo:

—Es una obra de arte.

Puso su hacha de una mano en su cinturón, y en un movimiento rápido le quitó el hacha a la vampiresa.

—¡Hey! —exclamó ella.

—¡Veterano Gumbald al ataque! —gritó.

El tío Gumbald corrió hacia el primer árbol que vio y lo derribó de dos golpes.

—Es perfecta —dijo admirando el hacha, y continuó talando árboles ante la mirada de ambas chicas.

—No te preocupes no ira lejos, a mi tío le gusta cortar árboles y es un gran aficionado a las hachas, haré que te la devuelva después —dijo Bonnibel.

—Claro no hay problema, creo... —dijo la chica vampiro—. Ahora dime, ¿Qué hacen tú y el en este bosque? Quiero decir, es peligroso, y más con esos oozers vagando por aquí.

—No sabía que había oozers, solo es común verlos en ruinas de ciudades, no en los bosques, de hecho nunca había visto alguno por aquí—respondió Bonnibel.

—Lo sé, han estado llegando a esta zona por algún motivo desconocido, y vine a intentar cazarlos.

—Increíble, ¿De verdad los cazas? ¿Por qué? —preguntó Bonnibel sorprendida.

—Los cazo porque cuando era niña, causaron problemas a alguien a quien aprecio —Su rostro decayó al terminar la frase—. De hecho yo tengo algo que confesar…

—¿Qué sucede? —preguntó la chica rosada en cuanto vio como la actitud de la vampiresa cambió.

—Antes de cazar oozers, solía cazar vampiros también.

Bonnibel se quedó sin habla ante tal confesión.

—Pero, tú eres...

—Lo sé —interrumpió la vampiresa mirando hacia abajo.

En ese momento se escuchó al tío Gumbald gritar, haciendo que ambas chicas se giraran a ver que porqué había gritado, y la razón fue sencilla, uso el hacha de la chica vampiro y empezó a talar árboles, y uno de estos le había caído encima, y aunque había intentado esquivarlo, no fue tan rápido para lograrlo, puesto que el tronco le cayó sobre una pierna, dejándolo atorado e inconsciente.

Apenas fue visto por Bonnibel en esa situación y fue a ayudarlo, la chica vampiro uso su hacha para cortar el árbol y sacar con mayor facilidad al tío Gumbald. Una vez liberado, el reacciono.

—¿Qué paso? —preguntó sobando su cabeza.

—Te cayó un árbol encima... ¡Otra vez! —exclamó Bonnibel.

—Será mejor que vayamos a casa —dijo el tío Gumbald aun aturdido.

—¿Te gustaría venir con nosotros? Es lo menos que puedo hacer por salvarnos —preguntó Bonnibel a la vampiresa.

—Claro, ¿Por qué no? —respondió ella.

—No te preocupes mi tío no volverá a tomar su hacha, yo me encargo de eso —susurró la chica rosada mientras le guiñaba el ojo a la chica vampiro.

Mientras caminaban, ambas chicas hablaban sobre cómo habían llegado a ese bosque, mientras que el tío Gumbald no le quitaba los ojos de encima al hacha de la chica vampiro, y al darse cuenta de esto, Bonnibel lo reprendió.

—Tío esa hacha es de ella no te la puedes quedar, allí tienes tu vieja hacha, y muchas mas en tu colección. Sigue caminando.

El tío Gumbald cruzo los brazos y frunció el ceño, pero aun así continuo siguiendo a las chicas, aunque no dejaba de ver el hacha de la vampiresa. No estaban lejos de su cabaña y llegarían en solo unos minutos.

—Sabes, estábamos buscando una mina de terrones de azúcar, la que tenía antes era muy pequeña y se agotó, ahora solo quedan cristales de caramelo, y según mis cálculos en ese bosque debe haber una mina muy grande.

—¿Minas de terrones de azúcar? ¿Para qué quieres eso? —preguntó la vampiresa sorprendida.

—Para eso —respondió Bonnibel. Extendiendo su mano hacia el frente señalando la construcción de un castillo de caramelo. La chica vampiro quedó atónita.

—¿Tu estas construyendo ese enorme castillo? —preguntó Marceline aún más sorprendida.

—Si, es el futuro dulce reino —respondió Bonnibel sonriente mientras miraba con orgullo la construcción—. Pero aún no está terminado, hace como un mes me di cuenta que los terrones de azúcar estaban por terminarse, cosa que me preocupa porqué es un ingrediente importante para la fabricación de concreto de caramelo.

—¿De verdad quieres crear tu propio reino? —Volvió a preguntar Marceline.

