DISCLAIMER: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer. La trama es mía.
LOVE PRISONER Cap. 1
"Las prisiones están construidas con piedras de la Ley, los burdeles con piedras de la Religión."
William Blake
Cadwell Parish Correctional Center, Louisiana. 8 de enero de 2004.
"Edward Anthony Cullen queda declarado culpable por los 18 cargos que se le acusan, siendo estos delitos de asesinato, violación y secuestro en primer grado de Jessica Stanley y Lauren Mallory, ambas menores de edad."
Sentía como esa simple pero candente frase se tatuaba a fuego en mi cabeza. Sentía como la vida se me esfumaba entre los dedos como si fuese arena fina. No quería mirar hacia arriba. No quería mirar al juez y al jurado tomar la decisión que acabaría con mi vida. Cerré los ojos con fuerza y sentí el golpe en la mesa con el que se finalizaba el caso, retumbándome en la cabeza.
Sentí presión en mi brazo izquierdo y cómo me obligaban a levantarme. Tenía las manos atadas con unas pesadas y frías esposas que ya me estaban dejando huella en mis muñecas. Y lloré. Lloré como jamás lo había hecho en mi vida.
No quería mirar atrás, porque escuchaba los llantos desesperados de Esme, mi querida madre, y veía como Rosalie y Jasper intentaban sostenerla, evitando que no cayera de rodillas al suelo. Los miré a ellos. Jasper me miró de forma nostálgica, y no pudo más que desviar la mirada de forma contenida. Rosalie aguantaba las lágrimas de forma inútil, mirándome con sus ojos azules rojos del llanto.
Volví a cerrar los ojos, ya que las lágrimas me estaban cegando, y desvié la mirada hacia abajo. Ahora solo veía un mono naranja, señal de que era un preso peligroso y unas botas desgastadas. Iba camino de mi tortura, donde me esperaban 20 años de cárcel.
Me atreví, lo hice. Miré hacia atrás de nuevo, y pude ver por última vez a la familia que tanto había amado. Sollocé de nuevo y varias lágrimas brotaron de mis ojos. Entonces vi a lo lejos el furgón que me llevaría a la cárcel, y donde no volvería a ver la luz del sol en muchos años.
Apenas unos pasos después, el policía me frenó, obligándome a darme la vuelta con brusquedad. Entonce sentí unos pasos ligeros correr hacia mí. El policía que iba detrás de mí impidió a Rosalie que se acercase a mí, pero me miró llorando, sin preocuparse por ocultar sus lágrimas.
- Edward… Edward, lo siento mucho… Prometo que te sacaremos, te lo prometo… Te lo juro con mi vida.
Su voz salía contenida, temblorosa y débil, pero la amaba, y no quería derrumbar sus palabras. Así que simplemente asentí con suavidad y le dediqué una pequeña y leve sonrisa. Me di la vuelta y seguí mi camino, con la cabeza bien alta, mis ojos reluciendo al sol y la mandíbula tensa. Sabía que no sería capaz de sacarme de allí, pero su recuerdo y el de mi familia, serían lo único que me mantendrían fuerte en una de las peores cárceles del condado. Al menos hasta que se demostrase mi inocencia.
¿Les ha gustado? Espero que sí. Promete ser algo muy jugoso, lleno de amor y misterio.
Sum-lar-Nurgon.
