NATSU
Ella está pidiendo por esto y lo sabe, pienso para mí mismo mientras le sostengo la mirada a su apenas legal coño. Debería saber mejor como burlarse de mí, que es lo que ha hecho todo el día.
La luz de la luna brilla a través de su ventana, dándome una perfecta vista suya. No es que necesite una. Su imagen está marcada en mi cerebro, justo como todo lo demás acerca de ella. Es una obsesión que parece crecer más y más cada día.
Yaciendo sobre su espalda, sus piernas están desplegadas lo suficiente para tener una linda ojeada de su coño dentro del cual voy a descargar todo mi semen. Mis bolas duelen, se sienten tan llenas. Agachándome, me quito los shorts blancos de gimnasia en los que chorreado ya un poquito de semen, la cabeza de mi polla reluciente. Agarro mis bolas y le doy un pequeño tirón, pero eso no hace nada para detener el dolor. No, pero su coño lo hará.
¿Por qué no lo haría? Ella es la razón de esto. Desde que vino tropezando a mi vida hace poco más que cuatro días ha estado tomándome el pelo. Bueno, ella está por aprender que sucede cuando le tomas el pelo a un hombre. No soy uno de esos despreciables chicos de preparatoria a los que está acostumbrada, los que probablemente hacen todo lo que ella les pide con la esperanza de meterla en su cama. Tomaré lo que quiero de ella, y realmente necesita entender la diferencia entre un muchacho y un hombre.
Su pecho sube y cae con suaves suspiros mientras yace allí durmiendo, sus grandes tetas tensándose contra su camiseta, sus duros pezones tratando de liberarse. Ella se ve como un sexy ángel inocente que fue enviado para atormentar la voluntad de un hombre, y lo ha sido. No tiene idea del depredador que está parado y observándola mientras duerme. Tal vez pensó que estaba a salvo de mí porque sus padres están dormidos al final del pasillo en sus propias camas.
Estoy sobre ella antes que pueda reaccionar, una mano sobre su boca, la otra alrededor de su garganta. No puedo arriesgarme a que sus padres me atrapen en el acto si la oyen. Sus piernas más separadas para mí, y siento su pulso elevarse en su garganta, pero no trata de gritar. Mi polla está ya frotándose contra su coño, la humedad calentándome aún más. Me toma un momento entenderlo, pero me doy cuenta que está demasiado húmeda para sólo ser mi semen goteando de mi polla, algo que parece suceder cuando ella está cerca de mí.
Está mojada. No, está jodidamente preparada y lista para mí. Aprieto mi agarre alrededor de su garganta un poco más, y gruño en su oído, sus suaves rizos rubios haciendo cosquillas en mi rostro, —Más te vale que hayas estado soñando conmigo. —La idea que ella podría haber estado pensando en alguien más me vuelve jodidamente loco. No conocía los celos hasta que entró a mi vida.
Cuando siento su asentimiento, libero mi mano alrededor de su garganta y la reemplazo con mi boca. La necesidad de dejar una marca sobre ella me pone más duro. Gime en mi mano, poniéndome más duro. Sí, eso definitivamente dejará una marca. Mírame, como un jodido escolar dejando un chupetón, escabulléndome en su habitación por la noche. Nunca había marcado una mujer en mi vida. No puedo esperar a pasar por su lado mañana y verlo exhibido. Todos sabrán que ella pertenece a alguien.
Usando mi mano libre, empujo hacia arriba su camiseta sobre una de sus tetas. No sabía que una de dieciocho años podía tener tetas tan grandes como las suyas, pero la prueba está en mi mano. Amaso y tiro de una, poniendo al pezón más duro aún. Sus piernas separadas para mí, rogándome tomarla.
Debería asegurarme que está completamente lista para tomarme, como su dulce coño hasta que sus jugos cubren mi rostro, pero no puedo. No me queda control. Todo se fue al segundo que su teléfono sonó después de la cena esta noche mientras estábamos lavando los platos. Sus padres estaban aún en la habitación así que no pude reaccionar. Tuve que pararme allí y escucharla tomar un llamado del quaterback de la preparatoria, Loke, y acordar ir al Baile de Bienvenida con él, porque como ella expresó, "No, no estoy yendo con nadie por ahora. No tengo a nadie en mi vida ahora mismo." Yo sabía que la última parte era sólo por mí. Ella se paró allí con una sonrisa de superioridad en su rostro, mostrando unos de sus perfectos hoyuelos, pero sus ojos estaban molestos. Ellos habían estado así por tres días.
Es como si mi polla sabe donde pertenece. Resbalando a través de los labios de su coño mientras se desliza justo al hogar, empujando hasta el final y su apretado pequeño coño contrayéndose alrededor de mi polla. Cierro mis ojos, tratando de controlarme, pero ella me empuja demasiado lejos. Estoy temeroso que la follaré tan duro que no será capaz de caminar mañana.