—Si, mi tío me dio la idea de construir un lugar para estar a salvo y también gobernarlo, él me ha ayudado quitando muchos árboles —respondió Bonnibel.

—Mi querida sobrina tiene la madera para ser una gran líder, al igual que su tío, aunque yo ya estoy viejo para eso. En fin, me quedare en la cabaña, el casi ser comido por oozers y que te aplaste un árbol es en verdad agotador. ¡Adiós! —dijo el tío Gumbald entrando a su cabaña y cerrando la puerta.

—¡Mañana continuaremos la búsqueda! —gritó Bonnibel a su tío para que la escuchara, y dirigiéndose a la vampiresa preguntó—. ¿Quieres venir al castillo? te mostrare algunos de mis proyectos.

—Si, se escucha interesante —respondió la chica vampiro empezando a volar al lado de Bonnibel—. Por cierto, ¿Cómo debo llamarte? ¿Princesa? ¿Alteza? ¿Majestad?

—Algunos de mis dulces constructores me llaman gran líder, otros Dulce Princesa, pero entre tú y yo no es necesaria tanta formalidad, tú puedes llamarme Bonnibel—respondió—. Ahora cuéntame de ti, ¿De verdad cazabas vampiros? no había ninguno, hasta ahora.

—Eso es porque logré acabarlos a todos después de años de perseguirlos.

—Debiste ser una muy buena cazadora, lo que no entiendo es cómo fue que te transformaste.

—El último vampiro contra el que combatí, logro morderme y convertirme.

—¡Cielos! debió ser terrible para ti.

—Si, aunque solo fue al principio, tú sabes, el deseo de la sangre, hice cosas de las que no me enorgullezco —dijo Marceline denotando cierta culpa en sus palabras.

Bonnibel la miro con preocupación, y la vampiresa al ver su reacción se apresuró a decir

—Tranquila, procuro no beber sangre, en vez de eso mejor bebo el rojo de las cosas, sabe mejor —dijo al tiempo que sacaba un bálsamo de fresa de su bolsillo y le absorbía el color rojo con uno de sus colmillos.

—¿Y ya no sientes la ansiedad de la sangre? —preguntó Bonnibel.

—Si no tengo hambre no hay ningún problema, es por eso que procuro siempre traer cosas rojas conmigo —respondió la vampiresa mientras alejaba lejos el bálsamo descolorido.

—También yo procurare traer cosas rojas conmigo de ahora en adelante —Hubo un silencio y se soltaron riendo ambas. Después de caminar y platicar un rato llegaron al castillo aun sin terminar, dentro de los límites de la muralla inconclusa, había pequeños robots en modo de espera, es decir apagados, mientras que algunos pastelillos constructores estaban descansando en bolsas de dormir en el suelo.

—¿Qué es toda esta gente? —preguntó la chica vampiro.

—Los llamo Dulce Gente, yo los cree con ciencia, son como mis hijos, y aunque también cree al Sr. Cremoso, él es más bien como mi novio —respondió la chica rosada.

—Ya veo —dijo la chica vampiro mirando hacia abajo.

—¿Por cierto ya viste a estos grandulones? —preguntó Bonnibel mientras señalaba hacia arriba.

—¡Cielos! son enormes, ¿Qué son? —dijo la chica vampiro sorprendida.

—Son Guardianes de la Promesa Real, o por su nombre corto, Guardianes de Chicle. Ellos protegerán al reino de amenazas más grandes, y me ayudarán a acabar con los Chicos del Baño, una banda rival que me ha causado problemas desde que empecé a construir el reino —respondió.

Eran dos robots altos, muy altos, con forma de máquinas de chicle, sus brazos y piernas eran largos y de color rosa con un par de líneas amarillas. La cara de estos era transparente con ojos pequeños y chicles de colores en el interior. En vez de cabello, tenían helado sobre la cabeza, el cual les era cubierto por un cono de galleta.

Uno de los guardianes, volteo hacia abajo y vio a Bonnibel junto a Marceline, a quien de inmediato detectó como un vampiro.

—¡Gran líder! ¿Acaso se encuentra en peligro? ¿Quiere que nos deshagamos de esa chupa sangre?—preguntó el guardián preparando los lásers de sus ojos.

—¡No! —dijo poniéndose al frente de la chica vampiro—. Ella viene conmigo, y nunca bajo ninguna circunstancia la deben atacar.

—De acuerdo —dijo el guardián con indiferencia mientras se alejaba de ellas.

—Claro, aún tengo que educarlos, no comprenden muy bien el significado del peligro —dijo la chica rosada con una sonrisa nerviosa. Pero de pronto vino a su cabeza una preocupación que con todo el ajetreo había olvidado—. ¡Cielos! ¡Neddy!

