CAPÍTULO 1 ¡Pokémon, te elijo a ti!


Rhett estaba controlando los parquímetros cuando recibió el aviso. Un hombre había saltado el mostrador del Centro Pokémon, empujado a la enfermera, agarrado la primera Poké ball que tenía a su alcance y salido corriendo en la dirección en la que Rhett se encontraba. No tardó en identificarlo, ya que era la única persona de toda la calle mayor que estaba corriendo sin llevar ropa de deporte. Rhett empezó a correr tras él. Al darse cuenta de que lo estaba persiguiendo, el ladrón aceleró el paso.

-¡Alto ahí! ¡Para! -El delincuente hizo caso omiso de la advertencia de Rhett. – ¡Maldita sea, para! No me obligues a…

Había perseguido al ladrón cinco calles cuando Rhett se decidió a echar mano de la Poké ball que llevaba sujeta al cinturón. La lanzó lo más cerca que pudo del ladrón, y al golpear el suelo, salió Carnivine.

-¡Rápido, Carnivine! ¡Somnífero!-Dijo Rhett, señalando al ladrón, que no había parado de correr. Carnivine se dio la vuelta y miro a Rhett, ladeando la cabeza es señal de confusión.

-Maldición, ¿qué ataques tenía Carnivine?- Rhett rebuscó rápidamente un papel que guardaba en su bolsillo mientras el ladrón se alejaba cada vez más. En cuanto encontró el papel, lo leyó y dijo: -¡Carnivine, látigo cepa!

Carnivine lanzó velozmente su ataque y enredó los pies del ladrón, que cayó de bruces en el suelo. Rhett estaba agradecido de que el ladrón no hubiese sacado un Pokémon para hacerle frente. Se acerco al hombre, que intentaba desenredar el látigo cepa de Carnivine. Rhett sacó rápidamente sus esposas y se las puso.

-Quedas detenido.- Dijo, mientras escuchaba sirenas de policía acercándose. Dos coches patrulla aparcaron detrás suya y varios compañeros y la enfermera encargada del Centro Pokémon salieron de ellos. La enfermera se acercó rápidamente a donde estaba el ladrón, todavía en el suelo. Rhett vio que no parecía tener muy buenas intenciones para con el ladrón y la frenó antes de que pudiera hacerle algo.

-¡Ladrón, sinvergüenza! -Gritó la enfermera mientras zarandeaba el pie con la intención de darle cuantas patadas pudiera.

-Tranquilícese.- La calmó Rhett mientras se agachaba para agarrar la Poké ball robada del bolsillo de la chaqueta del ladrón. Se levantó y la observó. -¿Puedo saber el Pokémon por el que merecía la pena correr tanto?

La enfermera le miró, más tranquila tras ver que la Poké ball había sido recuperada y sonriendo, le contestó: -Un magikarp.


Rhett regresó a la comisaria. Saludó al agente de la entrada y se dirigió a la zona de recogida de Pokémon, donde tenía que devolver a Carnivine. Saludó a Billy, el agente encargado levantando la voz para llamar su atención, ya que estaba enfrascado en la lectura de una revista. Billy le saludo afablemente mientras levantaba la vista de la revista.

-¿Qué? ¿Un día tranquilo en el almacén? –Le pregunto Rhett.

-Como todos, pero prefiero llamarlo guardería. El único que saca Pokémon en un día normal eres tú. El resto de agentes solo saca los Pokémon especialmente entrenados cuando es un asunto gordo. Para detener a un ladrón de magikarps, usan sus propios Pokémon.-Dijo mirándole con sorna.

-¿Te has enterado?

-Se ha enterado toda la comisaria, cielo. Para eso están los videomisores. Me lo ha dicho Richards. –Billy volvió a encarrilar la conversación -¿No has pensado en entrenar algún Pokémon propio?

Rhett resopló antes de contestar: -Sabes que no me gustan los Pokémon. Uso los de la comisaria porque no me queda más remedio. ¿Quieres recoger a Carnivine o qué?

-Vale, vale. –Billy extendió la mano y cogió la Poké ball de Carnivine. –Sinceramente, puede que no te gusten los Pokémon, pero si no fuera por Carnivine seguirías corriendo tras ese tipo.

Rhett se despidió de Billy con desgana. Sabía que no lo hacía con mala intención, pero Billy sacaba el tema de que Rhett tuviera un Pokémon propio siempre que tenía ocasión, y tenía ocasión un par de veces al día. Rhett estaba cansado de tener siempre la misma conversación.