Bajo la mirada a sus ojos. Ni siquiera una traza de temor. Aquí estoy, amenazante sobre ella en el medio de la noche, y pienso que estoy entrando en su juego. No es que yo pueda culparla. La aparté, pero pienso que ella creyó que yo la apartaba por su bien. No lo hacía. No, sólo estaba tratando de aclarar de nuevo mi cabeza, resolver como iba a sacarnos de este lío que habíamos hecho antes que todo esto se desplomara a nuestro alrededor.
—Eres mía. Lo has sido desde el momento que posé mis ojos sobre ti, desde que me hundí en ti la noche de sábado, tomé tu himen y te reclamé. ¿Me entiendes?
Asiente con su cabeza de nuevo, removiendo mi mano de su boca. No le doy la oportunidad de hablar porque sé que las preguntas verterán de su boca. Todavía no sé qué está sucediendo, o que va a suceder. Todo lo que sé es que ella es mía. Tomo su boca con la mía. Lento y dulce, dejándole saber que esto es más que sólo una follada, que la he extrañado, y que me ha llevado al borde. Ella pronto toma el control, metiendo su lengua dentro de mi boca, aferrándose a mí como si nunca quisiera soltarse
.
La siento tratando de mover sus caderas, queriendo que me mueva con ella. Estoy apenas conservando el control, y no ayuda cuando viene a mí como si estuviera hambrienta. Libero su boca y nos doy vuelta, pero antes que pueda protestar, hundo mi polla dentro de ella.
—Cabálgame. Muéstrame cuanto me quieres. —Nunca he buscado las atenciones de las mujeres, no tuve que hacerlo, y nunca tuve la necesidad de saber que alguna me quería, pero con ella lo necesito. Amo ver cuánto me quiere. Es como una adicción. Me siento como un cachorro rogando por una sobra.
Su mano aterriza sobre mi pecho, y ella me contempla con los ojos bien abiertos, probablemente porque nunca ha hecho esto. La primera y única vez que tuvimos sexo, cuando tome su himen, yo estaba encima, el que estaba a cargo. Ahora se lo estoy dando. Amo que no tenga idea de lo que está haciendo. ¿Quién diría que eso podía ser tan jodidamente caliente? Le enseñaré todo lo que sabrá sobre sexo.
No le toma mucho tiempo ver como quiero que se mueva. Se desliza hacia atrás y adelante sobre mi polla, sus jugos cubriéndome más. Es como una diosa sobre mí. Sus caderas oscilan, su tetas suavemente rebotan, sus pezones duros y rogando por mi atención, su cabeza tirada atrás, su rubio cabello rizado tan largo que cepilla mis bolas mientras me cabalga.
Soltando una de sus caderas, deslizo mis dedos entre los labios de su coño, encontrando su firme pequeño clítoris. Su cuerpo se sacude en respuesta, sus jugos cubriéndome, haciéndome desear haber tenido el control para haber comido su coño antes de tomarla. Podría tener su sabor en mi boca ahora mismo.
—Dime que eres mía. Que nadie más te toca. —Necesito que ella me reasegure después de la pequeña artimaña que sacó esta noche.
Ella responde instantáneamente—. Soy tuya, sólo tuya.
Rasgueo su clítoris un poco más fuerte, sus palabras casi me envían al borde. Necesito su coño, para que ella ordeñe mi leche fuera de mí.
—Entonces vente para mí. Saca todo ese semen fuera de mi polla. Tómame profundo dentro de ti,—gruño. Marqué su cuello, ahora quiero hacer esa misma marca dentro de ella; cubrir las paredes de su coño conmigo.
Siento su coño apretarse, y sé que va a venirse. Me elevo y la tiro contra mí, atrapando su boca con la mía, tragándome los sonidos de su orgasmo. Su cuerpo se sacude contra el mío mientas me vengo duro, profundo dentro de ella. Justo cuando pienso que he vaciado todo lo que puedo dentro suyo, mi polla se sacude de nuevo, liberando un poco más dentro.
Ella colapsa sobre mi pecho, y envuelvo mis brazos a su alrededor—. Te he extrañado tanto, —dice ella tan calladamente que casi no la oigo. No estoy siquiera seguro si sabe que lo dijo. Su respiración se hace más profunda, y sé que se ha quedado dormida rápido.
Había pensado que podía tocarla un poco, darle lo que quería, pero no totalmente tomarla. Estaba jodidamente conmocionado esa primera noche cuando había tenido su dulce coño debajo de mí, sólo para darme cuenta que este estaba intacto. No fue lo suficientemente malo que estuviera follando la apenas legal hija de mi amigo en su propia casa mientras él estaba durmiendo al final del corredor, sino que estaba tomando su himen.
Debería haberme alejado, pero era demasiado tarde. Ya la había saboreado, y nada me habría detenido de ver su virginal sangre cubriendo mi polla mientras bombeaba dentro y fuera de ella, llenado con mi semen hasta que goteó hacia su trasero y cubrió mis sábanas, sábanas que quité de mi cama después y guardé.
Estaba más allá del punto de no retorno, y no sé por qué alguna vez traté de combatirlo. Nunca olvidaré el día que ella entró a mi vida y la dio vuelta de arriba hacia abajo.