Dejo a la chica vampiro y corrió al interior del castillo y fue al lugar en el que suele estar el dragón, encontrándolo dormido. Respiró con alivio y salió sin hacer el más mínimo ruido.

Cuando salió, vio que la vampiresa estaba afuera del castillo desconcertada y preguntó:

—¿Qué ocurre?

—Nada, solo quería ver cómo estaba mi hermano —respondió la chica rosada.

—¿Tienes un hermano?

—Sí, y tiende a asustarse con facilidad cuando no estoy —respondió Bonnibel mirando la hora. Ya era tarde—. ¡Por Glob! Ya es muy noche y debo descansar para continuar la expedición mañana por la mañana. Puedo darte una de las habitaciones terminadas del castillo si deseas quedarte.

—¿Acaso no te preocupa que me levante a media noche y te absorba el rojo? —preguntó la vampiresa en broma.

—Debería desconfiar, pero después de salvarnos a mí y a mi tío no puedo. Además para eso tengo a los Guardianes de Chicle —respondió Bonnibel también con tono de broma.

Ambas chicas rieron y la vampiresa respondió:

—Pues me encantaría quedarme, pero debo ir a casa, recuerda que el sol me hace daño.

—Es cierto, lo olvide, esencia de vampiro —dijo con un tono macabro fingido. La chica vampiro se rio con un leve sonrojo y se dispuso a marcharse.

—Yo… debo irme. ¡Adiós! —dijo Marceline entrecortado antes de irse volando.

—¡Adiós, espero que vuelvas pronto! —gritó Bonnibel despidiéndose de la chica vampiro, quedándose a mirar el cielo hasta que la perdió de vista. De pronto uno de sus guardianes le preguntó:

—¿Está en peligro gran líder?

Continuará...


Hola soy Elize Bright y este es el primer fanfic que subo a Internet y pues espero que les guste, está ambientado unos 900 años antes de la serie, cuando apenas se estaba construyendo el Dulce Reino. Según yo es así como se conocieron la princesa y Marceline. Si esta historia tiene éxito, tal vez escriba más episodios precuela. Trate de que tuviera buena calidad literaria así que me esforcé mucho corrigiendo.

Me gustaría aprovechar, para hacer una aclaración, el famoso tío Gumbald que presento en esta historia NO es el Dulce Príncipe, si no el misterioso tío de la Dulce Princesa que se ha mencionado en varios episodios, pero que hasta ahora no se ha visto, pero es así como yo me imagino que sería su personalidad y su apariencia, considero que la tierra de Ooo y Aaa son dimensiones diferentes y no épocas diferentes, Digo esto por si se prestaba la confusión entre Gumbald y Gumball (Dulce Príncipe). Gumbald también es el OC de la historia.

Una cosa más, trate de que el fanfic fuera fiel y apegado a la serie así que en esta historia no presentare nada que no se vería en la serie, es decir no habrá ningún contenido fuerte.

Si les gusta dejen una review, si detectan algún error de cualquier tipo (gramatical, narrativo, ortográfico, contradicción con la serie, cómic, libros y otros medios de la franquicia etc.) Háganmelo saber y lo corregiré una vez que el fanfic haya concluido.

Tratare de responder todas las reviews que me lleguen, ya sea de forma privada o en el próximo episodio.

PD. La portada la edité yo, y si, soy Bubbliner.

ACTUALIZACION 18 DE SEPTIEMBRE 2017:

(Alerta de Spoilers de la serie)

Esta historia la escribí antes de que saliera el episodio de Bonnibel Bubblegum en junio del 2016 y los acontecimientos de este episodio lanzado en septiembre del 2017 desacreditan toda esta historia debido a que la cree creyendo que el Tío Gumbald era un buen hombre basado en la forma en que la princesa hablaba de él con lo que yo creí era nostalgia. Jamás pensé que hubiera sido creado por la princesa y para la forma física me base en este fanart para crearlo:

whoswho23 . deviantart art/Gumbald-and-Bonnie-374039451

Como leyeron arriba en negritas, cuando lo escribí intente que fuera apegado a la serie, y es la marca personal que quiero en mis Fanfics que no se alejen del medio original, y este lo hace, es totalmente contradictorio así que les dejo en esta historia y en Precuela una especie de "encuesta", escriban en los comentarios si quieren que reescriba la historia de Sugarless, y tal vez la historia de Precuela de una forma que sea acorde a la serie. Se despide de nuevo Elize Bright :)

Aquí les dejo mi Tumblr y Ask:

Tumblr: elizebright

Ask: / ElizeBright

Twitter: Elize_Bright