Se dirigía a los vestuarios a cambiarse para regresar a su casa cuando oyó ruidos y una voz que le llamaba. Era Eponine, la encargada de comunicaciones y logística asignada a la zona que patrullaba Rhett y a pesar de su torpeza, era una chica alegre siempre dispuesta a ayudar a los demás. Eponine había corrido a avisarle de una cosa y se había tropezado, cayendo al suelo y llevándose un PC, varios portarretratos y una pila de documentos que había sobre la mesa con la que se chocó. Rhett y los compañeros que estaban a su alrededor se acercaron para ver si estaba bien. Eponine estaba sentada en el suelo colocándose las gafas y comprobando que el moño que llevaba no se le hubiera desecho. Al terminar de hacerlo, empezó a recoger los papeles que había tirado. Antes de que nadie pudiera decirle nada, dijo:

-Rhett, el jefe quiere verte. Es urgente.

Rhett dejo a Eponine recogiendo los papeles con ayuda del resto de sus compañeros y se dirigió al despacho del jefe de policía. El jefe Martínez no era un hombre al que le gustase que le tuvieran esperando. Llamó a la puerta del despacho y su jefe le invitó a entrar. Su jefe estaba reunido con un hombre. El hombre tenía el pelo negro y llevaba una gabardina de color marrón. Al ver a Rhett, le estrechó la mano.

-Agente Blau, este es el detective Handsome. Pertenece a la Policía Internacional.

-Encantado.-Dijo Rhett mientras le estrechaba la mano.

Tras estrecharle la mano, Handsome empezó a hablar.

-Perdona que vaya directo al grano, pero soy un hombre ocupado y no tengo tiempo que perder. –Cogió un maletín, del que sacó una carpeta y se la entregó a Rhett. Rhett la abrió. Lo primero que contenía la carpeta era un mapa.

-¿Supongo que conoces la región de Bekaree? –Rhett asintió. –La Policía internacional ha tenido conocimiento de una organización que está empezando a hacerse fuerte en la zona, el Team Sunrise.

Rhett dejó el mapa encima de la mesa y vio una serie de fotografías en las que salían varias personas con un uniforme blanco que se va degradando según se acerca a los pantalones dejando un pálido color amarillo. Llevaban una gorra blanca con un pin metálico que simulaba un amanecer. Handsome continuó hablando:

-El Team Sunrise se declara como una organización pacífica que solo quiere la libertad de los Pokémon, pero sabemos con seguridad que han usado la fuerza para arrebatarle Pokémon a sus entrenadores. El caso es que nos han llegado alarmantes rumores de que utilizan entrenadores sin el uniforme del equipo para convencer a otros entrenadores de que liberen sus Pokémon.

Lo último que contenía la carpeta era el dossier con información. Rhett lo dejó aparte para seguir escuchando a Handsome. Aún no sabía muy claro que tenía que ver él con todo eso. A lo mejor el tipo que detuvo esa mañana era del Team Sunrise y Handsome quería saber cómo fue. O su detención había estropeado una operación contra ellos. Pero la región de Bekaree estaba lejos. Rhett impidió que sus pensamientos le distrajeran y continúo escuchando.

-Todo ese asunto de la liberación de los Pokémon nos resulta muy sospechoso. Además, desconocemos cual es la cadena de mando de la organización. Cada vez que parece que la Policia de Bekaree hace algún progreso, nos encontramos con un callejón sin salida. Creemos que tienen un topo en el cuerpo. Es por eso que decidimos usar a un agente de otra región para que se haga pasar por entrenador Pokémon e intente conseguir toda la información sobre el Team Sunrise que pueda, y en el caso de que sea posible, se infiltre en la organización. El jefe Martínez me habló de ti, y viéndote en persona, eres perfecto para la misión.

Rhett no podía creerse lo que el agente Handsome acababa de decir. Era cierto que era el agente mas joven del cuerpo, y que entre su estatura, su aspecto y su ausencia de barba, la gente siempre creía que era menor de lo que realmente era, llegándole a echar incluso 16 años. Pero lo que le pedía Handsome era ridículo. Además, era sabido por todos en la comisaria que no le gustaban los Pokémon. Antes de que pudiera decir nada, Handsome cogió su maletín y dijo:

-Bueno, van a disculparme, pero tengo otra misión en Teselia y tengo que partir cuanto antes. Agente Blau, enhorabuena. A partir de ahora la oficina central de la Policía Internacional se encargara del caso. El jefe Martínez se encargara de darte los detalles. En la carpeta tienes toda la información de que disponemos en este momento. Mañana por la tarde sale el barco de Ciudad Canal con destino a la región de Bekaree. Te deseo suerte.

Tras decir eso, se despidió de ellos, y salió del despacho.