NOTA: LOS PERSONAJES DE LOS PINGÜINOS DE MADAGASCAR SON ORIGINALES DE TOM MCGRATH Y ERIC DARNELL.

Bueno, con tantas desgracias que le han sucedido a Manfredi y a Johnson, no me fue difícil llegarme a imaginar algo así, relacionando varios comentarios de Skipper sobre ese par.

Advertencia: insinuación de Slash.

Espero que sea de su agrado este pequeño one-shot w

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HAZ EL AMOR, NO LA GUERRA.

Skipper estaba desesperado… había pasado una semana desde aquel "pequeñísimo" percance en la misión realizada…

No entendía la mala suerte de aquellos dos en todas sus misiones… si no era una pata de elefante explosiva que se atravesara en su camino (en dónde rayos había salido el dichoso elefante con dinamita enredada?! Estaba seguro que era obra de Espiráculo, aunque lo tacharan de paranoico) era alguna ballena beluga.

Esa gran desgracia… apenas había logrado articular palabras y salir de su habitación… y pasaba esto…

Movió negativamente la cabeza, antes de terminar de avanzar por aquel pasillo y entrar a la habitación de Manfredi… continuando con las consecuencias de tan grande desgracia.

– Skipper~ hermano… ven únetenos a este gran viaje cósmico por el universo que llamamos realidad – dijo Manfredi sentado junto con su hermano en una alfombra de colores, mientras Johnson hacía sonar los tambores aun extraño ritmo…

El olor a incienso le hizo fruncir el ceño y taparse el pico para evitar tal aroma… no podía creer en lo que se habían convertido, con esa simple caída en aquellos tanques bebida extraña.

– MANFREDI! DEJA DE DECIR TONTERÍAS Y REACCIONA SOLDADO! – se atrevió a darle algunos bofetones a su superior… después de todo, cuando se desesperaba o se enfurecía, perdía con facilidad los formalismos con Manfredi y lo veía directamente como su compañero o se comportaba como la pareja que eran.

La risa de Johnson se escuchó en toda la habitación, cesando el sonido de los tambores.

– Skippy, hermano de blanco y negro… no golpees aquello que no quieres entender… deja que la energía fluya por todo tu templo y que lleve consigo todas las buenas vibras que tiene la madre tierra para ti… – Dijo Johnson, dando unos golpecitos sobre los tambores, a lo que un fuerte tic nervioso se presentó en el ojo de Skipper.

– QUÉ?! OLVÍDENLO! EL QUE CAYERAN DENTRO DE ESE TANQUE DE BEBIDAS HIPPIES NO LES CONVIERTE EN UNO DE ELLOS! – Gritó Skipper bastante alterado al ver a su pareja y al hermano de Manfredi en ese estado, si la placa madre se enteraba, seguramente ordenaría que los ahorcaran…

– Tranquilo Skipper – dijo Manfredi abrazándolo un poco para tranquilizarlo, no le gustaba cuando se alteraba de esa forma aquel pingüino que se había robado su corazón.

– Si hermano… "haz el amor y no la guerra" – aseguró Johnson con un tonito que no le gusto para nada a Skipper, a lo que Manfredi rio divertido.

– PERO SOMOS SOLDADOS! LA GUERRA ESTA EN NOSOTROS! – se quejó el pingüino más bajito, antes de que Manfredi le tomara delicadamente del mentón y le obligara verlo a los ojos con una suave sonrisa.

Skipper trago pesado al ver los ojos de color azul claro de su pareja ocultos detrás de esas lentillas del mismo color de sus ojos, antes de notar aquella ridícula banda de color café con algunos colores varios, que rodeaba toda su frente y recordar la razón de su molestia.

– Shhhh~ las vibraciones de tu ser no son nada positiva mi niño… ven, hagamos lo primero que dijo Johnson – dijo Manfredi antes de dar una carcajada al ver la expresión avergonzada y sorprendida de Skipper por el comentario que dijo sobre la frase emitida sobre el amor y la guerra, por el otro pingüino que ahora reía.

– VIVA EL AMOR, HERMANO! VIVA EL AMOR! – exclamó Johnson.